Hospitales atienden semanalmente cerca de tres niños con casos de desnutrición. La falta de agua potable y la propagación del virus del chikunguña agrava la situación de salud en el departamento.
La alerta fue declarada por la Secretaría de Salud del departamento el pasado 7 de enero del 2015 con el objetivo de activar los planes hospitalarios de emergencia y evitar que la cifra de muertes por desnutrición infantil no siguiera aumentando.
Según miembros del sistema de salud, en promedio se diagnostican tres niños por desnutrición, por lo que, si no se atiende rápidamente el problema, es posible que se repitan cifras como las obtenidas en el último año, donde se registraron 43 muertes de niños y niñas por factores relacionados con la desnutrición. El doble de las registradas en el 2013 -23 niños muertos- , conforme a cifras publicadas por la Defensoría del Pueblo.
Esta no es la primera vez que las autoridades del departamento de La Guajira declaran alerta roja hospitalaria, pues la sequía y la falta de suministro de agua potable ha dado pié para que el departamento sea la cuna de virus y problemas de desnutrición en los últimos años.
Según un estudio realizado en el 2013 por el Departamento Administrativo de Planeación de La Guajira, de los 15 municipios del departamento, 9 se encuentran en peligro y 4 en alerta roja por ser los que han presentado los más altos índices de morbi-mortalidad por desnutrición.
La población más afectada ha sido la comunidad Wayúu y los habitantes que habitan las zonas de la alta y media Guajira, lugares que según el Departamento de Planeación, no disponen de áreas aptas para la agricultura por su carácter desértico y semidesértico, donde la práctica de la ganadería es limitada a ganado menor y el recurso hídrico es escaso y no potable.
A esto se le suma que “los sectores no cuentan con servicios públicos como la energía eléctrica, no pueden tener refrigeradores y por lo tanto no pueden preservar las verduras, frutas y otros alimentos perecederos y deben limitarse a alimentos secos”, explica Planeación.
Estos hechos, que ya se veían venir por la falta de soluciones estructurales, tiene indignada a gran parte de la población, como es el caso de Samuel Arregocés habitante del municipio de Hato Nuevo. “En la Guajira no hay agua potable y la poca que hay se agota. Estamos recibiendo el servicio de agua cada diez u ocho días en el municipio, no es suficiente. Tememos que esta sequía vaya a ser más fuerte que la pasada, porque eso va a permitir que el virus se prolongue y que el problema de salud y desnutrición en la Guajira sea más fuerte”, opina Arregocés.
Sin embargo, mientras las autoridades buscan maneras de aumentar la distribución de agua potable en el departamento, paralelamente el presidente de la Multinacional Cerrejón, Roberto Junguito, anunció este viernes que continuará el proceso de desviación del arroyo Bruno, cauce del río Ranchería. Afluente que según Arregocés “surte al sector rural del municipio de Albania y a una zona de Maicao”.
Por lo pronto, entre las recomendaciones que hizo el Departamento de Planeación en su estudio se encuentra que son necesarios programas donde se incluyan labores de valoración pre y post. “No hay seguimiento al crecimiento y desarrollo de niñas y niñas menores de 5 años. Las actividades de las instituciones de salud se limitan a las que se hacen por consulta médica hospitalaria pero no se coordina con los programas de seguridad alimentaria”, concluye el documento redactado hace dos años y que aún no pierde vigencia. (Ver informe del Departamento Administrativo de Planeación).
Acetaminofén para aliviar el chikunguña
Como si los problemas de desnutrición infantil no fueran suficientes, según el registro del Instituto Nacional de Salud (INS), en La Guajira se han presentado 6.039 casos de chikunguña, de los cuales, el mayor número se concentra en Riohacha con 3.027, seguido de Maicao con 2.660 y San Juan del Cesar con 133 casos.
“Los hospitales han colapsado porque hay muchos pacientes. Hay gente que ni siquiera va a los hospitales porque como ya saben lo que le van a recetar, compran el acetaminofén en una droguería y se toman el medicamento”, comenta Arregocés, quien padeció del virus del chikunguña desde el mes de noviembre del 2014 y asegura haber recibido por parte de la entidad hospitalaria solo acetaminofén para poder llevar la enfermedad.
Ante esta problemática la Defensoría del Pueblo pide una rápida acción gubernamental para evitar que zonas como como Uribia, Manaure, Maicao y la Jagua del Pilar, que cuentan con elevados índices de necesidades básicas insatisfechas, no sigan padeciendo por la ausencia estatal.
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