Qué pasó en esta Jornada
La principal característica de las manifestaciones realizadas entre el
23 y el 24 de octubre ha sido el importante grado de descentralización
logrado por el movimiento: además de San José, donde normalmente se han
concentrado las acciones, esta vez se desarrollaron las protestas en al
menos 13 puntos estratégicos, en todas las provincias del país. Las
acciones desarrolladas incluyeron marchas, bloqueos, perifoneos y
distribución de material informativo entre la ciudadanía. En la ciudad
capital, miles de manifestantes se dirigieron al Congreso, para exigir
el retiro inmediato del TLC y de la agenda de proyectos de
implementación del Tratado, que incluyen proyectos para romper el
monopolio estatal de las telecomunicaciones, la electricidad y los
seguros, entre muchas otras cosas.
Cada vez son más los sectores que se suman al movimiento anti-TLC, eso
se refleja en la gran diversidad de actores que se observaron durante
las acciones de esta Jornada de dos días: estudiantes, empleados
públicos, campesinos, iglesias, personalidades de partidos tradicionales
(en franca rebelión con las cúpulas de los mismos), excombatientes de la
Guerra Civil del 48, maestros y maestras, artistas, ecologistas y
movimientos barriales, entre otros. Además, esta diversidad se refleja
en el hecho de que las últimas encuestas de opinión muestran como
mayoritaria la oposición al Tratado, aunque también persisten grandes
sectores de la población desinformados al respecto, que deben ser
ganados para la causa del No.
Es también muy importante destacar la gran solidaridad internacional que
está despertando este movimiento, ya que desde Honduras, Guatemala, El
Salvador, Panamá, Brasil, España, Bolivia, Perú y República Dominicana
han llegado cartas a las embajadas de Costa Rica en esos países, donde
solicitan a las autoridades diplomáticas que intercedan por el retiro
definitivo del TLC de la corriente legislativa; en Honduras se realizó
un plantón frente a la Embajada de Costa Rica. Todas estas acciones
refuerzan a nivel internacional lo que está pasando dentro de Costa
Rica, y dan a los manifestantes la sensación de que no estamos solos,
que hay otros pueblos que se solidarizan con nuestra lucha. También, el
premio Nóbel de la Paz, Alfredo Pérez Esquivel, envió una misiva al
presidente Oscar Arias, señalando entre otras cosas que “…hay
preocupaciones que hacen a la situación de llevar al país a la firma del
TLC con los Estados Unidos de Norteamérica. Tanto usted como los
legisladores saben que esos acuerdos de “libre comercio” no tienen
absolutamente nada; la dependencia será total, como usted bien sabe, las
grandes potencias son los que imponen los precios y condicionan la vida
y desarrollo de los pueblos”.
Pero el éxito alcanzado en esta nueva Jornada no debe cegarnos ni
hacernos caer en el triunfalismo vano; el gobierno de la República, en
defensa de los intereses de la clase dominante y los de las grandes
corporaciones estadounidenses, ha radicalizado sus campañas televisivas,
radiales y en la prensa escrita, difundiendo un discurso intimidador y
desmovilizador y dando claras muestras de que su voluntad será impuesta
a la población haciendo oídos sordos al clamor popular. La prepotencia y
el ejercicio autoritario del poder, con una fachada democrática, van
ganando terreno en las actuaciones del gobierno, lo cual abre serias
interrogantes sobre hasta dónde estará dispuesto a llegar para defender
su posición. Máxime si tenemos en cuenta que desde que asumió su
mandato, Arias ha venido recurriendo al uso de la fuerza y la
intimidación policial en todas sus apariciones en público; esto ha
trascendido al nivel internacional y por tal motivo, durante esta
Jornada de protestas el gobierno tuvo que limitar el uso de la fuerza
desmedida, aunque la Comisión Costarricense de Derechos Humanos (CODEHU)
y el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), denunciaron la presencia de
oficiales armados en todos los puntos donde hubo manifestaciones, el uso
de helicópteros militares en la provincia de Limón y el enfrentamiento
entre la policía antimotines y los manifestantes de la localidad de
Santa Rosa de Pocosol, en San Carlos (Zona Norte), que dejó como saldo
varias personas civiles heridas, que requirieron ser atendidas en un
centro hospitalario cercano, entre otros hechos.
TLC abre portillos para la producción de armas
Desde hace dos semanas, cuando el diputado del Partido Accesibilidad sin
Exclusión (PASE), Oscar López, denunció que la empresa estadounidense
productora de armamento y equipos militares, RAYTHEON Inc., compró una
finca en la localidad de Paquera con el fin de instalar una fábrica en
Costa Rica, estalló la polémica acerca de los portillos que abre el TLC
para la fabricación de armas en el país. Dicha polémica se agudizó luego
de que el Poder Ejecutivo emitiera un decreto donde regula la producción
de armamento, incluyendo armas pesadas y enriquecimiento de materiales
radiactivos, hecho que no ha podido explicar convincentemente y menos
aún demostrar que el mismo no se relaciona con la pretendida aprobación
del TLC (que desgrava el comercio de armas entre EEUU y Costa Rica).
Para un presidente y premio Nóbel de la Paz (1987) como Oscar Arias,
esta es una contradicción difícil de explicar, cuando además fue a las
Naciones Unidas a defender el desarme mundial. La polémica suscitada en
torno al tema de las armas ha causado gran indignación entre la
población costarricense, y en buena medida ha influido en la opinión
pública causando mayor rechazo al TLC.
Lo que viene después de esta Jornada
El gobierno ha insistido en que ratificará el TLC en el mes de diciembre
o máximo en enero, cuando para los movimientos sociales es más difícil
actuar coordinadamente debido a las fiestas de fin de año y a las
vacaciones de los maestros, estudiantes y empleados públicos. Sin
embargo, tampoco está claro que tenga todos los votos asegurados para
ratificar el Tratado, lo cual supone que la lucha dentro del Congreso
será intensa y decisiva. Por eso, los movimientos sociales han
comprendido que la movilización callejera determinará la decisión de los
pocos diputados que aún no se definen por completo a favor o en contra,
lo cual puede volcar la votación si ésta llega a darse. Sin embargo, el
movimiento anti-TLC exige el retiro inmediato del mismo de la corriente
legislativa así como el paquete de leyes de implementación al que
hicimos referencia, independientemente de cuántos votos tenga asegurado
el gobierno con relación al Tratado.
La consolidación político-organizativa del movimiento es indispensable,
en especial consolidar la unidad dentro de la Coordinadora Nacional de
Lucha contra el TLC y de las coordinadoras subregionales que se han
organizado hasta ahora y las que puedan organizarse; las acciones de
formación, debate y divulgación también son fundamentales,
Las próximas acciones serán debatidas y acordadas dentro de la
Coordinadora Nacional, y se espera que la convocatoria vuelva a tener
amplio respaldo popular. En los próximos meses habrá una intensa lucha
entre los sectores opositores y el gobierno, solo que el movimiento
popular luchará a base de entrega, movilización y argumentos, mientras
que el gobierno lo hará mediante campañas publicitarias manipuladoras y
políticas de intimidación, con el apoyo de las cámaras patronales y la
gran prensa.
Para los movimientos sociales será clave lograr el apoyo activo de la
ciudadanía que se opone al TLC pero no se manifiesta todavía en las
calles, lo cual podrá lograrse solo si son capaces de explicar con toda
claridad los alcances y peligros que encierra el Tratado, venciendo con
ello el discurso manipulador de la publicidad masiva del gobierno. La
población costarricense ha ido comprendiendo que el TLC es bueno solo
para la minoría que siempre se ha beneficiado del desarrollo económico
bajo la era neoliberal, por eso, y a pesar de las dificultades
encontradas en el terreno, es que hoy más del 60% de la población
considera que el Tratado beneficia solo a los estadounidenses y que
Costa Rica perderá mucho más de lo que podrá ganar. Con todo esto, los
próximos cuatro o cinco meses verán el desenlace de una lucha que lleva
cerca de cuatro años, y que decidirá el futuro del país cualquiera que
sea su resultado.
Gerardo Cerdas Vega
Minga Informativa de Movimientos Sociales
Grito de los Excluidos Continental
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