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Bombas golpean a Sri Lanka

Bombas golpean a Sri Lanka

Al menos 207 personas murieron y 450 resultaron heridas a causa de los ataques.

Al menos 207 personas murieron y 450 resultaron heridas como consecuencia de ocho ataques explosivos ocurridos ayer en Sri Lanka en cuatro hoteles, tres iglesias y un complejo residencial en el marco de las celebraciones por las Pascuas. Ante la gravedad de la situación, el gobierno ordenó un toque de queda de duración indeterminada y además pidió el bloqueo temporal de las redes sociales. Según el portavoz de la policía, Ruwan Gunasekera, hasta el momento los atentados no fueron reivindicados por ningún grupo armado y las autoridades se limitaron a clasificarlos como ataques extremistas. Gunasekera anunció además la detención de ocho personas y la confiscación de una furgoneta empleada por los atacantes. Según testigos, al menos dos de los ataques fueron obra de kamikazes pero el portavoz de la policía no lo confirmó. 

El episodio de ayer fue el más violento ocurrido en el país desde el fin de la guerra civil, hace una década, y tuvo como blanco a la comunidad cristiana. De las tres iglesias atacadas, dos pertenecen a la comunidad católica y la tercera al culto evangélico. En Sri Lanka la población cristiana representa el 7,4 por ciento, mientras que los budistas forman el 70,2 de la población, los hinduistas el 12,6 y los musulmanes el 9,7 por ciento. Los ataques contra minorías religiosas en la isla se repitieron en el pasado. El último de ellos tuvo lugar en 2018 cuando el gobierno declaró el estado de emergencia después de se produjeran enfrentamientos entre musulmanes y cingaleses budistas, lo que dejó dos muertos y decenas de detenidos.

En la misma línea del decreto de estado de emergencia y toque de queda, el Ministerio de Educación anunció el cierre de todos los colegios del país para hoy y mañana. El primer ministro de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, calificó los ataques de “cobardes” e hizo un llamado por la unidad del país. Además, encabezó una reunión de emergencia con altos mandos de las fuerzas de seguridad y miembros del gobierno. Poco después de los primeros atentados, Wickremesinghe reveló que las fuerzas de seguridad habían recibido avisos de posibles ataques en el país, pero afirmó que no le prestaron suficiente atención al asunto. Wickremesinghe además alertó sobre la circulación de noticias falsas sobre el ataque en internet. En tanto el arzobispo de Colombo, Malcom Ranjit, exhortó al gobierno de Sri Lanka a “castigar sin piedad” a los responsables, a través de una “investigación sólida imparcial”.

Las primeras imágenes que llegaron de los lugares afectados por el ataque mostraban la magnitud de la tragedia, con una de las iglesias con el techo del templo semidestruido, escombros y cuerpos esparcidos. “Escenas horribles. He visto miembros arrancados esparcidos por todos lados. Equipos de emergencia están desplegados en su totalidad en todos los puntos. (…) Hemos llevado a muchas víctimas al hospital, esperamos haber salvado muchas vidas”, relató en Twitter el ministro para las Reformas Económicas, Harsha de Silva.
El presidente de la Autoridad de Desarrollo del Turismo de Sri Lanka, Kishu Gomas, informó por su parte que 32 extranjeros se encuentran entre los fallecidos y que otros 30 están hospitalizados. Entre los muertos, anotó, hay nativos de Bélgica, Estados Unidos, China y el Reino Unido, entre otros.


Pugna entre tres identidades

El miedo a ser desplazado por otras comunidades étnico-religiosas, el budismo theravada y la lengua cingalesa han sido un elemento distintivo de la identidad nacional de Sri Lanka

Eva Borreguero

El País

21 ABR 2019 – 22:23 COT

El miedo a ser desplazado por otras comunidades étnico-religiosas, junto con la identificación con el budismo theravada y la lengua cingalesa, han sido elementos distintivos de la identidad nacional de Sri Lanka. Este temor se reforzó tras la descolonización, cuando cristalizaron tres grandes identidades en pugna comunal: los cingaleses budistas, los tamiles hindúes y los musulmanes.

Para el historiador K. M. de Silva, el temor de los cingaleses se explicaría por su condición de comunidad mayoritaria con complejo de minoría perseguida y amenazada a lo largo de los siglos. Separada de la costa sur de India por el delgado estrecho de Palk, Sri Lanka ha sido a lo largo de su historia saqueada por sucesivas oleadas de invasores tamiles hindúes, procedentes del sur de la India, que enriquecieron las arcas de sus dinastías con los tesoros de las ciudades budistas. El otro elemento identitario cingalés es la religión budista, erradicada de India, de donde surgió, y que encontró refugio en el interior de Sri Lanka. De ahí el orgullo de preservar una cultura distintiva frente a la amenaza que representaba el poderoso país vecino.

Por su parte, la minoritaria comunidad tamil hindú, originaria del sur de India y asentada a lo largo de los siglos en el noroeste, tendría, a la inversa de los cingaleses, un complejo de mayoría. Convencidos de poseer una poderosa cultura respaldada por más de 1.000 millones de correligionarios. El origen del conflicto entre el Gobierno y los Tigres de Liberación del Eelam Tamil (LTTE, también conocidos como los Tigres Tamiles), uno de los más prolongados en Asia, se explicaría desde este marco. Los Tigres Tamiles fueron célebres por ser los pioneros en el terrorismo suicida moderno, así como por la utilización de civiles como escudos humanos y de niños en los combates. En 2009, la muerte de su dirigente, Vellupillai Prabhakaran, marcó el fin de la guerra y la derrota del grupo separatista.

En respuesta al conflicto, sucesivos Gobiernos alentaron una política de fortalecimiento de la identidad religiosa cingalesa, para lo que contaron con el apoyo rotundo de las autoridades clericales budistas. El presidente Mahinda Rajapaksa y sus dos hermanos encarnaron la determinación de estas medidas. Su victoria electoral en 2005 la entendió como una carta blanca para finalizar de una vez por todas la contienda. Y lo logró de un modo tan expeditivo como atroz; miles de civiles fueron asesinados en los meses más intensos del conflicto. Las críticas de periodistas y activistas fueron silenciadas por medio del secuestro y asesinato.

La pacificación sacó a Sri Lanka del radar de las noticas internacionales. Hasta que en 2014 las tensiones entre budistas cingaleses y musulmanes dieron lugar a una serie de revueltas. En la última década la relación de ambas comunidades religiosas ha estado marcada por la radicalización de sus posicionamientos. En los últimos años ha surgido el Bodu Bala Sena, una formación budista ultranacionalista que ha instigado el odio hacia las minorías musulmana y cristina, y que recuerda a la persecución de los rohingyas en Myanmar.

Las acciones de este grupo se han llevado a cabo al amparo de un rechazo hacia la comunidad musulmana que, según el experto en terrorismo Rohan Gunaratna, se ha alimentado de la creciente influencia en el país de las ramas más extremas del islam, el salafismo y el wahabismo, que son vistas como una perniciosa influencia extranjera que perjudica a las tradiciones islámicas locales, menos rigoristas.

Los cambios demográficos también han jugado un papel que ha fortalecido la percepción de amenaza: la comunidad budista ha tenido un crecimiento del 1,1% desde 1948, mientras que el de la musulmana ha sido de un 1,9%. La globalización ha traído consigo un efecto constelación en el que las narrativas alcanzan una dimensión transnacional mediante la conexión de agravios en otras regiones. Así, las facciones budistas radicales se hermanan con las minorías budistas de Bangladés y suman ultrajes a su causa. Al igual que los islamistas incluirían las persecuciones padecidas a manos de los budistas de Myanmar.

Hasta ahora, la comunidad cristiana, la principal afectada en los atentados de ayer, ha quedado relativamente fuera de este panorama. Los cristianos son vistos como una fuerza unificadora que integra por igual a cingaleses y tamiles. En los próximos días sabremos si lo ocurrido se encuadra en una constelación que abarque el ataque terrorista a las mezquitas de Christchurch en Nueva Zelanda, o si responde a las tensiones sectarias nacionales.

Información adicional

Autor/a: Página12
País: Sri Lanka
Región: Asia
Fuente: Página12

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