Es el segundo aparato humano en hacerlo desde el espacio interestelar
Nueva York. La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) recibió el primer mensaje enviado por la sonda Voyager 2 desde el exterior del sistema solar; es el segundo aparato humano que consigue hacerlo desde el espacio interestelar, aunque con datos mucho más detallados que los de su predecesora y nave gemela, la Voyager 1. La señal tardó más de 16 horas en llegar a la Tierra.
“¡Dos señales del espacio interestelar! Un nuevo estudio revela lo que los instrumentos de la nave han hallado tras cruzar la frontera cósmica donde termina el entorno creado por nuestro Sol y comienza el vasto océano del espacio”, explicó la NASA a través de su cuenta en Twitter.
Paradas en Urano y Neptuno
La frontera de la heliosfera se encuentra a unos 20 mil millones de kilómetros de la Tierra y el Voyager 2 la alcanzó más de 40 años después de su lanzamiento. La nave partió un mes antes que su gemela, pero salió de la “burbuja solar” seis años después debido a que su ruta tenía paradas en Urano y Neptuno.
“No sabíamos cómo era de grande la burbuja y evidentemente ni si la nave podría sobrevivir lo suficiente para alcanzar la frontera de la burbuja y penetrar en el espacio interestelar”, señaló Ed Stone, profesor del Instituto de Tecnología de California (CalTech), quien trabaja en la misión desde antes de su lanzamiento, en 1977.
Tras salir de la heliosfera se dejan atrás las partículas cargadas procedentes del Sol para quedar en un vacío en el que sólo se nota el frío viento interestelar procedente de una supernova que explosionó hace millones de años. Antes se creía que este viento solar se disiparía gradualmente con la distancia, pero la Voyager 1 confirmó que había una frontera definida por una súbita reducción de la temperatura y un incremento de la densidad en las partículas cargadas, el plasma.
La Voyager 2 dará muchos más datos que su gemela, porque un instrumento clave diseñado para indagar las cualidades del plasma que se rompió en 1980 en la sonda pionera. Los resultados se publican en cinco artículos distintos en la revista Nature Astronomy y revelan una frontera de la heliosfera mucho más definida de lo que se pensaba.
Además, apuntan a que “la heliosfera es simétrica, al menos en los dos puntos de cruce de las sondas”, según Bill Kurth, coautor de uno de los cinco artículos, lo que alimentaría la hipótesis de una forma esférica frente a los que creen que es más como la estela de un cometa. “Es como observar a un elefante con un microscopio”, relató.
El plutonio que alimenta las sondas Voyager se agotará previsiblemente a mediados de la década de 2020, pero seguirán con sus trayectorias. “Las dos naves sobrevivirán a la Tierra. Están en órbita en torno a la galaxia y durarán 5 mil millones de años, o más. La probabilidad de que se estrellen contra algo es prácticamente cero”, concluyó Kurth.
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