Ayer a las 8 de la noche y de nuevo a las 11 p.m, 300 efectivos de la policía Cauca, reforzados con policía antimotines (Esmad) y más de 500 miembros del ejército nacional, fuertemente armados, intentaron desalojar a las comunidades indígenas que ocuparon tierras en Caloto – Cauca –Sur de Colombia-. Los indígenas –informan- tomaron esas tierras como medida de fuerza ante el incumplimiento del gobierno nacional de los acuerdos del Nilo de 1991.
Favorecidos por la noche y sin reparar que en la toma de tierra están familias enteras (niños, mujeres, hombres y ancianos), policía y ejército arremetieron disparando grandes cantidades de gases y amenazando con sus armas a los ocupantes. Miembros de la guardia indígena, armados con palos y el conjunto de la comunidad, resistieron y lograron que el desalojo no se efectuara.
La noche fue de total zozobra, las amenazas de atacar nuevamente por parte de la fuerza pública fue permanente. Los indígenas, por su parte como mecanismo para garantizar su propósito, se han reubicado dentro del territorio recuperado.
Al amanecer del sábado y durante toda la mañana, los sobrevuelos de helicópteros militares son ininterrumpidos. La presión sobre la población es constante y las amenazas de una masacre se pueden concretar en cualquier momento.
Las comunidades indígenas han sido claras: no abandonarán la tierra recuperada porque están concretando un derecho histórico, además de un acuerdo político.
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