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“El abrazo de la serpiente” sobre el norte del Cauca

“El abrazo de la serpiente” sobre el norte del Cauca

La lucha indígena por la tierra prosigue. En los municipios de Corinto, Miranda y Caloto, donde los indígenas Nasa-Paeces organizados en la Acin (Asociacion de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca) y el Cric (Consejo Regional indígena del Cauca) adelantan un proceso de lucha y “liberación de la madre tierra”, asentándose en algunas haciendas azucareras del ingenio Incauca, reclamando su derecho ancestral y denunciando el incumplimiento de más de 30 acuerdos por parte de los últimos cinco gobiernos nacionales. Incumplimientos con la titulación de 15.636 hectáreas acordadas y la reparación integral por la masacre de la hacienda el Nilo, en la que fueron asesinados 20 indígenas por parte de paramilitares y agentes de la policía.

El esfuerzo por recuperar sus tierras no ha sido fácil. A pesar de la constancia, durante el ultimo año los indígenas han sido expulsados de las zonas de liberación por las fuerzas del Estado, en cruentos enfrentamientos que han dejado heridos de parte y parte, así como un trágico asesinato, el del indígena Guillermo Paví Ramos, de 19 años, herido de muerte por una bala de fusil el 25 de abril del 2015 durante uno de estas escaramuzas.

 

La zona

 

El norte del Cauca es una de las zonas del país donde se presenta una de las mayores formas de concentración de la tierra, siendo el valle interandino la parte que ostenta las tierras más fértiles del departamento. De ellas el monocultivo de la caña ocupa un área de 53.180 hectáreas georeferenciadas con base al catastro que suministra el Instituto Geográfico Agustín Codazi (Igac); sin embargo, estas cifras no reportan datos reales puesto que el número de hectáreas dedicadas al monocultivo es mucho mayor. Igualmente es de resaltar que el modelo de apropiación, consiste en que los títulos no aparecen directamente a nombre de los ingenios, sino que se concentra en el usufructo del suelo a partir de la proliferación de arrendamientos por medio de cooperativas, haciendas y/o empresas intermedias. Según el Igac como dato explicativo, es de resaltar que las unidades menores a 5 hectáreas suman solamente el 10.6 por ciento del total de las tierras del departamentales.

También es de resaltar que el departamento del Cauca es uno de los territorios del país con mayor organización y movilización rural, es la cuna del Consejo regional indígena del Cauca (Cric) que es el proceso indígena con mayor capacidad de movilización a nivel nacional. Consejo también integrado por procesos como el Cima, el CNA y Pupsoc, que también hacen parte de las plataformas de movilización nacional “Congreso de los Pueblos” y movimiento “Marcha Patriótica”.

 

Los ingenios

 

Muchos de los títulos actuales de las haciendas azucareras provienen de la época colonial, por lo cual debemos preguntar, ¿cómo un Estado llamado a sí mismo social y de derecho, mantiene los privilegios ganados años atrás en base a la esclavitud y el despojo?

A pesar que en el Cauca la producción de azúcar tiene larga historia, solamente hasta finales de los años 40 del siglo anterior avanza hacia su industrialización. Proceso vivido al ritmo de violencia y despojo que conoció el país por entonces, donde el valle del rio Cauca fue la región que sufrió el mayor número de desplazados, cerca de medio millón de personas, entre ellos indígenas que perdieron 98.400 fincas (Lemoin, citado por Mondragón 2006), pero más que de las tierras abandonadas por los desplazados, los ingenios se beneficiaron del alud de mano de obra barata. 

Favoreció este proceso, de igual manera, el bloqueo a Cuba, vigente desde 1964, el que permitió a estos ingenios exportar a Estados Unidos, lo que unido al crecimiento urbano e industrial del país amplió aun más el mercado del azúcar, de manera que entre 1950 y 1974 su producción aumentó en 275 por ciento (Bejarano 1985 citado por Mondragón)

Hoy Ardila Lülle está catalogado como “el productor individual de azúcar más grande del mundo”, después de haber comprado la mayoría de las acciones de los ingenios en la década de los 90 para proveer su industria de refrescos y confitería, controla más del 33 por ciento de la producción y el mercado nacional (Silva 2004, pp. 208-218). Es propietario del Ingenio Incauca, posee el 52 por ciento de Providencia y por lo menos el 35 por ciento del ingenio Risaralda. Igualmente es quien más promueve los proyectos de producción de etanol o alcohol carburante, sus ingenios producen el 65 por ciento del etanol colombiano a partir de azúcar.

 

El Estado

 

No es un secreto que las clases políticas y las altas clases económicas, sino es que son las mismas, mantienen una relación  permanente, clientelar y autoritaria que apropia las funciones del aparato de Estado para fines privados. Por ejemplo, el grupo Ardila Lülle, como otros tantos grupos empresariales, ha apoyado en las últimas elecciones a los presidentes Pastrana, Uribe y Santos, así como a los congresistas que apoyan sus gobiernos. Apoyo correspondido: la ley 693 del 19 de septiembre de 2001 ordenó que a partir de septiembre de 2006 la gasolina en las ciudades de más de 500 mil habitantes debía contener etanol. Esta imposición, sustentada con supuestas motivaciones ecológicas y sociales, fue decisiva pues el costo de producción del etanol es superior al de la gasolina, lo que entre otras cosas explica el alto costo de la misma para nuestro país. Para completar, la ley 788 de 2002 exoneró al etanol del impuesto al valor agregado IVA y de los impuestos y sobretasas a los combustibles, exenciones que cuestan al estado 100 millones de dólares por año.

La negociación del TLC con Estados Unidos, es otro ejemplo. En éste, el único punto de debate intenso que prolongó las negociaciones fue la elevación en 50 mil toneladas la cuota de azúcar colombiana en Estados Unidos. “El gobierno de Uribe sacrificó a los productores colombianos de maíz, arroz, papa, fríjol, cerdo y aves, pero se rompió las vestiduras por Ardila Lülle” (Mondragón. 2006).

Paradojas de la vida. Antes del boom del fraking, Estados Unidos deseaba el incremento de la producción de etanol y otros agrocombustibles para solucionar su crisis energética y, en concreto, requería que el petróleo colombiano fuera exportado, de manera que le convenía que en el país se consumiera más etanol. Pero gracias al fraking EE.UU ha logrado suplir sus necesidades energéticas, liberando su presión sobre este ítem.

Por eso su intención ahora cambian: necesitan derogar las regulaciones y los subsidios que aún subsistan en algunos sectores de la economía colombiana, para así lograr que los productos norteamericanos entren a controlar la totalidad de nuestro mercado.

De igual manera varias empresas alimenticias con plantas en Colombia, que transforman el azúcar  para sus actividades productivas, señalan que los precios del mismo son muy altos y que si no se hace algo al respecto se verían obligadas a hacer lo mismo que Chiclets Adams1. En este sentido, critican que el sector azucarero nacional esté altamente protegido, contando con instrumentos para tal fin, entre ellos: la Franja Andina de Precios y el Fondo de Estabilización de Precios Fepa2. Con la eliminación del Fepa, afirman las empresas de alimentos, aumentaría la competencia entre los productores y se lograría una disminución del precio interno del azúcar, lo que provocaría una reducción de su estructura de costos.

 Por esto el reciente escándalo de la Superintendencia, con respecto al “cartel del azúcar en Colombia”, donde se argumenta que el gremio (Asocaña) tiene la capacidad de realizar prácticas contrarias a la libre competencia: “distribución de cuotas de exportación según la capacidad de producción de sus afiliados, obstrucción de la participación del azúcar importada en el mercado doméstico, planeación estratégica de precios, retención del azúcar en determinados momentos etc” (equipo cedetrabajo. 2015), por lo cual los multaron con 320.00 millones de pesos según sentencia de la Superintendencia de industria y comercio del 10 de octubre de 2015. En consecuencia, prácticas que antes eran vistas como una fortaleza del sector y aceptadas por el Estado, hoy son vistas como un peligro para el libre comercio. Esta es una disputa entre élites de diverso carácter, entre las clases dominantes, una muestra del drama competitivo al que se ven exhortados los capitalistas en su sistema económico.

 

Los indígenas. Breve descripción de su cosmovisión.

 

La tierra: Cuando los indígenas hablan de la tierra no se refieren al pedazo donde siembran la comida, cosechan o viven, están hablando más allá de esto, están hablando de Mama Kiwe – Uma Kiwe, del ser sagrado que los amamanta, que les da todo que los cuida y los protege, están hablando de la vida para el indígena nasa.

El territorio: Con esto no se refieren a lo que se conoce como región a secas, los indígenas nasa están hablando del Kwe’sx Kiwe, nuestra tierra, Yat Wala – la Casa grande donde habitan los seres, no solamente los humanos sino todos los seres vivos y espirituales que habitan en ella, por eso el mundo es un todo; el arriba, en la tierra y el abajo en el cielo, no ven el mundo a pedazos, es algo integral que encadena armónicamente las energías. El territorio es un lugar donde la armonía debe prevalecer, armonía entre los seres vivos, armonía entre los pueblos, el territorio es el lugar de vida para todos y por tanto es responsabilidad de todos cuidarlo, la tierra – el territorio y los seres interactúan mutuamente para que sea posible la vida; si algo se rompe, se genera mama kiwe ûusa – enfermedad y/o crisis poniendo en riesgo la existencia de todos los seres.

Nasa-Persona (pueblo): Es el fruto de la unión entre las estrellas y las lagunas, los creadores son Nej Uma y Nej Thai, nuestra madre luna y nuestro padre sol. Vienen del cosmos, son de la tierra y se recrean en el territorio entre todos los seres vivos. Por esto el nasa no se considera dueño de nada, sino parte de todo, no se considera superior a los demás, convive con el resto y respeta para que haya equilibrio y armonía en el planeta.

Esta cosmovisión, transferida a estas páginas, desde el compartir con las comunidades en Corinto, demuestra que, más allá de considerarse los “dueños primigenios” de la tierra, la buscan no como propiedad ni despensa al servicio de la humanidad, pues es un SER con dignidad y con una arquitectura propia, por tanto no solamente un ser vivo, sino también un ser racional, con el cual se vive una dinámica de intercambio y agradecimiento, no de explotación; no es un objeto, es un ¡sujeto!, el cual puede vivir perfectamente sin nosotros. De ahí que su lucha se enmarca en “la liberación de la madre tierra”, como ellos mismos la llaman. El debate de la propiedad no es para ellos crucial, porque no se encuentra en sus tradiciones y sus formas de entendimiento. 

Es de resaltar, que dada su visión no industrializante y post-desarrolista, plantean una alternativa al modelo económico depredatorio que sufrimos todos los seres vivos del planeta el cual nos está llevando a la autodestrucción. Luchar contra el monocultivo, la defensa de las quebradas, los bosques y las montañas nos concierne, es momento de aprender de su conocimiento ancestral y sus tradiciones, honrando la memoria que nuestra propia sangre contiene, pues su historia y la de todos los pueblos de América nos pertenece, hagámosla también nuestra.

Muchos de los resguardos existentes en la actualidad son fruto de una acción de liberación de la madre tierra llevada a cabo desde 1971, que por medio de su constante ocupación y trabajo logró su reconocimiento en el años de 1996; por esto los Nasa no esperan un triunfo inmediato, están preparados para permanecer en los predios el tiempo que sea necesario.

Ojalá aprendamos de su experiencia y construyamos desde nuestra propia dignidad como americanos, hijos de la madre tierra, un planeta donde vivamos dignamente, un mundo otro.

 

1 Adams cerro su planta en Yumbo–Valle y se fue para México, aprovechando los reducidos costos de ese país y el TLC decretado últimamente con los chicanos.

2 “El primero de ellos es móvil y funciona de la siguiente manera: cuando el precio internacional del azúcar es alto, las importaciones de azúcar se hacen con aranceles de 0%, pero si el precio es bajo, se activan aranceles altos. El fondo de estabilización de precios FEPA: utiliza los excedentes exportables haciendo indiferente las ventas en el mercado doméstico frente a las realizadas en el mercado externo. Funciona con base en un precio de referencia y flujos de dineros de compensación y cesión” (www.cedetrabajo.ong)

 

Referencias:

“Sobre el llamado Cartel de los ingenios”, www.cedetrabajo.ong 12 Junio 2015.

Centro de estudios interculturales (2013) Análisis de la posesión territorial y situaciones de tensión interétnica e intercultural en el departamento del Cauca. Universidad Javeriana. Cali.

Mondragón H. (2007) Colombia, Caña de Azúcar y Palma Aceitera. Biocombustibles y relaciones de dominación. http://www.ecoportal.net/Temas_Especiales/Economia

Silva-Colmenares, Julio 2004 El Gran capital en Colombia. Bogotá. Planeta

Información adicional

Autor/a: Sebastian Giraldo
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