El fundador de Wikileaks, buscado por las autoridades de EE UU por desvelar las atrocidades de las guerra de Iraq y Afganistán, presenta problemas mentales, según la jueza, y su vida correría peligro si es extraditado y mantenido en total aislamiento.
Julian Assange no será extraditado a Estados Unidos. Al menos por ahora. En la mañana de este 4 de enero la justicia británica ha hecho pública su decisión de no entregar al fundador de Wikileaks a las autoridades estadounidenses. La juez Vanessa Baraitser, encargada del caso, considera demostrado que Assange presenta problemas mentales y existe un alto riesgo de suicidio si es procesado en Estados Unidos y encarcelado en “condiciones de casi total aislamiento”.
Hace un año, en abril de 2019, la foto de la detención de Assange en la embajada ecuatoriana, donde había pasado los últimos siete años de su vida, dio la vuelta al mundo. Desde entonces, el australiano se encontraba detenido en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, cerca de Londres, a la espera de una decisión sobre la extradición a Estados Unidos.
No fueron las motivaciones políticas ni la vulneración de la libertad de prensa lo que convenció a la juez británica, sino los supuestos problemas mentales de Assange y el riesgo para su vida ante una posible extradición
Después de que la acusación por violación en Suecia fuera archivada, el Gobierno de EE UU mantenía una orden de búsqueda y captura por 17 cargos de espionaje y un cargo adicional de pirateo informático. No fueron las motivaciones políticas ni la vulneración de las libertades lo que convenció a la juez británica, sino los supuestos problemas mentales de Assange y el riesgo para su vida ante una posible extradición.
A medida que se acercaba la fecha, aumentaban las presiones desde todos los campos. El relator especial de la ONU sobre la Tortura, Nils Melzer, vinculaba el caso con la ofensiva de los Estados contra el periodismo de investigación: “Si Julian Assange es condenado, será una sentencia de muerte para la libertad de prensa”.
Todo empezó el 5 de abril de 2010, cuando el mundo pudo ver, gracias al portal de investigación fundado por Assange, las imágenes de soldados estadounidenses masacrando a civiles en Bagdad desde un helicóptero. Y unos meses después, Wikileaks destapó 90.000 documentos sobre la guerra de Afganistán en los que se evidenciaban graves violaciones de los derechos humanos. Y el 22 de octubre de 2010, una nueva filtración, esta vez de 400.000 documentos, mostraban las atrocidades de la guerra de Iraq.
El conocido caso del Cablegate, donde Wikileaks hizo públicos 250.000 documentos del Departamento del Estado, o la difusión de los horrores de las cárceles de Guantánamo y Abu Ghraib colocaron a Julian Assange como uno de los principales enemigos de la Casa Blanca. “Se está creando un sistema criminal ante nuestros propios ojos”, decía Nils Melzer. En esta ocasión ha conseguido evitar la extradición, pero todavía está lejos de ser libre y reparado por diez años de persecución y aislamiento.
«Están juzgando a Assange por ejercer el periodismo y revelar información auténtica de interés público»
Carlos Enrique Bayo
La periodista de investigación Serena Tinari ha hecho desde Berna decenas de documentales exclusivos para la Swiss Broadcasting Corporation, la televisión pública de Suiza. Ahora, ha lanzado la iniciativa #PeriodistasAlzanLaVozPorAssange, que ha reunido ya más de 1.600 firmantes de 99 países, y está empeñando toda su capacidad profesional en destapar la campaña de propaganda y calumnias contra Wikileaks lanzada por EEUU y Reino Unido para destruir a su creador.
Serena Tinari lleva trabajando en prensa escrita, online, radio y televisión desde 1994, especializada en periodismo de investigación sobre sanidad, derechos humanos y seguridad digital. De origen italiano pero establecida en la capital suiza, Berna, en 2015 fue cofundadora de Re-Check, una ONG suiza dedicada a destapar affaires sobre salud pública que produce publicaciones en múltiples idiomas, da apoyo a redacciones en todo el mundo y ofrece talleres de trabajo sobre cómo investigar en profundidad temas de medicina, sanidad y conflictos de interés.
Instructora de ética y estándares periodísticos, Tinari es portavoz y moderadora de la Global Investigative Journalism Network (Red Global de Periodismo de Investigación), miembro del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y referente de documentales en la Swiss Broadcasting Corporation, la televisión pública de Suiza. Cuenta con varios galardones internacionales, incluido el Premio Daniel Pearl, concedido por el ICIJ por su investigación sobre el fármaco Tamiflu.
Tinari ha puesto en marcha la mayor movilización mundial de periodistas en defensa de Julian Assange, que ya reúne a 1.637 profesionales de un centenar de países decididos a alzar su voz para impedir la agresión contra la libertad de información que supone el proceso de extradición del creador de Wikileaks, por haber revelado crímenes de guerra cometidos por los mismos que ahora quieren condenarle a morir en la cárcel.
¿Cómo surgió la iniciativa #JournalistsSpeakUpForAssange (#PeriodistasAlzanLaVozPorAssange)?
Nació en octubre de 2019. Yo envié un mail al Global Investigative Journalism Network (GIJN o Red Global de Periodismo de Investigación) preguntando a mis colegas si podían dormir por las noches sabiendo lo que estaba ocurriendo con Assange. Yo ya no podía conciliar el sueño. Me sentía avergonzada por no haber seguido el caso de cerca. Y estaba muy preocupada –y sigo estándolo– por su destino y por las consecuencias que tiene este caso para la libertad de prensa, los alertadores de corrupción y abusos (whistleblowers), y para el periodismo de investigación.
El neozelandés Nicky Hager y el esloveno Blaž Zgaga se pusieron en contacto conmigo y decidimos lanzar la iniciativa. Otros periodistas de investigación de diferentes países nos ayudaron con el texto (en ocho idiomas), y especialistas en tecnología de la información se prestaron voluntarios para ayudarnos con la página web y un sistema seguro de recoger firmas. La declaración fue difundida el 6 de diciembre de 2019 con un primer grupo de 200 nombres. Ya somos más de 1.600, de 99 países. Muchos son periodistas de investigación, pero la hemos abierto a todos los que ejercen alguna tarea relacionada con el periodismo, así como a los whistleblowers y a los que trabajan en derechos digitales y transparencia.
Estamos todavía reuniendo firmas. Durante el pasado año hemos seguido enviando a nuestros firmantes actualizaciones periódicas de las vistas sobre la extradición en Londres, que el periodista de investigación Tareq Haddad ha estado cubriendo para nosotros. Tareq se sumó a nosotros tres en los últimos meses y es un gran refuerzo para nuestro pequeño pero pertinaz equipo. Todo lo que hacemos se sustenta en trabajo voluntario. Yo sufrago los costes relacionados con la página web.
Lo principal es que estamos escarbando más a fondo para tratar de desentrañar qué ocurrió exactamente en estos últimos diez años. ¿Qué agencias y estados hicieron posible que quedase atrapado en un limbo legal? ¿Cómo es posible que sus derechos humanos fueran violados flagrantemente? ¿Quién hizo qué y cuándo? Estamos en la fase de recaudar fondos y todas las propuestas son bienvenidas en speak-up-for-assange.org.
¿Qué sabe de la actual situación y condición física de Assange?
Assange está detenido en una prisión de alta seguridad de Londres. Pasa en aislamiento más de 20 horas al día. Esa prisión de Belmarsh es conocida como «la Guantánamo británica». Hace muchas semanas que su familia le envió ropa de abrigo, pero no se la han entregado, sino que ha quedado almacenada en el edificio. Tiene una salud quebrantada a causa de la falta de atención médica tanto en la embajada como en prisión. Y porque ha padecido torturas desde hace diez años, como demostró la investigación del relator de la ONU sobre la Tortura, Nils Melzer.
«Casi 300 médicos de todo el mundo han proclamado temer que Assange pueda morir en prisión»
Durante las sesiones del juicio escuchamos diversos testimonios de médicos sobre su preocupante estado de salud, advertencias que también han sido planteadas por la iniciativa Doctors For Assange, casi 300 médicos del mundo entero que han proclamado tener «serios temores, en base a la información disponible, de que el señor Assange pueda morir en prisión». En Belmarsh, su acceso a familiares y abogados es muy limitado, incluso desde antes de las limitaciones por la covid. En una ocasión le facilitaron un laptop, pero tenía las teclas adheridas, así que no se podía trabajar con él. Y desde que empezaron los confinamientos su acceso al mundo exterior ha sido todavía más limitado.
¿Qué consecuencias tendría la extradición de Assange a EEUU, tanto para él como para la libertad de información?
EEUU ha anunciado sin ambages que lo encarcelará en un centro de máxima seguridad y quedará sometido a un estatus especial, con limitadísimos contactos con el mundo exterior. Los abogados y familiares tampoco podrán hablar públicamente sobre el caso. Son 175 años de cárcel, así que morirá en prisión. Sus médicos estiman que si es extraditado es muy probable que cometa suicidio.
«Su extradición supondría el fin de gran parte de la libertad de prensa, tal como hoy la conocemos»
Si Assange es extraditado, se abrirá la puerta a hacer lo mismo a cualquier periodista o editor en cualquier lugar del mundo. Él es ciudadano australiano, así que mañana podemos encontrarnos con que sea normal que China consiga la extradición de ciudadanos españoles, por ejemplo. Ha sido procesado por revelar información verdadera de interés púbico; por tanto, se le juzga por ejercer el periodismo. Eso supondría el fin de gran parte de la libertad de prensa, tal como hoy la conocemos, y tendría un efecto devastador sobre el periodismo de investigación en todo el mundo.
¿Por qué están tan empeñados EEUU y el Reino Unido en perseguir a Assange, por encima de los principios legales y los derechos humanos?
Buena pregunta. Assange sacó a la luz crímenes de guerra y violaciones de los derechos humanos cometidos por EEUU. Las revelaciones de Chelsea Manning y de otros whistleblowers [alertadores] a Wikileaks nos mostraron los verdaderos colores de este mundo. No cabe duda de que este tipo de trabajo no gusta al Departamento de Estado [de EEUU]. Y el papel que está jugando el Reino Unido es muy cuestionable. Este 4 de enero, fecha en la que se emitirá la sentencia sobre su extradición, sabremos hasta dónde quieren llegar.
En la vista oral pudimos ver lo débil que es el caso contra Assange. El Reino Unido debería denegar la extradición por muchísimas razones… desde el espionaje que se ha hecho de sus comunicaciones confidenciales con abogados y médicos, al hecho de que en EEUU le espera una cadena perpetua, además de que no robó ninguna información y publicó lo mismo y a la vez que grandes medios de comunicación (¿van a imputarlos también?). Y muchos otros dobleces de este procesamiento chapucero, porque la causa planteada por la Fiscalía de EEUU es defectuosa a muchos niveles. ¿Avalará todo esto el Reino Unido?
¿Cómo pueden ayudar a Assange sus seguidores y los que están preocupados por la libertad de información?
«Necesitamos ser millones. Tenemos que poner a nuestros políticos bajo presión»
Alzando la voz. Necesitamos que esto sea algo que preocupe a todo el mundo y de lo que todos hablen. Los medios de comunicación están a menudo en silencio sobre este caso, lo que constituye un grave problema. También, mucha gente se ha creído la propaganda y la campaña de calumnias de la que ha sido objeto. En cuanto la gente conozca los hechos, todos se indignarán y se pondrán de su lado inmediatamente. Necesitamos ser millones. Tenemos que poner a nuestros políticos bajo presión.
¿Qué planes futuros tienen en la campaña para reivindicar a Assange y su legado?
Hay varios grupos de activistas que luchan como leones por él. Apuesto que todos ellos seguirán luchando, pase lo que pase el 4 de enero y en fechas posteriores. Pondremos en marcha recursos, apelaciones…
Como plataforma #JournalistsSpeakUpForAssange, tampoco nos rendiremos. Y haremos todo lo que podamos, sobre todo aquello en lo que somos mejores: periodismo de investigación tal como ya estamos haciendo ahora mismo sobre el caso Assange.
. @tableroglobal
Leave a Reply