Mientras una agobiante sucesión de malas noticias describen un escenario económico internacional dramático, los ministros de Economía y presidentes de bancos centrales de Iberoamérica reivindicaron ayer la importancia de los organismos multilaterales de crédito como un recurso para capear el temporal, aunque con la aclaración de que esa asistencia no debe tener un “tono paternalista”. Las discusiones tienen lugar en la portuguesa ciudad de Oporto, donde también se delinearán las posiciones que esta región del planeta llevará a la Cumbre del G-20 que se realizará en Londres a principios de abril. El titular del Palacio de Hacienda, Carlos Fernández, es uno de los asistentes.
Enrique García, titular de la Corporación Andina de Fomento, fue uno de los más taxativos a la hora de opinar sobre el papel que le caben en este contexto a entidades como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, cuyo rol es uno de los puntos a analizar en el cónclave londinense. “No hace falta refundar o crear nuevos organismos crediticios internacionales, sino adaptar los actuales a las necesidades de la crisis mundial.” “Para ello –añadió– lo más importante es la decisión política de los dueños de estas instituciones para, primero, hacer los aportes de capital adicionales que sean necesarios. Pero desde la cooperación y no desde el paternalismo”, añadió.
Un enfoque similar tuvo Enrique Iglesias, el secretario general iberoamericano, quien clamó por un aumento de los fondos de los organismos crediticios, reconociendo que una de las consecuencias más impactantes de la crisis actual es la escasez de financiamiento. “El aumento del capital del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y la CAF son muy importantes en este momento, como lo es también el del FMI (Fondo Monetario Internacional) y el BM (Banco Mundial). Uno de los instrumentos válidos, a parte de poner orden en el mundo, es que están reforzados en sus fondos para que puedan intervenir y ayudar.”
El funcionario también destacó la importancia de pulir posiciones comunes con miras a la cumbre del G-20, a la que asistirán Argentina, Brasil, México y España. “Es muy importante que ellos escuchen a Latinoamérica y que Latinoamérica también escuche”, sentenció Iglesias, para quien la región no podrá sustraerse del efecto de la crisis que ella “no originó”, según hubo coincidencia en la cumbre.
En la misma ciudad de Portugal –país que ejerce la presidencia protémpore de la Cumbre Iberoamericana–, el director del departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, el chileno Nicolás Eyzaguirre, también opinó ayer que América latina está mejor preparada para afrontar la crisis que en el pasado. “Lo positivo es que está ahora mucho mejor preparada para afrontar las convulsiones externas que en el pasado por la adopción de políticas más eficaces durante los últimos diez años”, sentenció.
“La crisis ha tenido un impacto menos directo que en otros países”, señaló Pedro Solbes, ministro de Hacienda de España, una de las naciones más castigadas por la debacle económico financiera que sacude al mundo. “América latina es víctima de una coyuntura internacional que ella no creó y es importante protegerla al máximo”, se solidarizó el funcionario español.
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