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Frente a la guerra en Medio Oriente. El silencio de los “buenos”, .

 


 


                                                         


 


 Luther King decía que lo que más le dolía, era el “silencio de los buenos”, de aquellos que no actúan y esperan que otros hagan lo que ellos no están dispuestos a hacer. O aquellos que son dominados por el miedo que los paraliza  y otros que están sujetos a presiones e intereses, políticos y económicos.


 


En el Sermón de la Montaña, Jesús nos dice: “ Felices los que trabajan por la Paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios-(Mt.9,5). En estos momentos de tantas tensiones y violencia desencadenadas en el mundo, el desafío para los cristianos, como para todos aquellos que profesan otras creencias religiosas, sociales y políticas, debemos asumir el compromiso de trabajar  para construir la Paz.


 


El mundo se encuentra en una encrucijada marcada por la violencia; el aumento de guerras en diversas regiones, conflictos, hambre, marginalidad y exclusión de las dos  terceras partes de la  humanidad. Es necesario dejar la pasividad, la intolerancia, tener presente que  lo que ocurre en Medio Oriente nos afecta a todos.


 


Es preocupante la posición  que muchos gobiernos han asumido frente a la guerra desatada en Medio Oriente y la invasión al Líbano por parte de Israel,  como son, “los olvidos intencionados, hasta el silencio cómplice”. Otros han  perdió la voz  frente a las decisiones que impone  EE.UU., como dice un dicho popular “nadie quiere irritar a la fiera” y por lo tanto la subordinación es la norma.


 


La Unión Europea atraviesa una fuerte crisis de identidad y valores; las diferencia y contradicciones se agudizan entre  varios países; algunos han enviado tropas a Irak y Afganistán a combatir apoyado las invasiones y silenciando las masacres en el Líbano y Palestina.


 


Las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, y los pedidos  de  condena a Israel, presentados por el Secretario General Kofi Annan, por las masacres cometidas contra los pueblos del Líbano y Palestina han sido y son bloqueadas sistemáticamente por los EE.UU. haciendo uso del Veto en el Consejo de Seguridad.


 


Es preocupante que las Naciones Unidas hayan quedado totalmente marginadas, sin vitalidad, ni capacidad de acción para ser garantes de la Paz Mundial.


 


Llegan noticias y fotos preocupantes donde niñas y niños en Israel,  son invitados a escribir en las bombas, que van a arrojar  contra el pueblo libanés y el palestino para sembrar la muerte y destrucción. Cuesta mucho creer que a los niños palestinos los instruyan para la guerra contra Israel.


 


Cuesta mucho creer y duele que  hayan llegado a esos límites de utilizar la inocencia de  los niños para generar más odio y  miedo de unos a otros.


 


¿Qué esperan lograr con esos comportamientos? Los niños iraquíes, palestinos, judíos, libaneses, iraníes y todos los niños del mundo no saben de  la locura e irracionalidad de los mayores; no comprender los objetivos de los gobiernos, de sus intereses políticos y hegemónicos.


 


La guerra les  impone  comportamientos marcados por el odio y los miedos,  viven la incertidumbre y la angustia de cada día y ven como les están  robando  la inocencia y la esperanza en la vida.  ¿Qué mundo les están dejando a sus niños que viven en la violencia, sembrando odio y destrucción  por aquellos que actúan con la razón armada y no con la fuerza de la razón?


 


Debiéramos preguntar ¿Cuál es la valoración, ética y  de  la  dignidad humana, del derecho de las personas y los pueblos, que hacen de los niños víctimas inocentes del conflicto cuando arrojan las bombas sobre la población civil, firmada por otros  niños? – 


 


¿Cuál es la valoración y los motivos que llevaron a Israel a invadir el Líbano?-


 ¿La captura de dos soldados israelitas  por las guerrillas?- ¿Quiénes son los terroristas en un país invadido y acosado por la violencia, cuando se mata impunemente a la población civil?


 


¿Cuáles son los intereses estratégicos, políticos, económicos y  hegemónicos  de  los EE.UU. para apropiarse de los recursos energéticos de la región; como bien lo señala Robert Fisk  “Los sueños de los EE.UU. generalmente se convierten en la pesadilla de Medio Oriente”; pesadilla cargada de destrucción y muerte, de invasiones que pretenden justificar con discursos y palabras vaciadas de contenido, pobladas de mentiras, para justificar lo injustificable, ante la pasividad de los “buenos”, que no reaccionan frente a las masacres que sufren los pueblos.


 


Existen algunas luces de esperanza, a pesar del horror; es el coraje de  parte del pueblo de Israel de asumir la  resistencia civil frente a la guerra; muchos hombres y mujeres están resistiendo y reclamando el derecho a la Paz;  se movilizan en marchas de protestas para decir ¡No a la guerra!; a pesar que sus  reclamos no son escuchados por el gobierno y son silenciados por los grandes medios informativos.


 


En la resistencia a la guerra y a favor de la Paz, se van sumando cientos de soldados como “objetores de conciencia”, frente a la irracionalidad  y los bombardeos sobre la población civil  y la locura de los gobernantes que creen  que  la fuerza de las armas  les permitirá alcanzar la victoria; sin  entender que todos, vencedores y vencidos , terminan siendo derrotados.


 


Esos jóvenes soldados están dando un ejemplo a Israel y al mundo de dignidad y coraje al negarse a empuñar las armas contra otro pueblo. No quieren ser cómplices de la barbarie, de las masacres cometidas contra  mujeres, niños y sobre la población civil.


 


Es necesario que los pueblos del mundo  reclamen a Israel el cese inmediato del fuego.


A las guerrillas de Herzabollá, el cese de los combates.


Reclamar el retiro de las tropas invasoras del ejército israelita al Líbano.


 


Reclamar la urgente intervención de la ONU para regular y generar las condiciones que permitan avanzar hacia la solución del conflicto. Para lograrlos es necesario que el Consejo de Seguridad, adopte medidas urgentes para parar la guerra; más allá de los intereses políticos de las grandes potencias. Los problemas son complejos y cargados de tensiones en un conflicto que dura más de 50 años y que hasta la fecha no tiene solución. 


 


Es urgente dar pasos concretos  hacia la resolución de los conflictos a través del diálogo, para lo cual se necesita mucho más coraje que en un campo de batalla.


 


Todos los pueblos tienen derecho a su autodeterminación y soberanía. Derechos que deben ser respetados de acuerdo a la Carta Magna de la ONU.


 


Thomás Merton decía que: “El propósito de toda guerra, fría o caliente, es la victoria total, la rendición incondicional y la aniquilación de toda oposición. Mientras eso continúe siendo considerado como un objetivo cuerdo, no podemos tener más que lucha y tensión. ¿Qué más hay? Eso es paranoia.


 


Esperamos que los que detentan el poder, tengan la capacidad de escucha el clamor de los pueblos que reclaman el cese inmediato de la guerra  en el Medio Oriente.


 


Clamor que surge de lo más profundo de la conciencia humana.


 


¡Por el Amor de Dios, paren la masacre contra el pueblo del Líbano y todos los países de la región!  Hay que desarmar las conciencias armadas.


 


Por: Adolfo Pérez Esquivel


 


Buenos Aires, 9 de agosto del 2006

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