Como si fuera parte de una interminable noche de terror, continúa conociéndose en Colombia cómo fueron ejecutadas las 6.402 víctimas de los mal llamados falsos positivos, todo ello en el marco de las investigaciones que adelanta la Justicia Especial para la Paz (JEP).
En abril pasado fueron públicos testimonios de militares que narraron cómo acaecieron esos crímenes en el Catatumbo; este 18 de junio los testimonio fueron brindados por 12 exmilitares –soldados– adscritos al Batallón La Popa con jurisdicción sobre Valledupar. Sus mandos, dos coroneles, no aceptaron los cargos y no estuvieron en la audiencia.
En sus testimonios los comparecientes reconocieron responsabilidad en el asesinato de 127 civiles.
El testimonio más descarnado corrió por cuenta del soldado Yeris Andrés Gómez Coronel quien contó que había sido entrenado en esa unidad militar “[…] solo para matar a civiles inocentes”.
Describió como el Ejército Nacional arrió el honor militar. En su testimonio reconoció que su primer asesinato extrajudicial fue el de un guerrillero del Eln capturado herido en combate al cual, en lugar de prestarle primeros auxilios y velar por su salud asesinó luego de recibir la orden de parte del teniente coronel José Pastor Ruíz. Como recompensa recibió de parte de este 100 mil pesos y arroz chino para todo el grupo especial que estaba a cargo de los asesinatos.
En su testimonio, al reconocer que sus manos estaban manchadas de sangre también inculpó a sus superiores: “Los soles de los generales Mario Montoya Uribe, Justo Eliseo Peña, González Peña, Juan Pablo Rodríguez Barragán, Raúl Antonio Arévalo, están manchados de sangre”.
De acuerdo con el magistrado Óscar Javier Parra, a cargo de este caso, también los mandos de la unidad militar estimulaban a la tropa a cometer estos crímenes recompensándolos con noches de juerga con prostitutas y paseos al mar.
Según la JEP, este soldado también reconoció que mientras integró el batallón La Popa participó en más de 20 asesinatos de civiles inocentes, cometiendo el hecho de manera directa o haciendo parte de operaciones conjuntas con paramilitares.
Con vergüenza por lo realizado, reconociendo que son Crímenes de Lesa Humanidad, dijo: “Acepto mi responsabilidad como ejecutor material en asesinato en persona protegida, desaparición, encubridor de paramilitares, que tanto daño causé a las víctimas”. Entre ellas se cuentan excombatientes, civiles en general e indígenas. Sobre este particular, ellos denuncian que sufrieron 50 asesinatos extrajudiciales y no 3 como reconoce la JEP.
¿Por qué el batallón La Popa?
De acuerdo con el magistrado a cargo de este auto judicial, en la investigación adelantada por todo el país establecieron que las regiones donde sobresalen por su masividad este tipo de hechos son Antioquia, Meta, Costa Caribe, Casanare, Huila y Catatumbo. Y en una de las primeras decisiones optaron por concentrar la vista sobre el batallón La Popa por ser la unidad militar con mayor número de militares sometidos a la JEP.
En el caso particular de esta unidad militar, según el magistrado, “[…] existió una estructura criminal encabezada y liderada por el Teniente coronel Publio Hernán Mejía Gutiérrez”.
En sus cuatro años de labor, para hilar lo sucedido a lo largo del país la JEP logró testimonio de 600 voluntarios, lo que le ha permitido no solo que algunos militares reconozcan su participación en lo narrado sino, además, entretejer el modus operandi: planeación, ejecución y el encubrimiento, facilitado este último por la manipulación de pruebas al no realizarse el levantamiento de los cuerpos de las víctimas en el lugar de los hechos, lo que facilitaba colocarles armas y que los inculparan de lo que no eran ni había sucedido: guerrilleros caídos en combate.
En todas esas regiones hay un tema común: la alianza militares-paramilitares para mostrar eficacia y logros operativos, una clara evidencia de que tal proceder correspondió a una decisión del alto mando, a una doctrina de guerra.
En la acción conjunta entre militares y paramilitares, destacan 4 patrones de operar y llevar a cabo los crímenes de los inocentes: a) los paramilitares entregaban víctimas, vivas o asesinadas a la unidad militar; b) víctimas asesinadas luego de ser señaladas por informantes de pertenecer a la guerrilla; c) también podían ser señalados por la comunidad y, d) guerrilleros asesinados a pesar de ser capturados heridos en combate.
El martes 19 continúa la audiencia. Otros testimonios serán escuchados.
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