Como dice el verso del poeta salvadoreño Roque Dalton… Por la verdad todas las huellas,/aún las manchadoras;/las del lodo,/pero por la verdad… Hoy, Colombia tiene los bordes de la ley rotos. En añicos. Porque allá arriba, con la justicia para los de ruana el loor paramilitar se asienta al por mayor y en gran parte de las instituciones y los poderes del Estado. Y abajo, ?…con una pena de amor y una tristeza que lleva el zambo Miguel en su agonía…? o con el bailao que nadie se lo quita y su necesidad y destino insatisfechos, se rebuscan a culpa y riesgo miles y miles de colombianos por aquí y por el mundo entero en espera del ?…cuando llegará el día de mi suerte…?
La edición número 128 (pág. 6), en el artículo “¿Qué busca el llamaviento…?”, brindó respuestas a las tres primeras preguntas de los lectores, que fueron:
1.- ¿Cuál es el propósito del llamaviento…? Su contenido, síntesis del contexto histórico e internacional y de análisis del presente con proyección futura, delinea un camino y una meta de poder y de gobierno. Un rumbo por asumir de parte del conjunto de factores nacionales –sin pacto o interés personal con los Estados Unidos–, como llave maestra; única, para una pronta paz sin statu quo y para el sueño de ver un país integrado con rescate de su soberanía.
2.- ¿Por qué vincula al Ejército y a las FF.AA. entre los actores de la paz? Así resuelve el llamaviento… dicha inquietud: “sin fraccionar los cuarteles con un debate por la paz –que rompa la verticalidad del mando por la guerra–, no será posible destrabar el conflicto en pro de una solución política (de función social del Estado y de poder democrático y soberanía)”.
3.- ¿La internacionalización, la convocatoria a la comunidad internacional ¿no pone en mayor riesgo a la ‘soberanía nacional’? Una de las osadías del llamaviento… es analizar y reconocer que nuestra soberanía está perdida. Que el conflicto nacional se inscribe dentro de la necesidad de supervivencia del poder financiero e imperial de hoy, por lo cual ya no es posible salir del conflicto mediante una “solución sólo entre colombianos”.
Y tal como se anunció en la edición número 128, hoy se acomete otra respuesta:
4. ¿Por qué esa heterogénea y larga lista de destinatarios?
Bien. Dentro de la existencia de explotados y explotadores, que sería simplificar la realidad, cada nación, cada país y sociedad tiene su particular entraña.
Cada uno tiene su diferencia. Tanto (i) en la estructura de poder, como (ii) en los protagonismos y desarrollos estructurales de las clases y sectores, y (iii) en la conformación de su ‘Bloque Histórico específico’ o su sujeto social de acumulación de fuerza, o de ruptura revolucionaria en una coyuntura y en un momento dados. También cuentan (iv) las diferencias de patriotismo que caracterizan a sus generaciones y sus militares, (v) la mayor o menor profundidad en la conciencia de sus obreros, (vi) el nivel de organización de sus campesinos y pobladores y (vii) el impacto del desempleo; en Colombia, morigerado en su cifra indicativa por el enganche numérico del movimiento armado, la industria del narcotráfico con la extensión recluta del paramilitarismo y por la emigración a Venezuela que desde hace décadas le saca un vapor a la olla. Entonces, en un primer término, la respuesta a esta pregunta nos lleva a indagar:
4.a.- ¿Cuál es la característica particular de la sociedad, del poder, de la élite en Colombia, que genera la guerra, es decir, cuál es el país total, en pleno, ‘tridimensional’?
Para acercar una respuesta, hace falta considerar que Colombia, con sus 42.090.502 habitantes más seis millones a distancia, en el exterior, como toda sociedad, es una esfera o tejido de vínculos relacionados; con la apariencia de andar desconectados. Mas no es así.
Esos pliegues, nexos y convexos, desatan antagonismos, consecuencias y relaciones entre:
– Sistema dominante en el mundo. Naturaleza (recursos, altura y clima). Economía. Geografía (mapa físico y político-territorial). Estructura oficial y razones de Estado. Guerra. Política (partidos, clases, gremios). Pueblos fundantes. Composición cultural de la población y de las tres o cuatro generaciones que determinan los presentes de una sociedad. Organización social, regiones, y territorios en desobediencia o rebeldía, y en la mira de la ambición transnacional. Unos nexos y determinantes generales de cultura, dominación y exclusión, como pueden ser:
I.- El límite nacional estricto o no dentro de sus fronteras, y la calidad de integración de sus factores urbanos y rurales, que no alcanzan todavía una cultura única; dadas su configuración con lejanías de los asentamientos humanos, y la característica de despojo y expropiación violenta de la tierra, con desplazamiento rural forzado, por millones –a ciudades y municipios–, y de emigrados que se van, muchos con la esperanza de volver.
II.- (Dadas como son nuestra naturaleza ecuatorial, amazónica, andina, con playas al Caribe y al Pacífico, con recursos de bioenergía y agua, y el 10 por ciento de la biodiversidad mundial, de ventajosa posición geográfica y en la región andina) la consecuencia, el efecto y riesgo por el predominio de una relación internacional con
III.- El marginamiento y el ritmo lento o en retroceso de la movilidad política y social y de sus expectativas.
Radiografía. Narración aproximada de cada uno de los eslabones de poder y configuración de país. Una vez determinados estos tres anteriores anillos condicionantes de la realidad actual, el paso siguiente es un intento por enunciar el total de los diferentes eslabones que afectan y generan poder, fuerza, u opinión y modo de ser de los colombianos.
Un enunciado de los eslabones que a la vez determinan los problemas u objetivos por resolver tras la victoria sobre el régimen y su sombrilla protectora de la intervención extranjera. Algunos de éstos entrecruzan sus componentes entre el poder viejo y el poder nuevo de una ‘transición’ como la que viven hoy Bolivia, Ecuador y Venezuela. La raya –de un lado o de otro– en algunos casos puede ser móvil. Lugar en definitiva que dirime no el prejuicio o la trayectoria circunstancial o de compromiso y deuda moral sino el liderazgo nacional al que se llegue. Resultado de la política, el programa mínimo, la unidad con su flexibilidad que –cada quien en conserva de sus demandas– lleven a neutralizar estos componentes, o al convencimiento por la reforma y la transformación hacia unas nuevas Fuerzas Armadas de la buena parte de soldados y agentes, funcionarios y empleados, ciudadanos que militan con el Estado, su interés particular o su egoísmo.
Entonces, pueden ser las vértebras o los factores del esqueleto local y nacional:
a.- Económicos. Del mercado, la ‘civilización’ y sistema capitalista de globalización unipolar. Con derivados de “libre comercio” en arrodillamiento de Pacto, multiplicación que va por ocho de la importación de alimentos, dilatación de la reforma agraria, concentración de la tierra y la riqueza, desigualdad cuando el pobre lava llueve, dominación, abandono de la función social del Estado, mercantilización del ser humano, genocidio laboral y de la industria nacional, polución, discriminación de minorías y sexos, espesuras de concreto urbano que espacian la competitividad del campo, latifundio, deuda externa, manejo sin soberanía de las reservas nacionales y excedentarias, e ingreso de miles de millones de divisas con origen en la injerencia internacional como financia y abono de la guerra.
(i) Cobradores y otorgadores de hipotecas y grandes propietarios de la tierra y la renta urbana. Con base en una “organización terrateniente del territorio”3 –con 41 millones de hectáreas que se convirtieron en pastizales–, el narcotráfico compra y legaliza la gran porción de las mejores tierras para la ganadería capitalista con el antecedente del desplazamiento y expulsión de millones de campesinos pobres, aparceros y arrendatarios.
(ii) Financieros. Evasores. Beneficiarios directos o indirectos de cuatro amnistías patrimoniales, ‘sabios’ en paraísos fiscales y sacamiento de divisas al extranjero, en estos días con el afán de óptimas condiciones para su especulación y ganancia, dado el efecto de la crisis hipotecaria de los Estados Unidos. Una Banca de inversión, nacional y transnacional, con
(iii) Empresarios, industriales y del comercio. –Ya legales. O (iv) ilegales emergentes, en arribo–, con poca, alguna o mucha articulación de éxito y acumulación con la industria y la comercialización del gran narcotráfico y el glamour, los alucinógenos y el contrabando.
(v) Productores medianos y pequeños. Afectados pero contribuyentes en inclinar la balanza hacia el lado del gran capital.
b.- (vi) Desplazados. Despojados de cuatro millones de hectáreas. (vii) Víctimas de la guerra, del secuestro, la retención, y presos con pena sin consideración del delito político (Actores directos, pasivos y activos del Canje Humanitario). (viii) ‘Boleteados’ sin fortuna o exiguos patrimonios. (ix) –Interceptadas sus comunicaciones– ‘Acusados’ de complicidad con la subversión, refugiados, exiliados, desaparecidos; con sus familias y parientes.
c.- (x) Desempleados. Abundantes. Más de tres millones de seres humanos que están de más. Solos en la sociedad –sin ocupación, aunque… de 14’362.867 hectáreas aptas para la agricultura, sólo se utilizan 5’317.862, un 37 por ciento. En contraste, la ganadería absorbe –el doble de la superficie apta–, pues, además de las 19’251.400 propicias, hay un exceso con la utilización de 40’083.171,4 que incluyen más de 10 millones de bosques derribados.4 Sin voz, organización ni representación. Empujados al rebusque lícito o ilícito como Pedro Navaja y ufanos, cuando no tienen más con sus pulseras de oro con ‘baño’ de lata. Una situación que transmite efectos de inseguridad, (xi) población carcelaria, delincuencia común y el trasegar de…
ch.- (xii) ‘Raspachines’. Jornaleros agrícolas de la industria del narcotráfico, con mercado en expansión en el modo de vida, el placer y el tiempo sicodélico de la sociedad moderna (Estados Unidos, Europa, Asia Occidental, Japón). Son cerca de medio millón. Despreciados. Condenados. Y los más vulnerables del temporal de fumigación, bombardeo, hostigamiento militar, y destrucción y compra –con dineros del PNUD y otros organismos– de la memoria y de las redes comunitarias adonde llegan. En busca de parcela, más allá de la frontera agrícola adonde han migrado por varias generaciones, constituyen la fija o flotante peonada agrícola o franja de campesinado pobre sin otra oportunidad de subsistir que el cultivo, recolección y elaboración de la ‘base’ que es el entibo para la manufactura, tratamiento, exportación y comercialización de la industria del gran narcotráfico.
d.- (xiii) Mano de obra en desventaja. Trabajadores con contrato, sindicalizados o no. A destajo. Subempleados. (xiv) Campesinos, que pagan el pato sin imaginar siquiera en una igualdad de “derecho a la ciudad”5 para su cotidianidad.
e.- (xv) Dueños del monopolio de la (des)información masiva y de las encuestas
f.- (xvi) Periodismo masivo, sin crítica. Columnistas. Con norte-manía, en su médula actúan funcionales a la tarea y a los mensajes al servicio de la ‘guerra política’ de las FF.AA., de la legitimación y cobertura de la intervención extranjera y del aumento de la acción de mercenarios por centenas.
g.- (xvii) Clase política. Culpable. No inocente de su responsabilidad frente al conflicto, con el poder, el dinero y el mando de las Fuerzas Armadas y con deterioro de su apariencia moral y su largo habitar en el Congreso.
h.- Funcionarios del régimen y el Estado. (xviii) Comprometidos con el estancamiento y retroceso constitucional, (xix) indiferentes, que ni rajan ni prestan el hacha (xx) ‘accesibles’, en el marco de un cese de fuegos y la corta transición democrática hacia un país nuevo.
i.- Policía Nacional y Fuerzas Militares (xxi) –estatales: activos y en retiro en su rostro constitucional y (xxii) en su máscara ‘contrainsurgente’ con entresijo paramilitar en la expresión ‘desmovilizada’ que toma la ciudad y (xxiii) la de contraofensiva contra un posible ascenso electoral de la izquierda y la oposición. (xxiv) Extranjeros con bandera o (xxv) mercenarios– y (xxvi) los patriotas y nacionalistas que propugnan por unas nuevas Fuerzas Armadas y un Cuerpo de Guardia Civil, y el rescate de una Marina Mercante.
j.- (xxvii) Religiosos: –Vaticano, jerarquía, sacerdotes, párrocos, monjas, teólogos de la liberación–, (xxviii) otras iglesias, cultos, religiones, creencias y meditaciones con sus pastores y babalawos.
k.- (xxix) Partidos: liberal, conservador –y sus varias tendencias de uribismo y acomodo.
l.- Raíz fundante de la nación: (xxx) Comunidades, autoridades, pueblos indios ‘aborígenes’ con su tenacidad cultural y contra el etnocidio que tiene pueblos extinguidos suman 1’378.884. Expropiados para el fruto ajeno de su Templo del Sol, San Agustín, Salto de Tequendama, Ciudad Perdida o sus arenas guajiras invadidas, y de la plena extensión de sus resguardos y, (xxxi) Minorías afrodescendientes (4’261.996) en sus arraigos sin olvido, ambos, cual Calibán de
ll.- (xxxii) Comunidades con orígenes en el exterior. Y su recuerdo desde tiempo ha de choznos, tatarabuelos, abuelos y cadenas, barcos y puertos para su llegada.
m.- Oposición. Sin acceso democrático a los grandes medios. (xxxiii) En pausa de resurrección, con cientos de miles de extintos y voces apagadas. No extinguida, doliente del tejido social y el arbusto del liderazgo político y social derruidos. Crece en (xxxiv) nacionalismo, (xxxv) conservatismo consciente, (xxxvi) liberalismo raso, (xxxvii) centro-izquierda –con parcial cuestionamiento a la administración del modelo–, (xxxviii) inconformidad, (xxxix) abstencionismo (xl) izquierda política: con su definición básica anticapitalista por el socialismo autóctono raizal, e izquierda social: con su autonomía e identidad de (xli) comunidades, (xlii) movimientos –obreros, sindicales, campesinos, estudiantiles, barriales, alternativos, de género– (xliii) de opinión; (xliv) los reinsertados provenientes de la guerrilla con dirección urbana, y la…
n.- (xlv) Grieta ruidosa en el mismo piso y la jactancia gubernamental. Un frangir que poco a poco saca a flote la parapolítica y su jefatura y comando militar.
ñ.- (xlvi) Liderazgo ‘nacional’ ¿individual? o colectivo en cierne. Cuenta con capítulos parciales por identificar, reconocer, admitir y tejer: urbanos, rural, sociales, políticos, electorales, insurgentes, etcétera, etcétera, etcétera. En el ahogo por superar que la izquierda en lo interno es descalificadora.
o.- (xlvlii) Ciencia, ingeniería y sus adelantados. Intelectuales: (xlviii) ‘alejados’ o (xlix) ‘consecuentes’ de
p.- (li) Académicos, escritores, poetas. Periodistas independientes o alternativos. Ecologistas y geógrafos humanos. Artistas: plásticos, clásicos, del escenario, el cine, la danza, el teatro, el canto, la música de cámara, popular; y la canción social, el mural y la caricatura.
q.- (lii) Factores sociales y de base: organizaciones populares, minorías y expresiones de poder local y corrientes de opinión, (liii) ong. (liv) Cooperativismo. (lv) Movimiento comunal. (lvi) Movimiento por la paz en sus dos vertientes: una con aceptación del orden constituido y paz gratuita, otra con la reivindicación de la paz con justicia.
r.- (lvii) La juventud (de
rr.-(lviii) Insurgencia. Subversión. Llegó a tener más de 700 rehenes de las Fuerzas Armadas tras infligir en el lapso 1995-1999 una derrota operacional –mas no estratégica ni táctica– al Ejército colombiano. Ahora, se bate contra la intervención extranjera: ‘Plan Colombia’, Plan Patriota. Su entorno ideológico, político, social, de población y apoyo de pequeña escala en puntos territoriales, no equilibra el notorio margen de descrédito y condena que la juzga por parte de una mayoría urbana y de la opinión de la gran ciudad y los cascos municipales. Un estigma que prevalece, ya que imprudente, está incursa en pecados y yerros operativos que desdicen de su valoración política ante buena parte de la gente. Hoy, en repliegue a regiones de economía secundaria o marginal, su orgánica operacional y su movilidad se circunscribe a un territorio disminuido y sin peso demográfico. Mientras tanto, su aparato político (clandestino), con dificultad, se propone el rescate del escenario de la ciudad. En busca del sentimiento de una población que sólo podrá llegar a valorarla como un factor indescartable de
s.- (lix) Deporte. Aficionado y profesional y su efecto de admiración, influjo e imagen de los campeones y de los ‘héroes’ deportistas famosos y admirados.
t.- (lx) Regiones diversas y sus ‘representantes’ y cruzamientos. Con expresión caracterizada o limitada hasta hoy.
u.- (lxi) Factores mediáticos de imagen, fama y del espectáculo. Musicales, del cine, la farándula, la moda y los reinados, ligados al mercadeo, el diseño, la vanidad humana, la industria textil, y la publicidad y sus altos presupuestos nacionales y privados.
v.- (lxii) Comunidad en Venezuela y el exterior y de los desplazados. Con su anhelo del regreso.
w.- Extraditados (lxiii) por origen político y (lxiv) por delito común.
x.- Tres generaciones. Contienen las semillas del liderazgo para la transición, con experiencia vital ya en el poder y la antipatria, o ya en la crítica, la oposición y las armas, y en cada uno de los factores de poder y ciudadanía: (lxv) Del ‘estado de sitio’ y ‘frente nacional’ (Desde octogenarios, septuagenarios, sexagenarios, hasta quienes cumplieron 7 años el nefasto 9 de abril de 1948, día en que asesinaron a Gaitán). (lxvi) De ‘bienvenidos al futuro’, y su apuesta fallida de
y.- (lxviii) Generación de hoy: De ‘la frustración’ o del ‘renacer andino’ y la ‘esperanza’… con el pie sobre el camino por un discurso con memoria y nuevo.
y zeta.- Relación internacional. Provee, por una parte, el soporte económico y militar del conflicto o, por otra, como diplomacia la comunidad internacional que guarda silencio o indiferencia respecto del conflicto, su tragedia y la desnaturalizada ‘democracia’ y formalidad electoral que nos caracteriza (Son pocas las excepciones a favor de la paz) (lxix) Pentágono y Casa Blanca y partidos de los Estados Unidos. (lxx) Organismos secretos de diversos países actuantes en nuestro territorio. (lxxi) Inversión extranjera: Capital y banca transnacional, Empresas multinacionales –vinculadas en directo al conflicto o apenas en la relación económica. (lxxii) Cadenas de la (des)información. (lxxiii) España. (lxxiv) Mundo árabe y su causa palestina en mora. (lxxv) África surgida de sus victorias anticoloniales. (lxxvi) Francia, en su leve contradicción geopolítica con Estados Unidos. (lxxvii) Unión Europea. (lxxviii) Organismos e instituciones internacionales: OTAN, OEA y otros pactos militares y políticos. Partidos internacionales: (lxxix) socialdemocracia, (lxxx) democracia cristiana (lxxxi) partido popular español (lxxxii) partidos de izquierda, (lxxxiii) Cruz Roja Internacional, y
zz.- (lxxxiv) Región Andina. Y el eco de Venezuela, Ecuador y Bolivia en ebullición. Una coyuntura y entorno que ponen a Colombia y su posición en la geografía, en el trágico recodo de la intervención extranjera; al constituir el eslabón clave para la supervivencia de la hegemonía del imperio en la región.
Aunque extenso, el diagnóstico no cura. Abocados a este conjunto de vértebras y de atención a cada uno de los escenarios (i) nacional e (ii) internacional de la vida y la situación; la respuesta aún más profunda al por qué de tan heterogéneos destinatarios, a los que acude el llamaviento… nos asoma además a otros cuatro interrogantes de fondo y de carácter histórico. Nos obliga a preguntar sin llover sobre mojado:
4.b.- ¿Cómo lograr la “Unidad Nacional” política y social, que ahora más que electoral resulta ‘precavida’ y necesaria, y constituye el anticipo para el reino de una paz justa?
El desafío de una solución frente al largo y amargo conflicto implica una responsabilidad para hallarla entre todos, combatientes o no.
Rezagada. La “Unidad Nacional” para la ‘paz justa’ necesita ir más allá de la formalidad. De su mención apenas como ‘moción de constancia’ en cada reunión de sindicato, organización, partido, guerrilla o candidato. Distantes como están, fragmentados, dispersos, tanto la crítica y la opinión nacional como los sectores populares y alternativos de Colombia, y a la vista y antepuestas las aspiraciones individuales o de grupo; urge regar, abonar, manejar un concepto de unidad y de visión patriótica de gobierno y de poder, colectiva y de conjunto por cumplir en cada tarea, y hacerla familiar y cotidiana. No hay. No es otro el instrumento que pueda anteponer un contrapeso suficiente a la ventaja oficial de la derecha, la democracia formal, la iniciativa y la inercia institucional, que hoy por hoy acuñan con la henchida imagen y moral disimulada del poder y del gobierno Uribe; que como joya falsa campea en un amplio sector de la población.
Ausente. Sin hacer un cálculo del ¿con quién? en las alianzas o del gabinete posible dentro de una opción de poder real, el descarte que ha resultado entre:
– una hegemonía revolucionaría o popular victoriosa –versus-
– una ‘Unidad Nacional’7 amplia, ha sido el drama o la lejura y demora para alcanzar un salto en la construcción de vanguardia, o de fuerza de cambio que consume la victoria de un portón de la paz. Una unidad destilada, única entre revolucionarios, –resulta útil sólo para construir un núcleo de vanguardia, pero deviene estrecha en la disputa de una hegemonía social– no podrá ganar para el poder y el gobierno a la mayoría inconforme.
Náufraga. Sin una noción de unidad ‘con todos y con todo’, no es posible ir por la derrota de la guerra y la exclusión. Tampoco, del monólogo de su conserje mayor. Inquilino en el Palacio de Nariño, que con sus corsarios multinacionales tienen pecho en Washington, y mancillan nuestra Patria y manipulan la lucha contra el narcotráfico. El escollo sin resolver de la «Unidad Nacional» destapa preguntar:
4.c.- ¿Por qué si la mayoría del pueblo rechaza a la oligarquía y sufre los estragos de la explotación capitalista, es la minoría oligárquica quien conserva el monopolio del poder durante un largo siglo?
Sin negar ni desconocer los liderazgos y postulados estratégicos de cada colectividad revolucionaria o popular, y sin cuestionar la existencia y la razón histórica o reciente que anima a cada una de las grandes colectividades políticas, sociales o insurgentes que buscan una sociedad nueva –y que dan por sentado contar para sí con la mayoría inevitable, mecánica, supuesta del pueblo–, éste es un interrogante que llama al examen de:
a.- las tácticas de cada quien, la posible rectificación unitaria y sus derroteros de búsqueda. E inquiere por igual a
b.- los sectores avanzados y democráticos de los partidos tradicionales, acerca de su consecuencia o inconsecuencia con la democracia que dicen profesar.
Y como en la realidad suceden cosas no incluidas en las resoluciones políticas de los agrupamientos, parece que nos cogió la tarde para preguntar:
4.d.- ¿Cuál es el estado real en la conformación de un “liderazgo nacional”, mayúsculo, que convoque la voluntad mayoritaria de
Ausente, como está, con freno en su papel motor, tal evaluación del liderazgo es necesaria. Revisión oportuna y sin pasar por alto una mirada retrospectiva por toda la memoria de nuestra Historia. Estudiada o no: Bioho, Galán y Manuela, Nariño, Miranda, Bolívar, Sucre –¡Ay… balazo! asesinado, primera víctima del poder–, Santander –“Hombre de las Leyes”– o –con Páez en Venezuela y Flórez en Quito– ‘mal genio del derrumbe y fragmentación de
Huidizo. Con carencia. Colombia decae en una proliferación de jefaturas sin suma de ámbitos, con entornos limitados en gran medida locales y personales, ante todo en el movimiento social. Colombia y una estrategia de poder alterno picotean en la encrucijada de un no-liderazgo, sin rectorado ni abundancia territorial. Excepto quienes representan continuidades históricas:
– Carlos Gaviria en la ciudad.
– Y en el campo: quien sea vocero en compaginar guerrilla-poder alterno-voluntad mayoritaria de paz.
Patalea la nación en una ruta de tropiezos y caídas, hundida en la arena movediza de:
– (i) el fraccionamiento cultural y económico entre ciudad y campo, y (ii) el pulso entre
a.- las expresiones guerrilleras de persistencia y momentos crecientes:
– como el general José María Melo, Rafael Uribe Uribe, Guadalupe Salcedo, el Bloque Sur, Camilo, Jaime Bateman y Marulanda, y los altibajos con frustraciones y conquistas de
b.- las expresiones electorales cumplidas, víctimas de persecución, ahogamiento económico, fraude o asesinadas:
– de Alberto Castrillón, Quintín Lame, Gaitán(†), Rojas, Luis Carlos Galán(†), Jaime Pardo(†), Carlos Pizarro(†), Antonio Navarro, Álvaro Gómez(†) –en su incógnita– y Luis Eduardo Garzón; hasta llegar al presente repunte y riesgo, con la candidatura de Carlos Gaviria Díaz y su presidencia del Polo Alternativo Democrático. Honor que tiene el mandato de tres millones de colombianos para convertirse –como hecho y movimiento social– en artífice de la paz y de un “Acuerdo Nacional”.
En esta esquina…
¡la “Unidad Nacional”!
El destino de los pueblos y de las naciones tiene sus horas. Y sus esquinas. Muy precaria se encuentra el alma de
a.- con el realce estatal y de la imagen del paramilitarismo,
b.- su reacomodo urbano y extensión de su poder local a más y centenares de municipios
c.- la entrega de la soberanía de
Entonces, la hora de ahora es la de configurar una “Unidad Nacional” para alcanzar la justicia social y detener la guerra. Tarea por cumplir, en medio de una situación concreta de …dos países, con fractura. Uno, con pañuelos en la ciudad, los municipios grandes y el campo cerca, que manifestaron ya por “la mano dura sin condiciones” o por el Canje Humanitario. Otro, en el campo allá, los barrios periféricos y los municipios pequeños, donde no hubo tantos pitos y el silencio común se escuchó en veredas y corregimientos (Ver: Primer Llamaviento y Cita… pág. 1, Párrafo segundo).
Viene a tema: no sólo con vocablos sino también con procesos sociales, nombres y rostros. De la lista de destinatarios del llamaviento… puede entresacarse una Gruta, Mosaico preliminar, aproximado y mínimo –ojalá Pedestal o Huerto– para enhebrar, mediante una procesión o calendario con tres acercamientos relacionados y paulatinos: (i)
El mosaico ilustra y permite a cada uno de los lectores, hacer su propio conteo. Asimismo, trazar su criterio particular de línea divisoria entre los dos campos en conflicto. De este modo:
a.- Reflexionar, desde y hasta donde concibe y tiene sensibilidad por la unidad como nación, como convicción de poder y de gobierno, para enrutar una transición al socialismo.
b.- Añadir o marcar con x a quienes considere amigos, o descarte o descalifique como enemigos.
c.- Hacer el ejercicio de subrayar extremos y proponerse una bisagra que alumbre la antesala de un país distinto, así sea con (i) actores en paz o en (ii) guerra: legítimos y con respeto del Derecho de Gentes.
El cuadro es una fragua para vislumbrar quizás un pacto de transición del Estado o quizá la disputa con los dueños del poder nacional e internacional. Ellos deciden el color verde o rojo del semáforo. Decidamos todos. Más allá de los movimientos, partidos y organizaciones de todo orden y objetivo, más allá de cada uno de sus intereses y de sus disciplinas con sustento particular, está el país. Están su gente y Nuestra América mestiza, Indoibérica, Latina con futuro y ejemplo para el mundo.
Tras cada combate, altisonancia del poder o violación del Derecho Internacional Humanitario, congregar al conjunto de Colombia en un cuarto mantel y chance por la paz,… tiene muchas más trabas. Más, porque ahora son mayores los desafíos políticos, de poder económico y de concesiones necesarias para otro chance de paz en una mesa (ídem).
Sin que sea nada terso, seamos unitarios, laboriosos, aprendices. Convictos y confesos.
1 Debe comprometer: a.) los efectivos y agentes extranjeros, b.) los insurgentes, c.) las fuerzas armadas en su cara constitucional y d.) su cara paramilitar de vieja y nueva data.
2 Ver periódico desde abajo Nº 125.
3 Ver Revista Soluciones agrarias 7/8. Artículo, reforma agraria, portón para la paz (pp. 4-22).
4 Ver periódico desde abajo Nº 125.
5 Ver Artículo 16 de la propuesta de reforma constitucional en Venezuela: …la unidad política primaria de la organización territorial nacional será la ciudad, entendida ésta como todo asentamiento poblacional dentro del municipio… Artículo 18 Todos los ciudadanos y todas las ciudadanas sin discriminación… disfrutarán y serán titulares del derecho a la ciudad, y ese derecho debe entenderse como el beneficio equitativo que perciba cada uno de los habitantes…
6 “You taught me language, and my profit on’t/Is, I know to curse. The red plague rid you/ For learning me your language!” Traducción: Todo Calibán, de Roberto Fernández Retamar. (p. 15) Fondo Cultural del ALBA. Publicación original en la revista Casa de las Américas Nº 68, septiembre-octubre de 1971.
7 Que ha sido o puede ser descalificada como ‘reformista’ o ‘liberal’.
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