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Una breve historia de los deleites sexuales

Una breve historia de los deleites sexuales

Más de 28.000 años de búsqueda de placer sexual, muestran a todas luces que el goce del cuerpo ha sido una reivindicación, desde siempre, de las mujeres. Aquí un recorrido en la historia con el ojo puesto en el presente y la reivindicación femenina.

 

A veces creemos que el placer es un imaginario burgués y elitista, construido desde las comodidades de la modernidad. A veces pensamos que es más urgente sobrevivir y entonces olvidamos que la vida digna también implica una vida placentera y, como parte de ello, que la búsqueda de placer sexual data de miles de años atrás.

Una búsqueda constante, materializada en el presente, con el favor de la técnica y la transformación de materias primas, en este caso del polietileno y la silicona quirúrgica, de los juguetes sexuales, algunos de ellos conocidos desde mucho antes. Estos, dependiendo de su costo, llevan pilas y son de diferentes formas para estimular distintas partes del cuerpo; estas características no son otra cosa que el resultado de miles de años en desarrollo, a veces con más libertad, a veces con menos, a veces para la liberación, a veces para patologizar los cuerpos de las mujeres.

 

¿Desde cuándo hay juguetes sexuales?

 

El objeto más antiguo que se piensa fue usado para el placer sexual, fue encontrado en una cueva en Ulm, Alemania; se trata de una piedra tallada en forma de falo de 20 centímetros de largo y 3 de ancho. Dicen que pudo haber sido usado como “ayuda sexual” hace unos 28.000 años, en la Edad de hielo1. Aunque resulta imposible saberlo con certeza, se especula, por la manera como están elaborados, que estos objetos fueron utilizados como representaciones religiosas, pero también para el placer sexual. En China se han encontrado dildos con 12.000 años de antigüedad, de materiales como madera, jade y marfil, y en una tumba de la dinastía Han se encontraron siete dildos de bronce2.

 

La mayoría de los hallazgos, sin embargo, han sido realizados por arqueólogos hombres, así que nos preguntamos, ¿es posible que hubiera otros objetos, que no reprodujeran la figura del falo, y que sirvieran para estimular los cuerpos? ¿Es posible que la representación fálica de placer sexual esté más presente en la mirada académica que en la experiencia corporal de hace miles de años? ¿Acaso nuestra lectura del placer antiguo es falocéntrca? ¿Podemos imaginarnos otras figuras del placer? Estamos ansiosas por conocer los análisis de las arqueólogas feministas al respecto.

 

De forma explícita podemos remontarnos a la Antigua Grecia, pues de esa época datan ya textos que tematizan la utilización de juguetes sexuales por parte de las mujeres, además de haber sido una sociedad occidental que tematizaba el placer y el sexo de forma explícita, tanto en los dioses que adoraban como en la cotidianidad de las personas. El argumento central de Lisístrata, la obra teatral de Aristófanes, es que si los hombres hacen la guerra las mujeres no hacen el amor, así que las mujeres se encuentran en huelga sexual. En esta obra se encuentran fragmentos donde las mujeres hablan de usar y compartir dildos para mantener su huelga. Aunque es un texto literario, muestra que en esa época ya existían objetos utilizados para el placer sexual3.

 

También se conoce, que tanto mujeres como hombres entregaban a las mujeres, cuyos esposos se iban a la guerra, objetos llamados “Olisbos; existen envases del siglo VI a.C. con imágenes de objetos fálicos usados para el placer sexual4. Acá vale la pena reconocer que las fuentes usadas para referirse a los Olisbos son fuentes escritas por hombres y es difícil saber si el placer sexual en la vida cotidiana estaba solo relacionado con matrimonio y los genitales masculinos. Una vez más, las experiencias de las mujeres –y especialmente de las mujeres que no pertenecían a la clase alta– no se han analizado. Sin embargo, es interesante ver que los juguetes sexuales eran asunto de las mujeres, era a ellas a quienes los entregaban, ¿acaso la autonomía del placer es una práctica tradicional olvidada?

 

Tenemos también el Kamasutra, que fue desarrollado entre el siglo I y VI d.C. o los huevos de jade, usados en China desde hace más de 2000 años. Este es un tema para analizar, y sería interesante entender por qué el mundo Occidental, en vez de apreciar y retomar los conocimientos sobre sexualidad presentes en otras culturas, se dedicó siglos enteros a reprimirla e invisibilizar las formas ya desarrolladas de vivir el placer.

 

 

Dildos y vibradores

 

Se cree que Cleopatra fue la inventora del vibrador: en una época sin electricidad, se dice que llenó cascabeles con avispas para que vibrara. Aunque esto no sea cierto, ¿cómo saberlo? Existe registro de Julio César dándole a Cleopatra una escultura de un pene, muy elaborada y tallada en oro. Durante diferentes épocas y en distintos lugares se usaron objetos tallados o naturales, como frutas, para la satisfacción sexual de las mujeres. Sin embargo, en Europa durante la Edad Media y el Renacimiento, los dildos se volvieron más ornamentales, y en general sobre esta información hay escasas fuentes. No sabemos muy bien qué hacían las mujeres en sus casas, y lo que se ha estudiado es que los dildos eran admirados artísticamente y en algunos casos usados como ayudas durante las orgías. En el siglo XII d.C. se conocen dos palabras para el dildo, en Francia “Godemichè” (pene artificial) y en italiano “delitto” que significa deleite y es la raíz de la que se usa ahora “dildo”5. Sin embargo, pocos estudios hay sobre otros tipos de juguetes, y la aparición más clara es en “Justine” del Marqués de Sade, novela publicada en 1791 donde se usaban cadenas y látigos.

 

En el siglo XVII, la “histeria” fue una enfermedad comúnmente diagnosticada a mujeres de las clases altas europeas y estadounidenses. Aunque las razones de esta supuesta enfermedad psiquiátrica no eran muy claras, ni tampoco sus síntomas, que eran descritos como espasmos corporales, falta de apetito, insomnio e irritabilidad, los médicos de la época desarrollaron masajes pélvicos para tratarla. Es a partir de este tratamiento que en 1869 el médico George Taylor creó el primer vibrador a vapor, que con la frotación del clítoris buscaba calmar los síntomas de la “histeria”. Lo llamó “Manipulator”. El tema de la “histeria” fue estudiado y los médicos que trataban a las mujeres diagnosticadas debían hacerles masajes pélvicos hasta que ellas llegaran al orgasmo y así se “calmaran”. Más adelante, cuando comenzó a utilizarse energía eléctrica tomaron forma los vibradores eléctricos en 18836.

 

En la Exposición Universal de 1900, en París, fueron presentados más de una docena de modelos de vibradores eléctricos para el hogar, argumentando que mantendría a las esposas jóvenes y bellas. En 1902 la empresa Hamilton Beach lanzó su colección de vibradores eléctricos para la venta comercial, con lo que este objeto se convirtió en el sexto electrodoméstico creado, antes que la aspiradora y la plancha. Un dato interesante en la historia de los electrodomésticos, pero más interesante aún, en la historia de la gestión social y política de los cuerpos femeninos. ¿En qué momento la insatisfacción sexual de las mujeres se convirtió en un asunto de interés para la medicina y para la industria?

 

Los vibradores no se vendían como juguetes sexuales, eran comercializados como un electrodoméstico para el tratamiento de esta supuesta enfermedad. Por otra parte, ya para la segunda década del siglo XX había catálogos y se hablaba de la estimulación prostática para hombres. Además, durante la Segunda Guerra Mundial las tropas de los alemanes y los japoneses comenzaron a adquirir muñecas inflables para que los soldados se masturbaran. Curiosamente, según lo que nos cuentan los documentos existentes, a diferencia de los dildos y otras representaciones fálicas, la estimulación erótica de los soldados no estuvo centrada en el placer anatómico genital, sino que se basó en la representación del cuerpo femenino en su totalidad. ¿Es a través de esta representación que se ha construido el cuerpo de las mujeres como objeto erótico, atractivo y susceptible de ser poseído?

 

Durante el siglo XX, los vibradores y los dildos se transformaron radicalmente. Hasta entonces los materiales habían sido madera, metal, pasta, cuero, vidrio y piedras minerales, y se fueron introduciendo otros como la silicona (que es hipoalergénica). Además, luego de la popularización del vibrador como electrodoméstico, en 1952 la Asociación Americana de Psiquiatría dejó de considerar a la histeria como una enfermedad. Aunque no es muy claro el motivo, hay especulaciones que van desde la importancia de los estudios de Freud sobre el inconsciente, la imposibilidad de acordar unos síntomas claros de la histeria y los movimientos feministas que ya estaban poniendo en jaque las aseveraciones no fundamentadas sobre el cuerpo de las mujeres7. Además, al popularizarse la industria del porno, los dildos y vibradores fueron relegados a fetiches sexuales y por esto dejaron de aparecer en las revistas femeninas y los catálogos del hogar. Ahora se consiguen en tiendas especializadas o por internet.

 

Buscar la historia y seguirla escribiendo con nuestro propio placer y creatividad

 

Los diferentes desarrollos, objetivos y usos de los juguetes sexuales más conocidos, como el dildo y el vibrador, muestran una doble moral: el desconocimiento del cuerpo de las mujeres y la búsqueda del control por parte de los discursos médicos, pero también la búsqueda del placer y el deleite sexual. Esta historia que conocemos es la posible de encontrar por análisis arqueológicos de hombres y fuentes creadas en su mayoría por hombres, como los análisis médicos. Habrá que buscar cómo las distintas mujeres de diferentes lugares crearon juguetes para el placer sexual. Es una tarea por venir: buscar la historia y seguirla escribiendo con nuestro propio placer y creatividad.

 

Mientras tanto, lo que conocemos ahora nos muestra más de 28.000 años de búsqueda de placer sexual. También que su desarrollo en Occidente fue acompañado por teorías misóginas sobre el comportamiento de las mujeres y que luego, con la revolución sexual en los 1960 y las imposiciones capitalistas, los vibradores empiezan a ser patentados y distribuidos por empresas grandes. Así, en vez de mayor acceso y disfrute de los juguetes, se obtuvo una diversa gama de juguetes de lujo, que pueden costar millones de pesos. Además, el mercado se ha centrado fuertemente en la continuidad de las representaciones fálicas y la construcción de imaginarios de belleza mediante la homogeneización de un “deber ser” del cuerpo, tanto de los femeninos como de los masculinos, en su tamaño, forma, color, olor, lubricación. Aunque, claro, hay otras opciones y en esas es que nos inscribimos.

 

Las mujeres seguimos construyendo espacios y formas de vivir el placer: escondidas, paralelas y disidentes de las impuestas por el mercado, la medicina y la moda. Por eso los juguetes sexuales no son necesariamente los vibradores de silicona, sino cualquier otro objeto, cosa, fruta, tela con que podamos explorar sus texturas, formas y tamaños, con erotismo y con el objetivo de vivir libre y placenteramente la sexualidad.

 


 

1 http://news.bbc.co.uk/2/hi/science/
nature/4713323.stm
2 https://www.ur.se/mb/pdf/arbetsblad/176000-176999/176374-1_63010272409_arb.pdf
3 https://www.alternet.org/sex-amp-relationships/sex-toy
4 https://www.acast.com/secretcabinet/episode11-the-electrifying-cultural-history-of-dildos
5 https://www.alternet.org/sex-amp-relationships/sex-toy
6 https://gizmodo.com/5466997/the-steam-powered-vibrator-and-other-terrifying-early-sex-machines-nsfw
7 https://rua.ua.es/dspace/bitstream/
10045/40068/3/Cultura_Cuidados_39_08.pdf

Links… en inglés
https://eugesta-revue.univ-lille3.fr//pdf/2011/King.pdf
https://web.archive.org/web/20150426234531/http://usatoday30.usatoday.com/news/health/wellness/story/2012-05-29/
vibrators-and-sex-toys-sales/55289424/1
http://bigthink.com/videos/
big-think-interview-with-rachel-maines

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