Los cambios en la subjetividad de la época van muchas veces de la mano con cambios en la ciencia y la tecnología. Si el movimiento nacido con la píldora anticonceptiva separó para siempre reproducción y sexualidad, el VIH conjugó, durante dos décadas, muerte y sexualidad. Se puede fechar el inicio de esa era con la muerte de Freddie Mercury. Hoy el avance de la ciencia convirtió esa enfermedad mortal en enfermedad crónica. Y en el consultorio emergen las consecuencias: nadie quiere morir, pero algunos están dispuestos a, en cierta medida, arruinarse la vida, y el descuido en los encuentros sexuales es moneda corriente.
La red global dio carta de ciudadanía al placer masturbatorio. Y no como síntoma, sino como una modalidad asumida por los sujetos. Ya se escucha abiertamente a varones que sostienen: "Prefiero hacerme la paja a coger". En Japón, la palabra hikikomoris da nombre a un estilo de vida que prescinde del encuentro entre los cuerpos.
Me resisto a sumarme al coro que descalifica la época y añora los tiempos ordenados por la función paterna. Entiendo que tales juicios de valor hablan más bien de los fantasmas propios. Ponen en palabras un típico supuesto del neurótico: el otro goza sin límites, mientras que a mí el goce me estuvo vedado... por el padre: Les Luthiers hace de tal suposición la base de su canción "Los jóvenes de hoy en día".
Ante lo que se llama de modo recurrente la "declinación de la función paterna", emergen otras modalidades de anudamiento: ciertamente los tóxicos, que muchas veces permiten sostener el encuentro con el otro sexo, pero también las llamadas "tribus urbanas". Las formas de regulación del lazo social no desaparecen. Por el contrario, proliferan.
Las redes sociales se entraman con la posición de cada sujeto. En tal sentido, la neurosis encuentra allí su soporte: la injuria obsesiva que procura arrasar con el deseo del partenaire, el amplio campo que encuentra la histeria para causar el deseo sustrayendo el cuerpo. Quien tiene una posición evitativa respecto del otro sexo encuentra la encantadora posibilidad de "sentirse acompañado" sin tener que comprometer el cuerpo, manteniendo todo el juego en el plano virtual y postergando indefinidamente el encuentro. La vida virtual se suma a la lista de adicciones.
Al margen de tales presentaciones y más allá de cuestiones puntuales (el acortamiento de las distancias entre familiares y amigos que viajan, etcétera), en la clínica la presencia de las redes se evidencia sobre todo como un viraje en la lógica de los encuentros amorosos. Quiero subrayar aquí un aspecto que me parece central: el valor de las redes como mediador del deseo.
Tinder le dio carta de ciudadanía a algo que en Facebook ya sucedía de modo clandestino. Facebook invita a explicitar el estado civil, así como la orientación sexual. Mientras Facebook persigue a sus usuarios para que no contacten virtualmente a quien no conocen –lo cual, sin embargo, sucede todo el tiempo–, Tinder, en base al mismo perfil de Facebook, incita a ello. Tinder es Facebook saliendo del placard. Por otro lado, la aplicación promueve encuentros con ciertas carencias a nivel de la ficción del amor: son encuentros muchas veces sin historia: dos personas, que hace dos horas no se conocían, se acuestan, y dentro de dos horas no se verán nunca más. Esta secuencia, otrora muy osada (es el argumento de más de una película), hoy es algo cotidiano y no presenta vericuetos dignos de llevar al cine. La apuesta se extrema con la propuesta de Happen; se trata de una aplicación con GPS que posibilita encuentros aquí y ahora, con la cercanía física del partenaire como criterio central.
Redes del deseo
Es sugestivo que, a la hora de hablar del deseo humano, tanto Freud como Lacan hayan elegido dibujar una red: el esquema de Freud en Psicología de las masas y análisis del yo se presenta de ese modo y Lacan llamó a su grafo "mi pequeña red". El deseo humano sigue siendo deseo de tener un lugar en el deseo de los otros o de algún Otro en particular. No hay nada más desolador que no causar el deseo de nadie: es como un muro sin ningún "me gusta".
El "me gusta" y su interpretación ocupa un tiempo no menor en los consultorios. Puede ser leído en la más vasta ambigüedad: como un "me gustás", por ejemplo. También está el "me gusta" irónico (como respuesta a alguna agresión), el "soy tu amigo y te banco", el ideológico, el auto "me gusta", el "me gusta" territorial (con el que el varón marca a la que fue su amante en todos sus posts). Este último hace uso de una propiedad interesante de Facebook: los "me gusta" sólo pueden ser borrados por su autor, no por el dueño del muro.
Cabe destacar el aspecto mostrativo de las redes sociales, que da lugar a nuevas modalidades de acting out. El acting out consiste en una mostración que apunta hacerse un lugar en el deseo del Otro; lo que en él se muestra, se muestra como distinto a lo que es: "Posteo para todos, con el fin de que vos lo veas", o bien "Posteo sólo para vos, para que todos lo vean". Se trata de una mostración velada, que siempre tiene el carácter de un anzuelo tendido para enganchar el deseo del Otro. El acting está íntimamente asociado al campo del deseo, y el deseo siempre tiene un sesgo ilusorio, de engaño y de ficción.
Facebook, ya desde su nombre, es el campo de la mostración. Las mujeres hacen ostentación de su belleza o bien, con frecuencia, una exaltación –siempre sospechosa– de su pareja y de lo felices que son. Los varones tienen una palestra donde desplegar sus insignias: el "aguante" al equipo de fútbol, los logros personales, el culto a la barra de amigos. Por medio del muro, el varón da a la mujer muestras de que es varón y viceversa. Lacan (Seminario 18, "De un discurso que no fuera del semblante") señala que "lo que define al hombre es su relación con la mujer, e inversamente. Para el muchacho, se trata en la adultez de hacer de hombre. Esto es lo que constituye la relación con la otra parte. Uno de los correlatos esenciales de este hacer de hombre es dar signos a la muchacha de que se lo es. Para decirlo todo, estamos ubicados de entrada en la dimensión del semblante". El juego de los semblantes encuentra su escenario en Facebook, campo privilegiado de lo que se da a ver.
Lo que se muestra no se debe confundir con una pérdida de la privacidad: se trata de lo que alguien decide mostrar a los otros, a algún otro particular al que la mostración está dirigida. Y, en tal sentido, Facebook ofrece la posibilidad de estar virtualmente en el área del deseo de todos. Produce efectos cuando la mostración llega a destino: son comunes las fotos públicas que, más que anunciar, dan a ver: tatuajes recientes, nuevas parejas, casamientos, natalicios. "¿Puedo ser más feliz?" escribe en su muro un padre primerizo, con la secreta intención de seducir a su secretaria. La novia despechada no perderá la oportunidad de enrostrarle al ex su nueva conquista, con una oportuna foto de perfil.
La alusión indirecta toma en los muros un lugar privilegiado. Se sugiere, se da a ver, y rara vez se declara. Así como el acting out llama a la interpretación, lo que se muestra llama a que se diga (o a que se "comente"). El stalker es atrapado por esos anzuelos tendidos para atrapar el deseo: las ex parejas que se espían entre sí, las amigas que envidian la felicidad de la que declama su amor al príncipe azul, las caras felices de las últimas vacaciones.
El inbox funciona allí como la cara B de lo que se muestra en el muro. En bambalinas se trama y se habla "a escondidas" de lo que se da a ver. La impunidad para mandar mensajes supone también una impunidad de los receptores para no contestarlos. Lo que llamamos "clavar el visto" tiene su contracara: el otro puede acercarse sin los riesgos que implica, por ejemplo, una llamada telefónica. La red de los deseos ofrece cierta economía: un mensaje no respondido para rechazar a alguien, un toque para verificar el mutuo interés en Tinder.
Por último, cabe destacar que Facebook ha dado lugar a toda una serie de "actos virtuales": te elimino como amigo, te bloqueo, te vuelvo a aceptar. Con la ambigüedad que supone como acto para sí (los analizantes se justifican: "la saqué de mis amigos para no quedarme mirando lo que postea") y como mostración hacia el otro, donde el acento está en que el otro se entere de que fue "eliminado".
El deseo es en esencia engañoso. Requiere ficciones, escenas, montajes, historias. Y la mediatización de las redes –en cuanto pone los cuerpos a distancia y permite un espacio para la edición– se abre entonces como un campo fértil. Confesiones íntimas, dichos que sugieren, fotos de perfil y de portada. Los sujetos preceden a una verdadera creación de un yo virtual. Un obsesivo, decepcionado por un encuentro poco feliz, daba cuenta de su rebelión contra este campo engañoso: "A la foto de perfil tenés que descontarle el impuesto a las Ganancias, los aportes jubilatorios...". El sujeto sólo es sujeto en cuanto historizado, en una escena que siempre es de ficción. La "biografía" virtual proporciona la posibilidad de escribir la propia historia para los otros y espiar la vida de los otros a través de la ventana indiscreta de Facebook.
Mucho se ha dicho sobre la soledad del sujeto en la web, pero es un hecho que, poco a poco, los encuentros amorosos tienden a iniciarse en una red social. A veces con alguien desconocido, a veces con alguien apenas conocido en la vida cotidiana. La crítica que desde el psicoanálisis se hace con frecuencia al mundo virtual toma el sesgo predominante del prejuicio ante aquello que se desconoce. En mi práctica, no apunto a descalificar los intercambios virtuales. Muchas veces, permiten hacer lazo donde de otro modo no habría nada.
El valor de mediación de las redes sociales, incluso mediación de un deseo decidido, no es desechable. No olvidemos que ya Lacan (Seminario 10, "La angustia") propuso pensar el deseo como un campo abierto a una mediación, poniendo allí el acento en el registro imaginario. En ese sentido, Facebook y otros medios virtuales abren un amplio campo para el encuentro entre los deseos.
* Extractado de un artículo que se publicará en el próximo número de la revista Imago Agenda.
Francis Ford Coppola, el admirado realizador de filmes como El Padrino (1972), Apocalypse Now (1978), Cotton Club (1984), y Drácula (1992), entre otros, se encuentra en Cuba, invitado por la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.
El también productor, guionista, vinicultor y hotelero, permanecerá en la Isla hasta el próximo día 19 de julio, y trajo consigo a sus hijos, a sus nietos, y una honda y pertinaz preocupación: el futuro del cine, de lo cual conversó con el periódico Cubarte.
Se ha anunciado que usted va a sostener un intercambio con los estudiantes de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. ¿Va a realizar una especie de evaluación de algunos de los trabajos cinematográficos de estos alumnos?
Sí, me van a mostrar trabajos y yo daré mis mejores consideraciones, pero yo estoy sobre todo interesado en responder a sus preguntas, ver cuáles son las tendencias que están trabajando y conversar con ellos acerca de cuál será el futuro del cine, porque estoy muy interesado en esto, y esos jóvenes son los que van a realizar ese cine del futuro.
¿Sobre este tema conversará además con directores de cine cubanos de más experiencia?
No sé, pero estaría muy feliz de debatir con directores ya establecidos si la escuela los invita.
Recientemente usted recibió el Premio Princesa de Asturias de las Artes. ¿Qué lugar ocupa este reconocimiento en el conjunto de los muchos lauros que ha recibido por su carrera cinematográfica?
Es un honor maravilloso, pero le voy a ser honesto, aunque los agradezco yo no estoy tan interesado en premios y condecoraciones, mi objetivo principal es el futuro del cine, a dónde se encamina y conversar con los cineastas jóvenes sobre el cine no solo en Cuba, sino en cualquier país, porque va más allá de cualquier espacio geográfico, el cine es la forma más alta de expresión que tiene el arte.
Yo he disfrutado el cine de muchos, muchos países, de Japón, Suecia, Italia, Estados Unidos, Cuba, de Francia: el cine le pertenece a todas las gentes de todas las naciones.
Si pudiera volver a realizar El Padrino, y a partir de su interés en analizar el futuro del cine ¿qué no haría?
Esa es una de esas preguntas imposibles de contestar porque yo hice El Padrino cuando tenía treinta años, ahora soy una persona completamente diferente y si le soy sincero ni recuerdo como era yo en esa época; ahora estoy interesado en algo mucho más ambicioso que el cine comercial.
¿Cuál es su opinión personal acerca del proceso en desarrollo de la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba?
Personalmente yo he estado esperando por esto durante mucho tiempo; recuerdo muy bien el privilegio de mi encuentro con Fidel hace 30 años, en el que me dijo que le parecía que las relaciones iban a mejorar con el gobierno del presidente Jimmy Carter. Yo me sentí muy contento, pero eso no sucedió así.
Yo admiro mucho a nuestro presidente Barack Obama, pienso que es un gran presidente, pues bajo su mandato se han producido eventos que han mejorado la vida de la gente en Estados Unidos, en cuanto a la salud, a otras garantías constitucionales para todos, quizás un cierto avance en las relaciones con Irán, y esta normalización de las relaciones con Cuba es una excelente decisión y..., sí, apoyo esta idea con mucha felicidad.
(Con información de Cubarte)
El Sony World Photography Awards, es uno de los más famosos concursos de fotografía, ya ha recibido miles de obras para su edición 2015.
La categoría Abierto invita a fotógrafos aficionados o entusiastas de cualquier edad a presentar sus fotos más creativas. La competencia también tiene las categorías Pro y Juventud; sin embargo, solo las de Abierto pueden ser vistas por el momento.
Recuerde que esta categoría admite a cualquier persona. Si tiene una buena toma, anímese a enviarla... Y si no la tiende, salga y haga click...
Orangután bajo la lluvia: "Yo estaba tomando fotos de algunos orangutanes en Bali y empezó a llover. Justo antes de que pusiera mi lente de distancia, vi este orangután que tomó una hoja y se la puso sobre la cabeza para protegerse de la lluvia. Inmediatamente usé mi DSLR y teleobjetivo para preservar este momento mágico". Foto: Andrew Suryono, Indonesia.
"Fina es la más pequeña de mis dos hijas. Solía temerle a los gatos, por lo que decidimos adoptar dos. Queríamos que aprendiera a vivir con los gatos, cómo cuidar de ellos y tratarlos como parte de la familia, para de ese modo ayudarla a superar su miedo. iAhora podemos decir con orgullo que lo hizo! Siete meses han pasado y hoy Fina y los gatos son los mejores amigos". Foto: Arief Siswandhono, Indonesia.
"Este es exactamente el momento en que el equipo rumano YAK rompe la formación justo frente al público en el Bucarest International Air Show. En ese momento parece que se estuvieran cazando entre sí". Foto: Cioplea Vlad, Rumanía.
Mujer suspendida en una masa de plumas. Foto: Ahmad Zikri Mohamad Zuki, Malasia.
"La madre y el cachorro son osos de Kermode, una subespecie del oso negro de Norteamérica que vive en las regiones central y norte de Colombia Británica, en Canadá. En estado salvaje, son más raros que el panda". Foto: Kyle Breckenridge, Canadá.
"Alrededor de 30 minutos después de la salida del sol, un globo es captado en la distancia antes de que comience a descender a la tierra en una granja de camellos. La imagen fue tomada mientras flotaba sobre las dunas". Foto: Gareth Lowndes, Nueva Zelanda.
"Los pingüinos monarca viven en grandes colonias en el sur de Georgia, un pedazo de tierra en el Océano Atlántico Sur y justo debajo de la Convergencia Antártica. Son muy hermosos, lleno de gracia, una verdadera delicia para observar. Esta imagen tiene como objetivo captar y reflejar cómo la vida silvestre de gracia y colorido puede tener lugar incluso en los confines de la Tierra ". Foto: Lisa Vaz, Portugal.
"El viejo maestro en Hanoi, VietNam." Foto: Bao Vu, Vietnam.
"Casas Cubo (en holandés: Kubuswoningen) son un conjunto de casas innovadoras construidas en Rotterdam y Helmond, en los Países Bajos, diseñadas por el arquitecto Piet Blom y basadas en el concepto de viviendas de alta densidad con espacio suficiente en el nivel del suelo. Blom inclinó el cubo de una casa convencional 45 grados, y la apoyó sobre un hexágono-shapedpylon. Su diseño representa un pueblo dentro de la ciudad, donde cada casa representa un árbol, y todas las casas juntas, un bosque." Foto: Cor Boers, Holanda.
"Un monje hindú camina en una neblinosa mañana de invierno por un jardín de mango en Dinajpur". Foto: Jubair Bin Iqbal, Bangladesh.
"Un gamo blanco en la niebla de una mañana en el Parque Nacional de Eifel, Alemania. Uno no se atreve a moverse: solo puede mirarlo fascinado". Foto: Georg May, Alemania.
"Un hombre se lava los pies antes de bañarse en la madrugada en el río Hooghly, parte del río sagrado Ganges en Calcuta, India". Foto: Nick Ng, Malasia.
"Una escalera en Berlín, reducida a lo esencial." Foto: Ralf Wendrich, Alemania.
"Un hombre Hamer recoge madera para construir una cerca defensiva para el ganado en el Valle Bajo del Omo, Etiopía". Foto: Diego Arroyo Méndez, España.
"Un herrerillo mira su reflejo en un charco de agua". Foto: Georg May, Alemania.
"Gran parte de un retrato se basa en el rostro. Pero cuando este se cubre, podemos ver un lado completamente diferente de una persona a través de su movimiento, su postura e incluso lo que pensamos que la expresión de su rostro será cuando finalmente se destape". Foto: Courtney Colantonio-Ray, Estados Unidos.
"Denali es de una extensión enorme de tierra salvaje, atravesada por una cinta de carretera. Los viajeros a lo largo de ella ven la relativamente baja elevación del bosque de la taiga que da paso a la tundra de alta montaña y las montañas cubiertas de nieve, que culminan en el pico más alto de América del Norte: el Monte McKinley. Lo que solían ser glaciares son ahora las rocas blancas y azules que contrastan con la tundra roja, amarilla, anaranjada y verde de este vasto paraíso natural. La imagen está tomada en otoño cuando los colores se multiplican y se hacen en el paisaje verdaderamente notables". Foto: Miquel Ángel Artús Illana, España.
Todos los años, The Associated Press (AP) elige un grupo de fotos que documenta las noticias más importantes del año, los deportes y las historias de entretenimiento. Un conjunto de 150 imágenes atractivas y de interés periodístico fueron seleccionadas este 2014.
A continuación, Cubadebate les ofrece una selección de las mejores fotografías de este año.
Espeso humo y las llamas de un ataque aéreo por la subida de la coalición liderada por Estados Unidos en Kobani, Siria, visto desde una colina en las afueras de Suruc, en la frontera entre Turquía y Siria, Lunes, 20 de octubre de 2014. Kobani, también conocido como Ayn árabe, y sus alrededores, ha estado bajo asalto por los extremistas del grupo Estado Islámico desde mediados de septiembre y está siendo defendida por combatientes kurdos. (AP Photo / Lefteris Pitarakis)
Con nueve años de edad, Nowa Paye es llevada a una ambulancia después de mostrar signos de la infección del Ébola en el pueblo de Freeman Reserva, a unos 30 kilómetros al norte de Monrovia, Liberia, martes 30 de septiembre de 2014. (Foto AP / Jerome Delay)
Leroy Petry se encuentra con su prótesis de mano sobre su corazón, con su Medalla de Honor durante el "Juramento de Lealtad" en el Capitolio en Olympia, Washington. Petry perdió su mano en 2008, cuando una granada enemiga que estaba lanzando lejos de compañeros soldados detonó en combate en Afganistán. (Foto AP / Ted S. Warren)
Malala Yousafzai sostiene su Medalla de la Libertad durante una ceremonia en el Centro Nacional de la Constitución, Martes, 21 de octubre 2014, en Filadelfia. El honor se otorga anualmente a un individuo que muestra coraje y convicción mientras se esfuerza por asegurar la libertad de las personas en todo el mundo. (AP Photo / Matt Rourke)
Michael Brown Sr. grita cuando el ataúd es bajado durante el funeral de su hijo Michael Brown en Normandía, Mo., Lunes, 25 de agosto de 2014. Cientos de personas se reunieron para decir adiós a Michael Brown. (Foto AP / New York Times, Richard Perry, Pool)
Médicos palestinos tratan a una niña herida en la sala de urgencias del hospital de Shifa, en la ciudad de Gaza, Franja de Gaza, el viernes, 18 de julio de 2014. (AP Photo / Khalil Hamra)
Migrantes subsaharianos escalan una valla metálica que separa Marruecos y el enclave español de Melilla, por la mañana temprano el miércoles 28 de mayo de 2014. (AP Photo / Santi Palacios)
Derek Jeter salta después que gana el juego contra los Orioles de Baltimore en la novena entrada de un partido de béisbol, Jueves, 25 de septiembre 2014, en Nueva York. Los Yanquis ganaron 6-5. Fue el último partido en casa de Jeter de su carrera en el Yankee Stadium. (AP Photo / Julie Jacobson)
Los manifestantes son llevados por los agentes de policía después de que protagonizaron una sentada pacífica. Miércoles, 02 de julio 2014, a raíz de una gran manifestación para mostrar su apoyo a las reformas democráticas y oponerse a la voluntad de Beijing tener la última palabra sobre los candidatos a empleo del jefe del ejecutivo. (Foto AP / Kin Cheung)
Una mujer se calienta con fuego en un campamento en Suruc, en la frontera entre Turquía y Siria. Lunes, 10 de noviembre de 2014. Kobani, también conocido como Ayn árabe, y sus alrededores, tiene estado bajo asalto por los extremistas del grupo Estado Islámico desde mediados de septiembre y está siendo defendida por combatientes kurdos. (AP Photo / Vadim Ghirda)
Novak Djokovic de Serbia sostiene el trofeo tras vencer a Roger Federer de Suiza en los individuales masculinos final en el All England Lawn Tennis Championships en Wimbledon, Londres, el domingo 6 de julio de 2014. (Foto AP / Ben Curtis)
Los miembros de los Castellers Joves Xiquets de Valls tratar de completar su torre humana durante el 25 Concurso de torre humana en Tarragona, España, el domingo 5 de octubre de 2014. La tradición de construir torres humanas, o castells, se remonta al siglo 18 y tiene lugar durante las fiestas en Cataluña, donde colles o equipos, compiten para construir las torres más altas y más complicados. (AP Photo / Emilio Morenatti)
Un palestino grita por ayuda momentos después adolescente palestino, Mohammad Abu Daher, en la planta, fue muerto a tiros por soldados israelíes cerca de la ciudad cisjordana de Ramallah, jueves, 15 de mayo de 2014. Las autoridades médicas dicen que las tropas israelíes mataron a dos palestinos adolescentes en un choque de Cisjordania que se desató después de palestinos conmemoraron el aniversario de su desarraigo en la guerra por el 1948 la creación de Israel. (Foto AP / Majdi Mohammed)
Fátima llora mientras ella besa a su padre herido, Ahmad al-Messmar, de 40 años, que resultó herido cuando un coche bomba mortal estalló cerca de una estación de servicio, en la ciudad predominantemente chií de Hermel, cerca de 10 millas (16 kilómetros) de la frontera con Siria en el noreste de Líbano, el domingo 2 de febrero de 2014. (Foto AP / Hussein Malla)
El presidente ruso, Vladimir Putin asiste a un desfile por el Día de la Victoria en Sebastopol, Crimea, el viernes, 9 de mayo de 2014. Putin alabó el regreso de Crimea a Rusia ante decenas de miles de personas durante su primer viaje a la península del Mar Negro desde su anexión. La visita triunfal fue condenado rápidamente por Ucrania y la OTAN. (Foto AP / Ivan Sekretarev)
El presidente Barack Obama hace una mueca como él dice "Donde viven los monstruos", de Maurice Sendak, durante la Pascua Egg Roll Casa Blanca en el Jardín Sur de la Casa Blanca es Washington, Lunes, 21 de abril de 2014. (Foto AP / Carolyn Kaster)
La suiza Fanny Smith, desde la izquierda, la sueca Anna Holmlund, de Austria Katrin Ofner y de Canadá Kelsey Serwa competen durante su carrera de esquí de fondo en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, Viernes, 21 de febrero 2014, en Krasnaya Polyana, Rusia. (AP Photo / Matthias Schrader)
Soldados arrastran el cuerpo sin vida de un miliciano musulmán. Miércoles 05 de febrero de 2014. La víctima fue linchado por cientos de reclutas, arrojándole con ladrillos y mutilando su cuerpo con cuchillos. (AP Photo / Jerome Delay)
Justin Brosey es un talentoso fotógrafo. Su obra ha sido incluso publicada en la National Geographic, aunque esto no es lo que hace su historia interesante. Después de perder su trabajo estable, no tuvo más remedio que mudarse con su novia, y con su hija de 7 años al bosque. Es técnicamente una persona sin hogar pero que toma fotografías increíbles.
También trabaja en su página personal mediante el uso de WiFi cuando lo puede encontrar en su entorno. Cuando vea sus fotografías, no va a pensar que son de alguien que tiene muy pocos recursos disponibles.
Con la expansión de los celulares con cámara y conectividad a Internet se impuso y consolidó este año la moda de las selfies. Desde el papa Francisco y el presidente Obama, líderes políticos, celebrities, gente sin fama y hasta astronautas en misión espacial, cada vez más personas registran su aquí y ahora, a solas o acompañadas, para luego subir y hacer circular su autofoto por las redes sociales al instante. El fenómeno llegó hasta tal punto que en 2013 fueron publicadas en el mundo cerca de un millón de selfies al día, según reveló un reciente informe. Una de las últimas tendencias son las selfies extremas, una imagen desde un lugar inhóspito y bien peligroso. Varias empresas ya usan este furor de las autofotos para promocionar sus productos. Ya no es necesario espiar por el ojo de la cerradura: la puerta se abre sola para exhibir escenas que antes quedaban en el ámbito de la privacidad. Pero no son pocas las personas –y más varones que mujeres– que retocan siempre sus selfies antes de publicarlas, en búsqueda de construir una identidad, un perfil, un cuerpo deseado. En la era de la intimidad como espectáculo, "construyo mi imagen y la publicito", reflexiona Belén Igarzábal, directora del área de Comunicación y Cultura de Flacso. "Y ahí hay algo muy fuerte que tiene que ver con la exposición constante del yo y con la mirada del otro. Hoy esa mirada se vuelve exponencial. No sólo por lo que yo publico, también por lo que publican de mí. Así es como la selfie viene a dar justo con el problema del yo, del otro y de esa mirada que me completa", agrega la investigadora. Porque la autofoto no sería tal sin los comentarios que se espera que aparezcan inmediatamente. ¿Qué expresa la irrupción y apogeo de las selfies sobre nuestra cultura? ¿Son signo de una sociedad cada vez más narcisista o sólo se trata de una moda pasajera? Igarzábal analiza y desmenuza el tema, en una entrevista con Página/12 que, como no podía ser de otra forma, se registró en una autofoto.
Igarzábal es psicóloga, hizo una Maestría en Periodismo y está terminando su tesis de doctorado sobre Psicología y Comunicación. Investiga, entre otros enfoques, el devenir de las redes sociales. "Las fotos tomadas como autofoto o autorretrato existen desde que nacieron las cámaras de fotos. El registro de sacarse una foto a uno mismo con alguien o con un lugar determinado detrás no es algo nuevo. Lo que es nuevo es la capacidad de circulación inmediata de esas fotos. De ahí, que las selfies son las autofotos que pueden subirse y circular por las redes sociales en el instante. El auge tiene que ver con los teléfonos celulares, dispositivos portátiles que nos acompañan a cada momento y que tienen más del ciento por ciento de penetración en nuestro país. Y más aún, con el aumento en penetración de los smartphones. Jóvenes y adultos, todos, tienen un celular con posibilidad de sacar fotos y hacerlas circular en Internet y redes sociales en el mismo momento que se saca la foto", señala Igarzábal.
Una infografía de Techinfographics.com mostró días atrás algunos datos sobre esta tendencia. Del millón de selfies subidas por día a lo largo del año pasado, un 14 por ciento fueron retocadas digitalmente. Un 36 por ciento de las personas admitió que alteró sus selfies. Pero fueron más varones que mujeres los que admitieron que apelan a ese truco siempre antes de subirlas a las redes sociales: 34 por ciento de ellos dijo que retoca cada selfie mientras que ese porcentaje llega apenas al 13 por ciento en las mujeres. En relación con las redes sociales por donde circulan más autofotos, Facebook encabeza el ranking, con el 48 por ciento de las selfies, seguida por WhatsApp (27 por ciento), Twitter (9 por ciento) e Instagram (8 por ciento). El estudio destacó que las selfies representan el 30 por ciento de las fotos tomadas por las personas con edades entre los 18 y 24 años.
–Algunos hablan del fenómeno social del año, ¿le parece que es tan así?
–Sí, podría ser. Un año fue Facebook; en el 2012 se dice que Twitter. Este año, la moda de las selfies. Podría ser, pero no me parece un fenómeno tan novedoso que implica un cambio en las formas de comunicación. Es algo que existía que se puso de moda y que se hizo masivo. Eso sí. Es una moda que explotó. De todas maneras, no significa que no sea un fenómeno totalmente representativo de nuestra cultura actual –opina Igarzábal.
La selfie grupal más famosa y retuiteada en la historia de esa red social fue tomada en la última gala de los premios Oscar por la presentadora de televisión Ellen DeGeneres. Delante de la cámara de su celular se apiñaron estrellas de Hollywood como Meryl Streep, Brad Pitt, Angelina Jolie o Julia Roberts. En unos segundos, la imagen estaba en Twitter y menos de 50 minutos después ya se había batido el record de retuiteos, superando la marca que ostentaba hasta entonces la selfie que subió el presidente estadounidense, Barack Obama, al ganar en 2012 por segunda vez las elecciones de Estados Unidos, en la que abrazaba a su esposa, Michelle Obama, y que, hasta ese momento había sido retuiteada 778.329 veces. La mañana siguiente de la entrega de los Oscar, la imagen había sido retuiteada más de dos millones y medio de veces.
Otra selfie famosa y que generó bastante polémica en la Casa Blanca fue una que tomó también Obama, en el funeral de Nelson Mandela, junto con el primer ministro británico, David Cameron, y su par danesa, Helle Thorning-Schmidt.
Selfies de los pies, con boca seductora, con ojos de sorpresa, cara de rana, en granjas y áreas rurales, individuales o grupales, la moda de las autofotos fue variando vertiginosamente. La última moda parece ser sacarse autofotos en lugares extremos: sobrepasar los límites es la consigna para mostrarse al mundo.
Para Igarzábal, esta tendencia está relacionada con un fenómeno mayor que tiene que ver con las características de nuestra sociedad actual. "A partir de la modernidad, de la constitución de las grandes ciudades se estableció una división mucho más rígida entre el espacio público y el privado. Comenzó a haber una división más marcada entre lo público y lo privado y consecuentemente un retraimiento hacia el interior del hogar y un debilitamiento de la participación del espacio público real... aunque la división real/virtual no me gusta, porque lo virtual también es real. Y también habría una pregunta previa que es ¿qué es la realidad? Y cómo todo es recorte, relato. Pero es otro tema más extenso. Entonces, a partir de las nuevas tecnologías y de Internet las paredes de los hogares, de las instituciones, de la escuela, se vuelven porosas y la 'realidad externa' comienza a penetrar y la realidad 'interna'/privada comienza a filtrarse y mostrarse en el espacio público", señala la investigadora de Flacso, titular del área de Comunicación y Cultura.
Incluso, no sólo por Internet, ya desde la televisión, desde los medios masivos, comienza a exhibirse la intimidad. El éxito de los reality shows tiene que ver con eso, apunta. "Por una parte, por cuestiones más psicológicas del placer de mirar y de exhibirse, pero también con este fenómeno de mirar por el ojo de la cerradura, lo que hace el vecino al que no tengo acceso en esta forma de vida urbana que se masificó. El reality muestra al 'hombre común' desde su cotidianidad –aunque sea en una casa artificial–. Luego, las redes sociales vienen a permitir esa exhibición de la intimidad a todos los que dispongan de un dispositivo de registro y distribución. Esto se complementa con este fenómeno que también permiten las tecnologías e Internet, donde todos somos productores de contenidos. Entonces, son varios factores: lo tecnológico que permite ser productor de contenido, y en ese contenido exponerme y mostrarme... y por supuesto, mirar al otro", analiza Igarzábal.
–¿En mucha gente hay una necesidad de registro de todo...?
–Sí, claro. El afán por el control del mundo –desde la ciencia moderna hasta el servicio meteorológico– tiene que ver también con la posibilidad de registro e inmortalización de todo momento. Si lo registro, es mío y es eterno.
–¿Qué se pone en juego en una selfie?
–Una selfie es un recorte de mi identidad. Es algo que quiero contar. Todo es recorte. Tanto lo que digo, como lo que escribo como lo que muestro. La selfie es una narración en imagen y cuenta algo de mí. Lo que importa es mostrar un estado de ánimo, el registro de haber estado en un lugar o con una persona determinada. No es un paisaje sólo, es el registro de que la persona estuvo ahí. Y hay algo de sacar en el momento mismo en que está aconteciendo una experiencia. La práctica de sacar la foto atraviesa la experiencia y la modifica, especialmente a través del compartirla –recibir comentarios o exponer comentarios–. La foto se hace parte de la experiencia. No es como antes que se registraba un hecho que se mostraba después. Hoy, el registro de esa situación forma parte y modifica la situación misma. Incluso la complementa con lo ausente, en ese mismo momento. Con otro que en ese momento no está físicamente presente pero que comenta, retuitea o pone un me gusta.
De todas formas, advierte Igarzábal, hay diferencias en los tipos de selfies. Se podría decir que está la selfie de registro de un lugar, donde puede aparecer la cara, pero también los pies o las manos. Es el registro de que la persona estuvo allí. También está el autógrafo visual con el famoso. "Y también la autofoto solamente por la exposición del yo, de un estado de ánimo, de una sonrisa, de un beso. Y ahí hay algo muy fuerte que tiene que ver con la exposición constante del yo y con la mirada del otro", dice.
–Es como si esa mirada terminara de retocar la autofoto.
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–La mirada del otro es fundamental en la constitución del yo. Desde la madre, padre o tutor que mira al niño a los ojos para darle de comer, y luego cuando va creciendo lo mira para reafirmarlo. Esas miradas se multiplican y van conformando la autoimagen y la autoestima. Hoy esa mirada se vuelve exponencial. No sólo por lo que yo publico, también por lo que publican de mí. Y especialmente, por lo que comentan de esa foto que publico, los me gusta o lo que dicen de mí. Esa mirada también es muy fugaz hoy, cambia como cambia de rápido el timeline. Y por eso, también se necesita de más registros. Para alimentar constantemente esa mirada, esa opinión del otro sobre uno mismo y con retroalimentación positiva para el yo. Así es como la selfie viene a dar justo con este "problema", con el problema del yo, del otro y de esa mirada que me completa.
Aunque tiene más eco entre los jóvenes, no es una moda que se limite a ellos. "Es propio de todos los que disponen de un dispositivo y conectividad. En los jóvenes se ve más, porque tiene que ver con que nacieron con estos dispositivos y están acostumbrados. Pero además, la adolescencia y la juventud son una etapa donde está en efervescencia el tema de la propia imagen, del duelo por el cuerpo y las formas de vincularse infantiles y la reafirmación de esta nueva identidad. En este sentido, este fenómeno encaja justo con esa época. Pero creo –concluye la especialista– que las selfies atraviesan todas las edades."
Consumidas por el mercado, Ana y Mía se agigantan en la impunidad cibernética, donde cada vez más adeptos les rinden tributo con rezos, alabanzas y oraciones, a través de innumerables blogs. La anorexia nerviosa y la bulimia, camufladas en sus nombres artísticos, tienen en la web sus sitios de encuentro y propagación con miles y miles de adolescentes de la Argentina y de cada rincón donde la globalización fecundó el óvulo de la industria de la moda, la vorágine del consumo y la cultura de la imagen.
La primera encuesta que se lee en una de las páginas pro-Ana y Mía requiere una opinión, pero no respecto de su contenido, sino de su apariencia. De eso se trata. Según un gráfico, el blog resulta “Súper” para 2485 visitantes, muchos de los cuales han de padecer precisamente la distorsión psicológica de su propia imagen y la pérdida de la percepción de su propio peso. Guiando hacia abajo el texto, aparece la segunda encuesta, y los escalofríos. “¿Te gusta que se noten tus huesitos? ¿Cuáles?” Las opciones son “La clavícula”, “Los de la espalda”, “Las costillas”, o “Los de la cadera”, que encabezan la lista con 2703 votos.
Se trata de un blog, apenas uno, de los miles que fomentan la bulimia y la anorexia, en una arenga avasallante que reclama caminar por esa senda hasta la muerte, reivindicando las patologías y “nuestro estilo de vida”. Un estudio realizado por la consultora europea Optenet, a partir de más de 3 millones de páginas web seleccionadas de modo aleatorio, indica que los sitios que más crecieron son los que ofrecen trucos y secretos para anas y mías, que aumentaron un 470 por ciento en un año. Viviana Pizarro, directora del Instituto de Trastornos Alimentarios (ITA), asegura que “los blogs son terribles, porque si bien las personas que llegan a desarrollar una patología tienen una predisposición genética, de este modo la idea está mucho más al alcance de la mano”.
Las primeras páginas pro-bulimia y anorexia surgieron en inglés, hace unos 15 años, y posteriormente en Barcelona nacieron las más fuertes en Español. Mabel Bello, fundadora y directora médica de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba), considera que “los americanos crearon una industria del adelgazamiento que debería ser vigilada. Hay publicidades comerciales que son una incitación a la enfermedad, como los blogs, pero como no hay una legislación al respecto, ahí se alaban a famosas anoréxicas y hasta se hacen campeonatos para adelgazar. Es patético”. Campeonatos no es un modo de decir. La enorme creatividad puesta al servicio de Ana y Mía deriva en una convocatoria virtual a “La Carrera”. Con fotos actuales, acompañadas de datos personales, las participantes compiten en períodos de dos semanas para determinar cuál adelgaza más kilos. Se establece un peso de largada y un peso de llegada, antes del cierre de la inscripción. “Anas y mías hablan de un derecho a la delgadez, y lo celebran como un estado de gracia –-explica Bello–, convocando a otras personas. Dicen que así como podés ser gay, podés ser Ana o Mía, pero la diferencia es que éstas son enfermedades y, entonces, es una locura.”
Resultan irreproducibles los foros entre los usuarios de los blogs por la precisión de los “tips”, consejos tenebrosos carentes de todo fundamento científico, para purgarse, eludir el hambre y engañar a los familiares. Además, los sitios funcionan como centros de descarga para vomitar en la web: “¡Me da bronca que me quieran engordar!”, escribe una chica, impotente frente a un horizonte imposible que cada vez se aleja más. “La anoréxica está marginada y cree que siendo flaca podrá triunfar –asevera Bello–. Pero yo nunca conocí a una anoréxica feliz, porque nunca alcanzan su meta. Chicas de 23 kilos están convencidas de que son gordas.”
Una de las razones del crecimiento de la temática en Internet se desprende de uno de los tips de Ana: “Crea tu propio diario online, para subir ahí todo lo que comes y avergonzarte si eres una cerda”. No obstante, la mayoría de los blogs, lejos de ruborizarse, exhiben un rechazo por la comida que genera fascinación en adolescentes obesas, como lo explica la psicóloga Soledad Catalano, de la Clínica Cormillot. “Una nena con sobrepeso me confesó que admiraba a esas chicas, porque ella no podía restringirse. Luego de ver los blogs, dijo que le gustaría ser bulímica y, en plena construcción de la identidad, es muy duro remover esas creencias.”
Duro resulta lidiar con los patrones culturales instalados y desparramados por el mundo, con el alcance de Internet. “Después de la Argentina y Estados Unidos, en trastornos alimentarios está Japón –remarca Bello–, donde antes la cultura oriental exhibía cuerpos distintos y hoy se expandieron la bulimia y la anorexia por los intereses comerciales. Con tantas mujeres que quieren ser eternamente jóvenes, hay un gran aumento de cirugías y más gastos en belleza. Es la materialización del consumo. Y si esto no cambia, va a matar a muchas personas más.” La muerte por trastornos alimentarios no tiene mucha prensa, puesto que la causa del deceso en una guardia se asienta como paro cardiorrespiratorio, pero la estadística marca que pierden la vida 3 de cada 10 anoréxicas, y un alto porcentaje indefinido apenas sobrevive.
La sensibilidad, entre olas de histrionismo y sarcasmo, sólo se percibe en un aparente reparo de algunos blogs: “Si sos menor de 15 años, este sitio no es para ti”, alerta un cartel de stop, que bien puede funcionar como una jerarquización del grupo de pertenencia, similar al código de las barras de fútbol o de los grupos de las plazas, cuya estructura vertical se jacta de cierta valentía y propone algún derecho de piso a los novatos: “Aquí no se incita a nadie a convertirse en algo que no es, ya que esto no se elige, ni es un juego. Es algo que está en tu mente distorsionada. Si querés bajar 5 kilos que te molestan, andá a un nutricionista. Nadie quiere que se le caigan las uñas y los cabellos, ni odiarse por ser lo que es. No digas que no te lo advertí”.
La provocación y la invitación permanente desde el ciberespacio conducen a resistir hasta la sensación de desmayo, que varias confiesan gratificante. “Con dos minutos de televisión, ya se advierte que los ideales de belleza y éxito están ligados a la delgadez. Aunque sea una enfermedad que depende de diferentes factores, genéticos, culturales y hereditarios, muchas chicas entran en el círculo vicioso a partir de los blogs. Por eso, debería haber mayor control”, sugiere Catalano.
Un televisor, una computadora o alguna revista basta como espermatozoide para fecundar anas y mías, si son fértiles para estructurar la patología. En una comunidad aborigen de Neuquén se detectó anorexia en la hija de un cacique que sólo había tenido contacto con algunas publicaciones de moda y se había propuesto adelgazar como fuera. Y tampoco es un fenómeno que responda netamente a una cuestión generacional. “Vienen nenes de 3 años que se meten los dedos en la garganta o se estiran la piel del estómago y dicen que están gordos, porque ven a sus madres. Este año, más que nunca, han venido muchos hijos preocupados por los padres. Y el caso más impresionante que tratamos fue el de una mujer que medía 1,78 y pesaba 23 kilos, a los 45 años. Era un esqueleto forrado”, afirma Bello.
Como en un programa de capacitación, existe en algunos blogs una tabla de útiles, compuesta por la calculadora de calorías quemadas, el medidor del Indice de Masa Corporal y la tabla de calorías. “Cuando el IMC es menor a 18, hay desnutrición. Hoy la sociedad protege y produce estas enfermedades, que son una respuesta biológica a una falta de adaptación, porque hay un marketing del cuerpo delgado que hace vender productos y gastar poca tela, al costo de marginar a la juventud. Pareciera ser que la raza humana ha descubierto que hay demasiada gente y se ha despreocupado del futuro”, destaca la fundadora de Aluba.
En la guerra de guerrillas virtual por acaparar los espacios de concientización, el sitio anay mia.com quedó en manos de quienes pretenden luchar contra quienes llaman “Princesas” a las enfermas, pero el mano a mano en la web no parece un contrapeso sólido al bombardeo mediático. La raíz está demasiado profunda, como señala Pizarro: “Hace falta modificar cuestiones sociales, porque hay importantes intereses económicos en torno de la industria dietética. Por eso, hay que apuntar a desarrollar un espíritu crítico, que les permita a las chicas no comprar todo lo que les venden”.
Obstáculos para la felicidad y para esa lucha nutricional, psíquica, familiar, individual y social, brotan desde los blogs, uno de los cuales reza que “la comida es como el arte, porque existe sólo para mirarla”. Un poco más abajo, en la portada del mismo sitio, alguien celebra que “hace 4 días sólo tomo café con leche”. Y a la cabeza del foro, sobre la plataforma del mismo modelo que mata de hambre a millones de niños por año, se asoma un mensaje del 24 de diciembre, a las 16.05: “Mi casa está repleta de bombones, turrones, chocolates... Quiero llorar”.
Por Nacho Levy
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