Doscientos años después de ser escrita (1816), Frankenstein, el moderno Prometeo, la obra de Mary Shelley, sigue en la galería de las inmortales de la imaginería popular.
De ella han dicho que es gótica, que representa el inicio de la ciencia ficción, fundadora de la literatura fantástica y de horror, o también no apta para niños. Una obra sobre la cual han realizado análisis psicológicos, psiquiátricos, psicoanalíticos, socio-lingüísticos, metafóricos.
Progenitores
Mary Shelley, era hija de dos intelectuales de la época: su madre, la siempre recordada Mary Wollstencraft, quien en su libro “La vindicación de los derechos de los hombres”, polemizo con Burke sobre los derechos sociales, mujer activa recordada como una de las primeras feministas, autora del primer libro sobre el tema: la “Vindicación de la mujer”. Su padre fue el escritor y filósofo anarquista William Godwin, autor de “ Investigación acerca de la justicia política”. Tal vez fue una hija no deseada, la madre murió después del parto y el padre nunca la quiso. Ella siempre llevó el apellido de su madre, no el de su padre, pero la obra se la dedicó al padre.
El origen de la obra
Cuando Mary tenía diecinueve años viajó por Europa con su pareja, el poeta Percey Shelley; en realidad huyó de la casa de su padre para casarse, lo que no sucedió sino años más tarde, viaje apresurado y presionado por su novio, que ya estaba casado, y expulsado de Oxford por ateo. En su periplo hicieron una parada en Ginebra, en específico en la Villa Diodati, a orillas del lago Ginebra; la razón fue que Claire Clarmon, hermanastra de Mary, había quedado embarazada tras un fugaz romance con el poeta Lord Byron. La visita era para dirimir el asunto. Byron llegó con su médico personal el Dr. John Polidori. Era una reunión de románticos.
Los cinco personajes tuvieron que pasar varias noches oscuras y tormentosas encerrados, discutiendo sobre ciencia y ocultismo y leyendo una colección de cuentos alemanes sobre fantasmas. Una de las discusiones giró en torno a la muerte y la vida, de si era posible que un ser humano fuese capaz de crear vida de manera artificial, debate que puso el poeta Shelley, aficionado a la alquimia e interesado en el conocimiento primordial, al que el doctor Polidori respondió con los últimos avances de la ciencia sobre el galvanismo, o la importancia del magnetismo en los seres vivos.
En medio de la discusión el poeta Byron propuso una apuesta: escribir un texto de horror mientras estaban de visita, a lo que los cinco respondieron con sus respectivos textos. Es muy probable que los contertulios no se imaginaran que ese ejercicio literario los llevaría a crear el género fantástico en la literatura.
El doctor Polidori escribió el primer tema que se conoce sobre vampiros, titulado Vampiro, y lo mismo hizo Byron pero sin éxito, mientras Mary escribió un cuento de horror llamado Frankenstein, después de una noche en que se soñó con una criatura anormal y creada por fuera de las leyes conocidas de la ciencia.
¿Quién fue Frankenstein?
El relato cuenta la historia de un estudiante de medicina, Víctor Frankenstein, en la universidad de Ingolstadt quien estaba obsesionado por conocer los secretos del cielo y la tierra y desentrañar el misterio del alma humana. Para ello crea un cuerpo a partir de la unión de varias partes de cadáveres diseccionados. El experimento tiene su culmen en el momento en que Víctor infunde una chispa de vida al monstruo por medio de la electricidad, cuerpo que mide 2,44 metros de alto. Pero en realidad Víctor intentó darle al monstruo parte de su vitalidad y al fallar usó la electricidad. Víctor se asusta y huye del laboratorio, El monstruo huye y es despreciado por la gente, lo que le despierta odio y venganza. Se encuentran después y el monstruo le cuenta como aprendió a hablar viendo a una familia, a pensar y reflexionar, comprende que necesita una compañera y le pide a Víctor que la cree igual que hizo con él. Víctor trabaja en la creación de la mujer monstruo pero se arrepiente y la destruye, a lo que la criatura se venga matando a los más cercanos amigos de su creador. Muere primero Víctor y el monstruo se supone preparó una pira para prenderse fuego y morir alejado del mundo que lo desprecio.
Origen del nombre
El titulo completo es Frankenstein o el moderno Prometeo. La llaman Prometeo por referencia al Prometeo de Esquilo, el mito griego del dador del fuego a los humanos, el creador del hombre a partir de la arcilla. Para la caracterización del monstruo Mary también tomño como referencia el Satán del “Paraíso perdido” de John Milton.
En la novela no le dan al monstruo el nombre de Frankenstein, lo nombran como la “criatura”, “ser demoniaco” “engendro”, “horrendo huésped”, corresponde a la cultura popular haberlo bautizado como Frankenstein, pues al final de cuentas era el hijo artificial de Víctor Frankenstein.
Se considera que el personaje Víctor hace referencia a un científico que tuvo existencia real, Andrew Crosse, quien experimentó con cadáveres y electricidad y aseguró revivir perros, y que lo hizo con humanos a partir de lo que llamó “electro-cristalización” de materia inanimada. Fue catalogado de anticientífico, demoniaco, sus propiedades fueron exorcizadas, así como sus equipos y hasta su mismo ser; la presión de la época lo llevó a que sufriera una parálisis; al morir fueron quemados sus archivos, laboratorio y propiedades, así que sus descubrimientos sobre crear vida quedaron ocultos. Los Shelley lo conocieron y asistieron a sus conferencias.
Algunos historiadores hacen referencia a la similitud del nombre de la novela de Mary Shelley con el apellido del científico alemán Von Frankenau, el fundador de la Palingenésica o ciencia de los sucesivos renacimientos a partir de cenizas de plantas y animales, en la que cultivaban microorganismos por medio de los cuales se supone creaban vida. Otros dicen que el nombre hace referencia a una población hoy localizada en Polonia, o que se refirió al castillo donde el alquimista Johan Dippel se dice hizo experimentos con cuerpos humanos y que Mary conoció.
Algunos sostienen que la elección de la universidad Bávara de Ingolstadt se refiere a que en esa población fue fundada la sociedad secreta los Iluminati, de la que su esposo Percey era miembro.
Ciencia y ocultismo
El padre de Mary era aficionado a las ciencias ocultas, en especial conocía los escritos de Paracelso y sus experimentos sobre el Homúnculos, un ser diminuto creado en una vasija de cristal, a partir de la sangre mezclada con otros elementos; también fue lector de Alberto Magno, el alquimista. También estuvo al tanto de los avances de la ciencia moderna. Percey Shelley era aficionado a la alquimia y conocedor de los avances de la física y la química. La biblioteca de Víctor Frankenstein era la misma del papá de Mary. En sus diarios Mary relata como su recorrido por Europa tuvo que ver con investigar sobre la ciencia moderna y buscar a las organizaciones secretas ocultistas que proponían una concepción del mundo diferente a la ciencia oficial.
Mary Shelley era conocedora de las teorías de Luis Galván sobre el magnetismo animal, las teorías sobre la resurrección de humanos y animales por medio de la electricidad, los experimentos de Erasmo Darwin sobre resurrecciones de animales, y conoció los debates sobre los robos de cadáveres para experimentos. Leyó a Goethe, Milton y Plutarco, a Cornelio Agripa, Giordano Bruno y al Conde de Volney, los mismos que leyó su personaje Víctor Frankenstein antes de ingresar a la universidad.
El tiempo en que ella vive es considerada como la gran época de las investigaciones sobre el sueño, el ensueño, el inconsciente, el conocimiento intuitivo, como opuesto al positivista, y de conocer la religión pagana. Fue la época donde la sangre, el sexo y la electricidad estuvieron en el centro de la discusión. Y al mismo tiempo la lucha por las reivindicaciones sociales y políticas favorables a las mayorías.
No olvidemos que el siglo XVII fue el de las posesiones, el XVIII el del racionalismo y el XIX el de la la mezcla de ciencia moderna, magia, y religión, no en vano se crearon en ese siglo tres clásicos del horror: Frankenstein de Mary Shelley, 1816, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson, 1886, y Drácula de Bran Stocker, 1897.
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