Los ministros europeos de Medio Ambiente acordaron ayer que la Unión Europea (UE) reduzca sus emisiones de dióxido de carbono (CO2) entre el 80 y 95% para el año 2050, con respecto a los niveles de 1990, siempre que otros países hagan el mismo esfuerzo.
Los Veintisiete reafirmaron además su “fuerte voluntad” de elevar su compromiso de reducción para 2020 del 20 al 30%, también condicionado a que otros actores internacionales adquieran similares compromisos. Antes, la UE había mencionado también la necesidad de reducir las emisiones entre un 80 y 95% a medio plazo de forma indirecta, pero nunca, hasta ahora, había señalado de manera tan clara un objetivo comunitario para 2050. Según el texto aprobado, este debe ser el objetivo del grupo de países desarrollados, de acuerdo con las recomendaciones del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC en inglés).
La secretaria española de Medio Ambiente, Teresa Ribera, consideró que los acuerdos adoptados marcan “con claridad el objetivo a largo plazo para el conjunto de los países industrializados” y confirman la voluntad de trabajar hacia una economía neutra en carbono. “Resulta especialmente importante de cara a fijar el nivel de ambición que esperamos del resto”, señaló.
El comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, manifestó, por su parte, que esta decisión envía una señal sobre la determinación de la Unión Europea.
Los titulares europeos, también, aprobaron la reducción en 2020 de las emisiones del transporte marítimo y aéreo del 20 y 10%, respectivamente, con respecto a los niveles de 2005. La Presidencia sueca de turno de la UE logró sacar adelante la propuesta a pesar de las reticencias de Malta, Chipre y Grecia, que querían exigencias menos severas.
El Protocolo de Kioto no fijó ningún objetivo para estos sectores por lo que, si la medida queda reflejada en el acuerdo de la Cumbre de Cambio Climático de Copenhague, en diciembre, introducirá un cambio importante para limitar el impacto de sus crecientes emisiones.
La UE ya había aprobado el año pasado incluir la aviación en el sistema comunitario de comercio de derechos de emisión (ETS en inglés) a partir de 2012, y obligar a las aerolíneas a recortar sus emisiones en un 5% -al limitarlas en el 95% del nivel anual de referencia, calculado a partir de la media entre 2004 y 2006-. La nueva exigencia significa que las aerolíneas tendrán que hacer un esfuerzo mayor y reducir sus emisiones en 90% en lugar de 95%.
En cuanto al transporte marítimo, hasta ahora no existía ninguna medida comunitaria para controlar sus emisiones, por lo que el potencial de reducción es aún mayor.
Tras el fracaso de los ministros de Economía y Finanzas el martes, que no llegaron a ninguna decisión sobre ayudas financieras, los titulares de Medio Ambiente intentaron ayer enviar un mensaje claro de compromiso de cara a Copenhague, pero solo lo lograron a medias y evitaron entrar en detalles en varias de las situaciones más polémicas.
Pero pospusieron la decisión de permitir o no a los países usar los derechos de emisión que les asignó el Protocolo de Kioto, después de que este expire a finales de 2012, y se limitaron a recalcar que esta situación afectaría la integridad medioambiental de la UE.
Los Estados miembros del Este desean mantener los derechos de emisión que no utilicen antes de 2012, para venderlos y generar ingresos, pero se calcula que sobrará alrededor de un 4% de unidades cuando expire Kioto, porque si se permite esta transferencia debilitaría los compromisos de reducción de emisiones que ya ha adquirido la Unión Europea.
Polonia propuso ayer que se permita el traspaso de derechos a partir de 2013, pero que se limite su comercialización anual, es una idea “inaceptable”, comentó el ministro sueco de Medio Ambiente, Andreas Carlgren.
La organización ecologista Greenpeace consideró que los avances de ayer son insuficientes para salir del bloqueo en que se encuentran actualmente las negociaciones internacionales, tras agregar que el Consejo Europeo, que se reunirá hoy y mañana en Bruselas, es la última oportunidad de la Unión para impulsar este acuerdo.
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