Transnacionales en pos de la riqueza de los pueblos
¿Pero en qué consiste el PPP y cuáles son sus objetivos
económicos y políticos? En primer término el PPP, ideado por
Washington, fue propuesto en el año 2000 por el presidente Fox y
aceptado en 2001 por los mandatarios de Centroamérica en el
contexto del mecanismo de diálogo de Tuxtla. Constituye un
elemento fundamental del plan geoestratégico norteamericano para
complementar los Tratados de Libre Comercio de América que
Estados Unidos tiene con Canadá y México, con los países de
Centroamérica (CAFTA) y con los que están en curso de suscribir
con naciones andinas como Colombia, Perú y Ecuador.
El objetivo de este plan es muy claro: facilitar a las
transnacionales la privatización de las terminales aéreas y
portuarias, las carreteras, la energía eléctrica, el agua, el gas y el
petróleo y, principalmente, apoderarse sin restricciones de las
enormes riquezas en biodiversidad de la selva Lacandona, los
Chimalapas en Oaxaca en México, y el Corredor Biológico
Mesoamericano, que llega hasta Panamá. Tiene un costo
proyectado de $25 mil millones e intenta abrir América Central y
Colombia al libre comercio.
De esta manera, creará un “corredor de desarrollo” desde el estado
central mexicano, Puebla, por seis países centroamericanos hasta
Panamá, una región que abarca 102 millones de kilómetros
cuadrados y 63 millones de personas. Esta área también incluye
bienes importantes de petróleo, 34 millones de hectáreas de
madera virgen, reservas espectaculares de agua dulce, 30 millones
de obreros a bajo costo, y el “Corredor Biológico Mesoamericano”,
creado por el Banco Mundial, una fuente de biodiversidad muy
apetecida.
La importancia de Colombia
A todo ello hay que agregarle los inmensos recursos de un país
suramericano como Colombia que muy pronto y según cálculos
del presidente Uribe, se unirá a este megaproyecto geopolítico.
En este país la mira de las transnacionales están puestos en el
Chocó no solo por su diversidad natural sino porque es una
importante fuente de agua dulce y una reserva de petróleo.
Adicionalmente en este departamento se localiza el Tapón del
Darién, sector selvático que permitirá, una vez se construya el
tramo de la vía panamericana, unir a Centroamérica y Suramérica.
Y por si lo anterior fuera poco, también existe la posibilidad de
abrir un canal interoceánico a través de cargas atómicas que
puede terminar siendo alterno del canal de Panamá.
Como señala el investigador Miguel Pickard del Centro de
Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria
(CIEPAC) de México, “el PPP surge no como estrategia para
eliminar la pobreza endémica, como dice el gobierno de Fox, sino
como un complot ingenioso para canalizar enormes cantidades de
fondos públicos a los proyectos de infraestructura que, se espera,
inducirán la inversión privada”.
Plan Houston-Puebla-Bogotá
No en vano, el gobierno colombiano viene realizando negociaciones
con sus pares de Centroamérica con el propósito de concretar un
Tratado de Libre Comercio. Más que el intercambio comercial con
esta región, lo que anima a la administración Uribe Vélez es
preparar todo el andamiaje jurídico e institucional que permita
viabilizar en forma expedita el ingreso de Colombia al PPP que en
adelante debería denominarse Plan Houston-Puebla-Bogotá, ya
que desde el Estado de Texas en el sur de Estados Unidos, el
Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el
Departamento de Estado pretenden controlar económica y
políticamente la zona mesoamericana y la parte de Suramérica
que comprende Colombia, Ecuador y Perú
Aunque en su impulso los gobiernos de Bush y Fox juegan un
papel importante en el PPP, su verdadero motor está en la oficina
central del BID en Washington, D.C, pues este Banco fue el que lo
diseñó y está en capacidad de financiarlo en una buena parte. Su
presidente, el colombiano Luis Alberto Moreno, encabeza la
Comisión Financiera del PPP. Otros inversionistas financieros son
el Banco Mundial, el Banco Japonés de Cooperación Internacional,
la Unión Europea, el gobierno de España, y otras agencias
bilaterales. En cuanto a corporaciones transnacionales que miran
con entusiasmo este rentable negocio de explotación de recursos
del suelo, subsuelo y rica biodiversidad en la región, se pueden
mencionar entre otras las siguientes: International Paper
Company, Boise Cascade, el Grupo mexicano Pulsar, la española
Endesa, las estadounidenses Harken Energy, Applied Energy
Services, Duke Energy, Harza, Delasa Prescott and Follet,
Tribasa, Caros, GAN, ICA, Imbursa, Texas Connection,
International Shipholding Corporation, Monsanto, Shell, Dow
Chemical, Exxon, y Hutchinson Holdings.
Muralla contra Venezuela
Desde el punto de vista político el PPP constituye un excelente
mecanismo de Washington para dar apoyo geopolítico, económico
y funcional a gobiernos neoliberales como los de Centroamérica y
Colombia y de esta manera oponerse y hacerle el quite a un
modelo alternativo de desarrollo económico y social como el que
vienen impulsando los presidentes Hugo Chávez de Venezuela y
Evo Morales en Bolivia. En otras palabras, la integración de una
comunidad de naciones bajo la tutela e influencia de Washington y
el capital financiero internacional terminará por consolidar una
muralla contra la influencia política evidente que viene teniendo en
Suramérica el gobierno venezolano.
Consecuencias y resistencia
Con la ejecución de este megaproyecto de las transnacionales se
pone en peligro la supervivencia de miles de comunidades porque
no solo se atentará contra el ecosistema sino que, además, se
saquearán los ricos recursos naturales de la región, se
aprovechará la mano de obra abundante y barata, y acelerará la
evicción de los indígenas y los campesinos desde sus tierras para
que entren a las maquilas. Igualmente, las grandes corporaciones
genéticas como Monsanto, Syngenta, Diversa, y Pulsar tienen la
oportunidad de llevar a cabo la “biopiratería”.
Por todo ello es que muchos grupos campesinos e indígenas tanto
de México como de los países centroamericanos y centenares de
organizaciones sociales vienen ejerciendo resistencia masiva al
PPP. Entre tanto, en Colombia aún no hay conciencia ni se ha
abierto el debate en torno de este macroproyecto neoliberal que
apenas y con mucha prudencia ha sido esbozado por el reelecto
presidente Uribe.
Por:Fernando Arellano Ortiz
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