La imagen de Rafael Correa acorralado en un cuartel policial de Quito, zarandeado por la muchedumbre y con el rostro cubierto por una máscara antigás mostró al mundo la delgada línea roja que separa un Gobierno elegido en las urnas de la subversiva amenaza de la asonada. El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, insiste, más...