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Europa abre los ojos a la crisis migratoria

Europa abre los ojos a la crisis migratoria

Los ministros europeos adoptaron un plan que refuerza las operaciones de vigilancia y de rescate de inmigrantes en el Mediterráneo, aunque es menos ambicioso que el texto original. La intervención militar de Occidente en Libia generó un efecto boomerang.

No hay ruta más mortal para los migrantes que la del Mediterráneo: cerca de 1200 muertos en los últimos diez días y un record absoluto a lo largo de 2014. Los naufragios más importantes que se produjeron durante abril tuvieron lugar en el llamado Canal de Sicilia. Este espacio marítimo situado entre Túnez, Libia, Sicilia y Malta se ha convertido en el corredor de la muerte para todos los candidatos a la inmigración que, desde la muerte del líder libio Muamar Khadafi, acuden a Libia provenientes desde toda Africa con el propósito de ingresar a la Unión Europea. Según datos suministrados por la Organización Internacional para las migraciones (OIM), la frontera europea ha sido la más mortífera del globo. Sesentay cinco por ciento de los migrantes muertos en el mundo en el curso de 2014 perdieron la vida en el Mediterráneo. Las estadísticas son de una cruel transparencia: 3279 personas murieron en el Mediterráneo, 265 en el Cuerno de Africa, 307 en la frontera norteamericana, 540 en el golfo de Bengala y 626 en otros puntos del planeta. A título aún más comparativo, entre el 1º de enero de 2015 y el 19 de abril, 1600 migrantes murieron en el Mediterráneo contra 41 en la frontera entre México y Estados Unidos. En síntesis, en lo que va de 2015, un inmigrante muere cada dos horas en el Mediterráneo. Desde el año 2000, más de 20 mil personas murieron intentado llegar a Europa, principalmente a través del Mediterráneo.

La caja de Pandora que destapó Occidente con su intervención militar en Libia (2011) no sólo dejó al país en una ruina política absoluta sino que, además, creó uno de los focos de desastre más espantosos de la historia. Carlotta Sami, la representante en Italia del Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, no tiene palabras para definir lo ocurrido: “Se trata de una hecatombe nunca vista en el Mediterráneo”. El mismo HCR califica a ese mar de leyendas románticas como “la ruta más peligrosa del mundo”. La Unión Europea, hasta ahora, ha dado muestras de lo que sabe hacer mejor que ninguna potencia mundial: retórica humanitaria encendida y vacío de acciones tangibles. Una vez más, Occidente se confronta a los desastres que él mismo modela, pieza por pieza. Esta barbarie moderna tiene una fecha de gestación, un nombre y un principal responsable, el ex presidente francés Nicolas Sarkozy, agitado promotor del derrocamiento de Khadafi y de la Resolución 1973 de las Naciones Unidas que, el 17 de marzo de 2011, abrió el cielo a la intervención militar de la Alianza Atlántica (OTAN).

Dicha resolución creó una zona de exclusión aérea sobre el espacio aéreo libio al tiempo que autorizó a que se “tomaran todas las medidas necesarias” para proteger a la población civil de un país que en ese momento estaba en plena guerra civil. Pero la “protección” se convirtió, de hecho, en una cruzada para derrocar a Khadafi. Los brillantes estrategas de París, Londres o Bruselas no calcularon que el vacío que segaría al largo reinado de Khanada no sería absorbido por nada ni por nadie. Sin sistema político consolidado, la guerra interna continuó y el desmantelamiento del Estado condujo a más violencia y, ahora, a esta nueva ventana hacia el infierno que es la muerte de los migrantes que parten desde Libia. La irrupción de grupos jihadistas también se suma a la hecatombe en permanente gestación. Varios especialistas y responsables políticos están convencidos de que estas olas migratorias desde Africa son también parte de una estrategia de los jihadistas islámicos destinada a desestabilizar a Europa.

La desaparición brutal de los migrantes en altamar es también un asunto de dinero y concierne igualmente la escasa solidaridad europea con Italia. Después del pico de muertos en la localidad italiana de Lampedusa que se registró en 2013, Italia activó el dispositivo Mare Nostrum. Este operativo permitió salvar la vida de 150 mil personas. Su alto costo, nueve millones de euros por mes, y la escasa participación en su financiación de los socios europeos de Roma, llevó a Italia a montar otro operativo mucho más económico, Tritón, esta vez supervisado por Frontex, la Agencia Europea de Vigilancia de las fronteras, y cuyo costo mensual asciende a casi tres millones de euros.

Libia se ha tornado en una bomba migratoria para Europa. El pasado 14 de abril, el ministro de Trabajo libio, Mohammed Abou Al-Khair, dijo en conferencia de prensa que “Europa debe asumir su parte de responsabilidad. Libia no puede asumir sola todo el peso”. La UE Europea convocó para este 23 de abril una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de gobierno para estudiar una respuesta a la crisis. ¿Qué decidirán? Europa lleva una década tapándose los ojos o respondiendo con amagos. La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, consideró que la Unión Europea tiene un “deber moral” con esta problemática, tanto más cuanto que la UE dejó prácticamente sola a Italia al timón de esta crisis. El comisario europeo para la inmigración, Dimitris Avramopoulos, admitió en Bruselas que “los acontecimientos nos sobrepasaron”. Sin embargo, el conteo de cadáveres sigue sin movilizar los cimientos de las democracias europeas. Reunidos ayer en Luxemburgo, los ministros de Interior y de Relaciones Exteriores de la UE adoptaron un plan de 10 puntos que comprende desde el refuerzo de las operaciones de vigilancia hasta el rescate de migrantes en el Mediterráneo. Sin embargo, el texto inicial presentado por la Comisión Europea era mucho más ambicioso y de un alcance financiero dos veces superior al acordado ahora. La comisión había elaborado un plan de refuerzo de la operación Tritón, la cual comprendía un aumento de los medios técnicos (los barcos) y un presupuesto dos veces superior al actual (tres millones de euros). Los ministros optaron por un plan más barato y no sólo en dinero. Bruselas había propuesto que se dieran 5000 autorizaciones suplementarias para los demandantes de asilo. Nada. Esa idea fue borrada del texto final de 10 puntos. Las cifras siguen jugando en contra de Europa y demuestran que el Viejo Continente se desliza hacia la fortificación de un castillo inexpugnable. En 2014, la UE accedió a autorizar 7500 pedidos de asilo mientras, en el mismo período, Estados Unidos aceptó 57 mil.

Libia y la crisis migratoria es la cara de Occidente detrás del espejo. En los naufragios y desapariciones cotidianas, en la guerra que sigue sacudiendo a Libia, están las flores malditas de las semillas que sembraron las potencias occidentales.


EL NEGOCIO DETRAS DE LA PROHIBICION DE ENTRADA A EUROPA

Traficantes de la desesperación

“Habrá traficantes y muertes, muchas muertes, mientras siga vigente el actual sistema de total cerrazón jurídica que impide la llegada de los inmigrantes”, denuncia Enrico Calamai, trabajador humanitario.

 

Por Elena Llorente
Desde Roma

El tráfico de seres humanos no se detiene ni un día, pese a que este fin de semana murieron más de 700 inmigrantes en el Mediterráneo. Ayer, otras tres naves con migrantes pidieron ayuda a las autoridades marítimas y una de ellas encalló cerca de la isla griega de Rodas. Las imágenes mostraban a la gente agarrada a los pedazos de la barcaza que todavía flotaban. Pero no termina ahí. Según la fiscalía de Palermo, en Sicilia, cerca de un millón de personas estarían esperando en Libia para partir a Europa. El fiscal adjunto de Palermo, Maurizio Scalia, explicó a la prensa que además el tráfico ha cambiado. Ya no es como hace algunos años que exigían una cifra por todo el viaje. Ahora, explicó, los traficantes, que no siempre son la misma banda, pretenden una cifra para atravesar el desierto, desde los países de Africa central hasta Libia, cerca de 5000 dólares; para atravesar el mar, otros 1500 dólares; para ser alojados en centros clandestinos en Sicilia o el sur de Italia, entre 200 y 400 euros; y para ser trasladados clandestinamente a otros países de Europa, unos 1500 euros.

Mientras tanto la policía de Palermo, por orden judicial, arrestó en la noche del domingo a 24 personas, todas implicadas de una u otra manera en el tráfico de inmigrantes, principalmente en Catania (Sicilia), donde se ocupaban de hacer escapar a los extranjeros de los centros oficiales de recepción donde llegan después de haber sido salvados en el mar, luego del pago, obviamente, de nuevas y considerables sumas de dinero, y principalmente para ser llevados a países como Alemania, Holanda o el Reino Unido. Esto en cuanto a Italia porque de Europa es poco lo que se ha sabido hasta ahora. La presidencia de turno de la Unión Europea (UE), que este semestre está a cargo de Letonia, decidió hacer una reunión de urgencia de todos los ministros de Asuntos Exteriores en Luxemburgo. Pero difícilmente puedan salir decisiones fundamentales de ese encuentro. El jueves debería realizarse una reunión extraordinaria del Consejo Europeo, y uno de los puntos a discutir sería la posibilidad de aumentar el número de migrantes que cada país recibe.

“Los traficantes de seres humanos son como los esclavistas de siglos atrás”, dijo ayer el premier italiano Matteo Renzi en conferencia de prensa conjunta con su colega de Malta, Joseph Muscat. A Malta, precisamente, llegaron ayer los primeros cadáveres de la nave con 900 migrantes que se hundió este fin de semana cerca de Libia. Renzi recordó que la policía italiana ha ya arrestado a 1002 traficantes. Muscat, por su parte, indicó que “Italia está haciendo todo lo que se puede, pero estos criminales no pueden irse a dormir tranquilos pensando que Europa no tiene los atributos para tomar una decisión. Es necesario no tener que esperar meses para tomar medidas preventivas”. Según Renzi, habría que organizar una misión europea apuntando a los traficantes. “De cada 100 personas que llegan a Italia, 91 llegan de Libia. El primer problema a afrontar es la estabilidad de Libia”, concluyó, aunque descartó todo tipo de intervención militar en el territorio. “Se cerró la página de la dictadura pero no se pensó en el después”, concluyó Renzi aludiendo a la difícil situación de guerra civil que vive ese país.

Peligro, aluvión de refugiados

Pero un bloqueo naval a Libia, ¿podría ser una solución como algunos dicen en Italia? “Un bloqueo naval a Libia significaría abandonar a su suerte a las miles de personas que están esperando, desesperadas, la posibilidad de huir de la guerra y del Estado Islámico”, dijo a Página/12 Enrico Calamai, uno de los fundadores de la organización humanitaria Justicia para los Nuevos Desaparecidos, que precisamente se ocupa de los inmigrantes desaparecidos en el mar. Calamai, ex cónsul en la Argentina, que se hizo célebre por haber salvado decenas de argentinos que escapaban de la dictadura en los años ’70, añadió que la solución es “volver a lanzar Mare Nostrum con bandera italiana o bien con bandera de las Naciones Unidas o de la UE. No es difícil y se podría organizar en pocos días. La marina italiana está dispuesta a hacerse cargo, pero el gobierno no quiere por razones políticas y electorales”. Mare Nostrum, una operación organizada por el gobierno italiano hasta el año pasado y puesta en marcha por la marina local, salvó miles de vidas en el Mediterráneo. Pero, por varias razones, entre ellas algunas de presupuesto, fue sustituida hace algunos meses por una operación europea llamada Tritón, que no ha dado resultado alguno, según los expertos.

¿Por qué la UE no se decide a tomar medidas? “La UE, como la OTAN, ha declarado hace tiempo que la llegada masiva de refugiados constituiría un problema de desestabilización para los países de destino. Esto es cierto solamente en un sistema político-económico de tipo neoliberal, que corta el gasto público lo más posible y, por lo tanto, los ciudadanos, que ya se ven despojados de toda ayuda estatal (educación, hospitales, jubilaciones, transportes), se sentirían todavía más empobrecidos, con la consecuencia de que se podría desatar una “guerra” entre pobres, como ocurrió hace meses en la misma Roma. Es evidente que cuando una alianza militar (OTAN) y otra política (UE) identifican un peligro, éste tiene que ser eliminado de una manera o de otra”, agregó Calamai.

“Habrá traficantes y muertes, muchas muertes, mientras siga vigente el actual sistema de total cerrazón jurídica que impide la llegada de la gente. Es este sistema el que transforma a los migrantes en res nullius (cosa de nadie), sin derecho alguno, el que los obliga a entregarse a los traficantes, con los resultados que estamos viendo. A los traficantes los creamos nosotros con nuestro prohibicionismo. Bastaría con dar instrucciones a las embajadas en Libia para que concedan visados a quien quiera pedir el status de refugiado, para terminar con estas muertes que son crímenes contra la humanidad”, concluyó el ex cónsul. La organización humanitaria de la que participa y muchas otras se han dado cita hoy ante el Parlamento italiano para protestar por las muertes en el Mediterráneo.


TESTIMONIO TRAS EL NAUFRAGIO DE UN BARCO CON 700 PERSONAS

“No encontré sobrevivientes”

Por Michael Day *
Desde Roma

Un pescador de Lampedusa contó que vio el cuerpo de un jovencito flotando en una mancha de aceite mientras él se unía a la búsqueda de sobrevivientes del desastre de la noche del sábado en el Mediterráneo.

Vincenzo Bonomo dijo que había buscado en vano a alguien que hubiera quedado vivo después de que el barco se hundió. “Pensamos que habíamos visto todo y en cambio… Vi zapatos de niños, chaquetas, chalecos salvavidas, vi un cuaderno y una mochila, y ese pequeño niño boca abajo en una enorme mancha de petróleo que marcaba la tumba de mucha de esa pobre gente. Pero no pude encontrar ni un solo sobreviviente. Ni uno.” Los que fueron rescatados revelaron cómo muchas de las víctimas fueron encerradas en el interior de la bodega cuando el buque se hundió en el Mediterráneo, entre Libia y Lampedusa.

El escalofriante testimonio de uno de los sobrevivientes, un hombre de Bangladesh, de 32 años, sugiere que pudo haber habido tanto como 950 personas hacinadas a bordo del buque de pesca de 70 pies que se hundió después de que los rescatistas lograran recoger sólo 28 de sus ocupantes.

“Había 950 de nosotros, 40 a 50 niños y 200 mujeres, los demás eran todos hombres”, les dijo a las autoridades en Sicilia, después de ser trasladado a Catania en helicóptero. “Algunos logramos sobrevivir porque estábamos afuera, pero muchos de los otros estaban presos en la bodega de la embarcación debido a que los traficantes los habían encerrado y terminaron en el fondo del mar.”

El hombre de Bangladesh fue el primer sobreviviente en llegar a Sicilia. Se informó que tenía lesiones en el pecho, pero consiguió hablar con los investigadores. Preguntó por un compatriota y se le dijo que había sido rescatado por un barco de la Guardia Costera, el Bruno Gregoretti. La nave traía a él y a los otros 26 sobrevivientes conocidos, todos adultos de sexo masculino, a Catania, ayer.

Los expertos dijeron que con las temperaturas del mar de primavera, de hasta 17° C, era posible que algunos de los migrantes pudieran haber sobrevivido durante varias horas en el agua después del incidente, si habían logrado aferrarse a algo flotante. Pero antes de las 10 de la mañana del domingo sólo había manchas de combustible y piezas del naufragio esparcidas sobre las olas, de acuerdo con uno de los equipos de rescate –apoya la afirmación del sobreviviente de Bangladesh que muchos fueron arrastrados a la muerte de inmediato, atrapados en la bodega del buque–.

El fiscal de Catania, Giovanni Salvi, dijo en una conferencia de prensa, ayer por la tarde, que el barco de los contrabandistas tenía tres niveles. Dijo que “unos cientos fueron metidos en el casco y fueron encerrados para impedir que salieran”. El dijo que cientos más fueron encerrados en el segundo nivel, mientras que cientos más estaban en la cubierta superior. La llamada de socorro del buque migrante llegó a última hora del sábado por la noche, cuando alguien llamó a la guardia costera italiana diciendo “estamos en el mar, necesitamos ayuda”.

Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère.

Información adicional

LA UE ACTIVA UN PLAN PARA EVITAR NAUFRAGIOS DESPUES DE LAS ULTIMAS TRAGEDIAS EN EL MAR
Autor/a: Eduardo Febbro
País:
Región: Europa
Fuente: Página12

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