Los investigadores del Consorcio Internacional del Genoma del Populus emplearon más de cuatro años para determinar la secuencia y el número de genes, y ahora esperan poder utilizar la información para introducir modicaciones en el genoma de los árboles, con el fin de optimizar la producción de biocombustibles, entre otras aplicaciones.
La secuencia del ADN del álamo de California fue presentado en un artículo publicado en la revista científica estadunidense Science, en su edición de este viernes.
Después de la Arabidopsis thaliana, una pequeña planta herbácea de flores blanquecinas nativa de Europa, y del arroz, el álamo de California es la tercera especie vegetal cuyo genoma fue descifrado por completo.
Resultados atípicos
En total, el genoma de este árbol tiene 480 millones de pares de bases, lo que es relativamente poco para un árbol, pues la información genética del pino es 40 veces mayor, indicaron los científicos, liderados por Dan Rokhsar, del Joint Genome Institute del Departamento de Energía de Estados Unidos, con sede en Walnut Creek, California.
Los investigadores identificaron informaron que el genoma del álamo de California posee 45 mil genes.
Este árbol es una especie preferida entre los científicos para su estudio, pues su genoma es fácil de modificar y tiene un crecimiento rápido. Por lo tanto, el éxito de un cambio genético inducido puede ser aplicado en menos de un año.
Sobre la base de la nueva investigación se podrían realizar en un futuro próximo cambios en el genoma de manera más dirigida, indicaron.
Así, el análisis podría convertirse en la piedra fundamental para el desarrollo de una nueva generación de biocombustibles, indicó en un comunicado el Joint Genome Institute.
La celulosa y la hemicelulosa, dos componentes particularmente importantes de las plantas, pueden ser degradadas por enzimas hasta convertirlas en glucosa, que a su vez podría dar origen al combustible etanol u otros.
Sustituto del petróleo
Según los científicos, los álamos podrían ser cultivados en grandes plantaciones como suministradores de biomasa y contribuir de esta forma a independendizar a Estados Unidos de las importaciones de petróleo.
Los árboles también podrían ser modificados genéticamente para que “fijen” más dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, produzcan madera de mejor calidad o sean procesados con mayor facilidad en la fabricación del papel.
Un primer borrador del genoma había sido presentado por el consorcio en 2004.
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