La avalancha de agua y fango, que ha provocado hasta la fecha 267 muertes en la localidad colombiana de Mocoa, podría haber sido fuertemente condicionada por factores humanos, según han venido señalando distintos expertos ambientales en los últimos días. El desbordamiento de tres ríos, que provocó una inmensa avalancha en la capital del distrito del Putumayo, enclavada en plena selva amazónica, habría sido causado por la alta deforestación, el cambio climático y la mala planificación urbanística según estos expertos.
“El 50 por ciento de los puntos calientes de la deforestación en Colombia están ubicados en la Amazonía, en donde está el departamento del Putumayo. Esa deforestación incluye la degradación de cuencas”, declara a Público Adriana Soto, ex viceministra de Ambiente y directora regional de la organización ecologista The Nature Conservancy. Para Soto, las principales causas de la deforestación en estos departamentos son la ganadería extensiva, los cultivos ilícitos, la tala indiscriminada y la minería ilegal.
“Recordemos que los bosques sirven como administradores del agua. En épocas de pocas lluvias permiten que el líquido salga de forma controlada y se evita la sequía, y en la temporada de invierno acumulan el recurso dosificando su escorrentía”, declaró al periódico El Espectador Néstor Franco, director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR).
Ataudes apilados para cobijar a los cadáveres por la tragedia de Mocoa. /REUTERS
Las voces denunciando estas causas humanas de la tragedia no sólo habrían aparecido tras la avalancha, sino que varios estudios ya anunciaron el riesgo hace nueve meses, según informó la revista colombiana Semana. Estos informes advertían de que la falta de planificación urbanística en distintos municipios de la región había permitido que se construyeran viviendas en zonas de riesgo de desbordamientos fluviales en una zona caracterizada por las altas precipitaciones.
“Es un tema de uso inadecuado de los suelos que agrava este tipo de eventos. Hace nueve meses los estudios revelaban que algo como esto podía pasar”, declaró a la revista Semana Luis Alexander Mejía, director de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonía (Corpoamazonía).
“La gente se ha ubicado y ha construido viviendas en las rondas de los ríos y en las zonas de riesgo no mitigable y esto hace que cuando se combina el cambio climático con eventos extremos y la deforestación hace que aumente la vulnerabilidad de los elementos expuestos”, delcara la ex viceministra Soto. “La mayoría de municipios de Colombia tienen que actualizar sus planes de ordenamiento territorial para incorporar las zonas de riesgo frente al cambio climático”, añade Soto.
Un coche destrozado por la riada en Mocoa. /REUTERS
Desarrollo o prevención
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM) puso en alerta roja por riesgo de nuevas inundaciones a ocho departamentos del país. Esta situación de alto riesgo llega, además, en un periodo poco inusual del año, cuando la temporada de lluvias del clima tropical colombiano aún no ha comenzado.
La influencia del cambio climático en este tipo de desastres naturales es indudable para el ambientalista Rodrigo Botero, que en un artículo publicado el pasado sábado escribió: “Observamos, cómo han cambiado drásticamente los patrones de precipitación. La intensidad de los aguaceros, el volumen total por mes y por año, la frecuencia de eventos extremos es notoria. Es decir, además de la condición intrínseca (susceptibilidad de los suelos, paisajes inestables, precipitación, pendientes fuertes y largas), un uso del suelo crecientemente inapropiado, se suma una condición de cambio en los patrones de precipitación”.
El debate entre si el país debe primar el desarrollo y construcción de infraestructuras frente a la prevención de riesgos de catástrofes como la de Mocoa también estuvo presente en los medios colombianos. En una antigua entrevista de 2011 a la revista Semana reflotada en estos días en Internet, el gestor de medio ambiente colombiano Gustavo Wilches Chaux declaró: “Pensamos en obras de infraestructura en aras de la competitividad económica del país y dejamos un aspecto fundamental de la competitividad, que es tener un país capaz de aguantar los efectos del clima, la visita de un huracán, una sequía, y sobre todo capaz de mantener la convivencia entre los seres humanos”.
PABLO RODERO @pablorodero
El país
Colombia declara la emergencia económica y social por la avalancha de Mocoa
El presidente Juan Manuel Santos designa al ministro de Defensa gerente para la reconstrucción de la ciudad
El equipo de rescatistas sigue sacando cuerpos de entre los escombros en Mocoa, al sur de Colombia. FERNANDO VERGARA AP / ATLAS
Ana Marcos
Bogotá 4 ABR 2017 – 04:51 COT
Mocoa, en el sur de Colombia, sigue sacando escombros de sus calles en busca de sus desaparecidos. Han pasado tres días desde que la madrugada del 1 de abril el desbordamiento de varios ríos sepultara la capital del Putumayo bajo barro, piedras y palos. La cifra de fallecidos sigue aumentando: 273. Otras 200 personas están heridas. Los desaparecidos se cuentan por centenares, pero sigue sin definirse un número a falta de un inventario definitivo. Ante esta situación, el Gobierno de Juan Manuel Santos ha decretado la emergencia económica, social y ecológica “para efectuar modificaciones y traslados presupuestales y adoptar todas las medidas necesarias para atender la emergencia”, ha dicho en una declaración pública.
Para enfrentar esta tarea, el presidente colombiano ha designado como gerente del operativo de reconstrucción de la localidad al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas. “Ya lideró con éxito la reconstrucción del eje cafetero a través del FOREC”, ha explicado Santos, en referencia al terremoto que sufrió esta zona en 1999.
El último balance presentado por el Gobierno fija como máxima prioridad la salud pública. Cientos de cuerpos siguen desaparecidos y los cadáveres esperan en una morgue improvisada a ser identificados por Medicina Legal bajo el sol de esta región amazónica. El ministro de Salud, Alejandro Gaviria, explicó sobre el terreno la necesidad de construir una sala fría, con la ayuda de generadores de electricidad, para evitar brotes y epidemias. “Se han iniciado campañas de prevención y educación”, ha asegurado Santos.
Al mismo tiempo, ya está funcionando una planta de agua potable que suministra 7.000 litros de agua diarios, además del uso de carrotanques y plantas potabilizadoras. Para asegurar la provisión de agua y energía, el Gobierno diseña un plan de abastecimiento de combustible. La falta de energía tras la avalancha es una de las necesidades más acuciantes en este momento en Mocoa.
Los supervivientes de la tragedia de Mocoa duermen en varios albergues dispuestos por lo que queda de la ciudad. Se han instalado en cada uno de ellos puestos de salud. El informe del Gobierno detalle que hasta ahora se han entregado 2.000 paquetes de comida, 2.000 equipos de cocina, 2.300 de aseo, y miles de mantas y colchonetas para pasar las noches.
Juan Manuel Santos vuelve a viajar por tercer día consecutivo a la zona con el nuevo gerente del operativo y la compañía de un amplio grupo de ministros. Su esposa, María Clemencia Santos, se traslada con material humanitario a Mocoa y mantiene su trabajo con el Instituto de Bienestar Familiar en la asistencia a los menores.
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