Las recientes elecciones a la Presidencia de la República, donde el Polo Democrático Alternativo (PDA) quedó excluido de la segunda vuelta, denota múltiples falencias de esta nueva organización, que había abierto tantas expectativas en la sociedad colombiana. ¿Cómo explicar sus dificultades?
Héctor Arenas (HA): ¿Qué consideración le merece la legitimidad del proceso de elección presidencial que acaba de acontecer en Colombia?
Daniel García Peña (DGP): El proceso electoral de 2010 se desarrolló dentro del mismo sistema y con las mismas reglas electorales del pasado, lo cual significa grandes falencias democráticas y grandes dificultades para la oposición. Es un sistema electoral arcaico en que el papel de los caciques políticos predomina. El proceso electoral reveló también que, a pesar de los evidentes elementos de fraude –como sucedió, por ejemplo, en las elecciones parlamentarias de 2002 y 2006–, no hay una reforma del sistema.
La votación abrumadora de Juan Manuel Santos responde sin duda al continuismo del proyecto de Uribe, pero el debate electoral también reveló elementos de fisuras y de cuestionamientos importantes al régimen actual.
Es necesario destacar que en la consolidación del partido mismo de la U, Juan Manuel Santos tiene hoy un proyecto político de lo que puede ser un partido de la derecha colombiana, que reconstituye y reconfigura una parte de lo que expresa el establecimiento de las fuerzas del partido liberal y el partido conservador.
HA: Pero también se destaca el resultado de los “verdes”…
DGP: Sí, fueron tres millones y medio de votos limpios, sin un solo voto comprado. Yo miro más al elector verde que a los dirigentes del partido; se ve el despertar de una esperanza, de un rechazo a las prácticas políticas tradicionales; y también hay que reconocer que la campaña, resultado de la unión de Lucho, Antanas y Peñalosa, fue muy interesante: viajar juntos, transmitir el principio de transparencia, manejar los símbolos, y mostrarse como equipo y no como contendores, determinó que las diferencias se pudieran sumar, y la gente premió esa cordialidad que ejemplificó la frase de “la unión hace la fuerza”. Pero el fenómeno verde reveló también los límites del voto de opinión…
HA: ¿Y la campaña de Petro?
DGP: En el caso de la campaña de Gustavo Petro, se consiguió no solamente presentar unas ideas sino además desarrollar tesis importantes en torno a la tierra, el agua, y asuntos como la salud y la educación. Se hicieron propuestas innovadoras que pusieron a pensar a mucha gente, y esos elementos en conjunto son valiosos y se deben mantener y sostener. Sin embargo, también hay que reconocer que triunfó la vieja maquinaria.
HA: ¿Y la campaña de Santos?
DGP: Santos utilizó una combinación de elementos modernos de mensajes muy eficientes, y al recordarle al país que él era heredero de Uribe aprovechó la gran popularidad del Presidente, a lo cual le sumó la vieja política tradicional de la clientela, de movilizar las Familias en Acción; de poner a los gamonales de los pueblos a llenar los buses para llevar la gente a votar.
HA: Era previsible que llegáramos al final del régimen uribista con la miseria aquejando a las mayorías por los privilegios en la política económica de los intereses corporativos. Tampoco era difícil prever la crisis de credibilidad originada en los sucesivos y graves escándalos motivados por las actuaciones delincuenciales que se promovieron desde diversos estamentos del propio Estado. Y sin embargo, el Polo Democrático Alternativo no pudo presentarse como opción ética, capaz y ejemplar frente a la nación ¿Qué ocurrió para que el PDA no estuviera en la segunda vuelta de las presidenciales?
DGP: Creo en la necesidad de adelantar un juicio de responsabilidades que no se ha hecho, y debe hacerse si queremos realmente superar esta etapa. Veo problemas internos y externos. No hay que olvidar la campaña de desprestigio que enfrentó el Polo y que fue muy eficiente. Durante ocho años, el Polo fue identificado mediáticamente con Chávez, la guerrilla y en la última etapa con la corrupción.
Otro golpe que recibió el Polo desde afuera fue el fenómeno verde. Si uno analiza las encuestas, la composición del electorado verde es muy parecida a la de quienes en 2006 votaron por Carlos Gaviria. El voto independiente, sin ser del Polo, se vio más atraído en esta ocasión por los verdes. Pero no se puede desconocer que todo tiene que ver asimismo con la última etapa del Polo, donde desafortunadamente el eje del trabajo político estuvo centrado en las discusiones y las peleas internas. En algunos casos, en debates interesantes en cuanto a diferencias de carácter ideológico o político, pero en muchos otros centrados en enfrentamientos personales, cuotas burocráticas y una mirada miope de lo que es el poder. Sin duda, esto llevó a que el electorado castigara al Polo.
Hay que examinar cómo el Partido Verde tomó la bandera de la renovación, la ética y la transparencia, y en cambio el Polo fue visualizado como expresión de la política tradicional, clientelista, y afectado por la corrupción. Esto nos exige mirar con mucha serenidad y sabiduría hacia el futuro. Es un hecho que Gustavo Petro cargó con toda la mala imagen de corrupción y clientelismo que la ciudadanía percibe en la Alcaldía de Samuel Moreno en Bogotá.
HA: ¿Hay otros aspectos que determinaron que el PDA quedará excluido de la segunda vuelta?
DGP: Sí. En la última que refería, hubo una alianza que se formó en el interior del Polo entre sectores de izquierda más tradicionales con la izquierda de sectores que representan, por ejemplo, a la Anapo o el senador Dussán, que vienen de las viejas prácticas sindicales y clientelistas. Uno puede preguntarse: ¿Cómo es posible que el Moir, al lado del Partido Comunista, estén al lado de Anapo y Dussán? Y encuentro que la triste realidad es que se unieron contra Lucho y Petro. Cuando Luis Eduardo Garzón salió de la Alcaldía de Bogotá y Gustavo Petro del Senado, eran las figuras emergentes que cuestionaban el liderazgo que Carlos Gaviria le había dado al Polo. A comienzos del año pasado se forjó lo que Wilson Borja llamó el acuerdo de la ‘casa’ Rojas, en el que estos sectores formaron una mayoría abrumadora en cuanto a lo que es el aparato del partido.
A pesar de las grandes contradicciones, por ejemplo, en el tema de Samuel Moreno con la ETB, sus mayores contradicciones están con el Partido Comunista y el Moir. Ideológicamente no tienen por qué estar juntos. Si se quiere, Samuel y Dussán representan la derecha del Polo, y Robledo y el Partido Comunista la izquierda, y en este sentido asombra ver cómo llegaron a este acuerdo para manejar las mayorías, con un criterio diferente del que en sus comienzos inspiró al Polo. Cuando Gaviria le ganó a Navarro la consulta, lo primero que hizo éste fue sumarse a la campaña de Gaviria. En esta última etapa, con el famoso acuerdo de la ‘casa’ Rojas, se unieron para aplastar a la minoría, para excluir.
Creo que también en esto influyó la salida de Lucho Garzón, aunque él, con su personalidad y su forma de ser, también ayudó. Sin duda, su actitud no fue la más constructiva. Algunos amigos del Moir celebraron la salida de Lucho y tienen una visión de que el Polo se constituye con los puristas, los que tienen la verdad… Ahí se ve la miopía de algunos dirigentes del Polo que prefieren ser cabeza de ratón que apostarle a un proyecto amplio.
HA: Pero al salir Lucho no logró que hiciera lo mismo Petro.
DGP: Yo digo que Gustavo Petro tuvo la decisión heroica de mantenerse en el Polo y jugar en la consulta, a pesar de que se violaron todos los acuerdos establecidos en cuanto a las garantías. Se suponía que habría una Presidencia equilibrada, neutral, pero entró Jaime Dussán y lo primero que hizo fue declararse a favor de Carlos Gaviria, poniéndole a su favor el aparato del partido. Hay una larga lista de incumplimientos. Esa visión concentrada en el aparato del Polo perdió de vista lo que es el país, la conexión con éste. Creo que una presidencia como la de Dussán en pleno período de elecciones fue fatal, un mensaje absolutamente negativo para el país. Y eso contribuyó a que gran parte del electorado que nos acompañó en el pasado nos haya abandonado en esta última etapa.
Considero que la campaña que hizo Gustavo Petro fue excelente, y que él consiguió tomar el ideario de unidad, lo que son las propuestas gruesas del Polo, y aterrizarlas en planteamientos concretos, viables, comunicables a la gente. Parte de la campaña de los sectores amigos de Carlos Gaviria era que Gustavo Petro se había vuelto uribista, pero lo que hizo Gustavo fue aterrizar la propuesta y dejó de plantear la izquierda como la oposición al régimen actual para presentarla como una alternativa viable.
En la última fase de la campaña se logró, digo yo, un trabajo de unidad a pesar de las fisuras y las diferencias existentes, y, aunque tardíamente, se pudieron superar muchas dificultades. Petro lanzó unos mensajes de búsqueda de unidad. Después de la consulta, fue él quien propuso que Jorge Robledo encabezara la lista al Senado; fue quien propuso a Clara López para la Vicepresidencia, gestos muy importantes ambos en la intención de reunir y unificar al Polo. Pero se perdieron muchos meses de trabajo. Si bien la votación no fue favorable, el haber alcanzado casi el 10 por ciento –un millón 300.000 votos– es un factor muy significativo.
HA: ¿Pudiéramos pensar que el funcionamiento del mecanismo de selección del candidato del PDA generó un enfrentamiento prolongado y acerbo entre las distintas vertientes del Polo, dejando heridas imposibles de sanar para acometer cordialmente la tarea conjunta de ofrecer a nuestra nación una opción que nos sustrajera del rumbo de odio, confrontación, ausencia de soberanía y miseria imperantes?
DGP: Es dable decir que Carlos Gaviria tenía mucho más en común ideológicamente con Petro y con Lucho, defensores de la Constitución del 91 y de una reforma de la izquierda, que con los sectores con los cuales terminó aliado. Gaviria fue muy distinto en 2010 que en 2006. Y su presidencia, en vez de abarcar a todos, y de pasar por encima del bien y del mal, se alió claramente con unos sectores que, más que afinidades ideológicas, tenían como propósito parar a Lucho y también a Petro.
Digamos que ese mecanismo del que hablas, para mí el más idóneo, es el tema de las consultas, lo que llevó a que Carlos Gaviria fuera el candidato en 2006, en una fórmula más democrática, porque el resto sería el mismo aparato. Yo creo que consultar con el electorado es la forma más sana, pero desafortunadamente, ya en la consulta de 2009, los factores que habían generado esas discusiones internas llevaron a que se desvirtuara en un sentido en que no hubo debate. Gaviria se negó todo el tiempo a debatir con Petro, y la campaña contra éste estaba basada en que supuestamente se había vendido al uribismo. De hecho, Gaviria, en una entrevista que le dio al diario El País de Cali, llegó a decir que los uribistas eligieron a Petro, algo absolutamente absurdo. Que, además, es comprobable que no fue así.
La gente no entendió el mensaje de Carlos Gaviria de la mano con Dussán y compañía. Las mayorías que se armaron fueron para excluir a la gente, y las formas de actuar del Moir, Anapo y compañía llevaron a que mucha gente votara en la consulta en contra de lo que estaba pasando y también de tal especie de sublevación ante el manejo que se le estaba dando al Polo.
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