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Algunos apuntes sobre lo que pasa actualmente con los Derechos Humanos en Colombia

Algunos apuntes sobre lo que pasa actualmente con los Derechos Humanos en Colombia

Desde que conozco la historia de las luchas de los pueblos del Sur mundial y del Sur del Norte mundial, la sangre de l@s compañer@s caídos es abono. Son millones de fueguitos que viajan en la memoria de quienes asumimos retomar sus pasos, por lo que si llegan a faltar personas mencionadas en este texto, no es por capricho, es por espacio del artículo, porque cada palabra, escrita y dicha, cada acción se crea por y con cada uno de ell@s.

Entonces entre los varios puntos que mencionaré, empezaré con la influencia vigente de lo cuantitativo. El heroísmo que acompaña a esta extensa lista de víctimas mortales de la burguesía, ha empezado a desaparecer para ser reemplazado por la rutina de informar a quién asesinaron (cómo, cuándo, dónde, su papel en la lucha social y su perfil personal) y exigir al Estado que busque a los responsables intelectuales-materiales del asesinato y garantice las condiciones para que eso no vuelva a ocurrir.

Así los sujetos terminan siendo cartas que se pasan de mano en mano, despertando una indignación momentánea, que es despertada con el siguiente caso. Al igual que las noticias amarillistas sobre muerte y violencias, las denuncias sobre la muerte de un líder social, ambiental, defensor de Derechos Humanos (DDHH) terminan no solo en el olvido cotidiano sino empezaron a ser material para alimentar el morbo de los pueblos del sur y del norte mundial. ¿Tiene algún provecho este crítico aspecto de las luchas populares? Tal vez la de gestionar relaciones con funcionarios de gobiernos nacionales e internacionales, aprobar apoyos económicos internacionales para continuar las agendas sociales, engrosar la lista de contactos que pueden presionar al Estado, resarcir de cierta manera el dolor de familiares y compañer@s de las víctimas mortales. ¿la lucha por la que sacrificaron su vida dónde queda?

Arriba mencioné el “heroísmo” que en su momento enaltecía a los sujetos, porque sus acciones ejemplares en la vida privada como colectiva eran gasolina para el fuego popular de la Revolución. Por algo, se siguen revindicando sujetos de siglos anteriores. Hoy las cifras de víctimas tienen más eco que la lucha popular, las motivaciones para emprenderla y el ejemplo de quienes ya no nos acompañan.

¿Estudiar para transformar o estudiar para gestionar?

El estudio disciplinado de la realidad, de la teoría, de la guerra, de la técnica, de los diferentes campos del conocimiento, de la historia humana, ha sido un aspecto de nuestra gente que se me quedó tatuada en el alma. La sabiduría de estos sujetos venía de leer textos como de su propia praxis, untados hasta las orejas de pueblo, exponiendo una mirada certera en los lados flacos del orden social vigente para desplegar eficazmente las herramientas y tácticas que permitieran alcanzar los objetivos comunes de Liberación.

Dentro del estudio juicioso se incluye el del Estado, cuya función de ser herramienta para los ricos es determinante en la lucha de clases, pues ese monstruo es grande y pisa fuerte. Como los pueblos estamos fuera de ese aparataje, nos ha tocado como las hormigas, aunque pequeñas y frágiles a cualquier pisón, entre la mayoría organizada y determinada a vencer, hacemos arrodillar al Estado para transformarlo desde la raíz. El pueblo cubano, nicaragüense, argelino, angoles, vietnamita demostró con fuertes pruebas que si no se conoce al enemigo de clase, la gente solo tirará palos de ciego y terminará doblegada a esa podrida institucionalidad moderna.

En el actual desarrollo de la defensa de los DDHH el estudio del Estado se torció de rumbo. Se conocen a las entidades públicas, sus funciones, a sus funcionarios decisivos, a sus mandaderos, a las normas que rigen ese entramado institucional, los huecos por donde dirigir las apelaciones, se tiene un arsenal argumentativo y político para defendernos contra los montajes judiciales, se emplea con fluidez la normatividad nacional e internacional para sacar a los prisioneros políticos, también para que su paso por la cárcel sea digno. La lista de fortalezas puede seguir, pero su exposición no es la idea principal de esta parte.

No obstante, todo ese conocimiento construido y madurado sobre el Estado burgués no se materializa en acciones que lo debiliten por un lado y por el otro siembren los cimientos del Estado acorde a nuestros sueños. Pareciera que el carácter “burgués” se olvidara debido a la rutina del papeleo y los juicios, centrando el esfuerzo en resolver lo inmediato con las herramientas jurídicas creadas por los burgueses. Una lógica que trae su propio veneno escondido y que sin saberlo nos contamina, porque al estar atentos a bloquear y esquivar los golpes en materia de DDHH, se contragolpea y defiende con sus mismas herramientas y tácticas, centrando la vista en esa pelea y descuidando lo esencial, transformar al modelo de sociedad capitalista de donde proviene la lluvia de ataques estatales.

Se termina entonces en la rutina de gestionar los procesos judiciales para no entrar a la cárcel, para denunciar el asesinato del compañer@ a mano del establecimiento y de exigir garantías para la vida al Estado-victimario. Una ironía que huele a prácticas de reforma y no prácticas de revolución.

Desempolvar el Derecho a la Rebelión

 ¿Para qué son los DDHH? ¿La concepción burguesa de los DDHH puede ser cambiado por una popular? ¿el derecho a la rebelión sigue vigente? ¿cuáles son los aportes en auto-protección colectiva de los pueblos del mundo? ¿qué nos han enseñado las luchas populares sobre legislación propia y cuál es su análisis en perspectiva de autocrítica? Además de la Revolución Mexicana, la Revolución Bolchevique, la Declaración de Argel ¿existen otras experiencias que abonen una visión no-capitalista de los DDHH?

Son algunas cuestiones que hace rato rondan mi cabeza y que hoy retumban con más fuerza, en gran medida por el momento histórico que se asoma, con una fuerte carga de incertidumbre, en mi país. Pero no solo eso debe motivar a la reflexión sobre los DDHH, y la lucha enmarcada en ello, que a estas alturas del escrito, no podría escribir “sobre la lucha por la defensa de los DDHH” pues borraría con los pies lo anteriormente expuesto.

 

Información adicional

Autor/a: Wilmar Harley Castillo Amorocho
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Wilmar Harley Castillo Amorocho

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