No se trata de dialogar, sino de avasallar al oponente. El ágora, la plaza publica, en la que confluyen los usuario(a)s de la redes sociales rompen lanzas unos contra otros. La declaratoria de guerra es cotidiana, no hay convicción de persuadir, sino de eliminar simbólicamente al contrincante. Ejercer la persuasión implica, primero, tener integrada una...