Conocí por primera vez a Samir a principios de la década de 1960. Había leído sus primeras obras, y me habían llamado la atención. Caminaba por Dakar y le pregunté si podíamos reunirnos. No creo que supiera quién era yo o que hubiera leído alguno de mis textos. No obstante, con amabilidad me invitó a...
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