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¿Cuáles son los “progresos” que anuncia Rusia en el diálogo con Ucrania?

¿Cuáles son los “progresos” que anuncia Rusia en el diálogo con Ucrania?

El Canciller ruso Sergei Lavrov anunció desde su visita a la India que se habían logrado progresos en el diálogo con Ucrania, aunque aún son limitados. Sobre la mesa está el compromiso de Ucrania de no ingresar a la OTAN, el diálogo sobre la región de Donbass y el retiro de las tropas rusas.

 

Se cumplieron dos semanas desde que el diario Financial Times publicó una lista de 15 puntos, supuestamente filtrada por altas fuentes intervinientes en el conflicto, que permitirían arribar a un diálogo para poner fin a la guerra. Desde ese momento las negociaciones avanzan a cuentagotas, pero ya se conocen algunos elementos que podrían incluir un primer preacuerdo.

Mientras el Gobierno de Zelenski denuncia que Rusia aprovecha el tiempo para reagrupar sus tropas en el este del país y comenzar una nueva ofensiva en la región del Donbass, algo muy probable por cierto, el Canciller ruso Sergei Lavrorv anunció desde un viaje a la India que se están llevando adelante “progresos” en el diálogo.

Algunos puntos del preacuerdo serían la renuncia de Ucrania a pedir el ingreso a la OTAN, la apertura de una mesa de diálogo sobre Crimea y el Donbass (la primera anexionada por Rusia en 2014 pero no reconocida internacionalmente ni por Ucrania, y la segunda en juego en la actual ofensiva). Esto no implicaría que Ucrania reconozca que esas regiones sean autónomas o que estén bajo control Ruso, pero sí se comprometerían a no atacan militarmente esas posiciones durante un diálogo que deberá ser bilateral (sin intervención de otros países). A cambio de esto Rusia replegaría sus sus tropas, sobre todo de Kiev. Ayer comenzó a hacerlo de a poco y también retiró sus tropas de la central nuclear de Chernobyl. Sin embargo, Ucrania advierte que puede ser una distracción para reagruparse y reabastecerse.

En ese marco, Lavrov aseguró este viernes durante su visita oficial a la India que se han producido ciertos progresos en las negociaciones sobre el estatus neutral de Ucrania, incluyendo un acercamiento de posturas con respecto a la situación de las regiones del Donbass.

“Estos acuerdos deben ser completados (…), hay cierto progreso admitiendo la imposibilidad de que Ucrania forme parte de cualquier bloque”, aseguró el jefe de la diplomacia rusa, agregando que han encontrado “un entendimiento” sobre la situación en la disputada región de Donbass.

India se ha mantenido con un perfil de neutralidad desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, absteniéndose de condenar la agresión en la Asamblea General de la ONU.

El ministro de Exteriores ruso se reunió este viernes con su homólogo indio, Subrahmanyam Jaishankar, al que agradeció su postura neutral en el conflicto por contemplar el asunto “en su totalidad, no solo desde una de las partes”.

Hacer frente a las sanciones

Además de discutir la situación en Ucrania, la reunión entre Lavrov y Jaishankar también debía servir para que ambos países desarrollasen mecanismos efectivos de pago para continuar con sus transacciones comerciales pese a las sanciones internacionales que pesan sobre la economía rusa.

La mayor de estas dificultades versa sobre la imposibilidad de gran parte de los bancos rusos de acceder al sistema de comunicación interbancario internacional SWIFT, así como el bloqueo de la reserva de divisas del Banco Central de Rusia, lo que limita ampliamente su actividad financiera.

Ante la devaluación abrupta del rublo y las restricciones sobre el sistema SWIFT, Putin había amenazado con exigir el pago en rublos a los países a los que les vende gas. Sin embargo, ante la negativa de muchos de esos países a pagar en la moneda local rusa el Kremlin tuvo que salir a aclarar este viernes que “el gas ya exportado está fuera del nuevo esquema de pagos en rublos”.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, señaló que “El decreto no es retroactivo” y que “el desembolso por los envíos que se hacen ahora, no se realiza hoy mismo. El pago debe hacerse a finales, en la segunda mitad del mes, en abril o incluso a principios de mayo”, buscando ganar tiempo para lo que serían las nuevas condiciones.

Al mismo tiempo Estados Unidos anunció abrirá su reserva estratégica de petróleo y por qué libera un millón de barriles por día. Esto tiene el doble objetivo de intentar frenar la creciente inflación sobre los hidrocarburos al interior del propio país, pero también de avanzar en lo que espera sea un negocio multimillonario: el de suministrar estos commodities a Europa, buscando reemplazar lo que hoy se importa desde Rusia.

El sábado pasado, Biden estuvo en la cumbre de la Unión Europea y cerró un acuerdo para que Estados Unidos se convierta en el principal proveedor de gas hacia Europa -exportando solo este año 15 mil millones de metros cúbicos de Gas Natural Licuado (GNL)- como parte del plan para cortar la dependencia energética de Rusia.

Rearme imperialista

A la reestructuración de la exportación de hidrocarburos, se suma una mucho más peligrosa. Tiene que ver con el rearme histórico que están aprobando uno tras otro los países imperialistas que forman parte de la OTAN y que significan un incremento en el militarismo y el guerrerismo no vistos desde la segunda guerra mundial. Esta tendencia que la comenzó Alemania a poco de iniciada la guerra en Ucrania, fue seguida por varios países europeos y coronada esta semana por Estados Unidos con el anuncio de Biden de presentar un aumento histórico del gasto militar.

De esta manera, la reaccionaria invasión de Rusia a Ucrania ya tuvo repercusiones desastrosas no solo entre las poblaciones de ambos países, sino que ayudó a consolidar el bloque imperialista de la OTAN comandado por Estados Unidos y junto a ello un incremento del gasto militar y de guerra sin precedentes en décadas, que no puede significar nada bueno para la población mundial.

 Viernes 1ro de abril


 

Rusia prueba en Ucrania los misiles más rápidos del mundo

Moscú utiliza por primera vez los misiles hipersónicos Kinzhal desde aviones, una avanzada tecnología que solo poseen Rusia y China, y en la que EEUU anda entre cinco y diez años por detrás. La velocidad de estos misiles multiplica por diez la velocidad del sonido, pueden transportar ojivas nucleares y todavía no existe tecnología para interceptarlos.

29/03/2022 01:07 Actualizado: 01/04/2022 21:10

Eugenio García Gascón

Diario Público

En cada guerra, especialmente cuando anda por medio una gran potencia, los países punteros examinan con minuciosidad el uso que se hace de las armas con el fin de saber hasta dónde ha llegado la tecnología del enemigo y mejorar su propia producción de armas. Como no podía ser de otra manera, eso también está ocurriendo en el conflicto de Ucrania.

Hasta ahora el arma estrella de la guerra, aunque apenas se ha usado, es un misil hipersónico que puede alcanzar los 150 kilómetros de altitud con un radio de más de 2.000 kilómetros, que es hasta diez veces más veloz que la propagación del sonido y que es capaz de llevar ojivas nucleares. Aunque se ha usado con anterioridad, en la guerra de Ucrania se ha disparado en dos ocasiones y por primera vez desde aviones de combate y no desde tierra.

Se trata de un misil de unas capacidades exclusivas que solamente poseen Rusia y China, pero no los Estados Unidos, que andan a la zaga en esta materia. Cazas MIG-31 dispararon recientemente dos de estos misiles hipersónicos Kinzhal, que están considerados los más rápidos del mundo, contra sendos objetivos en el sur de Ucrania: un depósito de combustible y un almacén de armas subterráneo.

El hecho más destacable es que hasta ahora solo se habían usado en su versión terrestre, que es más fácil de detectar, y no en su versión aérea. Expertos israelíes citados por el Yediot Ahronot señalan que es posible detectar esos misiles hipersónicos, especialmente en su versión terrestre, pero en cambio no es posible interceptarlos cuando se disparan desde un avión MIG.

Los expertos califican estos misiles Kinzhal (que en ruso significa “daga” o “puñal”) de “estratégicos”, es decir les atribuyen unas características que están por encima de los tanques avanzados T-80, que también se han usado en Ucrania pero tendrían unas características meramente “tácticas” y no “estratégicas”. Los carros T-80 disponen de capacidades de defensa activa contra misiles antitanque.

Expertos occidentales consideran que el uso de misiles hipersónicos no solo es importante desde el punto de vista militar, sino que conlleva aparejado e implícito un mensaje de disuasión para Ucrania y para Occidente en general. En la práctica el mensaje va dirigido especialmente a la OTAN, que no posee un misil equivalente en su arsenal.

En la jerga militar se conoce como hipersónico al misil que es capaz de alcanzar una velocidad por lo menos cinco veces superior a la del sonido. Un misil subsónico sería el que vuela a una velocidad inferior a la del sonido mientras que un misil supersónico viaja a una velocidad de entre una y cinco veces la velocidad de propagación del sonido.

A diferencia de los balísticos, los misiles hipersónicos pueden maniobrar en el aire, es decir no tienen una trayectoria lineal prevista desde el principio. Se estima que la fabricación de cada unidad cuesta “varios millones de dólares”, lo que explica que Moscú los haya usado en solo dos ocasiones puntuales y probablemente solo vuelva a utilizarlos cuando haya un objetivo que compense su elevado coste.

A diferencia de los balísticos, para los que se han desarrollado sistemas antimisiles, la tecnología occidental todavía no ha logrado la capacidad de hacer frente a los misiles hipersónicos. EEUU no posee misiles hipersónicos y no fue hasta 2021 cuando Washington dio instrucciones para fabricar esta clase de misiles. Los expertos estiman que EEUU va entre cinco y diez años por detrás de Rusia y China en esta innovadora tecnología.

Expertos occidentales cuestionan algunos datos facilitados por Moscú en relación con el Kinzhal. Según los rusos, el misil puede alcanzar en ciertas condiciones una velocidad de hasta 15.000 kilómetros por hora, es decir diez veces la del sonido. Por el contrario, los occidentales estiman que su velocidad máxima es en realidad de solo siete u ocho veces la velocidad del sonido. En cualquier caso, esta velocidad reducida constituye un récord mundial para este tipo de proyectiles.

Según un experto israelí citado por el Yediot Ahronot, “en los dos últimos lanzamientos el Kinzhal alcanzó la velocidad de siete u ocho veces el sonido durante entre 40 y 50 segundos a una altitud de entre 100 y 150 kilómetros, y a partir de ese momento el misil empezó a descender, perdió velocidad, e iba a tres o cuatro veces la velocidad del sonido antes de alcanzar su objetivo”.

El experto cuestiona el radio de 2.000 kilómetros que le atribuye Moscú. “Se trata de un misil relativamente pesado que ya se ha lanzado desde una plataforma en tierra, especialmente en la guerra de hace un año y medio entre Armenia y Azerbaiyán. En su versión terrestre el alcance es de unos 500 kilómetros, de manera que hay que tomar con precaución la estimación rusa de un radio de 2.000 kilómetros”.

Otros expertos indican que la ojiva del misil hipersónico se guía por GPS, pero que los rusos pueden guiarlo también mediante una ojiva electro-óptica en función de la imagen del objetivo, evitando de esta manera que el enemigo interfiera con medios electrónicos el GPS.

“Las fuerzas occidentales podrían ser capaces de detectar el vuelo de este misil, pero en un estadio relativamente tardío, y de ninguna manera podrían interceptarlo pues es un misil muy veloz que tiene capacidad de realizar maniobras violentas” en el aire, a diferencia de un misil normal, recalca el experto israelí.

Información adicional

Autor/a: Redacción sección internacional / Público
País: Ucrania
Región: Euro-Asia
Fuente: La Izquierda diario / Público

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