La UE destinará hasta 1.000 millones de euros en armas para Ucrania y aumentará el presupuesto conjunto de defensa. La reunión de los 27 miembros de la UE buscará también sortear la dependencia energética respecto a Rusia.
“Pedimos a Rusia que cese sus acciones militares y retire a todas sus fuerzas y equipos militares de la totalidad del territorio ucraniano, inmediatamente y sin condiciones, y respete completamente la integridad territorial, la soberanía y la independencia de Ucrania”, apuntaba la declaración emitida al término de la primera jornada de la Cumbre de la Unión Europea en Versalles.
Este viernes, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, adelantaba a la prensa que ha propuesto a los líderes europeos destinar 500 millones de euros más del presupuesto comunitario para entregar más armamento a Ucrania.
“He propuesto esto a los líderes y la Facilidad Europea de Paz doblará su apoyo hasta 1.000 millones de euros”, dijo Borrell a su llegada, en el segundo día de la cumbre.
Hace dos semanas, la UE acordó por primera vez en su historia destinar 500 millones de euros del presupuesto europeo para financiar el envío de armamento a un país [Ucrania], una decisión que se tomó tres días después del inicio de la invasión rusa. Al mismo tiempo, varios Estados imperialistas han utilizado la excusa de la guerra de Ucrania para incrementar de forma notoria sus presupuestos militares.
La Unión Europea (UE) tendría entre 65.000 y 70.000 millones de euros más cada año para defensa si aumenta su gasto militar al 2 % de su PIB, dijo este viernes el comisario europeo de Industria, Thierry Breton. Los Estados miembros de la UE gastan de media el 1,5 % de su PIB en defensa, y el objetivo de la OTAN es, como mínimo, del 2 %. Tras la invasión rusa de Ucrania, algunos países como Alemania o Dinamarca han anunciado un aumento muy importante de su gasto militar.
A su vez, desde que empezó el ataque contra Ucrania el pasado 24 de febrero, la UE ha aprobado ya cuatro paquetes de sanciones contra Rusia y Bielorrusia. Entre ellas, se han congelado los fondos que los bancos centrales de ambos países tienen en la UE, ha sacado a siete entidades rusas y tres bielorrusas del sistema de comunicación interbancario SWIFT y ha sancionado a un total 862 individuos y 53 empresas, entre ellos el presidente ruso, Vladimir Putin.
Estas sanciones están ahogando la economía rusa, impactando en el bolsillo de los sectores más empobrecidos. Y el cierre de empresas occidentales en Rusia está provocando miles de despidos o la falta de pago de salarios, dando lugar allí a las primeras huelgas de protesta.
La cumbre también debate sobre cómo terminar con la dependencia energética respecto a Rusia, algo que no es sencillo de conseguir. Mientras tanto, la inflación y el aumento del combustible ya están afectado la economía de varios países europeos.
Una parte importante de la discusión fue la presentación por Von der Leyen de los detalles del plan de la CE para poner fin a la dependencia energética europea de Rusia, que es más fuerte en el gas natural. “Dependemos demasiado de los combustibles fósiles rusos, especialmente del gas. Debemos diversificar proveedores, sobre todo pasando al GNL. Y debemos incrementar nuestra cuota de renovables”, afirmó en Twitter.
La propuesta de la Comisión para que en 2027 se haya llegado a un final progresivo de la dependencia energética de Rusia se presentará a mediados de mayo. La UE “debe prepararse para ser independiente del gas ruso, para asegurar sus propia defensa… porque nos hemos dado cuenta de que nuestra democracia está amenazada”, advirtió Macron.
El plan de la CE se centra en diversificar los proveedores y el uso de fuentes de energía, de forma que para finales de 2022 se pueda prescindir de 100.000 millones de metros cúbicos de gas ruso (100 bcm), de los 155 bcm que importó en 2021.
En concreto, el objetivo es obtener 60 bcm (60.000 millones de metros cúbicos) de otros países. La UE y sus Estados miembros discuten desde hace meses con productores como EE.UU., Noruega, Catar o Argelia. La Comisión cree que se pueden suplir otros 10 bcm desarrollando el hidrógeno y 17 bcm más con la producción europea de biometano.
La Comisión Europea aspira a reducir en un 66 % en un año la dependencia del gas que la UE consume de Rusia, según el plan que ya adelantó en el Parlamento Europeo el pasado martes. Von der Leyen también indicó que a finales de este mes la CE propondrá que los Estados miembros tengan una reserva del 90 % de su capacidad de almacenamiento de gas para el 1 de octubre de cada año, a fin de evitar problemas de suministro.
Además del gas, el bloque europeo importó de Rusia el 27 % del petróleo y el 46 % del carbón que consumió en 2021. Las compras energéticas de la UE a Rusia supusieron 148.000 millones de euros en ingresos para Moscú. “No deberíamos vernos obligados a financiar las bombas que caen sobre Ucrania”, afirmó de forma gráfica la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, en su intervención inaugural ante los Veintisiete.
Sin embargo, un plan de esta envergadura no será llevado adelante sin contradicciones, por el nivel de dependencia acutual y los negociaos que implica para los diferentes imperialismos. Así quedó demostrado en la negativa de Alemania al anunció de Estados Unidos de prohibir por completo el sumnistro de hidrocarburos provenientes de Rusia, mostrando de esta manera fisuras entre los países de la OTAN.
Fisuras que sin embargo, por ahora, no se muestran en lo concerniente al rearme de las potencias imperialistas, como no se vió desde la segunda guerra mundial.
El rumbo de la UE reafirma las tendencias guerreristas de los Estados imperialistas. Algo que solo puede traer nuevas catástrofes para los pueblos del mundo entero.
Viernes 11 de marzo
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