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Bienvenida cubana para Obama

Bienvenida cubana para Obama

Las flores rosas y violetas resplandecen en las calles de La Habana Vieja, la primera zona que recorrerá el mandatario afroamericano quien, con su visita, dividirá en dos la historia de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

 

Desde La Habana

“¡Yo soy Obama!” “No, ¡yo!” –gritan dos niños en la calle D del barrio Vedado, en La Habana, el día antes de que el presidente de Estados Unidos aterrice en la isla en la que sería la primera visita de un primer mandatario norteamericano a Cuba en noventa años.

En la capital cubana todos están en modo Obama. Las calles fueron pavimentadas. Las fachadas de las esquinas que cruzará el presidente han sido restauradas. Un verde azul reciente se observa, por ejemplo, frente al Hotel Nacional, en las rejas que separan la avenida del jardín. También las flores rosas y violetas resplandecen en las calles de La Habana Vieja, la primera zona que recorrerá el mandatario afroamericano quien, con su visita, dividirá en dos la historia de las relaciones Cuba – Estados Unidos.

En el legendario restaurante La Roca, en el corazón habanero, el contador Oscar Reyes celebra que el imperio norteamericano dé un pasó más en el restablecimiento de relaciones con el gobierno comunista de los Castro, que comenzó en diciembre de 2014, cuando EE.UU. anunció la Oficina de Intereses Norteamericanos y luego oficializó la visita de Kerry, secretario de Estado. “Es bueno que venga, así algunos piensen que no tiene ningún sentido entre tanto se mantenga el bloqueo, porque todo es un paso, para los cuentapropistas, los que trabajamos, y cualquier cubano, la llegada de Obama le cambiará la vida, no la presente, si no hablo de lo que viene para el futuro”, le dice a este diario Reyes.

Desde 1959, cuando triunfó la Revolución liderada por Fidel Castro, Estados Unidos mantiene un bloqueo al pueblo cubano que ha quedado aislado económicamente del mundo por los últimos sesenta años. Han sido la cultura, el deporte y la medicina los caminos que tejen puentes entre los cubanos y el mundo, llevando a la recordada crisis humanitaria de los balseros y tantísimos hijos de la isla quienes, desesperados, se lanzaron al mar para intentar llegar a Miami.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, expresó que Barack Obama podrá conocer la realidad cubana y “un pueblo noble, digno y patriota”. Para el ministro, “se requiere una declaración política e instrucciones claras y precisas del gobierno de Estados Unidos que den seguridad jurídica y política a los bancos”. Según el ministro “la autorización al uso del dólar en las transacciones internacionales de Cuba, que se incluyó en este nuevo grupo de medidas, atañe un aspecto importante del bloqueo”.

En sus casas y trabajos, en los parques, en los restaurantes, Obama es la palabra más sonada. Los cubanos están atentos, mientras carros de la policía y camiones del Ejército recorren la ciudad llevando consigo “todo aquello que esté mal puesto, ya se sabe qué conviene mostrar y qué no”, le comenta a Página/12 William Rodríguez, conductor de auto.

Por su parte, los funcionarios del gobierno van de un lado a otro, incluso sábado y domingo cuando suelen descansar, y extiendan la atención en oficinas públicas hasta la media noche. Más de cinco mil periodistas de todo el mundo han llegado a la isla para informar sobre la histórica visita que comienza hoy cuando Barack Obama aterrice en el aeropuerto José Martí con toda su familia y sea conducido, primero, al centro histórico.

Allí visitará la Catedral donde reunirá con el cardenal Jaime Ortega, considerado el hombre clave en tejer nuevamente las relaciones rotas por sesenta años entre Cuba y Estados Unidos, así como el papa Francisco. Mañana la cita es para el presidente Raúl Castro en el Palacio de Gobierno. Luego, empresarios norteamericanos y emprendedores cubanos, conocidos acá como “cuentapropistas” se verán cara a cara para conversar sobre las operaciones monetarias, y en la noche se dará una cena.

En su tercer y último día de visita a Cuba, Barack Obama se reunirá con el pueblo en el Teatro Alicia Alonso. Cualquier podrá ingresar al enorme e histórico recinto para el discurso del presidente negro que será, además, televisado. Luego, se verá con defensores de los derechos civiles y presenciará un partido de béisbol.
Entre tanto, el Departamento del Tesoro anunció varias medidas que flexibilizan al embargo económico como la liberalización del dólar para uso en las transacciones comerciales, y la autorización para que los cubanos puedan firmar contratos en EE.UU. sin tener que renunciar a su ciudadanía. “Actualmente estamos desarrollando este progreso al facilitar que más estadounidenses viajen y traten de relacionarse con los cubanos, al permitir que los ciudadanos cubanos legalmente presentes en Estados Unidos puedan ganar un salario, y al extender el acceso al sistema financiero de Estados Unidos, así como al comercio y las oportunidades comerciales”, aseguró Jacob J. Lew, secretario del Tesoro.

“Ahora veremos cuando intentemos realizar transacciones que pasa, si los bancos acceden y facilitan todo, y ahí será real el desbloqueo poco a poco”, manifiesta Reyes con una leve sonrisa y el acento caribeño dulce. Oscar asegura que “los cubanos podrán ver transformaciones que hoy algunos apenas sienten como el lío ese de la visita de Obama que tiene bloqueadas las calles. Entonces, Cuba estará en el centro del mundo, no solo por tres días, sino por siglos”.

 


QUIEN ES FEIERSTEIN, EL CONSEJERO QUE PLANIFICO LA GIRA

El hombre detrás de Obama

El encargado de América latina en la Casa Blanca desplegó misiones en Honduras y Paraguay, donde hubo golpes, y en Bolivia, donde hubo intentos.

 

Por Martín Granovsky

Los dos hechos ocurrieron al mismo tiempo: mientras aquí el embajador Noah Mamet informaba que el presidente Barack Obama demostrará su “respeto” por la conmemoración de los 40 años del golpe, en Washington el principal asesor de la Casa Blanca para América Latina dijo que el de Obama “es un viaje sobre el futuro, no un viaje sobre el pasado”.

La frase pertenece a Mark Feierstein, director del sector Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional. “Hemisferio occidental” debe traducirse como América latina. La denominación no es solo geográfica: viene de la Guerra Fría y se mantiene en pie porque uno de los objetivos geopolíticos de la Casa Blanca es frenar el avance chino en la región. El Consejo de Seguridad Nacional es el órgano de asesoramiento y coordinación que asiste directamente al presidente. A menudo esa proximidad con el Salón Oval y la chance de coordinar información y tareas con la Agencia Central de Inteligencia y el Departamento de Defensa (el Pentágono) tornan al CSN más importante que el Departamento de Estado.

Según consigna La Nación de ayer, el viernes Feierstein reunió a periodistas argentinos en su oficina y dejó estas dos definiciones:

– “El presidente (Obama) ha dicho a menudo que no quiere ser cautivo del pasado. No tiene miedo a confrontar el pasado y reconocer lo que puede o no puede haber ocurrido. Pero, como señaló en otros contextos, muchas de las cosas que la gente debate en este hemisferio o en otras partes son en torno a eventos que ocurrieron antes de que él naciera. Y lo importante para subrayar es que es una oportunidad para revivir la relación, no solo entre los dos gobiernos sino entre los dos pueblos.”
– “Estamos muy entusiasmados. (la Argentina) es un país con el que deberíamos ser capaces de trabajar juntos, y es francamente una pena que por 12 años no hayamos tenido esa oportunidad. Deseamos revivir la relación y salir de este viaje con toda una serie de áreas en las que vamos a cooperar. Creo que verán que esta visita no es importante en sí misma: lo que sigue es aún más importante.”

¿Quién es Feierstein, el funcionario que lleva menos de un año en el cargo y reemplazó a Roberto Zuñiga, nada menos que el negociador de la normalización entre los Estados Unidos y Cuba?

Según Mark Weisbrot, codirector del Centro para Investigación Política y Económica de Washington, Feierstein participa en operaciones contra gobiernos progresistas desde que los Estados Unidos apoyaron a los contras, las fuerzas de combate contra los sandinistas con financiamiento estadounidense.

En Bolivia Feierstein, entonces vicepresidente de la consultora Greenberg Quinlan Rosner, fue director de campaña del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, el ultraconservador que gobernó entre 1993 y 1997 y entre 2002 y 2003, cuando renunció en medio de una crisis terminal y antes provocó 64 muertos por la represión a protestas en reclamo de gas para los habitantes de El Alto.

Funcionario de Bill Clinton en la OEA, con Obama ocupó la subdirección de la sección latinoamericana en la Usaid, la poderosa Agencia para el Desarrollo Internacional. El gobierno de Evo Morales llegó a expulsar a la delegación de la Usaid en Bolivia por denuncias de intromisión y operaciones encubiertas.
El semanario The Nation informó que la agencia amplió sus equipos en Paraguay cuando triunfó el obispo izquierdista Fernando Lugo, que en 2012 fue derrocado por un golpe parlamentario express.

Antes Feierstein había sido director de proyecto para Nicaragua en el instituto National Endowment for Democracy.

Ya en su cargo de asesor de Obama para la región Feierstein demostró ser un entusiasta de las perspectivas colombianas. Página/12 publicó ayer que el viernes, en su rueda de prensa, el embajador Mamet puso a Colombia como un ejemplo de éxito en la lucha antidrogas.

En una conversación mantenida en febrero último con el diario El Tiempo y recogida por la agencia Nodal, el consejero de Obama dijo que su país apoyaría al gobierno de Juan Manuel Santos para “enfrentar retos como la desmovilización y reintegración de las FARC, expandir las presencias del Estado a zonas donde no existe y proveer ayuda en salud, educación, justicia a las víctimas del conflicto”, incluso mediante la restitución de tierras a los desplazados. Para Feierstein, Colombia no es “solo un socio bilateral sino un socio regional y mundial”. La misma definición que Mamet transmitió sobre el futuro que Washington le ve a la Argentina presidida por Mauricio Macri. Más sobre Colombia: “Es un país modelo, y la sociedad con nosotros es económica, en seguridad, en política, en foros multilaterales, y eso es algo reconocido en el espectro político de los Estados Unidos”. Un dato curioso para los últimos 30 años en los que la Casa Blanca solamente encaró la lucha antidrogas como una guerra que se libra fuera de su territorio es que Feierstein asumió que “somos corresponsables y hay que atacar la demanda”. No lo dijo pero no hay mayor demanda de drogas duras que el mercado norteamericano.

En la Usaid Feierstein condujo programas de suministro de alimentos para Haití, una misión similar a la que cumplió en Africa la actual canciller Susana Malcorra antes de ser jefa de Gabinete del secretario general de la ONU. También trabajó en Honduras para consolidar el gobierno de Porfirio Lobo luego del golpe contra Manuel Zelaya en 2009. “Queremos entender un poco más Honduras para mejorar la seguridad”, dijo en 2014 en visita a Tegucigalpa, capital de un Estado que actúa como portaaviones estadounidense desde hace por lo menos 40 años.

Está claro que para Feierstein el futuro no son Ecuador, Nicaragua, Venezuela y Bolivia. De intentar la humillación definitiva de Lula en Brasil se están encargando O Globo, un grupo articulado de jueces y fiscales, cientos de legisladores, los bancos y el empresariado paulista. Macri ya gobierna en la Argentina. Es un proceso político flamante que entusiasma a los Estados Unidos igual que Colombia. Washington parece estar buscando unir las dos puntas de Sudamérica mientras se decanta el futuro brasileño, la verdadera gran clave de la economía y la política para la región en medio de un mundo carcomido por la austeridad y de una América Latina estancada y sin miras de reindustrialización.

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Información adicional

EL PRESIDENTE ESTADOUNIDENSE SE REUNIRA CON SU PAR RAUL CASTRO
Autor/a: Katalina Vásquez Guzmán
País: Cuba
Región: Caribe
Fuente: Página12

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