De alguno o varios de ellos saldrían las caravanas, que se reunirían en el aeropuerto de Villavicencio, en el Meta. Allí se quedarían los pequeños aviones, Falcon 90, y partirían los helicópteros, equipados con tanques de combustible suplementarios, hacia el punto de encuentro con las Farc, que es secreto. De allí irían al vecino país.
Chávez fue enfático al afirmar que los secuestrados llegarán a Venezuela no por un capricho propio, sino por la petición directa de las Farc. “Nos estamos acoplando a las exigencias de las Farc. Si cambiamos esto eso obligaría a cambiar la fórmula y esperar quién sabe cuantas semanas. Dejémonos del orgullo y cualquier otro pensamiento”, dijo el mandatario.
Aclaró que no participará personalmente en la caravana aérea, sino que ha designado al ex ministro de Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín, como coordinador general del operativo.
Además de Chacín y Restrepo, por Argentina se enunció la participación del ex presidente Néstor Kirchner; por Ecuador, Gustavo Larrea; por Francia, el embajador en Venezuela; por Cuba, Herman Sánchez; y por Brasil, Marco Aurelio García.
Los términos de la fórmula para la entrega de los secuestrados fueron entregados a funcionarios de la Cancillería en Bogotá.
Una operación transparente
Chávez dijo que se trata de hacer una operación “transparente” y rechazó la posibilidad de una entrega clandestina de los rehenes por los riesgos que implicaría.
Dijo, sin embargo, que también se habían planeando fórmulas ‘clandestinas’ para recibir a los liberados.
También le dijo al presidente Uribe que, si lo autoriza, estaría dispuesto a volver a la mediación para lograr el acuerdo humanitario y lograr la liberación de todos los secuestrados. “Con todo lo que ha ocurrido y todos los platos rotos entre los gobiernos de Colombia y Venezuela, lo que he dicho a Uribe y lo que él me ha dicho a mí, si el presidente Uribe autoriza mi viaje al Caguán (para reunirse con ‘Tirofijo’) estoy dispuesto a retomar la gestión”.
Leave a Reply