Estados Unidos ha reforzado este viernes el régimen de sanciones contra Cuba, aumentando las restricciones sobre las remesas y eliminando la exención sobre ciertas transacciones, con el fin de "aislar financieramente" a la isla caribeña.
"Estamos dando pasos adicionales para aislar financieramente al régimen cubano", ha dicho el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, que ha señalado como motivos "la opresión al pueblo cubano y el apoyo a otras dictaduras de la región, como el ilegítimo régimen de (Nicolás) Maduro" en Venezuela.
En concreto, el Tesoro ha limitado a mil dólares trimestrales el dinero que se puede enviar desde Estados Unidos a un nacional cubano, mientras que ha prohibido directamente el envío de remesas a familiares cercanos de dirigentes cubanos.
Como contrapartida, ha autorizado las remisas a "ciertos individuos y ONG independientes de Cuba" para "apoyar la actividad económica en el sector privado".
También ha prohibido a las entidades bancarias bajo jurisdicción estadounidense que efectúen transferencias de dinero con origen y destino fuera de Estados Unidos, conocidas como U-turn.
"Mediante estas enmiendas reguladoras, el Tesoro está negando a Cuba el acceso a divisas fuertes y frenando el mal comportamiento del Gobierno cubano", ha destacado Mnuchin.
El Tesoro ha incidido en que estas acciones sancionadoras se enmarcan en la decisión del presidente, Donald Trump, de poner fin al histórico diálogo con Cuba iniciado por su antecesor inmediato en el cargo, Barack Obama, en 2014.
06/09/2019 18:43 Actualizado: 06/09/2019 18:46
reuters
En su larga lista de enemigos internacionales, Donald Trump ha puesto a Cuba en el centro de la diana y parece dispuesto a chocar con los intereses de sus aliados europeos con tal de provocar la caída del gobierno de La Habana. Washington anunció la semana pasada que desbloqueará la totalidad del título III de la ley Helms-Burton que permite denunciar en cortes de Estados Unidos a los norteamericanos o cubanoamericanos que perdieron sus propiedades tras las expropiaciones que tuvieron lugar en el inicio de la Revolución, hace casi 60 años.
La ley, de 1996, consolidó el bloqueo a la isla porque estableció que el Congreso y el Senado deberían autorizar su levantamiento. A pesar de su antigüedad, ni Clinton, ni Bush ni Obama se habían atrevido a llegar al extremo de poner en funcionamiento el título III que se iba suspendiendo cada tres meses. El principal motivo era porque atentaba directamente contra algunos países europeos -teóricamente aliados- con intereses en la isla, pero también porque las demandas potenciales oscilan entre las 75.000 y las 200.000, según el gobierno de Estados Unidos y pueden llegar a colapsar el sistema judicial.
Hace apenas un mes, Trump ya lanzó un aviso con un desbloqueo parcial del título III de la Helms-Burton pero que solo afectaba a unas 200 entidades estatales vinculadas a las fuerzas armadas que mayoritariamente cuelgan del conglomerado militar-industrial GAESA. Estas compañías ya estaban incluidas en la Lista de Entidades Cubanas Restringidas que Washington sancionó hace dos años prohibiendo a sus ciudadanos realizar cualquier tipo de negocio con ellas.
En ese momento, el Departamento de Estado aseguró que la medida no afectaría a la contraparte extranjera de las empresas mixtas como por ejemplo la fábrica del ron Havana Club –con la francesa Pernord Ricard- o, en el caso de España, cadenas como Meliá o Iberostar que operan en hoteles incluidos en la lista en un régimen de explotación. Pero la semana pasada la Casa Blanca hizo extensivas las denuncias a todas las propiedades confiscadas y sin dejar al margen a los socios europeos.
La medida entrará en vigor a partir del 2 de mayo y por el momento ha generado inquietud entre el empresariado europeo que está sujeto a miles de denuncias. Hasta ahora se trataba más bien de una medida simbólica porque, aunque las cortes fallaran a favor de los reclamantes, la justicia americana no tenía forma de obligar a las autoridades cubanas a pagar las indemnizaciones. Con las empresas europeas, podrían ir contra sus activos en Estados Unidos. De aquí la contundente reacción de la Unión Europea que intentará evitar a toda costa este escenario y asegura estar preparada contra estas medidas comerciales que considera "dañinas" e "injustas".
Asimismo, para el experto en relaciones entre Cuba y Estados Unidos, Arturo López-Levy, el propósito de la administración Trump es "distorsionar el clima inversor" en la isla, muy necesitada de capital extranjero después del colapso de Venezuela su principal socio comercial y el retroceso de las relaciones con Estados Unidos. Según López-Levy, esta incertidumbre afectará más a quienes estén pensando en invertir en la isla que no a aquellas que ya llevan tiempo aquí y están acostumbradas a lidiar con este tipo de situaciones.
En declaraciones a EFE, el presidente de la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba, Xulio Fontecha, afirmó que todavía es "muy difícil y muy prematuro saber qué va a pasar" y destaca que las principales compañías españolas tienen muy estudiada la situación.
Castigo por Venezuela
Washington justifica la aplicación de estas medidas como un castigo contra Cuba por la ayuda que la isla esta prestando a Nicolás Maduro para ayudarle a mantenerse en el poder. La visión de la administración republicana es que con el acercamiento de Obama el régimen se reforzó por la mejora económica que supuso la llegada de turistas americanos y las oportunidades de inversión que se generaron.
Según López-Levy, Trump está intentando dibujar en la opinión pública un nuevo enemigo exterior con Cuba y Venezuela que le ayude a crear un marco electoral favorable de cara a las presidenciales de 2020. "Si la nueva amenaza es el socialismo, una parte del centro electoral es susceptible de votar republicano solo para evitar que ganen los demócratas que tienen una posición más suave con estos países". Además, añade que algunas de las nuevas figuras del partido demócrata hablan abiertamente de 'socialismo' y que no es difícil que una parte de la población se deje asustar.
Medidas contra la población
Además de las referentes a la Helms-Burton, el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, anunció restricciones que afectarán directamente al día a día de los cubanos pese a la intención declarada por Washington de ir con el gobierno y no contra el pueblo.
La más destacada y grave es la limitación del envío de remeses al país a 1.000 dólares por persona cada tres meses que puede tener un efecto devastador para una gran parte de la gente de a pie que buena parte de su bienestar depende de los ingresos que les hacen llegar sus familiares en Estados Unidos. Las remesas son el principal flujo de dinero al país por delante del comercio con Venezuela o Rusia, los principales socios comerciales. Según un informe del think tank con sede en Miami Havana Consulting Group, los cubanos el envío de remesas en efectivo de Estados Unidos a Cuba entre 2008 y 2018 fue de 30.000 millones de dólares.
Trump también ha decidido eliminar los viajes de norteamericanos a Cuba si no es por motivos familiares ya que las otras 11 categorías que permitía la ley se usaban para hacer un tipo de "turismo encubierto". Empresas que organizan visitas de americanos a la isla destacaron que todavía hay mucha "confusión" sobre cómo se llevará a cabo esta medida y que busca sobre todo desincentivar el turismo al país caribeño pero que definitivamente se trata de "una mala noticia para el sector".
El gobierno cubano respondió a estas medidas con una apelación a la soberanía nacional y rechazando el injerencismo norteamericano, pero al mismo tiempo se lanzó un mensaje a la población de que se avecinan tiempos complicados. El mismo Raúl Castro, ya expresidente, salió a la palestra para concienciar a los ciudadanos de lo que se acerca. Aún así, también lanzó un mensaje de optimismo diciendo que no se volvería a un nuevo 'Período Especial' de los años noventa gracias a la mayor diversificación de la economía.
Por el momento, las complicaciones económicas de Cuba se notan en la escasez de algunos productos de primera necesidad, pero que de alguna manera tampoco es del todo ajeno al día a día de los cubanos. El mayor efecto se nota en las perspectivas de los propios cubanos que albiran un futuro complicado, todo lo contrario al optimismo que se respiraba durante los años de la apertura de Obama.
23/04/2019 11:03 Actualizado: 23/04/2019 11:03
Por santi piñol
México recibió en 2016 más de 28 mil 500 millones de dólares de remesas. A escala global esos flujos alcanzaron los 445 mil millones de dólares, lo que significó un incremento de 51 por ciento en comparación con 2007, señaló hoy el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).
Titulado Enviando dinero a casa, el reporte publicado este miércoles resaltó que las remesas a toda América Latina llegaron el año pasado a los 73 mil millones de dólares, 18 por ciento superior al monto registrado en 2007.
La agencia de la ONU destacó que los principales países latinoamericanos beneficiarios fueron México (con 28 mil 542 millones de dólares), Guatemala (7 mil 427 millones), República Dominicana (5 mil 534 millones), Colombia (4 mil 904 millones) y El Salvador (4 mil 581 millones).
En lo que se refiere al porcentaje del producto interno bruto (PIB) que las remesas significaron para cada país, el principal beneficiario de América Latina fue Haití, pues los envíos representaron 24.7 por ciento de su PIB, seguido por Honduras (18 por ciento), Jamaica 17, El Salvador 17, y Guatemala 10 por ciento.
En México las remesas equivalieron a 2.3 por ciento de su PIB y en Colombia a 1.6 por ciento. El reporte señaló que aunque las remesas crecieron a escala global 51 por ciento entre 2007 y 2016, en ese mismo periodo el número de migrantes aumentó 28 por ciento y el de la población de los países beneficiarios (de las remesas) se incrementó 13 por ciento.
En entrevista con Notimex antes de partir a Nueva York, donde ayer presentó el informe, el coordinador del FIDA, Pedro de Vasconcelos, destacó que el año pasado los mexicanos que viven en Estados Unidos viajaron menos a su país y prefirieron enviar dinero a sus familias.
"Los viajes de mexicanos que viven en Estados Unidos hacia su país disminuyeron ante la incertidumbre de si iban a poder regresar (debido a las amenazas del presidente Donald Trump). El gasto que destinaban a viajar a México lo enviaron en forma de remesas", comentó.
Eso explicaría el incremento en el monto de las remesas, pues según datos del Banco de México, en 2015 sumaron 24 mil 771 millones de dólares, lo que significaría que en un año hubo un incremento de aproximadamente 15.2 por ciento.
Vasconcelos señaló que la tendencia al alza de las remesas a nivel mundial se ha mantenido en los pasados 10 años, periodo en el que solamente ha registrado dos flexiones: en 2008, con el inicio de la crisis financiera y económica global, y entre 2015 y 2016, con la caída de los precios mundiales del petróleo y las fluctuaciones en los mercados de divisas.
Según el informe, en 2007 las remesas mundiales fueron de 296 mil millones de dólares y desde entonces han crecido a un promedio anual de 4.2 por ciento, para alcanzar los 445 mil millones de dólares de 2016.
Los 10 países desde donde más dinero se envía son Estados Unidos, Arabia Saudita, Rusia, Emiratos Árabes Unidos, Alemania, Kuwait, Francia, Qatar, Reino Unido e Italia.
En cambio, 80 por ciento de las remesas son recibidas por 23 países y los cinco principales son China, India, Filipinas, México y Pakistán.
Asimismo, 800 millones de personas en todo el mundo se benefician directamente de las remesas y si a ellas se añaden los 200 millones de trabajadores inmigrantes que las envían, el fenómeno involucra a mil millones de individuos, equivalentes a un séptimo de la población del planeta.
En la pasada década, el crecimiento más dinámico de remesas se registró en Asia, que ahora recibe 55 por ciento de los flujos, mientras América Latina concentra 16 por ciento, Africa 13 por ciento, Europa 10 por ciento y el Cercano Oriente y el Caúcaso 6 por ciento.
Se estima, igualmente que de los 200 millones de migrantes que envían las remesas, 100 millones son mujeres, lo que para el FIDA puede ayudar a avanzar hacia una mayor equidad de género y al empoderamiento femenino.
Según Vaconcelos, los datos muestran que los trabajadores migrantes se vuelven cada vez más necesarios para las economías de las naciones desarrolladas, cuya población está envejeciendo.
"Los datos nos muestran que la tendencia en el aumento de las remesas no va a cambiar y que en los próximos años los inmigrantes reemplazarán a la población laboral en los países desarrollados", dijo
Al tiempo que en el 2016 el PIB sufre contracción, y la inflación y el desempleo crecen, las remesas enviadas desde el exterior por miles de trabajadores que salieron en busca de mejor futuro, registran un inocultable alivio: más de 12 billones de pesos fue la suma recibida durante el 2015, en dólares 4.635 millones. En lo corrido del año en curso lo recibido suma 2.346 millones de dólares, doce por ciento más que en el primer semestre del año anterior. En búsqueda del sustento, continúan abriendo trocha por el mundo miles de connacionales.
Colombia registra como uno de los países con mayor emigración en Latinoamérica. Datos de la Ocde1 confirman que 100 mil migrantes nacionales abandonan cada año el país para radicarse de forma permanente en territorio de la Ocde o de América Latina; alrededor de 2 millones de ellos ya eran migrantes permanentes en países de la región2, estudio que solo toma en cuenta los últimos años y no registra la inmensa colonia asentada en Venezuela; en términos de migraciones regionales Colombia solo es superada por México y El Salvador.
Olas de migrantes impulsadas, principalmente, por la economía. A partir de la segunda mitad de la década de los noventa fue evidente la aceleración en los flujos migratorios de connacionales hacia el exterior, realidad atribuida de manera principal a la crisis económica de fin de siglo (Cárdenas y Mejía, 2006)3.
Paradoja. Estas migraciones no solo constituyen una alternativa de vida y progreso para las familias de los migrantes que aguardan en Colombia, sino que también terminaron por convertirse en uno de los factores dinamizadores de las economías regionales del país golpeadas por la crisis más fuerte de los últimos años (Ver Recuadro 1). Los miles de millones de dólares enviados por estos trabajadores que no encontraron trabajo en el país, o cuyos ingresos eran insuficientes para velar por su familia, son el paliativo que alivia la rudeza de las condiciones impuestas por el desempleo, los malos salarios, la recesión y el estancamiento.
Luego de una tendencia a la baja entre los años 2009 y 2014, las remesas repuntaron en 2015. Según la revista Dinero4: “El impacto para la economía colombiana es positivo. Por cuenta de la devaluación, los dólares que recibe una familia en el Eje Cafetero o en el Valle valen hoy 65% más que a principios de 2014 y 41% más que hace un año. Según el Banco de la República, a septiembre las remesas habían irrigado durante 2015 a toda la economía nacional más de $3 billones por trimestre ($9 billones a septiembre); esto significa que este rubro ya representaba más de un punto del PIB colombiano”.
La tendencia durante el 2016 es al aumento. Según El Espectador: “Cifras del Banco de la República revelan que en los primeros siete meses del 2015 los colombianos en el exterior aumentaron en 16% sus envíos de remesas al país, llegando a US$2.694,7 millones, frente a igual período de 2014, gracias a la subida del dólar”5. Los impactos están focalizados en regiones. En el caso del Valle del Cauca, las remesas pueden ser una muy buena explicación de por qué esta región, incluso en épocas de crisis, crece por encima de la economía nacional.
Hoy las remesas que llegan al país desde los Estados Unidos, o desde países europeos o latinoamericanos, pueden representar hasta un 1.5 por ciento del PIB. Al ritmo que empeoran las condiciones económicas en el país, y sus efectos comienzan a sentirse en la propia mesa de los colombianos, los “giros” se constituyen en un valioso activo para numerosos núcleos familiares, constituyéndose en recursos providenciales con capacidad para afectar los estilos de vida y consumo de millones de connacionales, oportunidades y servicios que no podrían adquirir con sus menguados y corrientes ingresos.
Luego de ser un destacado artífice de las condiciones que forzaron a millones de connacionales a desperdigarse por todo el mundo en busca del sustento, el Gobierno, junto a sus socios del sector financiero, quiere sacar un creciente partido de los recursos que envían los alojados allende la frontera. Según El Tiempo6: “El centro de estudios Anif advierte que a los colombianos residentes en el exterior que envían recursos a sus familiares y amigos en el país, les resultan cada vez más costosos esos giros. También considera que el exceso de regulación que el Gobierno les ha impuesto a las entidades financieras para canalizar estos recursos hacia el país está dejando a muchas por fuera, pues esto les encarece demasiado este tipo de operaciones, al tiempo que hace que esos dineros comiencen a buscar alternativas informales, con los agravantes que esto implica”. Lo único que les interesa es ganar con el esfuerzo ajeno.
Como ilustra la gráfica 1, a partir del año 2015 se reporta incremento en las remesas que llegan a Colombia. La afluencia de estas durante los primeros seis meses del año 2016 supera los montos recibidos en los mismos meses de los años anteriores. Este fenómeno, aunado a la devaluación de peso, y las constantes crisis económicas, puede contribuir a exacerbar las tendencias migratorias que caracterizan al país.
En la medida en que la crisis se prolongue, y la disparidad del peso con el dólar y el euro permanezca tan pronunciada, puede tomar forma –bajo contextos socioeconómicos similares– un fenómeno de diferenciación de consumo de bienes y servicios, estilos de vida y acceso a oportunidades entre las familias que reciben estos giros y aquellas que no los reciben. Si esto sucede, es de esperar un mayor flujo de colombianos hacía el exterior, tanto de mano de obra no calificada como de aquella que sí cursó universidad.
En términos espaciales las remesas ameritan desagregación, pues su distribución no es homogénea en todo el territorio nacional. La gráfica 2 ilustra la situación de los diez departamentos que más reciben ingresos por este concepto. El Valle del Cauca es el caso emblemático en términos de remesas recibidas. Solo durante el 2015 captó 1.263.6 millones de dólares.
La gráfica 3 muestra el monto y el país de origen de las remesas recibidas. Para todos los años de la gráfica, el país de donde más provienen remesas son los Estados Unidos. En 2015, de allí provenían poco menos de la mitad de todos los giros que llegaron al país, registrando, de igual manera, como el país donde el flujo de divisas hacía Colombia comportó el mayor incremento respecto al año anterior. España es el segundo país de origen de remesas, pero con tendencia a reducir su participación.
En la gráfica destaca la presencia de países de la región como Panamá (tercero en el ranking), Chile (cuarto), Ecuador (Sexto), México y Perú. La desaparición de Venezuela de todas las estadísticas, así como la tendencia al decaimiento de España, certifican que el flujo de remesas está directamente relacionado con las condiciones económicas que experimentan los países en los que se asientan los migrantes.
La mano de obra, este viejo “producto” de exportación colombiano, ahora registra como uno de los principales rubros exportados por el país, con lo cual se confirma que tanto en su interior como fuera de él, los marginados y los trabajadores en general son quienes sostienen y quienes garantizan el avance del país.
1 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde). Migración internacional en las Américas. Sicremi 2015.
2 Comisión Económica para América Latina (Cepal). Nuevas tendencias y dinámicas migratorias en América Latina y El Caribe. Santiago de Chile, 2016.
3 Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Perfil Migratorio de Colombia. Bogotá, Junio del 2010.
4 Las remesas impactan positivamente la economía del país. http://www.dinero.com/edicion-impresa/pais/articulo/remesas-de-colombia-alcanzan-los-us4700-millones/218797. 2 de abril del 2016.
5 Remesas al país aumentan 16%. http://www.elespectador.com/noticias/economia/remesas-al-pais-aumentan-16-articulo-580553. 20 de agosto del 2015.
6 US$ 2.100 millones: récord de remesas desde EE. UU. http://www.eltiempo.com/economia/sectores/remesas-a-colombia/16547387. 28 de marzo de 2016
Atrás quedó la época de las vacas gordas, los efectos de las vacas flacas tendremos que degustarlos la mayoría de los colombianos. Durante la bonanza del precio de las materias primas, el Gobierno se dedicó a transmitir un falso optimismo que no condujo al aprovechamiento colectivo de los recursos, por el contrario fueron dirigidos para beneficio de unos pocos, y otro tanto derrochados. Evidencia de esto se encuentra en las importaciones que en los últimos diez años aumentaron de 1 a 12 millones de toneladas.
Realidad cambiante. En el 2016 al menos 23 billones de pesos menos reposan en las arcas del Estado por cuenta del bajo precio de los hidrocarburos, a esto debe sumarse el hecho que en este mismo año los ingresos por petróleo serán equivalentes a $0 pesos1. Un “tijeretazo”2 de 6 billones de pesos se anunció a principios del año para el Presupuesto General de La Nación: Empleo (-19 por ciento), Comunicaciones (-13.11 por ciento), ambiente y desarrollo (-12.4 por ciento), información estadística (-9.9 por ciento), vivienda (-4.7 por ciento) y educación (-0.44 por ciento).
Al tiempo que difundía estos recortes, el Gobierno dejaba en claro que entre sus gastos intocables, a los que no les rebajaría la asignación, están: las transferencias a los departamentos (por obligación constitucional), los intereses de la deuda externa y, según El Tiempo: “se excluyen los gastos generales asociados a operaciones militares y de Policía, pues, según explicó el Ministro de Hacienda, “se trata de gastos en combustible, dotación y alimentación de la Fuerza Pública”. Intocable los montos destinados a la seguridad del Estado.
Crece el desempleo. Según el economista Libardo Sarmiento Anzola3: “[...] En enero de 2016 la tasa de desempleo nacional escaló 11.9 por ciento, y en las 13 ciudades y áreas metropolitanas su guarismo alcanzó 14.1 por ciento, según los datos oficiales reportados por el Dane”. A sus impactos debe sumarse el incremento de la inflación que en julio del presente año fue del 8.97%, y los ajustes que pretenden controlar esta variable a través del incremento de la tasa de usura hasta el 32.01%4.
En palabras de Sarmiento Anzola: “Durante la última década Colombia era la envidia del vecindario. Su economía crecía a un ritmo promedio anual superior al 4 por ciento (período 2004-2014), el desempleo se reducía a un dígito y la incidencia de la pobreza por ingresos caía de 55,2 por ciento en 2001 a 27,8 en 2015 (gráfico 3) [...] la realidad demostró que en una economía fundamentada en la especulación financiera e inmobiliaria, el rentismo y el extractivismo de los recursos naturales y energéticos, el desarrollo es insostenible”.
1 Colombia va a recibir cero pesos por ingresos de petróleo este año: Minhacienda. http://caracol.com.co/radio/2016/06/11/economia/1465608546_225297.html. 11 de junio del 2016.
2 Empleo público, el más sacrificado en recorte presupuestal en el 2016. http://www.eltiempo.com/economia/sectores/recorte-presupuestal-del-gobierno-en-el-2016/16518628. 23 de febrero de 2016.
3 El desempleo golpea una vez más. https://www.desdeabajo.info/ediciones/item/28442-el-desempleo-golpea-una-vez-mas.html. 28 de marzo del 2016.
4 http://www.dinero.com/economia/articulo/tasa-de-usura-en-tercer-trimestre-de-2016-sube-120-puntos-basicos/225160
Fuente: Economíapolítica del Presupuesto General de La Nación 2016.https://www.desdeabajo.info/ediciones/item/27704-economia-politica-del-presupuesto-general-de-la-nacion-2016.html
La señora Doris Alicia Ceballos, habló desde Medellín con el periódico desdeabajo y relató una experiencia migratoria bastante representativa.
Doris Alicia Ceballos –D.C.– Eso empezó hace 25 años, cuando mi hermano menor se fue por “el hueco”, como solían por aquella época irse las personas. Llegó donde un tío que le colaboró y buscó empleo. Él era soltero en ese entonces, mandaba el dinero para colaborarle a mi mamá y para ayudarme a mí con mis dos hijos. Luego, con el tiempo, más o menos por allí a los diez años, él le ayudó a otro hermano para que se fuera, pero mi hermano sí viajó con papeles, ósea, con visa de turista. Estando ya en Estados Unidos (EU) trabajó y también mandaba dinero para mi mamá, dinero para colaborarme a mí con mis hijos [...] yo estaba estudiando en la universidad, en fin.
Cada mes mandaban el dinero para pagar los servicios de mi mamá, para comprarle el mercado y para colaborarme a mí. Eso ha sido sagrado como desde hace 25 años. Luego mandaron por mí, yo me fui también legal, estuve un tiempo allá, trabajé, dejé mis hijos acá y les mandaba también mensualmente la remesa para que mercaran, pagarán servicios y todo eso.
D.C. Con el tiempo decido volverme. Para mí fue muy duro estar por allá, para los hijos durísimo, entonces tomamos la decisión de que era mejor quedarnos aquí tomando agua de panela si nos tocaba, pero estar juntos. Es de las experiencias más duras que he tenido en mi vida, te digo que lloré todos los días estando sin ellos, además de que uno se tiene que matar mucho. Trabajaba honestamente para poder vivir en los EU y enviar dinero, para lo cual hay que matarse mucho; en los últimos días de aquella época dormía cuatro horas pues tenía tres empleos, y así ahorrar dinero y poderme venir.
Hace dos años, el primero de mis hermanos que se fue –que hubiera cumplido 25 años de estadía si todavía estuviera allá–, también decidió regresar, él de todas maneras se hizo ciudadano norteamericano, tiene papeles en regla, pero prefirió venirse para acá, él dice que prefiere terminar sus años en Colombia, y cada determinado tiempo viaja, porque tiene una hija allá. El otro hermano también tiene dentro de sus pensamientos regresar lo más pronto que pueda.
DC. Si ellos no mandaban ese dinero nos cortaban los servicios, así se sencillo. Era la forma como nos sosteníamos, hasta que terminé la universidad y me puse a trabajar, así empecé a ejercer mi profesión y ya se alivió un poquito la carga porque ya podía mercar, ya podía pagar servicios. Aunque ya contábamos con este ingreso, ellos siguieron mandándole a mi mamá su dinero, pero ya me soltaron las riendas un poquito porque ya tenía.
DC. Mi hermano envía, sí, pero no tanta cantidad porque la economía de los EU ha desmejorado mucho. Una veces hay empleo, otras veces no; la situación es tal que en algunas ocasiones somos nosotros quienes le enviamos a él.
Al tiempo que en el 2016 el PIB sufre contracción, y la inflación y el desempleo crecen, las remesas enviadas desde el exterior por miles de trabajadores que salieron en busca de mejor futuro, registran un inocultable alivio: más de 12 billones de pesos fue la suma recibida durante el 2015, en dólares 4.635 millones. En lo corrido del año en curso lo recibido suma 2.346 millones de dólares, doce por ciento más que en el primer semestre del año anterior. En búsqueda del sustento, continúan abriendo trocha por el mundo miles de connacionales.
Colombia registra como uno de los países con mayor emigración en Latinoamérica. Datos de la Ocde1 confirman que 100 mil migrantes nacionales abandonan cada año el país para radicarse de forma permanente en territorio de la Ocde o de América Latina; alrededor de 2 millones de ellos ya eran migrantes permanentes en países de la región2, estudio que solo toma en cuenta los últimos años y no registra la inmensa colonia asentada en Venezuela; en términos de migraciones regionales Colombia solo es superada por México y El Salvador.
Olas de migrantes impulsadas, principalmente, por la economía. A partir de la segunda mitad de la década de los noventa fue evidente la aceleración en los flujos migratorios de connacionales hacia el exterior, realidad atribuida de manera principal a la crisis económica de fin de siglo (Cárdenas y Mejía, 2006)3.
Paradoja. Estas migraciones no solo constituyen una alternativa de vida y progreso para las familias de los migrantes que aguardan en Colombia, sino que también terminaron por convertirse en uno de los factores dinamizadores de las economías regionales del país golpeadas por la crisis más fuerte de los últimos años (Ver Recuadro 1). Los miles de millones de dólares enviados por estos trabajadores que no encontraron trabajo en el país, o cuyos ingresos eran insuficientes para velar por su familia, son el paliativo que alivia la rudeza de las condiciones impuestas por el desempleo, los malos salarios, la recesión y el estancamiento.
Luego de una tendencia a la baja entre los años 2009 y 2014, las remesas repuntaron en 2015. Según la revista Dinero4: “El impacto para la economía colombiana es positivo. Por cuenta de la devaluación, los dólares que recibe una familia en el Eje Cafetero o en el Valle valen hoy 65% más que a principios de 2014 y 41% más que hace un año. Según el Banco de la República, a septiembre las remesas habían irrigado durante 2015 a toda la economía nacional más de $3 billones por trimestre ($9 billones a septiembre); esto significa que este rubro ya representaba más de un punto del PIB colombiano”.
La tendencia durante el 2016 es al aumento. Según El Espectador: “Cifras del Banco de la República revelan que en los primeros siete meses del 2015 los colombianos en el exterior aumentaron en 16% sus envíos de remesas al país, llegando a US$2.694,7 millones, frente a igual período de 2014, gracias a la subida del dólar”5. Los impactos están focalizados en regiones. En el caso del Valle del Cauca, las remesas pueden ser una muy buena explicación de por qué esta región, incluso en épocas de crisis, crece por encima de la economía nacional.
Hoy las remesas que llegan al país desde los Estados Unidos, o desde países europeos o latinoamericanos, pueden representar hasta un 1.5 por ciento del PIB. Al ritmo que empeoran las condiciones económicas en el país, y sus efectos comienzan a sentirse en la propia mesa de los colombianos, los “giros” se constituyen en un valioso activo para numerosos núcleos familiares, constituyéndose en recursos providenciales con capacidad para afectar los estilos de vida y consumo de millones de connacionales, oportunidades y servicios que no podrían adquirir con sus menguados y corrientes ingresos.
Luego de ser un destacado artífice de las condiciones que forzaron a millones de connacionales a desperdigarse por todo el mundo en busca del sustento, el Gobierno, junto a sus socios del sector financiero, quiere sacar un creciente partido de los recursos que envían los alojados allende la frontera. Según El Tiempo6: “El centro de estudios Anif advierte que a los colombianos residentes en el exterior que envían recursos a sus familiares y amigos en el país, les resultan cada vez más costosos esos giros. También considera que el exceso de regulación que el Gobierno les ha impuesto a las entidades financieras para canalizar estos recursos hacia el país está dejando a muchas por fuera, pues esto les encarece demasiado este tipo de operaciones, al tiempo que hace que esos dineros comiencen a buscar alternativas informales, con los agravantes que esto implica”. Lo único que les interesa es ganar con el esfuerzo ajeno.
Como ilustra la gráfica 1, a partir del año 2015 se reporta incremento en las remesas que llegan a Colombia. La afluencia de estas durante los primeros seis meses del año 2016 supera los montos recibidos en los mismos meses de los años anteriores. Este fenómeno, aunado a la devaluación de peso, y las constantes crisis económicas, puede contribuir a exacerbar las tendencias migratorias que caracterizan al país.
En la medida en que la crisis se prolongue, y la disparidad del peso con el dólar y el euro permanezca tan pronunciada, puede tomar forma –bajo contextos socioeconómicos similares– un fenómeno de diferenciación de consumo de bienes y servicios, estilos de vida y acceso a oportunidades entre las familias que reciben estos giros y aquellas que no los reciben. Si esto sucede, es de esperar un mayor flujo de colombianos hacía el exterior, tanto de mano de obra no calificada como de aquella que sí cursó universidad.
En términos espaciales las remesas ameritan desagregación, pues su distribución no es homogénea en todo el territorio nacional. La gráfica 2 ilustra la situación de los diez departamentos que más reciben ingresos por este concepto. El Valle del Cauca es el caso emblemático en términos de remesas recibidas. Solo durante el 2015 captó 1.263.6 millones de dólares.
La gráfica 3 muestra el monto y el país de origen de las remesas recibidas. Para todos los años de la gráfica, el país de donde más provienen remesas son los Estados Unidos. En 2015, de allí provenían poco menos de la mitad de todos los giros que llegaron al país, registrando, de igual manera, como el país donde el flujo de divisas hacía Colombia comportó el mayor incremento respecto al año anterior. España es el segundo país de origen de remesas, pero con tendencia a reducir su participación.
En la gráfica destaca la presencia de países de la región como Panamá (tercero en el ranking), Chile (cuarto), Ecuador (Sexto), México y Perú. La desaparición de Venezuela de todas las estadísticas, así como la tendencia al decaimiento de España, certifican que el flujo de remesas está directamente relacionado con las condiciones económicas que experimentan los países en los que se asientan los migrantes.
La mano de obra, este viejo “producto” de exportación colombiano, ahora registra como uno de los principales rubros exportados por el país, con lo cual se confirma que tanto en su interior como fuera de él, los marginados y los trabajadores en general son quienes sostienen y quienes garantizan el avance del país.
1 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde). Migración internacional en las Américas. Sicremi 2015.
2 Comisión Económica para América Latina (Cepal). Nuevas tendencias y dinámicas migratorias en América Latina y El Caribe. Santiago de Chile, 2016.
3 Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Perfil Migratorio de Colombia. Bogotá, Junio del 2010.
4 Las remesas impactan positivamente la economía del país. http://www.dinero.com/edicion-impresa/pais/articulo/remesas-de-colombia-alcanzan-los-us4700-millones/218797. 2 de abril del 2016.
5 Remesas al país aumentan 16%. http://www.elespectador.com/noticias/economia/remesas-al-pais-aumentan-16-articulo-580553. 20 de agosto del 2015.
6 US$ 2.100 millones: récord de remesas desde EE. UU. http://www.eltiempo.com/economia/sectores/remesas-a-colombia/16547387. 28 de marzo de 2016
Atrás quedó la época de las vacas gordas, los efectos de las vacas flacas tendremos que degustarlos la mayoría de los colombianos. Durante la bonanza del precio de las materias primas, el Gobierno se dedicó a transmitir un falso optimismo que no condujo al aprovechamiento colectivo de los recursos, por el contrario fueron dirigidos para beneficio de unos pocos, y otro tanto derrochados. Evidencia de esto se encuentra en las importaciones que en los últimos diez años aumentaron de 1 a 12 millones de toneladas.
Realidad cambiante. En el 2016 al menos 23 billones de pesos menos reposan en las arcas del Estado por cuenta del bajo precio de los hidrocarburos, a esto debe sumarse el hecho que en este mismo año los ingresos por petróleo serán equivalentes a $0 pesos1. Un “tijeretazo”2 de 6 billones de pesos se anunció a principios del año para el Presupuesto General de La Nación: Empleo (-19 por ciento), Comunicaciones (-13.11 por ciento), ambiente y desarrollo (-12.4 por ciento), información estadística (-9.9 por ciento), vivienda (-4.7 por ciento) y educación (-0.44 por ciento).
Al tiempo que difundía estos recortes, el Gobierno dejaba en claro que entre sus gastos intocables, a los que no les rebajaría la asignación, están: las transferencias a los departamentos (por obligación constitucional), los intereses de la deuda externa y, según El Tiempo: “se excluyen los gastos generales asociados a operaciones militares y de Policía, pues, según explicó el Ministro de Hacienda, “se trata de gastos en combustible, dotación y alimentación de la Fuerza Pública”. Intocable los montos destinados a la seguridad del Estado.
Crece el desempleo. Según el economista Libardo Sarmiento Anzola3: “[...] En enero de 2016 la tasa de desempleo nacional escaló 11.9 por ciento, y en las 13 ciudades y áreas metropolitanas su guarismo alcanzó 14.1 por ciento, según los datos oficiales reportados por el Dane”. A sus impactos debe sumarse el incremento de la inflación que en julio del presente año fue del 8.97%, y los ajustes que pretenden controlar esta variable a través del incremento de la tasa de usura hasta el 32.01%4.
En palabras de Sarmiento Anzola: “Durante la última década Colombia era la envidia del vecindario. Su economía crecía a un ritmo promedio anual superior al 4 por ciento (período 2004-2014), el desempleo se reducía a un dígito y la incidencia de la pobreza por ingresos caía de 55,2 por ciento en 2001 a 27,8 en 2015 (gráfico 3) [...] la realidad demostró que en una economía fundamentada en la especulación financiera e inmobiliaria, el rentismo y el extractivismo de los recursos naturales y energéticos, el desarrollo es insostenible”.
1 Colombia va a recibir cero pesos por ingresos de petróleo este año: Minhacienda. http://caracol.com.co/radio/2016/06/11/economia/1465608546_225297.html. 11 de junio del 2016.
2 Empleo público, el más sacrificado en recorte presupuestal en el 2016. http://www.eltiempo.com/economia/sectores/recorte-presupuestal-del-gobierno-en-el-2016/16518628. 23 de febrero de 2016.
3 El desempleo golpea una vez más. https://www.desdeabajo.info/ediciones/item/28442-el-desempleo-golpea-una-vez-mas.html. 28 de marzo del 2016.
Fuente: Economíapolítica del Presupuesto General de La Nación 2016.https://www.desdeabajo.info/ediciones/item/27704-economia-politica-del-presupuesto-general-de-la-nacion-2016.html
La señora Doris Alicia Ceballos, habló desde Medellín con el periódico desdeabajo y relató una experiencia migratoria bastante representativa.
Doris Alicia Ceballos –D.C.– Eso empezó hace 25 años, cuando mi hermano menor se fue por “el hueco”, como solían por aquella época irse las personas. Llegó donde un tío que le colaboró y buscó empleo. Él era soltero en ese entonces, mandaba el dinero para colaborarle a mi mamá y para ayudarme a mí con mis dos hijos. Luego, con el tiempo, más o menos por allí a los diez años, él le ayudó a otro hermano para que se fuera, pero mi hermano sí viajó con papeles, ósea, con visa de turista. Estando ya en Estados Unidos (EU) trabajó y también mandaba dinero para mi mamá, dinero para colaborarme a mí con mis hijos [...] yo estaba estudiando en la universidad, en fin.
Cada mes mandaban el dinero para pagar los servicios de mi mamá, para comprarle el mercado y para colaborarme a mí. Eso ha sido sagrado como desde hace 25 años. Luego mandaron por mí, yo me fui también legal, estuve un tiempo allá, trabajé, dejé mis hijos acá y les mandaba también mensualmente la remesa para que mercaran, pagarán servicios y todo eso.
D.C. Con el tiempo decido volverme. Para mí fue muy duro estar por allá, para los hijos durísimo, entonces tomamos la decisión de que era mejor quedarnos aquí tomando agua de panela si nos tocaba, pero estar juntos. Es de las experiencias más duras que he tenido en mi vida, te digo que lloré todos los días estando sin ellos, además de que uno se tiene que matar mucho. Trabajaba honestamente para poder vivir en los EU y enviar dinero, para lo cual hay que matarse mucho; en los últimos días de aquella época dormía cuatro horas pues tenía tres empleos, y así ahorrar dinero y poderme venir.
Hace dos años, el primero de mis hermanos que se fue –que hubiera cumplido 25 años de estadía si todavía estuviera allá–, también decidió regresar, él de todas maneras se hizo ciudadano norteamericano, tiene papeles en regla, pero prefirió venirse para acá, él dice que prefiere terminar sus años en Colombia, y cada determinado tiempo viaja, porque tiene una hija allá. El otro hermano también tiene dentro de sus pensamientos regresar lo más pronto que pueda.
DC. Si ellos no mandaban ese dinero nos cortaban los servicios, así se sencillo. Era la forma como nos sosteníamos, hasta que terminé la universidad y me puse a trabajar, así empecé a ejercer mi profesión y ya se alivió un poquito la carga porque ya podía mercar, ya podía pagar servicios. Aunque ya contábamos con este ingreso, ellos siguieron mandándole a mi mamá su dinero, pero ya me soltaron las riendas un poquito porque ya tenía.
DC. Mi hermano envía, sí, pero no tanta cantidad porque la economía de los EU ha desmejorado mucho. Una veces hay empleo, otras veces no; la situación es tal que en algunas ocasiones somos nosotros quienes le enviamos a él.
Inesperadamente, los cuatro jinetes del Apocalipsis cabalgaron sobre el inmigrante ecuatoriano Diomedes Carrión, coceado por el paro, la pancreatitis, la ruina y la desesperanza. "Dice el doctor que lo mío es largo, pero no me da un veredicto de nada". Desde hace un año no puede enviar dinero a sus dos hijos en Quito, de 13 y 14 años, a quienes no ha visto desde 2001, el año del desembarco en España. "Vivo de mi señora, que trabaja por ahí, en un bar". La crisis económica ahorca a la familia Carrión y a los 780.000 inmigrantes registrados sin empleo en el cuarto trimestre de 2008, según la encuesta de población activa (EPA). "Me he comido el finiquito, los ahorros, y ya no tengo nada, y mi familia, allá, tampoco".
El drama del paro es doble entre los inmigrantes porque todos afrontan gastos en España, desde el alquiler o la compra de un piso hasta la diaria manutención, y gastos en origen, donde millones de parientes dependen de sus remesas de dinero para comer, escolarizarse o dormir bajo techo. La recesión agravó el trance al reducir el envío de remesas desde España, que cayeron el año pasado hasta los 7.840 millones de euros desde los 8.445 millones de euros de 2007, según el Banco de España. La disminución fue especialmente dura en Bolivia, Ecuador y Colombia, y este año será mucho más pronunciada porque la destrucción de empleo continúa.
Otro ecuatoriano abatido y triste relata su calvario en un banco de la calle de Oporto de Madrid. "Llevo siete años tratando de legalizarme y no me lo permiten. Me siento humillado", dice J. C., de 39 años, que no quiere ser identificado. "Ya me han rechazado dos solicitudes, pero sigo luchando". Los abusos cometidos con J. C., siempre a salto de mata entre los andamios y las cerrajerías, son frecuentes. "Si vienen los inspectores, les dices que me estás trabajando sólo por un día porque necesitas comer", le exigió un empleador. Su madre y hermano han vivido de los 250 euros mensuales enviados hasta finales de 2007, en que fue despedido definitivamente.
Paga 250 euros por una habitación, vive de las chapuzas y muestra una abultada carpeta de formularios, solicitudes y requerimientos administrativos. Paso a paso los cumple, pero el purgatorio lo está matando. Comenzó con 180 euros semanales en una constructora que quebró, y consiguió tajo después en una obra de Guadalajara hasta la inspección de Trabajo. "Me multaron a mí con 350 euros por estar trabajando... y el jefe me despidió". Detenido por la policía, ha dormido en los calabozos de comisaría, y renunció a la denuncia judicial en varias ocasiones porque temió la deportación. "Tengo un hijo de 18 años que nunca ha vivido conmigo, y soy la cabeza del hogar de mi madre y de mi hermano, de 22 años. Estoy un poco derrumbado, pero todavía tengo fuerzas".
La población inmigrante latinoamericana vive angustiada con la posibilidad de perder el piso, los ahorros, la educación de sus hijos y los sueños. El progresivo desplome de las remesas afecta a las sociedades que las necesitan, vapuleadas todas por la pobreza, la informalidad laboral y la ausencia de oportunidades. La mayoría las dedica a la comida, las ropas y el alojamiento, y el eventual sobrante es invertido en vivienda, pequeños negocios, educación y salud, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
A 8.543 kilómetros de Madrid, en Quito, Eulalia, madre de J. C., implora ayuda, en una conversación telefónica. "Sufro mucho, demasiado, porque él ha sido nuestro apoyo desde allá. Me ha mandado siempre para la comidita, y ahorita tengo que luchar, lucho solita, pero como ya estoy con mi edad (56 años) no me quieren dar trabajo. Trabajo de lo que sea, lavando o limpiando". La situación económica es tristísima y todos malviven apretados. "Pero soy fuerte y mi hijo es como yo, decidido y valiente. Si usted, como señor periodista, pudiera ayudarle...", agrega Eulalia. "Y dos hijos separados: uno estudiando aquí y el otro allá sin verlo en casi ocho años".
¿Y cómo se apaña usted? "Pues una sobrina me prestó una casita y aquí vivo". La mujer sueña con un terreno donde sus dos hijos puedan edificar una casa "para que nadie les mande salir cuando yo muera". Quisiera el regreso del hijo, pero se lo piensa dos veces, no está tan segura de que sea lo mejor porque "aquí tampoco hay trabajo". Antonio, de 22 años, hermano de J. C., estudiante de educación física en Quito, deberá ponerse a trabajar. "Estamos muy preocupados por él. Ha sido como un padre para mí, pero yo le diría que volviera".
El paro y la incertidumbre son corrosivos, según Juana Molano, psicóloga de la asociación humanitaria AESCO (América España Solidaridad y Cooperación), que ayuda a inmigrantes atormentados por la crisis y las deudas. "Todo eso genera muchos conflictos y tensiones internas, y hay familias, matrimonios y parejas que no han resistido y se rompieron. Es muy duro no poder cumplir con los proyectos que tenían al llegar a España". Y quienes somatizan el estrés y la ansiedad caen en el insomnio, la intolerancia y la agresividad. "A veces, las rupturas matrimoniales llevan a las situaciones de personas que se quedan solas con el compromiso del piso, de los hijos y de todo. Y la otra que ha vuelto a su país", dice Molano.
Las mujeres sin hijos pequeños a su cargo pueden encontrar trabajo en el servicio doméstico o en el cuarto de fregonas de la hostelería, pero los hombres no levantan cabeza y se desesperan. "Suelen venir a la consulta a informarse, y es muy valioso para ellos poder expresar en palabras sus sentimientos de angustia ante una persona que les escucha. Hacemos un seguimiento, un acompañamiento caso por caso, para ayudarles en lo que podamos, desde la búsqueda de comedores hasta hablar con los hijos de la situación", dice la psicóloga. El dilema de Diomedes Carrión, de 40 años, es arduo: lo echaron del taller de pintura cuando enfermó de gravedad. Recibe 650 euros de la Seguridad Social, y su esposa, limpiadora, suma otros seiscientos, pero un hijo de 15 meses limita la libertad laboral de la madre. Una hipoteca de 240.000 euros absorbe 1.500 euros mensuales. Las facturas del gas, electricidad, agua, etcétera, son casi impagables. Este mes se declarará insolvente y en mora.
"Sigo de baja médica. Mi jefe me despidió por enfermo. Antes mandaba a mis hijos 400 dólares mensuales, pero ya no puedo", dice. "La señora que cuidaba a mis hijos ya no quiere cuidármelos porque no he hecho un envío desde que caí enfermo hace ocho meses. Ahora me los cuida un hermano de mi señora, de favor". Diomedes tiene la voz cansina, trágicamente monocorde: "Seguimos rebuscando y rebuscando, pero ya no tengo más. Voy vendiendo cosas que tengo, la radio o lo que sea. Cualquier cosita que puede vender, la vendo para poder comer".
El colombiano Arlex Guillermo Guerra, de 39 años, también las pasa canutas, pero el patrimonio acumulado durante años de trabajo a destajo, de sol a sol, limita los estragos de la crisis. Le iba bien, con contratos fijos y buenos ingresos, hasta su despido de una mensajería en septiembre del pasado año. Cobrará 850 euros de paro hasta septiembre próximo. Vive con su esposa, que gana otros 800 de limpiadora, y tres hijos de 15, 10 y 8 años. "En septiembre me ahogo con los colegios y los uniformes". Independientemente de los cuantiosos gastos fijos, el crédito hipotecario de 190.000 euros se lleva 1.000 euros mensuales. Sus padres y un sobrino dependen de sus transferencias a la ciudad de Pereira, en las estribaciones de la cordillera de los Andes. "Les enviaba 170 euros, pero lo he tenido que dejar en 70, para que el chico no se quede tirado en los estudios. Su calidad de vida ha caído porque allá 170 euros es dinero. Antes también les enviábamos ropa en cajas de veinte kilos, pero eso se terminó".
El carácter emprendedor e infatigable de Arlex Guillermo le permitió comprar una excavadora, necesitada de unos repuestos de mil euros que no puede comprar, y dos casas en Colombia. El alquiler de una de ellas, 140 euros mensuales, sufraga los gastos de sus padres. Desde Pereira, Juan David, de 20 años, el sobrino, estudiante de tercer año en el Instituto Agropecuario de Colombia, cuenta que ha debido apretarse el cinturón, limitar el uso de la moto y aceptar "que ya no tengo las mismas capacidades de siempre". "El dinero de mi tío era muy importante. El transporte se me ha dificultado, y también las prácticas en el campo, ya que hay que pagarlas", agrega. Juan David compaginará trabajos de temporero con la universidad. "De momento, para ahorrar en combustible me voy el lunes en moto a la universidad y me quedo a dormir tres días en casa de un amigo que vive cerca y me colabora. No pude pagar el semestre de la universidad, que son 500 euros, porque mi tío sólo me pudo mandar 300 y el resto hay que financiarlo. De entrada ya me están cobrando intereses".
También en paro, también colombianas, Karen Delgado, de 28, y su hermana, de 36, madre soltera con un hijo de ocho años y otro de diez meses, viven con lo puesto a la espera de que amaine la tormenta. Karen, que trabajó de camarera, teleoperadora, administrativa y de lo que hiciera falta, perdió la última ocupación en octubre. Ahora saca unos 300 euros mensuales de aquí y allí, y su hermana, los 900 del paro, pero sólo la guardería privada, al negarles la pública, y el alquiler de la vivienda cuestan más de 1.300 euros. Otras facturan suman otros 400. No les llega ni de lejos, y las remesas a su madre y otros familiares en Colombia, que oscilaban entre los 150 y 200 euros, son ya imposibles. "Llevamos mucho tiempo en el exterior, siete u ocho años, y siempre hemos enviado dinero todos los meses a Colombia, pero desde hace siete meses, ni un céntimo. ¿De dónde? Apenas podemos con los pagos y ya vamos atrasadas". Al otro lado del Atlántico, la madre de las dos jóvenes, María Figueroa, de 56 años, lo lamenta "porque ellas me mantenían y mandaban la platica para la comida, para los servicios, para el teléfono, y ahora ya no me pueden mandar. De ellas dependíamos mi nieto y otros dos hijos, que cuando pueden alquilan el carro (coche), porque acá tampoco hay trabajo". María alquiló la habitación que ellas dejaron cuando partieron hacia España. "Esa ayuda que ya no tengo me tiene enferma. A veces me pongo a llorar todo el día porque no sé qué hacer. Por mucho que haga, no consigo trabajo. Si no hay para los jóvenes, imagínese para mí, que ya soy vieja".
Leonardo Clavos, boliviano de Tarija, de 49 años, mecánico electricista, todavía es joven y animoso, pero tampoco encuentra faena desde que perdió la última, en agosto del pasado año, en una empresa de aire acondicionado. No cobra el paro porque, aunque está a punto de regularizarse, aún es ilegal. Cada mañana, el evangelista Clavos se encomienda al Altísimo. "Me pongo en las manos de Dios y luego recién continuo mi labor cotidiana". La rutina es encontrar algo a toda costa, y volverá a Tarija si fracasa. En España desde 2005, tiene un hijo en el Ejército. Con los ingresos del chaval y los de su mujer, en torno a los 1.500 euros, la familia apenas sobrevive y debió recortar hasta los 100 euros su remesa a la empobrecida Bolivia, donde tres hijos, de 29, 25 y 15 años, dependen de ella. "Antes mandaba 350, 500 o más de mil. Mis hijos tienen que entender que ya no puedo y tienen que rebuscar por allí, que es muy difícil", reconoce Clavos. ¿Le ayuda mucho la fe? "Sí, claro. Todo por el amor de Dios, con eso andamos". -
Por, JUAN JESÚS AZNÁREZ 11/04/2009
'Parados por partida doble' es un reportaje del suplemento Domingo del 12 de abril de 2009
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