Aunque es previo al cambio y modificación de la estadía clandestina de los frentes, en palabras no públicas de Iván Márquez y Pablo Catatumbo, está envolatado el acuerdo Gobierno-Farc, con respecto al “nombre, extensión y número de las áreas Terrepaz”. Mientras Eln-Gobierno no ocupen su asiento de Mesa Abierta en Quito, el Día D con Farc, no culmina el conflicto armado. Hay algo: Gustavo Bell Lemos, Exvicepresidente de la República (1998-2002), suena en pasillos del Palacio de Nariño, como nuevo jefe de la delegación gubernamental en la Mesa con Eln. Preocupa, que el discurso del SÍ arranca, con limitaciones de audiencia.
…En la guerra y en sus episodios culminantes se manifiestan con el más alto grado el amor a la patria, la fidelidad a sus leyes, la devoción por los compañeros y por la causa defendida […] Ni siquiera los más firmes pacifistas pueden negar que la guerra exalta virtudes emotivas. El valor, la abnegación, la fidelidad, la amistad entre combatientes, la camaradería, la lealtad. (Negrillas en este artículo). (Tratado de polemología (Sociología de las guerras). Gaston Bouthoul.
Pág. 530 final y 531. Publicación del E.M.E. Madrid. 1984.)
La búsqueda de paz justa y algunos corrientazos del conflicto armado aquí, franquean “episodios culminantes”, con sus exaltaciones (Ver: epígrafe). El pulso por la dejación de armas en su trayecto y cronograma –con Plebiscito y X Conferencia Farc a bordo– tiene de anfitrión, la conversación Gobierno-Farc, ¡todavía sin garantías ni confianza entre las partes! Grave asunto. “Nuestro gobierno en Washington, sabe que el Poder en su país, ha sido eficaz en el magnicidio”: Frase del Secretario de Estado de Estados Unidos, en reunión con el Secretariado de Farc. ¿Decir autoexculpatorio?, ¿premonitorio? Con memoria de lutos, es una interrogación siempre abierta frente al futuro inmediato.
En este tenor, durante el debate en la Universidad Nacional (Julio 28), «Acuerdos de Paz y Constituyente: experiencias de los 90 y proceso actual», el catedrático Alberto Cienfuegos, lanzó una pregunta: –Ojalá nunca, en una posibilidad que no es extraña en nuestra historia, ¿qué posición mantendrá Farc, después de un primer ataque a un miembro del Secretariado? Más allá de la izquierda, un trasfondo y peligro que en la imaginería de paz, la sociedad no asume aún con toda responsabilidad.
¡Zuás!, Santos tras una paz rebanada
Ausente la confianza entre las partes, sin afán y ajuste con la necesidad temporal-política del Presidente; antes de cualquier traslado seguro, y, de la protegida concentración campamentaria de los frentes guerrilleros; el tiempo Día D para la firma final en La Habana, “aunque pronto”, requiere no solo uno, sino dos momentos con acuerdo y territorios distintos: la “separación de tropas” con base en el cese bilateral de fuegos y hostilidades–firmado ya–, y, el de llegada a campamentos para el inventario de las armas y explosivos. Así, el lapso del Día D sigue determinado por la correlación real operativa en el terreno. Esa que existe entre el Ejército y las ‘retaguardias guerrilleras’ Farc.
En efecto, la correlación de las presencias en condición guerrillera y el dominio y líneas del Ejército –superpuestas en alrededor de 60 municipios, con el Eln–, marcan el «territorio operativo» del conflicto. Las áreas y lugares, donde es necesario hacer y verificar la “separación de tropas”, libre de amenaza a las poblaciones circundantes. Valga un ejemplo: en el Cañón de las Hermosas el Ejército movía antes un solo helicóptero, ahora, dispone de dos; y el oficial al mando, tiene orden ante “el primer indicio de retirada guerrillera”, de copar su antigua zona.
Al envolate en estos dos momentos, se suma otro. Relacionada con el Plebiscito, hubo una noticia desde el jueves 28 de julio, que estuvo escondida más de una semana. Con retraso, la periodista Diana Caderón dio a conocer que “el Presidente tuvo en sus manos, una encuesta que contrató con tres firmas, cuyo resultado es contrario al Sí. La ratificación de los Acuerdos, pende de la conveniencia de las élites dominantes, y la puja por un reacomodo de posiciones, entre las fracciones Santos Uribe.
En ángulo incidente, con el paso de los días el Eln engruesa el hilo de expectativa. El pasado lunes, sin actividad de José Noé Ríos y del general (r) Herrera Verbel, hubo movimiento de viaje a Caracas, relacionado con la Mesa Gobierno-Eln. Al parecer, hay una nueva comisión con perfil más alto. Sólo en función protocolar, Frank Perl hará el enlace. Un hecho que pudo acelerar el encuentro Santos – Maduro.
La culpabilidad histórica del régimen y de la naturaleza oligárquica del poder en el origen del conflicto armado, no pasa virgen en toda esta coyuntura de Mesa en La Habana y de la Mesa en ciernes con Eln. A pesar de su ventaja quedó a la vista, que el Estado colombiano, permisivo de intervenciones extranjeras, y una sucesión de sus Gobiernos, fue incapaz de asestar una derrota militar, con toma y ocupación de infantería, en los sitios profundos del repliegue guerrillero. Casi que como acusación y por esta razón, con diferencia a procesos anteriores de paz aquí, y de otros conflictos armados, la insurgencia –Farc y Eln– aumenta la capacidad negociadora: reivindica territorios, un concepto de dejación de armas –conlleva un lapso de “paz armada”–, y no se conforma sólo con “garantías políticas”, en la mira de un inmediatismo electoral, como fue el caso del M-19.
Este hecho sorprendió al Poder.
Otorga además, una capacidad de maniobra como actor político, que no alcanza potencialidad en la opinión del colombiano común, ante el distanciamento urbano y los índices de ‘desligitamación’ del actor insurgente. En este aspecto, Vera Grabe, desmovilizada guerrillera, expresó en el mismo evento del 28 de julio en la UN, que a finales de los 80 los jefes del M-19 fueron recibidos como héroes. “Navarro llenaba plazas en los municipios donde llegaba”, dijo. Una circunstancia muy distinta al impacto de Farc hoy, con efecto en el Plebiscito.
Plebiscito y su convocatoria sin júbilo
La paz en su nuevo capítulo: acuerdo Gobiernno-Farc no convoca muchedumbre. En una parte de la población, de la geografía metropolitana y su influencia, y en la larga cadena de víctimas de la insurgencia en décadas, el acontecimiento del Plebiscito repone todo episodio adverso, con sentimientos negativos e individuales, sin olvido. Excepción hecha, de los círculos militantes con sus periferias de apoyo y de una parte de la escasa población de las áreas directas del conflicto. En la sicología del colombiano raso, el Plebiscito pone al frente que …esos recuerdos rechazados no se quedan inactivos, sino que se combinan constantemente entre sí, al impulso de los acontecimientos que los hacen volver a la consciencia, aunque modificados o deformados. (Idem. Tratado de polemología… Pág. 733).
Sin “dos mesas (Farc y Eln) un solo proceso”, la Mesa de La Habana disminuye su potencia en contenido, como fin del conflicto. Margen que amplía la figuración Eln como «actor definitivo» en la culminación del conflicto armado, en medio y sin rebaja, del distanciamiento o ilegitimidad del actor insurgente. Reduce el júbilo. El actor politiquero tradicional –impulsor del Plebiscito– aún con el interrogante de la diligencia real del aparato oficial en “comprar votos”, encontró esta vez, la autopista para su visaje. Reduce el júbilo. A su vez, la categoría personal interesada, de candidatos a reelección en corporaciones y precandidatos presidenciales, de las vocerías de izquierda; no aumenta el júbilo.
En cuanto al distanciamiento urbano del actor insurgente y su efecto ante el pueblo, cabe releer el poema En la muerte de Ernesto Ché Guevara, de Fina García Marruz. (Ver: Contra corriente, revista cubana de pensamiento. Oct. Nov. Dic. 1996. Año 2, número 6. Págs. 108-109.)
…Cuando dijiste que era
preciso convertirse en una fría
máquina de matar,
retrocedimos espantados.
El respeto se convirtió en recelo,
todo se volvió aún más confuso.
Te recordé, sermón nuestro de la montaña, piedra de fundación, Acta de Montecristi.*
Donde la respuesta al enemigo brutal no fue el odio que nos hace semejantes a él sino el amor, no la oscura venganza sino la alta justicia, serenamente armada.
Recuadro
Imágenes azotadas asaeteadas cruzan por el mar del tiempo perdido
Alguna vez fui Aureliano del oro o Martí de la plata en los sueños de la moneda mundial.
Alguna vez firmé documentos con Máximo Gómez para la liberación de Cuba.
Alguna vez Lezama abrió los fuelles de sus pulmones submarinos para afirmar que la isla
Arrojaba y concentraba la mayor cantidad de luz del mundo, en ese momento.
Imagino una conversación de Fidel y Gabo (sucedió):
En el aeropuerto de La Habana, hablaban de la misión del Che en Angola.
Gabo, comparando las manchas de las moscas en los bombillos pálidos y el bochorno en los accesos a los ascensores de los edificios de Barranquilla o de cualquier sitio ecuatorial del África.
Alguna vez olió a rosas y no a basura podrida en las costas del continente isla.
Alguna vez ya cansados de la madurez anciana de los lechos nos levantamos
Erguidos y juveniles otra vez para cambiar el mundo.
Alguna vez los muertos yacientes en el fondo del mar volvieron a soñar con los ojos abiertos y despiertos.
Alguna vez fue alguna vez y volverá a ser.
MH2
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