Sabemos distinguir entre los colaboracionistas y nuestros hermanos

El ex ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, “reveló” el jueves en la radio Kan Reshet que Israel “transfiere armas a un grupo de criminales y delincuentes que se identifican con Daesh (la Organización del Estado Islámico)  siguiendo las instrucciones del Primer Ministro ”. La operación se llevó a cabo “con la aprobación de Netanyahu” pero “sin pasar por el Consejo de Ministros”. También según el ex ministro, “el jefe del Shin Bet [los servicios de información interior] estaba al tanto, pero no sé hasta qué punto el jefe de Estado Mayor estaba informado”.

Netanyahu no negó estas acusaciones. Su oficina respondió: “Israel está actuando para derrotar a Hamás por diferentes medios, por recomendación de todos los jefes de los servicios de seguridad. »

Este supuesto secreto de Estado es un secreto a voces. Olvídate de Daesh, que forma parte del folclore de la propaganda israelí. No hay Estado Islámico en Gaza. Se trata de clanes mafiosos que se apoderaron de los camiones de la ayuda humanitaria internacional, antes del bloqueo, con la complicidad del ejército israelí. He hablado de estas bandas organizadas durante mucho tiempo, en este diario de a bordo. Pero como de costumbre, la palabra de un periodista palestino es sospechosa. En cambio, la palabra israelí se considera auténtica, aunque diga tonterías. Esto es parte de la guerra mediática que estamos sufriendo, además de la guerra en general. Hoy la manipulación de estas bandas por parte de Israel resulta validada por el propio Primer Ministro.

Una “milicia anti-Hamás”

Al mismo tiempo, la principal de estas organizaciones intenta dotarse de legitimidad presentándose como un movimiento armado de “protección de la población”. Así lo explica la página de Facebook titulada, en inglés, “Yasser Abu Shabab – Popular Forces”. La foto del perfil representa a un hombre de unos cuarenta años mirando al objetivo, vestido con un chaleco antibalas y sosteniendo un rifle de asalto, con un telón de fondo de incendios y flanqueado por un águila en vuelo.

Este hombre es el llamado Yasser Abou Shabab, que está lejos de ser un desconocido (ver foto de Une). Condenado y encarcelado por tráfico de drogas por la justicia de Gaza, es miembro de un importante clan beduino. Se había evadido al comienzo de la guerra, gracias a un bombardeo israelí de su prisión, antes de comenzar una carrera como saqueador de convoyes de ayuda humanitaria. Siempre con el mismo escenario: los israelíes obligan a los camiones a pasar por carreteras prohibidas a la población de Gaza, excepto a los hombres de Abu Shahab, que los esperan, a menudo con relucientes armas nuevas, lo que ya hacía sospechar que eran suministradas por los israelíes. Los objetivos de Israel eran obvios: sembrar el caos, demostrar que la ONU no podía proteger sus convoyes y acusar a Hamás, mientras los drones israelíes disparaban sistemáticamente a sus militantes que intentaban proteger los camiones de camino a los almacenes.

Últimamente, sin embargo, Israel parece validar el nuevo papel que quiere darse a sí mismo Yasser Abou Shabab, el de milicia anti-Hamás. Entre el saqueador y el movimiento islámico la guerra está abierta: en noviembre de 2024, este último ejecutó a nueve miembros del grupo, incluido un hermano de Yasser Abou Shahab. En su página, Abu Shabab denuncia a Hamás como “mercenarios iraníes”. Ahora afirma “controlar una zona de la Franja de Gaza, liberada de Hamás”. El hombre afirma actuar “en coordinación con la Autoridad Palestina”, a la que califica de “legitima”. Sin embargo, esta última negó cualquier relación con Abu Shabab. En la página de Facebook, hay vídeos de sus hombres armados delante de vehículos 4X4. Abu Shabab también afirma proteger a los pocos camiones de ayuda humanitaria que vuelven a entrar.

Israel quiere crear varios “sahwa” en Gaza

¿Pero protegerlos de quién y de qué? Abu Shahab y sus hombres se instalaron en los alrededores de Rafah, bajo tiendas de campaña y en los pocos edificios que no fueron destruidos, en una zona totalmente ocupada por el ejército israelí, y donde no hay un solo palestino aparte de ellos.

Este líder “anti-Hamás” quiere atraer a los gazatíes a esta zona, cuyo acceso propone facilitar gracias a la “coordinación” con los israelíes. Promete que el lugar es seguro, que no seremos bombardeados y que encontraremos tiendas de campaña y comida. En su página de Facebook, se comparten números de teléfono, a los que cualquiera puede llamar.

Esta operación dirigida por un líder de banda convertido en líder de milicia recuerda algunos precedentes. Los israelíes están tratando de repetir lo que hicieron durante su ocupación del sur del Líbano entre 1978 y 2000. Habían instalado y equipado el Ejército del Líbano Sur (ALS), una milicia dirigida inicialmente por Saad Haddad, y luego encargada de luchar contra Hezbolá, bajo las órdenes de Antoine Lahd. También se puede encontrar una comparación con Irak, donde los estadounidenses habían financiado milicias tribales, las Sahwa (“despertar”), que supuestamente representaban a la comunidad sunita, para enfrentarse a Al-Qaeda.

Israel también quiere crear grupos Sahwa en Gaza. Pero Gaza no es ni Líbano ni Irak. Hamás no es solo un movimiento armado. En primer lugar, es una ideología, que se puede aprobar o no, pero que está arraigada en la sociedad desde hace más de 40 años. Además, no hay divisiones confesionales en Gaza entre chiítas y cristianos como en el Líbano (Haddad y Lahd eran oficiales cristianos), ni entre suníes y chiítas como en Irak. Solo hay una guerra entre ocupantes y ocupados. Los israelíes saben que no pueden ganarla, por lo que quieren convertirla en una guerra civil, como los estadounidenses lograron hacerlo en Irak.

Nuestro pueblo no se deja engañar

Los israelíes creen que las y los gazatíes apoyarán a las llamadas “Fuerzas Populares” contra Hamás. Es cierto que la popularidad de Hamás ha disminuido, no solo desde el 7 de octubre de 2023, sino mucho antes. Cuando tomaron el poder en 2007, muchos habitantes de Gaza ya no estaban de acuerdo con su política. Pero lo que los israelíes no entienden es que distingamos entre los colaboracionistas y nuestros hermanos. Podemos tener un hermano que comete muchos errores, que nos sumerge en una guerra sin fin. Pero este hermano, sea lo que sea que tengamos que reprocharle, muere con nosotros, vive el genocidio con nosotros. Por su parte, Abu Shabab y sus hombres trabajan para el ocupante.

No es la primera vez que los israelíes intentan esta manipulación en Gaza. Ya han intentado cooptar a familias grandes y poderosas, pero sus jefes se han negado. Además, Yasser Abou Shabab no representa a su clan, que no está de acuerdo con su actividad. Dirige una banda de unos cincuenta hombres. El líder de las supuestas “Fuerzas Populares” actúa a título personal.

Las y los gazatíes no quieren una guerra civil. Quieren el fin de la guerra, el fin del genocidio y una solución política, ya sea un gobierno de la Autoridad Palestina o cualquier otro. No quieren revivir una guerra de facciones, como la de 2007 entre Hamás y Fatah. Nadie aceptará que nos matemos. Nuestra gente no se deja engañar. Sabe muy bien lo que se está conspirando.

El día que los israelíes abandonaron el sur del Líbano, el general Lahd, condenado a muerte por traición en su país, huyó a Israel y nunca regresó al Líbano. Cuando los estadounidenses se desentendieron de Irak, Sahwa desapareció gradualmente. Si los israelíes se retiran, todos estos clanes también desaparecerán. Tienen interés en meditar la historia.

Sábado 6 de junio de 2025

Traducción: Faustino Eguberri

Información adicional

Diario de a bordo de Gaza 94
Autor/a: Rami Abou Jamous
País: Pzlestina
Región: Medio Oriente
Fuente: Viento Sur

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