¿Cocalandia?
En resumen, los Humala – Ollanta no ha desmentido a sus
hermanos en estos asuntos – dicen cuatro cosas: 1) que para
hacer Patria hay que sembrar más coca; 2) que la culpa de la
cocaína y del “narcotráfico” la tiene EEUU; 3) que EEUU debe
comprar toda la producción de coca para hacer con ella lo que
quiera, incluso quemarla; y, 4) que los agricultores cocaleros no
son “narcotraficantes” sino que cultivan coca por necesidad
económica. Coincido con esto último, aunque no sea la única
razón por la que los agricultores cultivan coca. También lo hacen
por razones culturales y de buenas costumbres de las que Ollanta
parece no estar informado. Considero que las otras afirmaciones
son un despropósito, una simpleza, una necedad o sea una
sandez (Ver el Diccionario de RAL, 2005), que nos llevaría a
Cocalandia.
Primero, para todos está claro que el Perú cultiva hoja de coca en
exceso con respecto a sus actuales necesidades para el consumo
tradicional y su industrialización benéfica. No se sabe cuánto más
debido a que a los gobiernos del Perú y EEUU no les interesa
saberlo sino simplemente aplicar una política de “coca cero”. No
requerimos sembrar más coca, sino más bien racionalizarla y
disminuirla, pero no con erradicación sino con programas de
desarrollo rural que sean efectivos y no con el “desarrollo
alternativo” que financia USAID, que ha sido un fracaso. Pero,
además de alimentar al “narcotráfico” y la violencia, la propuesta
de Humala es un despropósito porque sembrar más coca significa
hacerlo en la selva alta que no es apta para agricultura de
exportación debido a su fragilidad ecológica y de suelos. Más
atinado sería decir “haga Patria consuma coca”. Con ello
podríamos darle un mejor uso al exceso existente.
Segundo, es una simpleza afirmar que EEUU es el culpable de la
existencia de la cocaína y del “narcotráfico” ya que la primera se
consume en todo el mundo, no fue descubierta por EEUU sino por
Alemania y el “narcotráfico” es un fenómeno global. Claro que
EEUU es un consumidor importante de cocaína, principal lavador
de los “dineros calientes” que genera y es el campeón mundial de
su ineficaz prohibicionismo, pero los pueblos luchamos por la
corresponsabilidad equitativa en este tema y el “narcotráfico” es
una lacra que debemos eliminar con la colaboración de todos. Por
ello, Evo Morales ha lanzado un desafío al gobierno de EEUU: “no
a la coca y cocaleros cero, sí al narcotráfico y la cocaína cero”.
Tercero, es una necedad plantear que sea EEUU el que compre
toda la coca y la cocaína para hacer lo que quiera con ella, incluso
quemarla o hundirla en el mar. Ningún andino-amazónico que se
precie, quiere que su coca sea destruida como quiere Humala que
haga EEUU: para millones de usuarios, la hoja de coca es
sagrada. Además, de esta forma se fomentaría el monopsonio de
esa potencia, el monopolio en ENACO en el Perú, miles de nuevos
agricultores irían a sembrar coca a la selva alta, se arrasaría con
nuevos bosques y biodiversidad amazónica, se desplomarían los
precios y millones de campesinos se hundirían más en la pobreza.
Ojalá que don Ollanta Humala se asesore bien en estos asuntos
por los dirigentes cocaleros, especialmente mujeres
extraordinarias, que en sus marchas y predisposición al diálogo
han mostrado sensatez y criterio propositivo que el gobierno de
Toledo y sus funcionarios insensibles no se han merecido. No
vaya a ser que el comandante termine jalonado entre el
maximalismo etnocacerista de su hermano Antauro y el
prohibicionismo anti-coca de la embajada de los EEUU.
Evo y la coca
A diferencia de los Humala, Evo Morales ha fijado su posición
sobre el tema y lo ha hecho de manera racional, equilibrada, en
defensa de las complejidades de la coca, en el siguiente sentido
(ver: http://news8.thdo.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid
_4546000/4546928.stm):
Primero, el tema es complejo y por lo tanto es necesario “resolver
mediante el diálogo las diferentes ideas que tenemos… tal como lo
hemos hecho en el Chapare entre 2004 y 2005”. En efecto, desde
que Evo Morales y los agricultores cocaleros del Chapare
acordaron con el Gobierno de Carlos Mesa un cese temporal de la
erradicación y el respeto al “cato” de coca (1,600 m2), las
tensiones disminuyeron en esa zona y el narcotráfico también,
trasladándose a otras zonas de Bolivia.
Segundo, el futuro Presidente de Bolivia dice que hay que
racionalizar la producción de la hoja de coca y, para ello, es
necesario hacer estudios y obtener conocimientos científicos
sobre su industrialización. Sostiene también que si se quiere
ampliar la producción, entonces debe hacerse estudios al
respecto. Y añade: “no estamos hablando de un libre cultivo de la
coca, sino del huerto de 40 metros cuadrados por productor, que
es la forma de racionalizar la producción”.
Tercero, la coca es legal la coca en Bolivia, pero no en el exterior.
Lamentablemente es legal para la Coca Cola pero no para que
zona andina la envíe al exterior. Por lo tanto, dice don Evo, “la
hoja de coca debe retirarse de la lista de venenos de las Naciones
Unidas, ya que hay investigaciones de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) que demuestran que la hoja no lo es y más bien
es beneficioso para el ser humano. “Repito, no es posible que sea
legal para la Coca Cola e ilegal para la comunidad andina: hay que
revalorizar la hoja.
Finalmente, en cuarto lugar, ha sido muy claro en plantear lo
siguiente (La Prensa de La Paz, 21.12.2005): “cero de cocaína,
cero de narcotráfico, pero no puede haber, so pretexto de lucha
contra el narcotráfico, cero de coca o cero de cocaleros”. Y
añade: “La lucha contra el narcotráfico desde el punto de vista de
EEUU no puede seguir siendo una excusa, un pretexto con
intereses geopolíticos, para el control de nuestros gobiernos y
nuestros recursos naturales de la Amazonía”.
¿Que sostengo?
Esta forma de ver el asunto, palabras más palabras menos, es la
misma que mantengo desde 1993, fecha en la que Evo Morales,
Róger Rumrrill y yo expusimos en un evento en Toronto invitados
por Oxfam-Canadá y la Universidad de esa ciudad. Resumo mis
propuestas en nueve puntos que han sido explicados en varios
artículos publicados desde 1995 en Debate Agrario, la revista del
CEPES, pero especialmente en el Nro. 39 – “Todo sobre la coca” –
que está en circulación (comprarla antes que se agote en Av.
Salaverry 818; frente al Ministerio de Salud):
1) La coca es compleja y tiene tres dicotomías: coca no es
cocaína, productor de coca no es delincuente y consumidor de
coca no es drogadependiente.
2) La coca tiene cinco caracteres y no uno sólo (droga): elemento
central de identidad cultural andino-amazónica; cohesivo social y
de buenas costumbres; lubricante social y energético para faenas
comunales y caminatas; caja chica y de inversión de la economía
campesina; materia prima para su transformación-industrialización
benéfica; y, materia prima para la producción de drogas. Esto
último debe ser controlado, social y estatalmente, para combatir
su tráfico ilegal.
3) Revalorar la coca internacionalmente, lo que quiere decir retirarla
de la Lista 1 de Estupefacientes de la ONU.
4) Respetar y promover el uso tradicional e industrial benéfico de la
coca, para lo que es necesario realizar estudios serios sobre su
actual consumo y sus posibilidades a futuro.
5) Limitar y racionalizar su cultivo y producción hasta lo
estrictamente necesario para el consumo tradicional e industrial
benéfico y, por supuesto, respetar la cantidad de cocaína
necesaria para usos terapéuticos.
6) No a la estrategia de coca y cocalero cero, pero sí a
“narcotráfico” y cocaína ilegal cero.
7) Para limitar el cultivo de coca, se debe impulsar programas de
desarrollo rural integral sostenible y sustentable con la
participación real de los agricultores y autoridades locales.
8) Los programas deben estar orientados hacia la construcción de
mercados locales, regionales y nacionales y no hacia productos
sustitutos de exportación para TLCs: la selva alta no es apta para
agricultura de exportación debido a su fragilidad ecológica y medio
ambiental.
9) Los países andinos deben discutir, aprobar e impulsar una
política de Estado sobre coca y drogas, no sobre drogas con la
coca subordinada al rol de ser fumigada y eliminada. No debe
impulsarse la Política de Estados Unidos por ineficaz y por ser una
estrategia para el control de los recursos naturales de la
Amazonía: gas, petróleo, agua, maderas, recursos biogenéticas,
principios activos de plantas y animales, culturas autóctonas,
conocimientos ancestrales……
Por: Hugo Cabieses, economista, Partido Socialista.
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