Cuarteto en Clave de Sol es una obra de teatro de esas entrañables que te deja el corazoncito latiendo con alegría, la piel llena de sensaciones bonitas y las rondas infantiles susurrando en la memoria. Es una puesta en escena fantástica, fresca y sorprendente que apenas comienza te logra conectar con las sensaciones y las emociones. Tiene un reparto maravilloso, que bajo la brillante dirección de Carolina Perea, da cuenta de cómo se puede crear un universo escénico poderoso con tan poca utilería pero con tanta alma. Se observa un gran trabajo en equipo, juicioso y dedicado, pero tambien un proceso lleno de gozo, aprendizaje mutuo, amistad y diversión. La obra es muy motivadora para el público de chicos y grandes, sin embargo no se queda allí solo en las tablas pues además plantea un montón de caminos para el aprendizaje y la enseñanza, convirtiéndose en un lugar de pedagogía, estética y reflexión.
El universo teatral que plantea la obra, abre alas para la imaginación y la conexión afectiva y efectiva con las historias y sus personajes y en este ámbito se respira el gozo de asistir. Cuarteto en Clave de sol está llena de movimiento, es amena, orgánica y vital. Desde que inicia te induce a centrar la atención y no perderla hasta que la obra culmina magistralmente. En cuarenta y cinco minutos el encanto de la escena te envuelve y te lleva por una travesía vital a través de las estaciones del año, este transcurrir del tiempo y los ciclos de la vida, también nos da cuenta como son los ritmos y el reloj biológico de la madre naturaleza, y nuestros propios ritmos al nacer para SER y luego envejeSER, y muestra como cada estación trae momentos, lugares y formas llenas de historias, personificaciones, adivinanzas y muchas sorpresas que van maravillando al espectador a medida que transcurre la obra.
Cuarteto en Clave de Sol tiene magia de principio a fin, suscitando desde el primer momento el tejido de voces de las y los actores, la empatía con el público al generar una conexión con las personas que asistimos a la obra. El integrar diversos lenguajes artísticos y narrativos y con ello generar un puente de interacción en donde el espectador siente sumergirse es este escenario, y en mi caso que soy ya mayorcita, volver a ser niña, sorprenderme, maravillarme y atreverme a jugar con la imaginación. A medida que va trascurriendo la obra se hace un tejido de cuentos, adivinanzas, cantos, música condensada en mucha ternura, dentro de una escenografía minimalista y sencilla, pero que logra sorprender porque no se requiere de muchas escenografías o grandes aparatajes escénicos sino más bien suscitar diversas emociones y sentires que llenan de vitalidad el auditorio y llaman a la imaginación para que cada persona que asiste pinte su propio paisaje mental.
En síntesis lo que me suscito Cuarteto en Clave de Sol fue: fascinación, despertar de los sentidos, imaginación, sinestesia, ternura… me llevo directico a recuperar las historias que de niña me hacían soñar y a volar por los ciclos de vida, de cambios y transformación que siempre nos promete la gran madre naturaleza.
Una vez más el teatro y esta propuesta orgánica, afectiva, sencilla en su forma pero profunda en el mensaje, me convencen que el arte en todas sus manifestaciones es un poderoso lenguaje para hablar a cada corazón sentí-pensante, convirtiéndose siempre en una dimensión fundamental para el desarrollo humano y la transformación social.
*Escritora y artivista.
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