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“No sabemos a quiénes de los que estamos acá nos van a desaparecer o matar”

“No sabemos a quiénes de los que estamos acá nos van a desaparecer o matar”

En La Loma de La Dignidad, en el centro de Cali, convergen distintos procesos, recién organizados por la comunidad en el marco del Paro Nacional que desde el 28A alcanza eco en Colombia. Aunque las personas tienen temor ante el riesgo de ser asesinados o desaparecidos, su motivación y organización está proyectada para largo aliento.

 

Resignificar espacios de poder en medio de las recientes movilizaciones en Colombia ha sido una de las expresiones espontáneas de los y las manifestantes. Tomas culturales y artísticas que durante los más de 50 días que suma el llamado a paro iniciado el 28A toman forma y con mayor fuerza.

En particular, en la ciudad de Cali ya se han resignificado 4 distintos Comandos de Atención Inmediata (CAI), así: el situado en el Barrio Metropolitano del Norte, ahora Biblioteca Popular Nicolás Guerrero, el de Puerto Rellena, renombrado como Biblioteca Popular Marcelo Agredo, el ubicado en el Paso del Comercio conocido por quienes habitan el sector como La biblio-huerta del Aguante, y el correspondiente a la Loma de la Cruz llamado Biblioteca Popular de La Dignidad. Y también está la Biblioteca Móvil Mil Caras de la Literatura – Punto de Resistencia Meléndez.

La Biblioteca Popular La Dignidad fue la primera que resignificó un espacio de poder en Cali. El espacio donde está ubicad es el mismo donde antes funcionaba el CAI de La Loma, y el cual fue tomado luego de dos días de duros enfrentamientos acaecidos entre los días 28 y 29 de abril.

 

Biblioteca Popular La Dignidad, una re-significación de espacios de poder

 

El 1 de Mayo, con el deseo de compartir saberes y disposiciones, llegó Jonathan Valencia con demás integrantes del Colectivo La Dignidad, limpiaron y barrieron el lugar y empezaron a colocar libros. El colectivo está integrado por 14 personas entre hombres y mujeres, que espontáneamente fueron llegando y se fueron quedando. La mayoría tienen formación humanística.

“Creemos que esa re-significación artística y cultural que se le ha dado a un espacio de poder es digno. Digno en el momento en el que estamos tratando de visibilizar los cuerpos, que somos las personas, que integran el Colectivo La Dignidad pronunciándose políticamente ante un aparato represor y cuerpos de poder, como los policías y militares. Cuerpos de poder que nos han intimidado persiguiendo a algunxs compañerxs”, contó Jonathan, uno de los voceros de la Biblioteca Popular La Dignidad e integrante del equipo dinamizador del paro de La Loma de La Dignidad.

En La Loma de La Dignidad convergen distintos procesos como poesía al viento, danza, el mercado comunitario, la primera línea y el cabildo abierto. Además, desde la primera semana de mayo en La Dignidad se reúnen una vez por semana y delegan las tareas de las varias comisiones: insumos, agenda cultural, biblioteca, gobernanza, punto violeta, ambiental y comunicaciones. El equipo desdeabajo con el apoyo periodístico de Sebastián N. entabló una entrevista con Jonathan en torno al proceso de la Biblioteca Popular y esto fue lo que nos contó:

desdeabajo (da): ¿Por qué el nombre de Biblioteca Popular La Dignidad?
Jonathan Valencia (JV): Ese nombre no lo dimos nosotros, tiene una relación muy cercana al inicio del Paro Nacional del 28 de abril. Se empezó a re-significar los espacios. Ya no se llama Loma de La Cruz sino Loma de La Dignidad. Entonces, como el concepto ya estaba la Biblioteca se llamó igual para darle consecutividad. Lo mismo pasó con la zona Paso del Comercio que ahora es Paso del Aguante, o el Puente de los Mil Días ahora conocido como el Puente de las Mil Luchas, o Puerto Rellena se resignificó como Puerto Resistencia y así.

da: ¿Qué ha dicho la comunidad?
JV: La comunidad no se ha pronunciado.Este CAI tiene la particularidad de ser un punto de atención turístico. Entonces, un sector de la comunidad siempre ha querido la biblioteca y otro sector tiene una relación simbólica con la presencia del CAI y la sensación de seguridad. Realizamos una Asamblea Popular el día 11 de mayo a las 5 de la tarde, en la que intervino la comunidad, la Secretaría de Cultura, la Sub-Secretaría de Artes y la Red de Bibliotecas Públicas y el consenso general que arrojó la misma fue que quieren tanto la biblioteca como el CAI.

da: ¿Cuál ha sido la respuesta de la Policía después de la toma del CAI y la apertura de la biblioteca popular?
JV: La Policía no se ha pronunciado al respecto. Nos ha intimidado. El viernes 14 de mayo vinieron 8 policías, sin identificación en sus chalecos o placas de las motos, y nos tomaron fotos y vídeos. No se ha establecido con la Policía ningún diálogo. Con los militares sí tuvimos un encuentro el 2 de mayo. Llegamos y estaban en la Biblioteca Popular con armas y explosivos. Les dijimos que íbamos a entrar y no nos dejaron. Sin embargo, colocamos los libros afuera del CAI y convivimos con ellos toda una tarde.

da: ¿Qué actividades desarrollan en la Biblioteca?
JV: Hacemos recitales de poesía, circo, talleres de dibujo para infantes o lecturas con la primera línea. Como las bibliotecas públicas están cerradas, promotores de lectura han venido a realizar eventos. Hemos creado un Comité Pedagógico, articulado con el Comité del Paro de La Loma, espacio a partir del cual hemos logrado entablar conversación con la comunidad, sin condicionar a que estén de acuerdo con el proceso, para invitarlos a participar en la Asamblea Popular que se realiza todos los sábados en la rotonda de la Loma de La Dignidad y conversar sobre quiénes somos, cuáles han sido los aciertos y desaciertos del proceso.

da: ¿Hasta cuándo creen que esta situación dure?
JV: Esto lo respondo como miembro del Comité del Paro de La Loma, y es que no sabemos. No sabemos hasta cuándo va el bloqueo, ni sabemos hasta cuándo va el decreto que expidió el Alcalde Jorge Iván Ospina con la Unión de Resistencias de Cali. No sabemos a quiénes de los que estamos acá nos van a desaparecer o matar. Nada de eso está claro, ni tampoco para las otras compañeras y compañeros de las demás bibliotecas con quiénes hemos creado la Unión de Bibliotecas de la Resistencia Caleña. En ese sentido estamos pensado en actividades colectivas a corto plazo, sin embargo tanto el Comité del Paro de La Loma como la Biblioteca Popular la Dignidad son de largo aliento, sin importar que el Paro Nacional siga o termine. Creo que es muy importante proyectarse para las próximas elecciones, para que todo este proceso tenga una calada en el incremento de la conciencia política de las personas.

da: Cuéntenos más de esta Unión de Bibliotecas de la Resistencia Caleña
JV: Estas no son actividades aisladas, sino que es un movimiento artístico y cultural que sin articularse en un principio todas las bibliotecas, nos hemos dado cuenta que la espontaneidad ha llevado a reconsiderar las bibliotecas como un espacio pre-dilecto para la democratización del conocimiento. Una ciudad como Cali, golpeada por tanta desigualdad, los sectores populares están en un alto nivel de inasistencia escolar, y creemos que a través de estas bibliotecas se puede impactar positivamente en la asistencia, para bien.

En los primeros días de funcionamiento de la Biblioteca Popular la Dignidad nos percatamos que estábamos pensando muy individual, y tocaba darle tuerca al asunto a un sentido más colectivo, por lo cual buscamos y entablamos conversación con las demás bibliotecas y así creamos la Unión. Entonces, así después nos saquen a todas las bibliotecas de los CAI, la Unión de Bibliotecas de la Resistencia Caleña seguirá actuando. Yo siento, puede ser uno de los caminos, que a largo plazo se terminará concretando una co-acción con la institucionalidad, porque la Red de Bibliotecas Públicas de Cali, a diferencia de la de Medellín o Bogotá, nació fruto de procesos de bibliotecas comunitarias y populares que luego se convirtieron en bibliotecas públicas.

 

Integrantes Colectivo Mal-Hablar, Universidad Pa’l Barrio y Biblioteca Popular la Dignidad
 

Universidad Pa’l Barrio y Colectivo Mal-Hablar

Al terminar la entrevista, al frente de la Biblioteca empezó un evento de Universidad Pa’l Barrio, un proyecto en alianza con colectivos y profesores de distintas universidades que llevan las clases a las calles. Karen Sofía Camacho, estudiante de la Universidad del Valle, contó que este proceso tiene como intención aportar con actividades pedagógicas y académicas a la movilización social en el marco del Paro Nacional en los distintos puntos de resistencia en Cali. “Nos articulamos con los voceros de cada punto y con las bibliotecas populares. Creemos que como ciudadanos y academia podemos tener un papel protagónico en la construcción de un país. Y estamos aprovechando el despertar de la conciencia colectiva. La idea es también trascender después de la coyuntura que estamos viviendo”, puntualizó Karen.

Al instante empezó una mesa de escucha del Colectivo Mal-Hablar, un evento articulado con Universidad Pa’l Barrio. Con el ejercicio de escucha colectiva se trata de que las personas reaccionen creativamente a ello e identifiquen dónde se aloja corporalmente su escucha y también reflexionen sobre las preguntas que les genera el Paro Nacional.

Andrea Martínez, una de sus integrantes, contó que la idea del colectivo es romper los significados de los conceptos que se utilizan en el cotidiano del Paro Nacional. El colectivo escoge una palabra que les parece pertinente y recogen las definiciones que sobre la misma les da la gente.La idea es hablar con todo tipo de personas: infantes, personas de acuerdo y en desacuerdo con la movilización. Y después, procesar esta información, ponerle música, y a circular.

“Nos sucede con frecuencia que hablamos mucho y casi no nos escuchamos. Reconocer la diferencia es muy importante para la transformación que queremos en Colombia. Hasta el momento nuestras series de palabras han sido: paro, vándalo y desaparecidos. Palabras que empiezan a habitar en nuestra cotidianidad, no tradicionalmente sino reformuladas por la gente” concluyó Andrea.

Diversas personas participaron de esta mesa de escucha. Ciclistas de paso, artesanas, estudiantes y adultos mayores. Una vendedora informal, que no sabía escribir, le pidió el favor a una mujer que le escribiera una carta para la primera línea. Amarraron una cuerda de un poste a un tubo anclado en el suelo, y colgaron las cartas. “Que Dios los proteja y ojalá todo cambie para una Colombia mejor”,terminabadiciendo la carta de la señora.

* Texto y fotografías.

 

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Información adicional

País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo Nº280. Cali. Edición especial

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