El presidente de EE UU, Joe Biden, está estos días de visita oficial en Europa. Uno de los propósitos de la visita es concertar con los aliados europeos una estrategia común para contrarrestar la creciente actividad militar de China en Asia y de Rusia en el este de Europa.
[El presidente de EE UU, Joe Biden, está estos días de visita oficial en Europa. Uno de los propósitos de la visita es concertar con los aliados europeos una estrategia común para contrarrestar la creciente actividad militar de China en Asia y de Rusia en el este de Europa. El siguiente artículo, publicado hace ya varios meses, explica cuáles son los planes de la nueva presidencia estadounidense en la región de Asia-Pacífico. Ndt.]
Con China como telón de fondo y su creciente potencial militar en el centro de sus preocupaciones, el presidente estadounidense Joe Biden y su gobierno organizan la respuesta entablando conversaciones en este sentido con las principales cabezas de la diplomacia europea. Están preparando asimismo una próxima cumbre del Quad, ese foro estratégico que reúne a EE UU, Japón, Australia e India y que Washington quisiera convertir en una nueva OTAN en Asia.
El pasado 5 de febrero, los jefes de la diplomacia de Alemania, Francia, Reino Unido y EE UU declararon su intención de “relanzar” los vínculos transatlánticos con motivo de su primer encuentro telemático desde la toma de posesión de Biden en Washington el 20 de enero. “Los ministros de Asuntos Exteriores han convenido en que desean relanzar la asociación transatlántica tradicionalmente fuerte y afrontar conjuntamente los retos globales en el futuro”, afirmaron en un comunicado del gobierno estadounidense. “Este primer intercambio en profundidad entre los ministros de Asuntos Exteriores desde la investidura del presidente Biden se ha caracterizado por una atmósfera confiada y constructiva.”
Estas reuniones telemáticas han brindado la ocasión de abordar una serie de cuestiones, entre ellas la de Irán, la pandemia de coronavirus, así como las relaciones con China y Rusia, precisó la cancillería de Berlín. El secretario de Estado Antony Blinken “ha subrayado el compromiso estadounidense a favor de una acción coordinada para superar los retos mundiales”, declaró el portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price. Propósitos que rompen con la política de lobo solitario y América primero del gobierno de Donald Trump. Blinken y sus homólogos “han afirmado el papel central de la relación transatlántica para afrontar las cuestiones de seguridad, climáticas, económicas, de salud y otros retos a que se enfrenta el mundo”, añadió Ned Price.
“Asia-Pacífico abierta”
Por encima de todo, el entorno del presidente Joe Biden está preparando la celebración de una primera reunión telemática en la cumbre del Quad, el foro que reúne a Washington, Tokio, Canberra y Nueva Delhi, cree saber la agencia Kyodo. Sería su primera reunión en el más alto nivel desde que el gobierno de Trump transformó el Diálogo cuatrilateral sobre la seguridad en un mecanismo cuyo objetivo reconocido es el de contrarrestar la creciente influencia de China en la región Asia-Pacífico. Según la agencia japonesa, el temario de esta reunión incluye en particular discusiones sobre el respeto de una “Asia-Pacifico abierta”, así como sobre las inquietudes que suscitan las actividades de China en la región, concretamente la militarización emprendida en el mar del Sur de China, reivindicado por Pekín.
“Una cumbre del Quad no sería una sorpresa, ya que la alianza de seguridad frente a China en la región Asia-Pacífico es una estrategia constante de EE UU”, señala Shi Yinhong, un experto en relaciones internacionales de la Universidad Renmin en Pekín, citado por el South China Morning Post. Sin embargo, este especialista prevé una probable evolución del Quad hacia una miniOTAN de Asia-Pacífico, después de que el Reino Unido hubiera manifestado su deseo de formar parte de esta alianza. Este plan del gobierno estadounidense ya se ha aireado en repetidas ocasiones estos últimos meses. Sin confirmar explícitamente la próxima celebración de esta cumbre, el ministerio japonés de Asuntos Exteriores ha informado de que el primer ministro Yoshihide Suga y el presidente de EE UU han mantenido una conversación telefónica y se han puesto de acuerdo en el principio de un refuerzo del Quad. Este último mantuvo su primera reunión a nivel de ministros de Asuntos Exteriores en 2019 en Nueva York, y una segunda en octubre de 2020 en Tokio.
Llamada en espera a Xi Jinping
Mientras que Joe Biden ha telefoneado a casi todos sus principales interlocutores extranjeros, todavía no lo ha hecho al presidente Xi Jinping, tres semanas después de su investidura. En una entrevista en la cadena de televisión estadounidense CBS, difundida el domingo 7 de febrero, el presidente de EE UU ha explicado que no había motivo para que los dos presidentes no hablaran por teléfono. Pekín, ha dicho, “ha enviado señales” en este sentido. “No tenemos necesidad de un conflicto, pero habrá una competencia extrema”, ha prevenido Biden. “No seguiré el método Trump y vamos a ceñirnos a las reglas internacionales en la elección del camino a seguir.”
De todos modos, el sábado 6 de febrero ha tenido lugar un primer contacto oficial entre China y EE UU con motivo de una conversación telefónica entre el secretario de Estado Blinken y el responsable de política exterior del Partido Comunista Chino, Yang Jiechi. El sucesor de Mike Pompeo ha aprovechado esta entrevista para afirmar que EE UU seguirá defendiendo los derechos humanos y los valores democráticos en el mundo. “He dejado claro que EE UU defenderá nuestros intereses nacionales, luchará por nuestros valores democráticos y responsabilizará a Pekín de todo abuso contra el sistema internacional”, ha tuiteado el secretario de Estado al término de esta conversación telefónica. EE UU “seguirá defendiendo los derechos humanos y los valores democráticos, inclusive en Xinjiang, en Tíbet y en Hong Kong”, ha declarado Blinken según un comunicado del departamento de Estado.
Por su parte, Yang ha pedido a EE UU que no atente contra los “intereses fundamentales” de China y que “corrija sus políticas erróneas”. El responsable chino ha invitado a Washington a colaborar con Pekín con el objetivo de crear un entorno que evite la confrontación, según la agencia Nueva China (Xinhua).
Capacidad nuclear de Pekín
Mientras tanto, estos últimos días se han multiplicado las declaraciones a propósito de China por parte de la nueva administración estadounidense. Así, el nuevo secretario de Defensa, Lloyd Austin, ha calificado en una comparecencia ante el Senado al país asiático de “amenaza constante” para el Pentágono. Su adjunta, Kathleen Hicks, ha declarado a su vez que frente a la amenaza creciente de China contra Taiwán, el compromiso de EE UU con la isla rebelde debería ser “transparente como el cristal”. En cuanto al consejero de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, ha dicho que China representa “una competidora estratégica fundamental”.
Por lo demás, según el Mando Estratégico Nuclear estadounidense, el almirante Charles Richard, EE UU debe prepararse “para una posibilidad muy real” de un ataque nuclear, ahora que tanto China como Rusia están reforzando rápidamente sus capacidades nucleares. China, ha escrito en un artículo publicado en el número de febrero de la revista Proceedings del Instituto de Fuerzas Navales, está convirtiéndose en una “competidora estratégica de EE UU en este terreno, mientras que su compromiso adquirido en la década de 1960 de no ser la primera en lanzar un ataque nuclear “podría cambiar en un abrir y cerrar de ojos”. Y ha añadido: “Pekín está estudiando capacidades y operaciones estratégicas que no son coherentes con una disuasión mínima, adquiriendo una panoplia completa de opciones, incluido un uso limitado y una capacidad de ataque preventivo.”
China nunca ha revelado la envergadura de su arsenal nuclear, aunque los expertos occidentales suelen cifrarlo en 200 a 300 cabezas nucleares, es decir, más o menos el equivalente al del Reino Unido o de Francia, muy alejado por tanto del arsenal de Rusia o de EE UU. El 25 de enero, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, había sido de lo más explícita: “Lo que hemos visto estos últimos años es una China cada vez más autoritaria en el interior y agresiva en el exterior. Pekín desafía ahora nuestra seguridad, nuestra prosperidad y nuestros valores de tal manera que nos exige adoptar un nuevo enfoque.”
11 junio 2021
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