En lo que podría convertirse en una de las peores tragedias mineras de Colombia, las autoridades recuperaron hasta ayer 18 cadáveres después de una explosión en un socavón de carbón y afirmaron que son “mínimas” las posibilidades de que otros 50 trabajadores atrapados en la mina estén vivos.
La explosión, atribuida inicialmente a una acumulación de gas metano, se produjo el miércoles por la noche en la mina San Fernando, situada en el municipio de Amagá, departamento de Antioquia, unos 240 kilómetros al noroeste de Bogotá.
“Es muy difícil que después de más de 32 horas haya sobrevivientes, por la acumulación de gases en la mina”, indicó Luz Amanda Pulido, directora de la Oficina para la Prevención y Atención de Desastres, del Ministerio del Interior.
“Ojalá estuvieran vivos todos y por respeto a las familias, que conservan hasta última hora la esperanza (…), pero las probabilidades son mínimas”, aseguró la funcionaria.
A pesar de que los cuerpos de los mineros recuperados quedaron calcinados, 16 ya fueron plenamente identificados y sus familiares preparaban ayer los funerales.
El presidente Álvaro Uribe calificó el suceso como una “tragedia muy grande” y el viaje que tenía previsto realizar ayer a la zona lo postergó para hoy. EFE / AP
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