La Cámara de Representantes de EE UU ha aprobado por 263 a favor y 171 en contra el plan de rescate diseñado por la Administración Bush, que ha superado ampliamente la mayoría simple de 218 votos que era necesaria. Tras un debate de poco más de cuatro horas y media de duración que ha terminado con la intervención de los líderes de ambos partidos y unas palabras de Nancy Pelosi, quien ha asegurado que el plan “necesita frenar la catástrofe económica”, legisladores republicanos y demócratas han dado su aprobación a un plan que fue rechazado por primera vez el pasado lunes. El Senado ya había dado el visto bueno en la madrugada del jueves por 75 votos a favor y 25 en contra.
Queremos devolver la confianza al pueblo americano; ahora miramos al futuro, sabemos cómo evitar esto
“Hoy hemos afrontado una situación de consecuencias terribles, hemos tenido que mejorar el plan original una y otra vez (…) en un esfuerzo para que esto no pase de nuevo” ha asegurado la demócrata y presidenta del Congreso Nancy Pelosi poco despúes de la votación. “Queremos devolver la confianza al pueblo americano (…) ahora miramos al futuro, sabemos cómo evitar esto en el futuro”, ha añadido la demócrata, que ha prometido que las irresponsabilidad en Wall Street “no volverá a amenazar la economía de los americanos”.
Pendiente de lo que ocurría en la Cámara de Representantes, WallStreet ha abierto al alza y así ha seguido durante toda la jornada. Alas 20.00 hora peninsular, el Dow Jones ganaba un 1,12% y el Nasdaq un 1,21%, animados por un plan que, antes de aprobarse, ya había empujado a las ganancias a las principales bolsas de Europa.
Más fácil que el lunes
Precisamente, las enmiendas incorporadas durante los últimos días al plan han conseguido superar el escepticismo o la total oposición al plan de la que hacían gala miembros de los dos partidos y que dio al traste con la anterior votación. Estos legisladores se mostraban contrarios al plan por las presiones sociales y electorales que reciben allí donde fueron elegidos y que les hace difícil justificar un rescate de las entidades de Wall Street con dinero público. Sin embargo, las presiones de sus líderes en la cámara, unidas a los esfuerzos realizados por Barack Obama y John McCain y Henry Paulson y la desesperada estrategia del presidente George W. Bush han terminado por dar resultado.
Estaba previsto que, en caso de convocarse, la votación fuese un éxito, ya que la demócrata y presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, había asegurado que sólo si veía claro el triunfo del ‘SI’ llamaría a los legisladores a votar. Previendo su aprobación, el demócrata neoyorkino Charles B. Rangel, ha calificado este viernes como “un día histórica para el Congreso de los EE UU”.
Récord de desempleo en EE UU
El desempleo en EE UU ha aumentado en 159.000 personas durante el mes de septiembre, más del doble de que lo que lo hizo en Agosto o Julio. La cifra supone la mayor pérdida mensual de empleo desde 2003. Los expertos esperaban que el paro aumentase en cerca de 100.000 personas.
La cifra es especialmente preocupante si tenemos en cuenta que el Gobierno llevó a cabo su estudio antes de que la crisis financiera estallase.
Crisis financiera mundial – El debate en EE UU
- Las reformas del Senado favorecen la aprobación del plan de rescate
- Demócratas y republicanos introducen rebajas fiscales y aumentan las garantías para los ahorradores – Wall Street mantiene la incertidumbre con ligeras caídas
El Senado de Estados Unidos aprobó ayer -esta vez sí- el plan de rescate financiero presentado por la Administración. Las enmiendas introducidas por la Cámara alta -básicamente, recortes de impuestos y una ampliación de las garantías para los depósitos bancarios- deberían ser suficientes para que la Cámara de Representantes también dé esta semana su visto bueno y los fondos salvadores del Estado comiencen a llegar a Wall Street, tras el fiasco que supuso el rechazo el pasado lunes. Con 74 votos a favor y 25 en contra, la maquinaria de los dos candidatos a las elecciones, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, permitió dar luz verde al plan.
Funcionaron los lobbies y las concesiones electorales a poco más de cinco semanas de los comicios, y a cambio de comprar los activos basura de Wall Street, los senadores endulzaron el plan de salvamento con la introducción de numerosas reformas de menor calado en un texto que al final superó las 450 páginas, desde los escasos tres folios a los que se limitaba la propuesta inicial.
Horas antes de la aprobación, la Bolsa de Nueva York cerró con una ligera caída del 0,1%. Wall Street mantuvo durante toda la jornada tantas precauciones como el resto de los observadores sobre el desenlace de este dramático debate que ha mantenido en vilo a la economía mundial. Pero las razones para el optimismo comienzan a ser sólidas.
Los líderes demócratas y republicanos en el Senado negociaron con sus colegas de la Cámara de Representantes los suficientes arreglos al texto inicial de la ley como para ser capaces de pronosticar que ésta puede ser ahora aceptada por algunos de los que la rechazaron el lunes. “Conozco bastante gente que votó no y que ahora tiene una opinión diferente”, declaró ayer el presidente del Comité de Banca del Senado, el demócrata Christopher Dodd.
Las enmiendas introducidas en esa Cámara intentan, principalmente, atajar dos grandes preocupaciones detectadas entre los representantes: el futuro electoral inmediato de todos ellos -a menos de seis semanas para los comicios- y la oposición ideológica de un grupo de republicanos.
El plan de rescate salido del Senado incluye, en ese sentido, un aumento del seguro de los depósitos bancarios, que pasa de los 100.000 dólares a 250.000 (de 72.000 a 180.000 euros). En España, esa garantía es de 20.000 euros. Se ha añadido también a esa ley una extensión de ayudas fiscales a las empresas que vencían en los próximos meses, que incluyen rebajas de impuestos para las energías renovables.
De esta manera, los congresistas tienen un argumento ante sus votantes -la clase media norteamericana- para ayudarles a tragar la píldora de sacar 700.000 millones de dólares (en torno a medio billón de euros) de las arcas del Estado en socorro de los bancos y aseguradoras de Wall Street, en peligro de quiebra.
Al mismo tiempo, con esa automática reducción fiscal a las empresas, los representantes conservadores, a cambio de aceptar esta gigantesca intervención pública en la economía, obtienen una pequeña victoria en su permanente guerra contra el Estado.
El Senado cree, por tanto, haber puesto las cosas en la senda adecuada para una rápida solución a esta crisis. “Creo que para el final de esta semana habremos acabado de hacer lo que se necesita hacer para el pueblo norteamericano”, pronosticó ayer el líder de la mayoría demócrata en esa Cámara, Harry Reid. Su contraparte republicano, Mitch McConnell, coincidía con ese cálculo optimista: “Hemos encontrado un camino para conseguir que las aguas vuelvan a su cauce”.
No tan rápido, advirtieron inmediatamente desde la Cámara de Representantes. El líder de la minoría republicana allí, Roy Blunt, reconoció que esta nueva versión de la ley está siendo simplemente mejor recibida por sus electores. “Si antes se oponía el 90%, ahora estamos 50 y 50”, declaró. Pero añadió que todavía hay que darse un tiempo para la reflexión y que no sería prudente apresurar una votación en la Cámara, donde está previsto que el plan se debata mañana.
Tampoco sería prudente anticipar el resultado final de esa votación. A la resistencia conocida de los republicanos, se añade ahora otro elemento de incertidumbre: ¿cómo encajarán los representantes demócratas preocupados por el aumento del déficit público una nueva reducción de impuestos?
El líder de la mayoría demócrata en la Cámara, Steny Hoyer, uno de los abanderados de la lucha contra el déficit, no quiso ayer resolver esa incertidumbre. “Estoy hablando con mis colegas sobre cuál es la mejor postura”, se limitó a comentar. El plan prevé elevar el listón de la deuda pública por encima de los 11,3 billones de dólares (siete veces el PIB de España) para financiar la compra de activos tóxicos y establece rebajas fiscales, pero no alude a recortes de gasto.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que tampoco simpatiza mucho con la política de nuevos alivios fiscales, se resistió ayer a adelantar su voto. Su posición, a medio camino entre sus obligaciones políticas como demócrata y sus responsabilidades al frente de la Cámara, hacía difícil que encabezara una nueva rebelión.
Se aprecia ahora, no obstante, mucha más convicción, política y económica, sobre la urgencia de este proyecto de salvamento financiero en Estados Unidos. Un portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto, aseguró que ya se han comenzado a detectar síntomas de escasez de créditos a los pequeños negocios en todo el país. Esa es la correa de transmisión de las turbulencias desde el sector financiero a la economía real.
Los dos candidatos presidenciales, que acudieron anoche a Washington para ocupar sus escaños en el Senado durante la votación de esta ley, insistieron en la necesidad de apoyar la iniciativa del Tesoro, aunque ambos introdujeron algunas reservas para la galería electoral. “Todos tenemos la responsabilidad de resolver esta crisis, pero no permitiré que ese rescate se convierta en un plan de beneficencia para Wall Street”, declaró ayer el candidato demócrata. “Este es el momento de actuar para solucionar esta crisis; ya ajustaremos cuentas y señalaremos a los responsables después”, manifestó el aspirante republicano a la presidencia.
Tanto Obama como McCain se colocan en una posición que les permita reanudar en buenas condiciones la campaña una vez que se decida la suerte del plan. Ambos partidos emiten anuncios en televisión responsabilizando al otro de la crisis. Pero Obama parece haberse consolidado en las encuestas al frente de la carrera.
Las novedades
– Más garantías a los ahorradores ante posibles quiebras de bancos. Las garantías federales para asegurar los depósitos ante la posible quiebra de bancos pasan de los 100.000 dólares actuales a los 250.000 dólares, como respuesta a las críticas que señalaban que el plan es un salvavidas para Wall Street pero deja de lado a la clase media. La agencia que asegura esa garantía (FDIC, por sus siglas en inglés) podría endeudarse sin límites hasta el final de 2009. En Estados Unidos han quebrado ya 13 entidades financieras en 2008.
– Rebajas fiscales. El nuevo plan incluye rebajas de impuestos para particulares y empresas, en sectores como la energía solar y las renovables. Las primeras estimaciones cifran esa reducción de impuestos en unos 150.000 millones de dólares en la próxima década.
Textos complementarios
Libro: Crisis mundial del siglo XXI: oportunidad de transición al poscapitalismo
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