La economía alemana deja atrás dos años de fuerte crecimiento. El último trimestre de 2011 terminó con una contracción del 0,25% del producto interior bruto (PIB), según cálculos provisionales publicados ayer por la Oficina Federal de Estadística Destatis. El retroceso en el trimestre recién terminado alimenta las dudas sobre si Alemania recaerá en la espiral descendiente de 2009. La primera economía europea podría estar pasando de un auge sin precedentes en la era euro a la recesión en un abrir y cerrar de ojos.
Con el retroceso de Alemania, se puede dar por seguro que la actividad también cayó en el conjunto de la zona euro en el último trimestre de 2011. Y las posibilidades de que vuelva a retroceder en el arranque de año son grandes con lo que la economía podría menguar dos trimestres consecutivos, lo que los economistas consideran una recesión.
Pese al retroceso final, el PIB alemán creció un 3% en 2011. Es una de las mejores cifras desde la Unificación de 1990. En 2010, la economía alemana creció un 3,7% en lo que parecía la salida definitiva de la Gran Recesión de 2009, cuando su PIB cayó un 5,1%. En 2011 y pese la mala cifra de cierre, el PIB alemán creció el doble que la media de la Eurozona y que el de EE UU. También recuperó todo el terreno perdido en la brutal recesión de 2009.
Dada la falta de precedentes de una crisis de deuda como la acutal, los diversos institutos económicos no se ponen de acuerdo: el Instituto de Investigaciones Económicas DIW, por ejemplo, augura una recesión "suave" en el primer trimestre del año y una mejora posterior "en el caso de que Europa consiga dominar la crisis del euro". Hasta entonces, los mercados seguirán muy influidos por "la irracionalidad y la histeria". El ministro de Hacienda Wolfgang Schäuble aconseja, en este sentido, "no perder los nervios". Algunos expertos no creían que la crisis europea y la caída de las exportaciones llegaran a afectar así a la economía alemana. El Gobierno lanza mensajes de tranquilidad desde hace semanas.
Pero nadie duda de que, si lo hay, el crecimiento en 2012 va a ser mínimo. El banco central alemán (Bundesbank) espera que el PIB alemán solo suba un 0,6% en todo el año. Sus economistas creen que las cosas mejorarán en 2013, para el que prevén un repunte del 1,8%.
Este año, la crisis del euro y la política de austeridad propugnada por la canciller Angela Merkel va a pasar factura a la locomotora económica europea, que, al menos, ha logrado cerrar el año con un déficit público de solo el 1%. Pero la subida de impuestos en España o Italia, así como los recortes de gasto público y la contención salarial, reducirán más las exportaciones alemanas. En declaraciones al diario muniqués Süddeutsche Zeitung, el economista jefe de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Heiner Flassbeck, se muestra convencido de que habrá recesión: "Con las orgías de recortes en toda Europa, estamos destruyendo nuestro propio mercado". Para Flassbeck, "si se sigue adelante con esto, vamos a vivir una caída descomunal".
Otros expertos confían en que la baja tasa de paro y las buenas cifras de Estados Unidos tiren de la economía alemana. El economista jefe del banco italiano Unicredit, Andreas Rees, no cree que Alemania vaya a caer en la recesión y considera que "el punto más bajo" de las expectativas empresariales está superado.
Las buenas cifras alemanas de 2011 se deben a la orientación exportadora de su economía, como ya sucedió en 2010. Las inversiones también subieron, en un 8,3% respecto a 2010. La novedad del pasado año fue que los alemanes consumieron más. El miedo a la inflación y al recrudecimiento de la crisis, combinado con la alta tasa de empleo, han impulsado la demanda interna. Los alemanes, grandes ahorradores, empiezan a preferir gastarse el dinero que ver como la inflación se come sus ahorros. Los hogares alemanes han gastado en 2011 un 1,5% más que en el año anterior.
Si bien los principales clientes de Alemania son sus socios europeos, los exportadores alemanes han superado la crisis de la Eurozona vendiendo sus productos a los países emergentes. China, India o Brasil han suplido en parte la bajada de demanda europea de coches y maquinaria made in Germany. El enfriamiento económico que muchos expertos pronostican para estas economías también podría afectar a Alemania.
Mientras, ha mantenido la cifra del 0,3% que había dado previamente para el conjunto de la Unión Europea (UE). Los nuevos datos vienen a confirmar aún más la fuerte desaceleración que se produjo en la economía europea tras los primeros meses de 2011.
El PIB de los países de la moneda única creció un 0,2% en el segundo trimestre del pasado año, mientras que en el primero lo había hecho un 0,8%. En términos interanuales, las economías del euro crecieron en el tercer trimestre de 2011 un 1,2% y las de la UE un 1,3%.
En el caso de España, Eurostat ha confirmado los datos anteriores que apuntaban a un crecimiento nulo entre julio y septiembre respecto a los tres meses anteriores. En comparación con el mismo periodo del año anterior, el crecimiento del PIB fue del 0,7%, una décima menos del dato ofrecido por Eurostat el pasado diciembre.
Un buen número de países registraron una contracción de la actividad económica respecto a los meses inmediatamente anteriores, como Bélgica (-0,1 %), Holanda (-0,2 %), Chipre (-0,7 %), Italia (-0,2 %), Portugal (-0,6 %) y Eslovenia (-0,2 %), mientras que no hay datos para países como Grecia e Irlanda.
La llamada moneda bancaria –es decir no tangible porque está hecha de transacciones– se ha convertido en preponderante hoy en el mundo y es ella, y los bancos que las manejan, los que imponen las reglas, según el economista Marcello De Cecco, profesor de la Universidad Luiss de Roma. Hablando con un grupo de periodistas de la Asociación de la Prensa Extranjera de Roma sobre el problema de la crisis del euro y de Europa en general, De Cecco explicó que “estamos en crisis porque hasta un cierto punto ese dinero no fue más controlable por los bancos centrales de cada país”.
Muchas de las reglas financieras hoy imperantes en el mundo han sido inventadas por Estados Unidos o, si se quiere, por el mundo anglosajón, añadió. “La Reserva Federal (Fed, el banco central estadounidense) ha impulsado la liberalización del mundo bancario y de ese modo ha querido destruir el sistema bancario europeo”, indicó, sin descartar que esas intenciones se extendieran al sistema bancario de muchos otros países lo cual, según algunos politólogos, es el modo de controlar el mundo actual.
El primer ministro italiano Mario Monti, que ayer viajó a Alemania para encontrarse con la canciller Angela Merkel en el marco de una serie de encuentros bilaterales con Alemania y Francia previstos para este mes, dice que “no existe ninguna crisis del euro” y que la moneda europea, aunque tiene sus altos y bajos, es “muy fuerte” y “estable”. Pero no todos están de acuerdo con él, especialmente quienes, aun creyendo que el euro sobrevivirá, sostienen que la Unión Europea (UE) es débil desde el punto de vista normativo y político y que los países a menudo hacen presión para seguir conservando parte de su autonomía, lo que es un problema para fortalecer la moneda única.
Demostración, en parte, de la no total confianza en la UE o tal vez en el euro; es que “los bancos centrales de cada país siguen conservando el propio oro en sus depósitos. No lo han enviado al Banco Central Europeo (BCE)”, que es la máxima autoridad en esta materia de la Unión Europea, explicó por su parte la economista Ester Faia, profesora de Economía Política de la Universidad de Frankfurt. “Un modo de hacer que los mercados retomen la confianza en el euro y en Europa sería derivar ese oro al BCE. De alguna manera el mensaje sería: nosotros creemos en el euro, por eso enviamos nuestro oro al BCE”, añadió. Otro modo, dijo, sería ofrecer la posibilidad de canjear cuotas de déficit entre los Estados o vender bonos con garantía en oro o en acciones de empresas públicas.
¿Pero qué sucedería si se acaba el euro? “Todo el dinero, los títulos, los bonos, se transformarían en papeles sin valor. No se puede predecir fácilmente cuáles serían las consecuencias, pero seguramente sería devastador”, agregó Faia, que reconoce que haber permitido la entrada a la unión monetaria a ciertos países (caso Grecia, N.de R.), fue un error. Pero que en este punto de la historia hay que encontrar una solución. Por otra parte, insiste, para evitar situaciones como ésta, los países de la UE deberían tener políticas fiscales comunes.
Según De Cecco, por todas estas razones la reglamentación de la política monetaria que debería hacer la UE es doblemente importante, ya que a nivel financiero todavía existen fronteras en Europa. Se debería crear, entre otras cosas, un sistema que controle a los bancos europeos, pero la tarea no parece fácil, especialmente cuando se habla de bancos privados que son verdaderas multinacionales de la especulación.
Según los expertos, la Unión Europea debería reglamentar incluso los eventuales default de sus miembros. “No son cosas tan extraordinarias si están reglamentadas –concluyó Faia–. Por ejemplo, recientemente entró en default el estado del Minnesota, pero la noticia ni siquiera fue publicada en Europa porque Estados Unidos tiene normas que lo regulan.”
Las autoridades italianas temen que, a causa de los ajustes impuestos a la gente y a la desocupación, haya una ola de descreimiento general hacia la UE, mientras los expertos temen más bien una ola xenófoba contra los inmigrantes.
Indudablemente, la cuestión del pago de la deuda pública constituye un tabú. Los jefes de Estado y de gobierno, el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea y la prensa dominante lo presentan como inevitable, indiscutible y obligatorio. Los ciudadanos y las ciudadanas se deberían resignar a pagar la deuda pública. La única discusión posible sería sobre la forma de modular el reparto de los sacrificios necesarios para liberar los medios presupuestarios suficientes, con el fin de cumplir con los compromisos del país endeudado. Los gobiernos que pidieron los préstamos fueron elegidos democráticamente, por lo tanto sus actos son legítimos. Se debe pagar.
La auditoría ciudadana es un instrumento para eliminar este tabú. Permite que una proporción creciente de población comprenda todas las circunstancias e implicaciones del proceso de endeudamiento de su país. Una auditoría ciudadana consiste en analizar de manera crítica la política de endeudamiento llevada a cabo por las autoridades de un país.
Las preguntas que es necesario plantear
¿Por qué el Estado fue empujado a contraer una deuda que no deja de crecer?
¿Al servicio de qué opciones políticas y de qué intereses sociales ha sido contraída la deuda?
¿Quién se aprovecha de ella?
¿Era posible hacer otras opciones o era necesario?
¿Quiénes son los prestamistas?
¿Quiénes son los tenedores de la deuda?
¿Los prestamistas ponen condiciones para la concesión de los préstamos? ¿Cuáles?
¿Cuál es la ganancia de los prestamistas?
¿Por qué el Estado se vio comprometido, cuál fue su decisión, y bajo que concepto fue tomada?
¿Cuál es el monto de los intereses pagados, con qué tipo de interés, qué parte del principal ha sido ya reembolsada?
¿Mediante qué mecanismo las deudas privadas se convirtieron en «públicas»?
¿Bajo qué condiciones se hizo un determinado rescate bancario? ¿Cuál fue el coste? ¿Quién tomó la decisión?
¿Debemos indemnizar a los accionistas que son responsables del desastre, con administradores que ellos mismos habían designado?
¿Cuál es la parte del presupuesto del Estado que está destinado al reembolso del capital y de los intereses de la deuda?
¿Cómo financia el Estado el pago de la deuda?
No es necesario entrar en secretos de Estado para encontrar las respuestas
Para responder a todas estas preguntas —y la lista no es exhaustiva— no hay ninguna necesidad de revelar secretos de Estado, de acceder a documentos no públicos del Banco Central, del Ministerio de Economía, del FMI, del BCE, de la Comisión Europea, de las cámaras de compensación como Clearstream o Euroclear, |1| o de contar con las confidencias de una persona que trabaja en el seno de uno de estos organismos. Por supuesto, habrá numerosos documentos protegidos celosamente por los gobiernos y los banqueros, que deberán ser puestos a la disposición del público y que serán muy útiles para afinar el análisis. Por lo tanto hay que exigir el acceso a la documentación necesaria para una auditoría completa. Sin embargo, es perfectamente posible proceder a un examen riguroso del endeudamiento público a partir de información de dominio público. Numerosas fuentes son accesibles para quien desee tomarse el trabajo: prensa, informes del Tribunal de Cuentas, las sitios Internet de las instituciones parlamentarias, del banco nacional, de la agencia encargada de la gestión de la deuda, de la OCDE, del Banco de Pagos Internacionales (BPI), del BCE, de los bancos privados, de las organizaciones o colectivos que ya se hubieran lanzado al estudio crítico del endeudamiento (www.cadtm.org, www.attac.org, www.quiendebeaquien.org/ ,...) los archivos de colectividades locales, los informes de las agencias de calificación e incluso las memorias de tesistas. No se debe dudar en pedir a los parlamentarios que planteen preguntas públicas al gobierno o a mandatarios locales de hacerlo ante las colectividades locales.
La auditoría no es una cuestión de expertos
El proceso de una auditoría no es un proceso reservado a expertos. Por supuesto que son bienvenidos y que pueden aportar mucho al trabajo colectivo de una auditoría ciudadana. Pero un colectivo puede comenzar el trabajo sin tener necesariamente garantizada esa participación. Si se empiezan las investigaciones y se provoca un debate público, durante el proceso los colectivos se entusiasmarán y conseguirán diferentes asesoramientos. Cada uno y cada una pueden tomar parte y ponerse a trabajar para sacar a la luz del día el proceso de endeudamiento público. En 2011, un colectivo nacional se ha puesto en marcha en Francia por una auditoría ciudadana de la deuda (www.audit-citoyen.org). Reúne numerosos movimientos sociales y políticos, y el llamamiento a su constitución fue firmado por decenas de miles de personas. En el marco de esta iniciativa, se han organizado colectivos locales en muchos lugares de Francia. Por otro lado, se puede partir de realidades locales con el objetivo de participar en la auditoría de las deudas públicas. Se puede comenzar analizando los préstamos estructurados vendidos a las colectividades locales en Francia y Bélgica por Dexia u otros bancos. A este propósito, un trabajo ya fue realizado: la asociación «Acteurs publics contre les emprunts toxiques» o sea «Actores públicos contra préstamos tóxicos» reúne una decena de colectividades locales (www.empruntstoxiques.fr). Se puede también comenzar por estudiar las dificultades financieras encontradas en los hospitales públicos presentes en vuestro territorio. Se están desarrollando, al mismo tiempo que en Francia, iniciativas por auditorías ciudadanas en Grecia, en Irlanda, en España, en Portugal, en Italia y en Bélgica.
Otros ámbitos en materia de deudas privadas también pueden abordarse. En países como España o Irlanda en los que el estallido de la burbuja inmobiliaria hundió a centenares de miles de familias en la ruina, sería útil investigar las deudas hipotecarias de las familias. Las víctimas de los manejos de los prestamistas pueden aportar sus testimonios y ayudar a comprender el proceso ilegítimo de endeudamiento que las afecta.
Un campo de acción muy rico
El campo de acción de una auditoría de la deuda pública es enormemente prometedor y no tiene nada que ver con su caricatura, que lo reduce a una simple verificación de cifras realizadas por contables rutinarios. Más allá de ese control financiero, la auditoría tiene un papel eminentemente político ligado a dos necesidades fundamentales de la sociedad: la transparencia y el control democrático del Estado y de sus gobernantes por los ciudadanos.
Se trata de necesidades que se refieren a los derechos democráticos totalmente elementales, reconocidos en el derecho internacional, el derecho interno y la Constitución, aunque sean violados continuamente. El derecho de control que tienen los ciudadanos sobre aquellos que los gobiernan, de informarse de todo lo que concierne a su gestión, sus objetivos y sus motivaciones es intrínseco a la propia democracia. Esto emana del derecho fundamental de los ciudadanos a ejercer su control sobre el poder y de participar activamente en los asuntos públicos y por lo tanto comunes.
El hecho de que los gobernantes se opongan a la idea de que los ciudadanos y ciudadanas osen realizar una auditoría ciudadana es revelador de una democracia muy enferma. Que por otra parte no para de bombardearnos mediáticamente con su retórica sobre la transparencia. Esta necesidad permanente de transparencia en los asuntos públicos se transforma en necesidad social y política totalmente vital, y por esta razón, la verdadera transparencia es la peor pesadilla para las elites.
Una auditoría ciudadana para el repudio de la deuda ilegítima
La realización de una auditoría ciudadana de la deuda pública, combinada, gracias a una importante movilización popular, con una suspensión del reembolso de la deuda pública, debe llevar a la anulación/repudio de la parte ilegítima de la deuda pública y a una reducción drástica del resto de esa deuda.
No es cuestión de apoyar los alivios de deuda decididos por los acreedores, especialmente a causa de las severas contrapartidas que implican. La anulación de la deuda, que desde ese momento es un repudio por el país deudor, es un potente acto soberano unilateral.
¿Por qué el estado endeudado debe reducir radicalmente su deuda pública al proceder a la anulación de las deudas ilegítimas? En primer lugar por razones de justicia social, pero también por razones económicas que cualquiera puede comprender y apropiárselas. Para salir de la crisis de forma satisfactoria, no podemos contentarnos de reactivar la economía gracias a la demanda pública y a la de las familias. Puesto que si nos contentamos con una política económica de reactivación combinada a una reforma fiscal redistributiva, el suplemento de la recaudación fiscal será absorbido en gran parte por el pago de la deuda pública. Las contribuciones que se impondrán a las familias más ricas y a las grandes empresas privadas (nacionales o extranjeras) estarán ampliamente compensadas por la renta que obtendrán de las obligaciones del Estado, ya que por lejos son los principales tenedores y beneficiarios (razón por la cual no quieren ni oír hablar de una anulación de la deuda). Por lo tanto es necesario anular una gran parte de la deuda pública. La amplitud de esta anulación dependerá del nivel de conciencia de la población víctima del sistema deuda (en este nivel, la auditoría ciudadana cumple una función crucial), de la evolución de la crisis económica y política y sobre todo de las relaciones de fuerza concretas que se construyen en la calle, en las plazas y en los lugares de trabajo mediante las actuales movilizaciones y las que estén por venir.
La reducción radical de la deuda pública es una condición necesaria pero no suficiente para que los países de la Unión Europea puedan salir de la crisis. Se necesitan medidas complementarias: reforma fiscal redistributiva, transferencia del sector de las finanzas al ámbito público, resocialización de otros sectores claves de la economía, reducción del tiempo de trabajo con el mantenimiento del salario y contratación compensatoria, y tantas otras medidas |2| que permitirían cambiar radicalmente la situación actual que llevó al mundo a un explosivo callejón sin salida.
Por Damien Millet y Eric Toussaint
CADTM
Traducido por Griselda Pinero.
notes articles:
|1| Clearstream y Euroclear están entre las principales cámaras de compensación (clearing houses) y poseen el registro de una gran parte de los títulos de deuda pública en poder de los bancos. Una cámara de compensación es un organismo que calcula las sumas netas a pagar y que ejecuta los pagos. La compensación es un mecanismo que permite a las instituciones financieras pagar los montos adeudados y recibir los activos correspondientes a las transacciones que ellas efectuaron en los mercados. De esa manera, las instituciones financieras sólo tienen flujos financieros y de títulos con las cámaras de compensación.
|2| Véase http://www.cadtm.org/Ocho-propuesta... Millet es portavoz del CADTM Francia (www.cadtm.org);
Damien
Éric Toussaint es doctor en ciencias políticas, presidente del CADTM Bélgica, miembro de la Comisión de la auditoría integral de la deuda (CAIC) del Ecuador y del Consejo Científico de ATTAC Francia.
Ambos dirigieron el libro colectivo La Deuda o la Vida, Icaria editorial, Barcelona 2011, que recibió el Premio del libro político en la Feria del libro político de Lieja en 2011. Eric Toussaint participó también en el libro de ATTAC: Le piège de la dette publique. Comment s’en sortir, éditions Les liens qui libèrent, París, 2011.
www.cadtm.org/Auditoria-ciudadana-de-la-deuda,7426
La Unión Europea alcanzó un acuerdo preliminar para prohibir las importaciones de petróleo procedentes de Irán en todo el territorio comunitario. Al día siguiente de que Francia presionara a los socios europeos para endurecer las sanciones contra Irán, fuentes diplomáticas de la Unión confirmaron que el embargo ha sido acordado, aunque falta por decidir la fecha en la que entrará en vigor.
Irán reaccionó inmediatamente a la medida, que eleva un grado más la tensión generada por las ambiciones nucleares de Teherán y se produce como segundo contraataque a la amenaza iraní de cerrar el estrecho de Ormuz, por el que circula más de la tercera parte del tráfico marítimo de crudo mundial. La decisión comunitaria se tomó horas después de la advertencia del Pentágono a Irán de que la Quinta Flota de EEUU tomará el control del Golfo Pérsico para proteger el suministro energético, en caso de violación del derecho de tránsito por el estratégico canal.
Fuentes del Gobierno iraní aseguraron que cuentan con alternativas para sortear los daños del embargo europeo y mantener el volumen de sus exportaciones de crudo, que ascienden a 2,3 millones de barriles diarios.
El plan principal ante este escenario consiste en redirigir la exportación petrolera hacia China, que es el segundo consumidor mundial de petróleo. Otros países asiáticos y África serían los siguientes puntos de distribución, según indicó S. M. Qamsari, director internacional de la petrolera nacional iraní (National Iranian Oil Co., NIOC).
Las consecuencias de esta escalada diplomática se tradujeron, en primer lugar, en una nueva subida de dos dólares en el precio del barril de petróleo. De forma que el castigo europeo acaba repercutiendo en sus propios consumidores y como explicaba a Reuters el analista energético de Stamford, Gene MacGillian puede acabar derivando en un abaratamiento del crudo iraní para "India, China y otros países de Asia, mientras Europa se verá obligada a buscar otras fuentes de suministro".
Pese al desdén retórico iraní, su amenaza de bloqueo de Ormuz y su exhibición de pruebas de misiles en los últimos días, EEUU interpreta los gestos de Teherán como muestra de que empiezan a hacer efecto los cuatro paquetes de sanciones aprobados por las Naciones Unidas por proseguir con sus programas de enriquecimiento de uranio. El hecho de que su divisa (el rial) se encuentre en mínimos históricos es otra prueba de que la economía iraní empieza a resentirse por la asfixia internacional. Además, el embargo europeo complicará la situación económica a pocos meses de las elecciones legislativas del 2 de marzo. Qamsari reconoció que las sanciones ya en vigor están obstaculizando el pago de las refinerías que reciben el crudo iraní.
Para esquivar el embargo europeo, Irán tiene que replantearse la distribución de su crudo, ya que el 30% de las exportaciones unos 700.000 barriles diarios viajan al oeste de Suez. Más de la mitad de ese volumen se exporta a Europa.
PÚBLICOBRUSELAS / TEHERÁN04/01/2012 23:08 Actualizado: 05/01/2012
Acorralado por el tridente que conforman el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo, el pueblo griego debe ajustarse un cinturón donde ya no quedan agujeros por hacer. A la Troika no se le ocurrió mejor idea que presionar al gobierno heleno para que implemente una fuerte reducción del salario mínimo por debajo de los 600 euros, petición que fue rechazada de plano por los sindicatos. Según un documento filtrado ayer por la emisora Sky, la Zona Euro envió una carta al Ministerio de Trabajo griego pidiéndole que ponga en marcha la medida mediante un decreto en caso de que los sindicatos y la patronal no lleguen a un acuerdo. Con el pago de la seguridad social, el salario mínimo que los trabajadores perciben mensualmente araña los 600,79 euros, cifra que desciende a los 500 euros para aquellos empleados menores de 25 años. “Si el financiamiento de nuestros socios se detiene, el impacto será realmente trágico para los ingresos de los trabajadores y el desempleo subirá aún más”, argumentó el primer ministro Lucas Papademos, que hizo ayer un llamado para que los griegos se sacrifiquen más, para asegurar la pertenencia del país al bloque y evitar, de ese modo, que el país caiga en cesación de pagos.
Papademos se reunió ayer con representantes de la Confederación General de Trabajadores (CGT) de Grecia y de la Asociación de Empresas e Industrias (AEI) para discutir la reducción salarial. Desde la AEI, que nuclea a la gran industria y las empresas de servicios, aseguraron que no están dispuestos a que el salario mínimo se reduzca. Yannis Panagopulos, presidente de la CGT, negó que exista margen para la disminución de los salarios y pidió a los empresarios que mantengan las tablas salariales pactadas. Además, el primer ministro se reunió con las patronales que agrupan al comercio, que piden congelación salarial por tres años, y las pymes, que reclaman una rebaja del coste de las cotizaciones a la seguridad social. Con el tiempo en contra, Papademos se apresura a completar reformas fiscales y de pensiones exigidas por los prestamistas internacionales antes de conversar con inspectores de la Unión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo: el gobernante espera que se efectivice un rescate de 130.000 millones de euros. El país de los héroes mitológicos necesita de una nueva epopeya para recibir ese préstamo que le permita refinanciar 14.500 millones de euros en bonos que vencen el 20 de marzo. “Sin un acuerdo con la Troika y mayor financiamiento, en marzo Grecia enfrentará un riesgo inmediato de cese de pagos incontrolable”, auguró el técnico y actual mandamás de Grecia.
Y señaló además que la economía griega no volverá a una recuperación sustentable y a crear empleos sin recuperar la competitividad perdida, caballito de batalla que utiliza para fundamentar la profunda crisis económica y el aumento record del desempleo, que trepó al 17,7 por ciento en el tercer trimestre. Mientras algunas proyecciones señalan una caída cercana al 5,5 por ciento para 2011, los economistas esperan que la economía se contraiga por encima de esa cifra para este año. La Troika, que nunca se toma vacaciones, tiene previsto desembarcar en Grecia, durante la segunda quincena de enero, para revisar las medidas contra la crisis y acordar nuevos tramos de ayuda al país.
Por si fuera poco, el panorama se vuelve más desolador con un dato que se conoció ayer. Según la oficina de estadística de Atenas (Elstat), uno de cada cinco ciudadanos griegos vive por debajo de la línea de pobreza por la crisis financiera que azota el país. Los fríos números, que no conocen de padecimientos, señalan que al menos 2,2 millones de personas, de los 11 millones de habitantes en Grecia, están comprendidos en el cálculo de la Elstat. O lo que equivale a decir que están en el fondo del mar. En Grecia, el nivel de pobreza fue fijado en 15.000 euros anuales para una familia de cuatro miembros. El informe sostiene que 27,7 por ciento de los afectados tienen dificultades para alimentarse. Por ese motivo, se puso en marcha recientemente una campaña para alimentar a los más necesitados, bajo el lema “Juntos podemos lograrlo”. La campaña, en la que participan la iglesia, las ciudades y comunidades, así como la mayoría de lo supermercados, convoca a la gente a comprar alimentos que más tarde son donados a aquellas personas sin recursos.
El maremagnum que golpea a Grecia no hace distinciones. Además de ensañarse con los sectores más empobrecidos, afecta a cientos de periodistas y técnicos que en los últimos meses se fueron quedando sin trabajo. Por la aguda crisis que atraviesa Grecia, la publicidad se redujo en muchos diarios en casi un 60 por ciento. “Nos estamos apagando lentamente”, señaló Dimitris Trimis, presidente de la Asociación de Prensa de Atenas (Esiea). Días atrás, Eleftherotypia, uno de los diarios griegos de izquierda más importantes, dejó de publicarse. En los últimos 20 años, la prensa griega vivió un boom antes de que la crisis estallara en las manos de un país que no tiene nada que festejar. Es que buena parte del dinero dulce que llegaba por igual a redacciones, radios y canales de televisión provenía de la publicidad oficial.
El paisaje social de Grecia cada vez se parece más al conflicto que se vivió en diciembre de 2001 en Argentina. Desde que estalló la crisis de la deuda a mediados del año pasado, Atenas ha sido objeto del macabro plan de rescate de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que, a cambio de duras medidas de austeridad, empujó a casi medio millón de personas a encolumnarse en las filas del desempleo. La foto se completa con decenas de miles de negocios cerrados y un aumento drástico de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza. Sin embargo, uno de los rostros más descarnados de la crisis es el de aquellos que han perdido sus hogares, fenómeno que era prácticamente desconocido en el pasado del país de la tragedia, pero que en los últimos tiempos se ha incrementado notoriamente.
Se estima que en la calle viven unos 20.000 ciudadanos, cuyo perfil, sin duda, ha cambiado debido a la crisis. No estaba en los planes de Georgios Markuris, un joven informático que trabaja en la Universidad de Atenas, la idea de llegar a ser uno de esos 20.000 griegos a los que la crisis empujó de su casa, dejándolos sin hogar. Markukis viajó a Latinoamérica para aprender música local junto al conocido grupo boliviano Los Kjarkas, y cuenta cómo llegó a tocar fondo. “Perdí mi trabajo y entré en una profunda depresión. Me convertí en otra persona. Perdí a mis amigos y a mi familia. Hace tres meses, me encontré en la calle, sin hogar”, explica.
En el último año, el número de personas sin techo aumentó un 25 por ciento. “La mayoría tienen un perfil totalmente distinto al de antes”, asegura Olga Theodorikaku, coordinadora de la asociación humanitaria Klimaka. “Proceden de la clase media. Hasta hace poco tenían un trabajo y una casa. El único factor que los ha convertido en ‘sin techo’ ha sido el desempleo”, dice.
Markuris se considera afortunado, ya que ha encontrado alojamiento en el centro de Klimaka. Sin embargo, en todo el país sólo existen 300 plazas, es decir, una para cada 67 personas sin hogar. Para Spyros Psijas, ex representante griego en la Federación Europea de Asociaciones de Ayuda a los Sin Techo, el problema tiene que ver con que Grecia no reconoce a las personas sin hogar como un grupo en riesgo de exclusión social, lo que impide que existan políticas adecuadas para luchar contra el problema. “Grecia carece de un verdadero Estado del Bienestar. Los parados reciben una ayuda de desempleo durante un año, pero después se quedan sin nada. Los trabajadores autónomos ni siquiera tienen derecho al paro”, explica Panos Tsakloglu, profesor de la Universidad de Economía y Negocios de Atenas. “Hasta ahora era la familia la que evitaba que esta gente cayese en la pobreza. Pero ahora también esto esté fallando”, advierte. Sólo en Atenas, las organizaciones de caridad reparten unas 20.000 comidas diarias. Uno de esos lugares es el centro Kyada. Unas 2000 personas se agolpan en la fila. En el menú se sirve un plato de guisantes junto a una rebanada de pan. Psijas se queja de que el Estado está teniendo que ser reemplazado por las ONG: “Creo que los políticos no se dan cuenta de lo que se nos viene encima”, afirma.
Por su parte, Theodorikaku considera que los nuevos sin techo son fácilmente reintegrables en la sociedad, puesto que son personas calificadas y en edad productiva. “Si pasan más de un año en la calle, se acostumbran a ello y piensan que no hay ninguna salida. Entonces las posibilidades de que puedan volver a una situación normal son muy escasas”, alerta.
Ya no se trata de gente con problemas de adicción o mentales. Ahora apareció una nueva generación de sin techo, como advierte Athensia Tourkou, de la ONG Klimaka: “El perfil está cambiando. Ahora vemos a gente con un alto nivel de educación, que hasta hace unos meses tenía casa, un trabajo normal, vivía con su familia... y que ahora está en la calle”.
Estos nuevos sin techo tienen de 45 a 60 años y estaban empleados o tenían sus
propias empresas.