Casi todos los análisis públicos y de prensa de este informe suponen que la evaluación fue realizada por el director de Inteligencia Nacional y que está siendo leída por el gobierno de Bush y por el Congreso, quienes apenas ahora la toman en cuenta. Algunos incluso la llamaron “golpe de Estado” contra Bush y/o Cheney y los neoconservadores. No creo esta secuencia ni por un momento. Asumo que esta evaluación fue discutida previamente dentro del gobierno de Bush. Después de todo, se dice que el informe fue escrito hace como un año. Creo que este informe es el resultado de una discusión al interior del gobierno, que tomó la decisión con el conocimiento y la aprobación de George W. Bush para que el informe fuera dado a conocer al público. Este informe no conducirá a una reversión. Da señales de que la reversión ya ocurrió.
¿Qué podemos inferir de esto? Podemos inferir que el largo debate en curso entre la facción que favorece la acción militar inmediata contra Irán (Cheney y sus amigos, el gobierno israelí y sus amigos) ha perdido ante la facción, mucho más grande, que por varias razones piensa que esa acción militar no es sabia. No me sorprende el resultado, puesto que he estado argumentando por algún tiempo que la facción contraria a una acción bélica inmediata era mucho más fuerte dentro del gobierno estadunidense que la facción de Cheney, particularmente dado que la facción contraria a la guerra inmediata incluye al Estado Mayor Conjunto.
¿Qué ocurrirá ahora en relación con Irán? Probablemente no mucho. Rusia, China y Alemania ya arrastraban los pies con mucha obviedad en relación a las futuras sanciones contra Irán. Es muy poco probable que haya sanciones ulteriores, Irán ha persistido en su argumento de que tiene el derecho a continuar con el desarrollo de su programa de enriquecimiento de uranio, mientras que al mismo tiempo congela su programa de desarrollo de armas nucleares. Y continuará con esto por ahora.
El hecho básico que debemos siempre tener en cuenta es que el actual gobierno estadunidense tiene lleno su plato —mantiene su presencia en Irak, en Afganistán, y se preocupa acerca de la muy real posibilidad de que haya un quiebre del orden en Pakistán. Aun Bush puede darse cuenta que el posible desarrollo de armas nucleares por parte de Irán de aquí a 10 años no puede desplazar estas otras preocupaciones en el orden de prioridades.
Sin duda Estados Unidos buscará una fachada verbal de crítica contra Irán. Vean los comentarios públicos del presidente hacia el informe. La retórica es muy similar a la fachada verbal de favorecer la creación de un Estado palestino hacia finales de 2008. Pero nadie presta mucha atención –ni siquiera los candidatos presidenciales en Estados Unidos (de alguno de los dos partidos). Esas afirmaciones son sólo eso –fachadas verbales. Bush comienza a caer en una tendencia al fastidio de intentar salvar la cara mientras sobrevive lo que sin duda será su año más infeliz en el puesto.
Entretanto, todo el resto del mundo está pensando en lo que deberá hacer en Medio Oriente después de 2009, con la gran probabilidad de que un presidente demócrata asuma el cargo en Estados Unidos. Debería ser obvio para ellos que, por el momento, el único Estado estable en Medio Oriente es Irán. Por supuesto, Irán tiene sus conflictos internos y la facción de Ahmadinejad bien puede perder las próximas elecciones. Pero Irán –poder petrolero, poder de la Shía, poder militar y demográfico en la región– es un actor importante que debe tomarse en cuenta. Los países preferirán tener a Irán de su lado que en contra suya. Irán no va a desaparecer.
A lo largo de los años, Irán le ha hecho muchas ofertas a Estados Unidos de hacer un trato, proponiéndole trabajar juntos respecto de Irak y otros asuntos. Y el gobierno de Bush ni siquiera reconocía el gesto. Tal vez ahora sea muy tarde para que Estados Unidos haga un trato así –pero no es tarde para China o Rusia o aun Europa occidental. Tampoco es muy tarde para Pakistán o Arabia Saudita, dos países cuyo colapso desestabilizaría la región en modos que harían que el fiasco de Irak pareciera una molestia mediocre.
De hecho, en este punto siento que Condoleezza Rice y Robert Gates entienden mejor que Hillary Clinton o Barack Obama, pero tal vez no. En cualquier caso, tengo la sensación de que la evaluación de la NIE es una forma elegante de decir la doctrina Bush ¡requiescat in pace!
Traducción: Ramón Vera Herrera
© Immanuel Wallerstein
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