El paro es el resultado de la posición tozuda de la patronal, la cual impidió firmar un acuerdo durante los 42 días de negociación que tuvieron con los trabajadores, asociados y representados por
Decisión inquebrantable
Esta huelga es la primera que se presenta en el sector desde hace cinco años. Los trabajadores llegan a la misma avalados por consultas y votaciones. El pasado 15 de agosto presentaron el pliego de peticiones. El 24 de septiembre, en asambleas por ciudad, informaron y consultaron a los afiliados qué hacer en caso de no llegar a un acuerdo con los patronos: ¿Aceptar las nuevas reglas? ¿Ir a Tribunal de arbitramento? ¿Declarar la huelga? La decisión mayoritaria fue arrazadora: el 80 por ciento votó por el paro.
Con esos antecedentes, llegó el 8 de octubre, día crucial. Sin vacilar, los trabajadores se distribuyeron por las distintas sucursales bancarias para asegurarse del cierre de las mismas y del servicio nulo al público. Al momento de escribir esta nota han trascurrido tres días de huelga y la situación no tiene visos de solución. Ahora corresponde a los funcionarios que velan por el respeto al violado Código del Trabajo, garantizar que los dueños de la institución financiera y sus empleados de confianza no realicen transacciones bancarias valiéndose para ello de sistemas informáticos preparados y acondicionados para la ocasión en edificios que los trabajadores no pueden cubrir o a los cuales no tienen acceso.
Al conjunto de los trabajadores, y a la ciudadanía en general, corresponde solidaridad con quienes luchan por sus derechos.
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