Home » Paro agrario, tortura psicológica y salud mental

Paro agrario, tortura psicológica y salud mental

Paro agrario, tortura psicológica y salud mental

El sentimiento de impotencia y de fatalismo se ha instalado en la mente y en los corazones de los colombianos. La guerra psicológica implementada desde hace décadas ha dado resultado. La impunidad campea victoriosa y se sonríe cínicamente sobre los cuerpos torturados de las víctimas directas y los sobrevivientes. Los medios de comunicación ocultan la realidad y manipulan los sentimientos ciudadanos hasta llevarlos a estados de encantamiento ideológico nunca antes vistos. La represión estatal contra la protesta social ha llegado a unos límites similares al fascismo en el que las masas se identifican afectivamente con los perpetradores de crímenes de lesa humanidad.

 

Este es el caso de un escuadrón de la policía nacional de Colombia que bien podría compararse con ese fenómeno atroz de la conquista española de nuestros pueblos, en el que se entrenaba a perros mansos y tranquilos para convertirlos en devoradores de humanos vivos. La diferencia aquí es que se trata de seres humanos a los cuales se adiestra de tal forma que se vuelven insensibles frente al dolor que están causando a sus propios hermanos. Poco importa que se trate de ancianas, niños o mujeres embarazadas tal como hemos visto estos días del paro nacional agrario (http://www.semana.com/nacion/articulo/la-golpiza-del-esmad-campesino-video/355013-3)

 

Estas máquinas de infringir terror –una vez soltadas en el escenario escogido– actúan en medio de una impunidad aterradora tal como sucede en las películas gringas con las cuales se ha preparado previamente a la población. Son máquinas deshumanizadas sedientas de todo lo que huela a protesta social. No cabe duda de la preparación psicológica a que han sido sometidos estos hombres y mujeres. Una vez en el campo de batalla son capaces de olvidar los límites entre lo humano y lo inhumano. Por ejemplo golpear inmisericordemente a personas indefensas que han capturado. O como acaba de denunciarse en Boyacá, utilizando gases lacrimógenos (una modalidad de arma química) en escuelas y lugares con presencia de niños entre los 3 y 6 años de edad). Ver informe de derechos humanos: http://www.twitlonger.com/show/n_1rm39di

 

Los efectos sobre la salud psicológica de la sociedad son devastadores. Observar en vivo y en directo la forma como actúa esta máquina de terror estatal genera múltiples sentimientos. Impotencia, fatalismo, pérdida d ereferentes de legalidad, desamparo absoluto, desconfianza y polarización, incredulidad en cualquier forma de institucionalidad, etc. Este es el efecto esperado por quien dirige a control remoto estos monstruos aterradores. Del otro lado también se producen sentimientos en medio del pánico y del dolor: rabia, solidaridad, unión, fortaleza y deseos de justicia, verdad y reparación. En medio del horror se sitúa una franja gigante de seres humanos que han sido poseídos por el dios de la indiferencia social. También ellos y ellas han sido deshumanizados para no sentir nada con esta crisis humanitaria. Son capaces de cambiar de canal como si nada pasará.

 

Mientras esto sucede en Colombia, recibo un correo electrónico ofreciendo servicios terapéuticos amparados en la nueva ley de salud mental. Qué paradoja. Hablar de salud mental en un Estado acostumbrado a la violación sistemática de ese derecho, en donde, precisamente se ha institucionalizado la tortura psicológica con forma privilegiada de solución de los conflictos. La ruptura impresionante del tejido social obedece al sometimiento sistemático de nuestra población a dicha tortura psicológica.

 

La tortura psicológica es aquella que vulnera completamente la dignidad humana. Si quisiéramos elaborar una lista de las forma de manifestación de dicha tortura no acabaríamos nunca. Pero podemos mencionar algunos ejemplos a la luz de la coyuntura política colombiana: EL PARO NACIONAL AGRARIO.

 

  1. Generar un sentimiento general de miedo y parálisis psicológica a través de la represión directa por medio de agentes estatales.
  2. Desorientar intelectual y afectivamente por medio del ocultamiento sistemático de la verdad. Este papel lo cumplen fundamentalmente los medios masivos de “información”.
  3. Firmar acuerdos transnacionales como los TLC a través de los cuales se despoja al campesino de derechos sagrados como tener y cultivar la tierra con sus propias semillas, intercambiar sus productos en condiciones de igualdad y defender la soberanía alimentaria.
  4. Amenazar, intimidar y estigmatizar la protesta social.

 

Veamos ahora algunos de los servicios terapéuticos ofrecidos vía internet amparados en la ley 1616 de salud mental. Advirtiendo que no se trata de desvalorizar estos servicios, sino de establecer un marco comparativo acerca de lo alejada que se encuentra la psicología colombiana de nuestra propia realidad psico-socio-antropológica.

 

El anuncio ofrece “Tratamientos intensivos y breves para:”traumáticas, Depresiones, Stress, anorexia, bulimia y adicciones”.

 

1. “Crisis de angustia en: momentos de pánico, situaciones traumáticas, depresiones, stress, anorexia, bulimia y adicciones”.

 

Lo que ha llevado al campesinado colombiano al paro nacional, es justamente, una crisis de angustia en la que no se ve como poder sobrevivir materialmente en las actuales condiciones de inequidad e injusticia social. ¿Dónde está la psicología allí?

 

Momentos de pánico es el que viven los campesinos cuando son atacados, heridos, torturados de diversas formas. ¿Dónde está la psicología allí?

 

Situaciones traumáticas son las que se generan cuando una persona se siente humillada, despreciada, invisibilizada y ridiculizada como se hace con los campesinos en Colombia. ¿Dónde está la psicología allí?

 

Depresiones masivas se viven cotidianamente en nuestras poblaciones que nos saben cómo sobrevivir en medio del conflicto armado, la desprotección estatal y la estigmatización dirigía desde la presidencia de la Republica: http://www.elespectador.com/noticias/politica/presidente-santo-resta-importancia-huelga-agraria-articulo-442317. ¿Dónde está la psicología allí?

 

¡Cómo no estresarse en medio del conflicto armado, la persecución histórica, el despojo de los territorios y la negación sistemática de sus propios derechos?

 

2. “Crisis y disrupciones familiares y de pareja”. “Crisis en niños y adolescentes”.

 

Son miles las familias que se fracturan como consecuencia de la crisis económica. Son millones de personas que no tienen materialmente como pagar una consulta psicológica, ni mucho menos un tratamiento terapéutico. Desde la constatación de esta realidad, la salud mental es un privilegio para unos pocos y una exclusión para la gran mayoría. El saber psicológico se privatiza. ¿No resulta una contradicción hablar de salud mental mientras millones de seres humanos son arrastrados por el sistema a la desesperación o a la parálisis psicosocial?

 

¿Cuál es la percepción social de un niño que acompaña a sus padres a una protesta social legitima y recibe gases lacrimógenos como respuesta? ¿Acaso los niños y jóvenes del país no viven en crisis cotidiana al experimentar que no tienen acceso a los servicios mínimos de salud, educación, vivienda y recreación?

 

3. Rupturas del lazo social

 

La ruptura del lazo social es propiciada desde las propias instituciones del Estado como una forma de sometimiento y control. No es algo desprevenido. Obedece a una política cuidadosamente diseñada gracias a la cual se fragmenta los procesos sociales y comunitarios, de tal forma que la sociedad no se movilice en su conjunto en procura de cambios y transformaciones sociales. Parafraseando a Martín-Baró ¿cómo no hablar de rupturas del lazo social, mientras el bienestar de unos pocos se construye sobre el malestar y la miseria de las mayorías? ¿en verdad se cree que mediante un proceso terapéutico se puede reconstruir un lazo social históricamente fracturado por las élites políticas, económicas y militares?

 

Nos encontramos ante una situación histórica bastante compleja que nos tiene que llevar a reconfigurar nuestros roles como psicólogos y psicólogas. Si bien el esfuerzo terapéutico individual o familiar es importante, este mantiene las dificultades y fallas estructurales propias de la psicología: su marcado carácter individualista y mercantilista que hace de la psicología una disciplina de las minorías y no una opción ética por las mayorías que se sobreviven en crueles condiciones de existencia material, psicológica y espiritual.

 

Es urgente descolonizar nuestra psicología para des-psicologizar la salud mental. Es urgente desburocratizar la labor de la psicología para salir a la calle y darse cuenta de realidades como la crisis humanitaria e institucional que hoy se vive en Colombia.

 

Es necesario abrir los bunkers de la psicología y llevarla a los barrios y veredas de este país. Esos bunkers parecidos a las oficinas del gran hermano –que tal genialmente visionará Goerge Orwell– en su famosa novela 1984; en los que funcionarios se dedicaban a fabricar subjetividades falseadas, lo más alejadamente posible de la realidad.

 

*www.catedralibremartinbaro.org

Consejero por Colombia ante la Unión Latinoamericana de Entidades de Psicología –ULAPSI-

 

Artículos relacionados

Colombia: La fuerza e impacto del paro nacional agrario

¿Cómo va el paro…?

Paro agrario. El foco campesino que ilumina el país

Un paro marcado por la intimidación y la represión

Este es un paro social, agrario y laboral

Colombia: Las complejidades del Paro Nacional Agrario

Información adicional

Colombia
Autor/a: Edgar Barrero Cuellar
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente:

Leave a Reply

Your email address will not be published.