Las 99 tesis: el Manifiesto desde abajo

Las 99 tesis que próximamente presentaremos a nuestros colaboradores, lectores, amigos y a la comunidad que habla, piensa, trabaja y actúa desde abajo, configuran el pensamiento político más actual, radical y propositivo de nuestro proyecto comunicativo. Un largo trasegar de más de treinta y tres años nos ha llevado a madurar el pensamiento que hoy nos anima e inspira. Hemos tocado muchos puertos, enfrentado marejadas, tormentas y sinsabores para desembocar en el anhelado horizonte de un país donde los de abajo tengan voz, presencia e injerencia en sus propios destinos. La frustración de quienes pensaron, pensamos, que había llegado la hora, no es menor. De allí la necesidad, imperiosa en procura de decantar un proyecto que responda a las necesidades de la difícil coyuntura política que atraviesa el país. Es momento de definir rupturas, de alejarnos de los espejismos, de despertar de las ensoñaciones para reconocer que el camino vislumbrado, por décadas, no es el que nos va a llevar al cambio social.

No es nada nuevo recordar que el sistema mundo capitalista está conduciendo a la humanidad a una crisis terminal. El sistema provoca la enfermedad y a la vez formula los medicamentos. Pero sus remedios son inservibles, provengan de manos conservadoras, liberales, socialdemócratas o fascistas. El remedio debe ser radical, igual la crítica

Las 99 tesis que en este momento estamos debatiendo vehementemente al interior de nuestro proyecto, conforman un programa integral, un llamamiento para dilucidar una estrategia de lucha que anime a las clases populares a imponer a partir de la educación práctica su propia emancipación. Del individualismo egoísta y la confrontación de todos contra todos debemos dar paso a la solidaridad de clase, a la unión y lucha por los propios intereses y necesidades, a la conciencia de hacer parte de lo común, de la familia humana y de la armonía y dependencia de la especie con la naturaleza y toda forma de vida sobre el planeta. La vida debe organizarse mediante asociaciones libres, cooperativas y otras formas de ser, existir y hacer democráticamente constituidas. La lucha es política, económica, ética, cultural, científica y comunicativa. El campo de batalla es integral y no admite la neutralidad. La meta es la emancipación consciente de toda la humanidad y la preservación de su propia dignidad.

Cuando decidimos embarcarnos en este proyecto, algunas de las preguntas que primero surgieron, desde un escenario muy general, fueron, entre otras: ¿Las manos de quiénes construyeron la Catedral de Sal de Zipaquirá? ¿Cuáles mentes, formas de vida, brazos y voluntades conservaron los saberes consuetudinarios que ligan a la naturaleza con el mismo ser humano? ¿Quiénes derrotaron al ejército imperial español y sellaron la independencia de nuestro país y otros cuatro más de nuestra región? ¿Por decisión y acción política propositiva de quienes se logró revertir los yacimientos petroleros para el país y fundar Ecopetrol? ¿Con copamiento de calles por parte de quienes, que ofrendaron la vida de varias decenas, fue posible en el 2021 poner en jaque al establecimiento? ¿Quiénes fueron las víctimas de los mal llamados falsos positivos y quien dio la orden?

En todos estos casos y muchos más, las manos, cerebros, voluntades, acciones, víctimas, son las de las gentes desdeabajo con su praxis consciente. Por ello nuestros nombre, que reivindica que es con la participación organizada de quienes han padecido la exclusión, opresión, persecución, asesinato y negaciones de todo tipo por parte de los detentadores del poder, que tiene razón de ser, es factible y carga futuro cualquier propuesta y acción congruente con una sociedad en la que la opresión, la explotación, la apropiación por unos cuantos de aquello que debe ser de la totalidad que somos queden como un mal recuerdo de tiempos vividos y den paso a todo lo opuesto a ello.

Es por ello que, en política y acción social transformadora, no tiene sentido ni debe pervivir la atomización de los de abajo. Bregamos, por ello, en todo momento, acciones y espacio, por el debate abierto, propositivo e imaginativo de quienes miramos el hoy y el mañana con rostro popular de clase trabajadora, de pueblo.

Solo personas libres pueden luchar, con total conciencia, por hacer real ese estadio de felicidad para toda la humanidad. Y esa libertad implica, entre diversidad de aspectos, acceder y poder realizar trabajos cotidianos según el proyecto de vida que alimente la vida de cada uno; realizándolo en jornadas laborales libremente acordadas entre las partes implicadas en su duración, acciones por realizar y remuneración a que dé lugar, es un propósito por concretar en la ruta hacia una sociedad otra, sin explotados ni explotadores.

Mientras ello pueda concretarse a plenitud, debemos organizarnos, como sociedad militante, fraterna y solidaria, en pos de otro mundo posible, a través de diversidad de experiencias colectivas en las que, sin patronos, y de manera autónoma, consciente y liberadora, definamos en colectivo los procesos productivos por realizar, estableciendo en cada uno de ellos el qué, cómo, cuándo, para qué, así como los usos colectivos de lo generado entre todas y todos.
En pos de ello, es innecesario hacer aquí una crítica del capitalismo como régimen político, cultural y económico. Bastante se ha demostrado su inoperancia para generare riqueza equitativa, para romper desigualdades y para poder generar oportunidades justas y dignas a todos. Así, en lucha con las condiciones sociales –económica, cultural, ambiental y política– dominantes, escribe Marx, la crítica no es la pasión del cerebro sino el cerebro de la pasión. No es un instrumento de disección, es un arma. Su objetivo es el enemigo, al que no quiere refutar sino derrotar. Basta decir aquí que identificamos al sistema mundo capitalista como la causa de la mayoría de los males que padece el planeta, los seres vivos y la especie humana, e imagina y propone como crear y organizar un nuevo mundo.

Las 99 tesis, Manifiesto desde abajo, será una senda por recorrer, en medio de intensas disputas al interior del cuerpo social en el cual, sin duda alguna, una parte del mismo se opondrá a la transformación en curso y solo la más amplia y profunda organización y conciencia de quienes optan por un mundo sin explotación lo hará posible; haciendo efectivo, como una de sus primeros logros la protección colectiva, tanto en salud, seguridad social, vivienda, protección y cuidado de niñez, como de ancianos, discapacitados y toda aquella persona que lo requiera, materializando en continuo todos los derechos fundamentales conquistados por la humanidad en su prolongado batallar por justicia social, para garantizar con ello vida digna para la totalidad social y, con ellos, autonomía personal de manera que todos y cada uno de quienes compartamos un cuerpo social dado podamos optar con plena libertad por el proyecto de vida que consideremos el mejor y más digno.

Es un reto mayúsculo, como lo es el momento actual que nos exige rupturas y no continuidades. Anhelo y realidad. Nuetro colectivo ha actuado sistemática y consistentemente en los últimos treinta y tres años para acompañar a los de abajo en avanzar en el cambio social, para fortalecer los movimientos sociales, para propender por una pedagogía popular, obrera estudiantil y sindical, para cuestionar críticamente los gobiernos de centro derecha y derecha que han dominado el país desde hace dos siglos, por creer y defender la posibilidad de lograr los cambios sociales tan urgentes y necesarios desde la acción directa de las mayorías, un quehacer que puede priorizar el voto o no, pero que en todo momento prioriza la alianza entre los marginados de siempre, su voz y sueños para dibujar con todas las manos el país necesario y posible. Así, hemos llegado a un parteaguas histórico.

El gran objetivo, el sueño más deseado y acariciado, la ilusión mayor del pueblo colombiano: que por primera vez triunfara en el proceso electoral presidencial, una propuesta cierta y profunda de cambio social. El júbilo de lo ocurrido en las elecciones del 2022 no fue poco; el sueño que alcanzó acariciar de manera tan viva el lider popular de los años treinta y cuarenta en el siglo XX, el Jefe, el gran Jorge Eliecer Gaitán y que fue frustrado por las manos asesinas de una oligarquía liberal y conservadora con el apoyo de la potencia norteamericana, debió postergarse casi setenta y cinco años para que el pueblo colombiano pudiera llevar a la Casa de Nariño a un representante de sus intereses y no uno proveniente de la hegemonía política, financiera y social del país. Un triunfo parcial, en tanto se accede al gobierno pero no al poder.
Es una realidad en lucha que implica mucho más. Menos de un cuatrienio ha sido suficiente para que el país que eligió ese modelo de esperanza y ensoñación, nosotros entre ellos, se diera cuenta de que el cambio, desde adentro de una sólida e imperturbable hegemonía de casta y clases, no es factible, sin vislumbrarse, desde ninguna perspectiva, que quienes amasan el poder estén dispuestos a emprender un cambio social, así este sea gradual y mínimo.

La frustración no ha sido únicamente del gobierno por la inmovilidad a la que se ha visto forzado, sino, lo más importante y significativo, es para los millones de connacionales que mayoritariamente pusieron en la primera magistratura a un candidato que ofrecía un programa coherente y consistente con los intereses de los de abajo.

Por eso, no estamos en busca de transiciones graduales, paulatinas; minimalistas; esa posibilidad ha dejado de existir. A esta conclusión se llega sin sobresaltos tras examinar el experimento de los progresismos en Latinoamérica desde comienzos del siglo XXI hasta la fecha, y con el más reciente experimento progresista de todos, el ocurrido en Colombia desde el 2022 con un estruendoso fracaso, no del todo imputable a quienes lo pretendieron sacar adelante –aunque no están exentos de graves responsabilidades–, sino mayoritariamente por responsabilidad de un país ultraconservador, dominado por elites corruptas requintadas en el poder, presa del lobby de los grandes capitales que impiden, mediante dadivas y prácticas ilegales, pero difíciles de rastrear, cambios legislativos y reformas sociales, de los grandes capitales, nacional y trasnacionales, de los grandes terratenientes, de los gremios industriales, agrícolas, ganaderos, comerciales, vinculados no en pocas ocasiones con prácticas al margen de la ley como es el contrabando y el tráfico de personas y armas, sin dejar de mencionar a todos los grupos criminales que pretenden esconderse bajo fachadas políticas para justificar su existencia y procurar sacar beneficio de los gobiernos que anhelan, a cualquier precio, una paz total.

Las 99 tesis, Manifiesto desde abajo se separa y aleja de un proyecto político que ha demostrado su insuficiencia ante un establecimiento dispuesto a todo menos a ceder un ápice sus privilegios y prerrogativas. Las 99 tesis, son un llamamiento, entonces para encaminarnos por otra vía.

Queremos invitarlos a todos a estar atentos a conocer, debatir y explorar de qué manera esas Tesis (re)abren debates, viejos y no tanto, abordan nuevos referentes, y nos muestran la posibilidad para otro mundo, otra vida, otra realidad, aquí y ahora-.

Equipo desde abajo, 9 de abril del 2024, Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del conflicto armado, y septuagésimo sexto aniversario del asesinato del Lider del Pueblo, Jorge Eliécer Gaitán Ayala.

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Información adicional

Autor/a: Equipo desdeabajo
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo N°312, 18 de abril - 18 de mayo de 2024

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