Dilemas, tendencias y deudas


Hernando Gómez Serrano

“El Polo debe hacer propuestas sobre una nueva estructura de poder para Colombia”

 


da. El PDA revisará su carácter en el próximo congreso. Según su opinión, ¿esta organización social y política debe ser un partido o un frente integrado por diversidad de tendencias políticas, o asumir otra naturaleza?

Hernando Gómez Serrano. En primer lugar, destaco el orden de las palabras en la pregunta, ya que el PDA es una organización socio-política en que la índole social es inseparable de la acción política. En tal sentido, pensar si el Polo debe ser partido o no, en el sentido clásico del término, pasa a ser algo secundario; más bien debe buscarse una estructura flexible que potencie de modo efectivo la participación y la expresión de los diversos colectivos sociales, comunitarios, sectoriales, étnicos, poblacionales y políticos que componen la nación.

 

da. ¿Cómo debería ser el funcionamiento del Polo?

HGS. En tanto que los procesos sociales se gestan y expresan en los territorios, considero que el funcionamiento del PDA ha de recoger las problemáticas gestadas en los territorios, no sólo su representación territorial sino también las formas de organización social y comunitaria que operan allí. Pienso que la organización, además de tener una estructura que permita la expresión de diferentes grupos políticos, debe abrir espacio a los movimientos sociales, los sectores poblacionales, los grupos y etnias, y demás expresiones de lo social.

 

da. A pesar de lo distantes que estamos de las elecciones presidenciales en Colombia, el tema gana espacio en diversidad de organizaciones políticas. De acuerdo con su criterio, ¿para ese certamen, el Polo debe definir un candidato único o uno de concertación?

HGS. Soy tajante al afirmar que en el Polo debemos jugárnosla con candidatura única para las elecciones presidenciales, capaz de aglutinar de nuevo a los sectores simpatizantes y militantes del PDA. Candidatura que surja de una consulta interna, y que exprese la identidad política y programática del partido como resultado de la aplicación del Ideario de Unidad y la consolidación de la unidad en el debate y expresión de las diferencias. Creo que para la opinión pública es extraño, por decir lo menos, que al acercarse las elecciones, el PDA, que propone opciones nuevas y cambios estructurales al modelo económico, a la estructura del poder, a las prácticas políticas tradicionales, pierda su identidad y empiece a difuminarse en cantidad de ofertas electorales. Creo, aún más, que el Polo, con candidato de unidad, le presenta al país un motivo y una opción más para ponerle fin al embrujo uribista, más todavía cuando tenemos un antecedente electoral, sin precedentes, con un acumulado electoral muy importante, como fue el caso de la candidatura del doctor Carlos Gaviria.

 

da. En todo caso, la agenda presidencial depende de cómo se resuelva el tema de una posible nueva reelección en Colombia. ¿No cree que, al insistir en lo electoral presidencial, se está negando esta posible coyuntura y todo lo que se derive de ella? HGS. Insisto: nuestro partido y su imagen ciudadana se fortalecen y contrarrestan las pretensiones reeleccionistas de Uribe si con vigor, en forma directa, con propuestas y personalidad definida de izquierda democrática, sale a ofrecer un candidato capaz de decirle No al Presidente. Si el curso de los acontecimientos muestra otras condiciones –la política es así–, el Polo está en plena condición de inteligencia para revisar cualquiera que sea su decisión.

 

da. Los estatutos del PDA suscitan constante debate. ¿Propondrá usted reformas a los mismos? ¿En qué sentido?

HGS. Lo primero que se debe revisar es la composición, los procedimientos y la estructura del Comité Ejecutivo Nacional, ya que, en mi opinión, se ha vuelto inoperante, sin conexión cotidiana con el conjunto del Polo, priorizando agendas de los partidos, y, lo que es aún peor, sin capacidad de reacción ante los cambiantes acontecimientos de la vida nacional. Pienso en la necesidad de construir una estructura mucho más colectiva, no de caudillos, estructura en la cual tengan el mismo peso –y quizás hasta mayor significación– los movimientos sociales que los partidos y/o movimientos políticos. Deseo ese tipo de partido y creo que hacia allá debemos ir. Esta es la tendencia contemporánea, no ajena al ritmo de muchos otros países y otros procesos políticos en marcha en América Latina.

 

da. Algunos dicen que el “Ideario de Unidad” del PDA debe ser reformado. ¿Qué propone usted sobre el particular?

HGS. Cuando uno revisa el Ideario de Unidad en forma juiciosa, descubre que en su estructura básica, principios políticos y contenidos programáticos (generales) está claramente definido contra el neoliberalismo, con claras orientaciones y decisiones sobre los grandes debates mundiales, regionales y nacionales en torno al medio ambiente, el patrimonio público, la equidad y la justicia social, la democracia, las formas de participación social y política, y un sinnúmero más de problemas y situaciones que aquejan al país. En este sentido, es poco o casi nada lo que habrá que reformarle, concentrándonos en su desarrollo o la precisión de cada contenido, con respuestas para la gente ante las múltiples crisis que vive nuestro país. Por tanto, más que la reforma del Ideario, el asunto es cómo llevarlo a la práctica.

 

da. ¿Cuáles considera usted que debieran ser los ejes programáticos para una propuesta de gobierno del PDA?

HGS. Destaco cuatro ejes fundamentales:

1. El programático. El Polo ha de ser capaz y audaz en hacer propuestas sobre una nueva estructura de poder para Colombia. El PDA está en condiciones de proponer un gobierno colectivo, en el cual las diferentes organizaciones sociales, los grupos poblacionales, las étnias, los movimientos y partidos políticos, y las diversas formas de expresión comunitaria, puedan sentarse a reconstruir el país. La convocatoria a una Asamblea Constituyente, que permita esta pluralidad, debe ser el primer acto en el gobierno del PDA.

2. La solución social y política a los conflictos armados para una paz con justicia, verdad, reparación y permanencia en el tiempo. Solución mediante negociación política concreta, capaz de superar los fracasos anteriores, que cambie el modelo fallido de las negociaciones desde el gobierno con un sector particular o un grupo armado, al margen de la sociedad en general y sus organizaciones; pensar más bien en negociaciones en el gobierno mismo, en un gobierno colectivo donde participen todos los sectores sociales, económicos, políticos, gremiales, sectoriales, poblacionales y aun los involucrados en la guerra que quieran dejar las armas para entrar a construir el país que tanto anhelamos.

3. Agenda social, con claras garantías en el respeto de los derechos fundamentales. Una agenda social que se anticipe y contrarreste además los efectos devastadores de la crisis económica y que sea en sí misma la construcción de un nuevo modelo económico ante el descalabro de la concepción capitalista.

4. El PDA tiene que levantar las banderas de la soberanía nacional, en la fraternidad y la integración regional. Y esto tiene connotaciones concretas: territorio (carácter público de los recursos fundamentes, la tierra, el agua de propiedad pública, el aire, el espectro radioeléctrico, nuestros recursos energéticos y biogenéticos, etcétera). Una cultura que recoja las múltiples expresiones de vida en la construcción de nuestra nacionalidad y nuestra identidad. Pero enfatizo: cualquier ejercicio de soberanía, cualquier ejercicio de identidad nacional que se aleje de una propuesta regional, es un ejercicio solitario que no tendrá salida alguna. En síntesis: Soberanía Nacional con integración y fraternidad regional, y asimismo vocación planetaria.

da. Hay diversidad de críticas a la dirección del PDA por su marcada pasividad, evidente en los últimos meses y en repetidas coyunturas que han conmovido al país y el mundo. ¿Está de acuedo con esa crítica? Si es así, ¿a qué cree usted que se debe ese comportamiento?

HGS. Las estructuras y procedimientos para decidir por parte del Polo son lo que impide que el partido reaccione de manera inmediata ante las demandas y los sucesos políticos en marcha, no sólo en Colombia sino asimismo en la región y el mundo.

 

Si, como ya lo mencioné, la estructura directiva del Polo sigue compuesta mayoritariamente por las expresiones parlamentarias, y los movimientos o partidos políticos que confluyen en nuestro partido, siempre estaremos a la zaga de las agendas parlamentarias, y sabemos que éstas, sin quitarle valor, no siempre responden a los sentires y necesidades de la gente.

 

Pero esta pasividad también se puede explicar por la prevalencia que se le da al debate de las divergencias partidistas. El camino es uno: no más debates, a veces chantajes públicos, para forzar acuerdos privados en el partido. Discutamos las diferencias entre los diversos movimientos, partidos y organizaciones sociales (es ésta la mayor riqueza que tiene el PDA), pero no traslademos nuestros problemas al país y menos a la militancia de base.

 

da. Existe, de igual manera, una crítica reiterada al PDA por su énfasis en la acción parlamentaria y su descuido de la resistencia social. ¿Dónde y cómo debiera desarrollarse una mayor cercanía con la sociedad por parte del Polo?

HGS. Si algún día el Polo tuviera la valentía histórica y ética –ante la corrupción que se vive en nuestras instituciones parlamentarias, su inoperancia y la lejanía que tienen del país real– para decir: “Renunciamos al Parlamento y montamos un Parlamento de los Pueblos”, creo que el país se movería; que este país vería en el Polo una nueva y real estructura de poder.

 

Es el momento de poner en tela de juicio el parlamentarismo actual y pensar entonces si es posible un Congreso de los Pueblos, en el cual los diferentes sectores sociales puedan, en un momento dado, decir: “Vamos y ponemos una agenda política desde las necesidades de nuestros pueblos”. Y esto tiene que ver con lo que precisé antes: replantear la estructura del poder del Estado y del país.

 

Finalmente, creo que la autocrítica anteriormente planteada debe extenderse también en la continua revisión de nuestros anteriores y actuales ejercicios de gobierno –departamental, municipal, local o sectorial–, para que guarden estricta coherencia con los principios de nuestro partido y con la voluntad de los electores y las electoras que se fijaron en nosotros, y desde allí establecer criterios, pautas y correctivos indispensables.

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