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Lage y Pérez Roque. Filtra la dirigencia de Cuba pruebas contra los funcionarios destituidos

Lage y Pérez Roque. Filtra la dirigencia de Cuba pruebas contra los funcionarios destituidos

La Habana, 27 de junio. La dirigencia cubana está difundiendo información a puertas cerradas sobre las destituciones del ex vicepresidente Carlos Lage y el ex canciller Felipe Pérez Roque, según la cual ellos y otros funcionarios integraron un grupo que actuaba concertadamente; algunos repudiaron a líderes de la vieja guardia y uno trabajaba para el Centro Nacional de Información (CNI) de España.

Lage y Pérez Roque fueron destituidos el 2 de marzo, junto con el entonces vicepresidente del Consejo de Ministros, Otto Rivero, y el jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Cuba (PCC), Fernando Remírez, a quienes se identifica con el grupo, igual que a Carlos Valenciaga, quien fue cesado meses antes como jefe de despacho de Fidel Castro.

Entre los involucrados hay ahora tres detenidos, de acuerdo con versiones extraoficiales: el presunto agente Conrado Hernández, ex director de la oficina en Cuba de la Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial, una dependencia del gobierno del País Vasco de apoyo a las exportaciones; el médico Raúl Castellanos Lage, ex funcionario del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular y primo del ex vicepresidente, y una mujer a la que se relaciona con el primero.

Hay una aparente consecuencia del episodio. Después de entrevistarse en Praga el 12 de mayo con el canciller cubano Bruno Rodríguez, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, confirmó a la prensa el “relevo” del personal del CNI asignado a su embajada en La Habana.

La información difundida por el liderazgo cubano se basa en videos, fotos y grabaciones de conversaciones directas y telefónicas interceptadas desde hace al menos unos tres años por la Seguridad del Estado. A partir de testimonios de personas que tuvieron acceso a esos informes, La Jornada puede ahora reconstruir algunos de sus tramos sustanciales.

De acuerdo con las versiones, el grupo esperaba que Lage quedara como el número dos de la dirigencia cubana, cuando Raúl Castro iba a ser elegido jefe de Estado y de gobierno el domingo 24 de febrero de 2008.

Una noche antes se casaron formalmente Castellanos y la mujer con quien tenía 10 años de convivencia; la fiesta fue en la terraza del hotel Ambos Mundos, en el centro histórico de La Habana.

Ese mismo sábado sesionó el Buró Político del PCC para acordar la lista que se presentaría al día siguiente al Parlamento, para integrar el Consejo de Estado.

Según los reportes citados, Lage salió de la reunión del Buró Político a la fiesta, donde contó que el elegido no era él, sino José Ramón Machado Ventura. Hubo una reacción exaltada de Pérez Roque y agrias expresiones de Hernández y Castellanos, dicen las reseñas. Desde ahí Lage relató lo mismo por celular a Valenciaga.

De acuerdo con los testimonios, la postulación de Machado como candidato único a vicepresidente primero de los consejos de Estado y de ministros se supo en círculos oficiales en España al despuntar la mañana del domingo 24, madrugada en Cuba, horas antes de que fuera un dato público.

¿Cómo pudo filtrarse tan rápido una información reservada?

Según los reportes, la clave era Conrado, quien ya detenido y sentado en un sofá reconoce ante una cámara que aquella noche salió de la fiesta para transmitir la novedad a sus contactos españoles. Admite que su empleo formal como representante comercial del País Vasco sirve de tapadera para su labor de informante del CNI.

Sin fincar acusaciones explícitas, dicen los testimonios, los videos recuerdan que los servicios de inteligencia españoles tienen acuerdos para compartir información con los de Estados Unidos.

Hasta ahora la única explicación pública del caso es la que dio Fidel Castro el pasado 4 de marzo, en la que dijo, al aludir a Lage y Pérez Roque: “La miel del poder por el cual no conocieron sacrificio alguno despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno. El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos”.

Alrededor de la tercera semana de abril pasado empezaron a exhibirse varios videos, primero a altos dirigentes del PCC, de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), del gobierno, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, del Ministerio del Interior y de misiones en el exterior.

Luego se exhibieron las grabaciones a directivos regionales e intermedios de las mismas instituciones y finalmente a militantes de base del PCC y de la UJC, de la capital y de la provincia, de tal forma que es posible que ya se cuenten por miles los espectadores del informe audiovisual.

En algunas de esas reuniones se ha dicho a los asistentes que están autorizados para relatar lo que han visto, pero a nadie se le ha permitido entrar a las exhibiciones con algún objeto en la mano. Explícitamente está prohibido llevar grabadoras, celulares, cámaras fotográficas, memorias, libretas y hasta bolígrafos.

Se han realizado al menos dos tipos de sesiones: unas de cerca de tres horas de duración y otras de más de seis, con uno o dos videos de la intervención de Raúl Castro el 2 de marzo, otro sobre acciones de los involucrados y uno más respecto del caso de un negocio con inversionistas italianos, que resultó fallido y cuya autorización se le atribuye a Lage.

Gerardo Arreola
Corresponsal


 

“El espionaje español conoce tu debilidad y se te va metiendo…”

El empresario Conrado Hernández, delegado del Gobierno vasco en Cuba, admite en un vídeo que colaboró con el CNI.-La grabación sirvió para echar del poder a Lage y Pérez Roque
MAURICIO VICENT – La Habana – 28/06/2009

“No me pasaron la bola”, se lamenta en clave de béisbol el ex vicepresidente cubano Carlos Lage a Carlos Valenciaga, ex secretario de Fidel Castro, tras conocer que no sería él, sino el dirigente histórico José Ramón Machado Ventura, quien acompañaría a Raúl Castro como segundo en la dirección del país. La conversación, grabada por los servicios de seguridad cubanos durante la víspera de la elección de Raúl como presidente, el 24 de febrero de 2008, es una de las pruebas que aparecen en un vídeo proyectado a los militantes del Partido Comunista Cubano (PCC) a modo de explicación oficial de los ceses de Lage, del ex canciller Felipe Pérez Roque y del ex responsable de Relaciones Internacionales del Comité Central del PCC, Fernando Remírez de Estenoz.

Los tres altos dirigentes eran investigados desde más de un año antes de su destitución, según se desprende del vídeo, cuyo contenido ha sido revelado a EL PAÍS por tres fuentes distintas que lo vieron. La filmación tiene dos versiones: una de tres horas y otra de seis. Al principio fue exhibido solo a dirigentes, pero ya está siendo proyectado a militantes de base del PCC, que para verlo han de dejar móviles, bolígrafos, bolsos de mano y número de carné de identidad antes de entrar a la sala de proyección.

La filmación recoge la sesión ampliada del Buró Político que presidió Raúl Castro el 2 de marzo, cuando se determinó destituir a Lage, Pérez Roque y Remírez, así como relevar de sus cargos a varios ministros y reestructurar algunos organismos de la Administración central del Estado. El vídeo también incluye grabaciones de conversaciones telefónicas e imágenes tomadas por los servicios de seguridad a los tres ex dirigentes y al ingeniero industrial Conrado Hernández, compañero de Lage desde los tiempos de la Universidad y representante en Cuba de la Sociedad para la Promoción y Reconversión Industrial (SPRI) del Gobierno vasco.

Hernández fue detenido el pasado 14 de febrero en el aeropuerto de La Habana cuando se disponía a viajar a Bilbao, y es uno de los ejes del caso contra los tres dirigentes. Raúl Castro le atribuye realizar labores de espionaje para los servicios de inteligencia españoles, acusación que se apoya con la grabación de al menos un encuentro de Hernández con agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en un restaurante de La Habana. Según el vídeo, Conrado debía pasar informes sobre la salud de Fidel Castro y de otros dirigentes cubanos, sobre el programa energético que se lleva a cabo en la isla y sobre las relaciones de Cuba con Estados Unidos y otros países, como Rusia y China.

Otro personaje central de la historia, también arrestado, es el médico Raúl Castellanos Lage, primo de Lage y directivo del Instituto de Cardiología Vascular de la capital. Después de saber que no sería su pariente sino Machado Ventura el segundo hombre fuerte del país, Castellanos comenta que hubiera sido bueno haber acabado con la vida de Machado Ventura cuando tuvo un problema de corazón. “Se le hubiera hecho un buen servicio a la patria”, llega a decir.

En esencia, Raúl Castro acusa a los ex dirigentes de deslealtad, abuso de poder y de revelar a Hernández informaciones confidenciales, que él a su vez hacía llegar a los servicios secretos españoles. Aunque no se verbaliza de forma explícita, también se deja caer que los destituídos y sus amigos constituían un grupo que tenía complicidades y alimentaban ambiciones políticas, aunque en ningún momento se sugiere que estuvieran conspirando.

Fue Fidel Castro, en el artículo que escribió un día después de la destitución de Lage y Pérez Roque, el que más claro formuló la acusación: “La miel del poder (…) despertó en ellos ambiciones que los condujeron a un papel indigno”. “El enemigo externo se llenó de ilusiones con ellos”, afirmó entonces el líder comunista.

Durante su comparecencia, Raúl recuerda que el 23 de febrero de 2008 se efectuó una reunión del Buró Político en la que se elaboró la lista de candidatos para ocupar los puestos principales en el Consejo de Estado. Fue entonces cuando se decidió que Machado Ventura, de 78 años, ocupara el cargo de vicepresidente primero. “Lage estaba presente en la reunión por ser miembro del Buró Político, y Raúl Castro pidió máxima discreción hasta que al día siguiente el Parlamento votase la candidatura propuesta”, afirma una de las fuentes de EL PAÍS.

Según se dice en el vídeo, el médico Raúl Castellanos Lage celebró la fiesta de su boda esa misma noche en la azotea del hotel Ambos Mundos. Asistieron, entre otros, Carlos Lage, Conrado Hernández, Remírez y Felipe Pérez Roque. Es Conrado quien cuenta que Lage llegó a la fiesta con la cara desencajada y que al final reveló a los mencionados que Machado Ventura sería el número dos de la candidatura y no él. El ambiente festivo decayó. “Lo que era una fiesta se convirtió en un ambiente luctuoso”, dice Raúl Castro en un momento de la filmación.

“Pérez Roque llegó tarde y se enfadó. Dijo que eso no podía ser, que al día siguiente él iba a intervenir en la reunión del Parlamento e iba a decir que él no estaba de acuerdo”, afirman las fuentes que han visto el vídeo. En realidad, en la sesión del Parlamento del 24 de febrero el ex canciller no dijo nada.

Esa misma noche, la seguridad cubana interceptó una conversación de Carlos Lage con el ex jefe de despacho de Fidel Castro, Carlos Valenciaga. Hablan en argot del béisbol, el deporte nacional de Cuba. “No me pasaron la bola”, dice Lage, una expresión que viene a significar “me dejaron fuera de la jugada”. Valenciaga, de 35 años, insiste en que le diga quién es el número dos. Después de un breve intercambio, Lage se lo confiesa y se lamenta: “Así es la vida”.

En aquel momento Valenciaga ya era objetivo de la seguridad cubana debido a otra fiesta: la que realizó el día de su cumpleaños, el 16 de septiembre de 2006, cuando Fidel Castro se encontraba al borde de la muerte, después de caer enfermo dos meses antes. La celebración tuvo lugar en una sala del Palacio de la Revolución, muy cerca de donde convalecía el ex presidente cubano. En el vídeo, Raúl Castro enseña fotos del ex secretario de Fidel en plena pachanga, con gorra de comandante y con una botella en la entrepierna. Valenciaga fue destituído en verano de 2008 y desde entonces trabaja en los archivos de la Biblioteca Nacional José Martí.

Desde que comienza la reunión del Buró Político, antes de presentar ningún material grabado por la seguridad, Raúl Castro pide a Lage, Pérez Roque y Remírez que digan cuál era su relación con Conrado Hernández y con el doctor Castellanos Lage, las personas que a la postre motivaron su caída en desgracia. En específico, a los tres les pregunta sobre la fiesta del hotel Ambos Mundos y de lo que se habló allí. “Todos responden con evasivas, diciendo que no se acuerdan y tirando pelotas fuera”, asegura una fuente. En un momento determinado, Raúl Castro ironiza: “Oigan, ustedes tienen problemas de memoria”.

Posteriormente, Conrado Hernández, ya detenido, aparece en pantalla admitiendo que fue captado por el servicio español de espionaje. “Ellos conocen tus debilidades y se te van metiendo. Cuando te has dado cuenta, trabajas para ellos (…)”, dice el representante del SPRI en Cuba, que era seguido desde 2006. Revela, además, que la noche de la famosa fiesta del Ambos Mundos salió del lugar para informar a los servicios secretos. Según Raúl Castro, los servicios de inteligencia cubanos detectaron que horas antes de la reunión del Parlamento, la mañana del 24 de febrero, la noticia se había filtrado en España…

Entre los materiales ‘aportados’ por el contraespionaje cubano está la grabación de una comida en el restaurante El Templete, en La Habana Vieja. Tuvo lugar en 2007 y en ella participaron Conrado Hernández y uno de los hombres del CNI destacados en la capital cubana. Al final del almuerzo llega un segundo agente español. “La imagen prácticamente no se ve, pero el sonido es bueno. Conrado y el espía español se ponen de acuerdo en la información que más interesa y la que debe obtener”, coinciden las tres fuentes consultadas.

Los representantes del CNI en La Habana -adscritos a la Embajada española- niegan con vehemencia que Hernández fuera agente suyo y rechazan cualquier vinculación con el caso que hizo caer en desgracia a Lage y Pérez Roque. No descartan que Hernández fuera un agente cubano. Sin embargo, el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, anunció a mediados de mayo el relevo de los miembros del CNI, cuya salida de Cuba podría ser definitiva.

“La trama de espionaje corre paralela al gran objetivo del vídeo, que es demostrar que [los ex dirigentes cubanos] fueron desleales, permitieron abusos y alimentaron ambiciones de poder”, afirma uno de los militantes comunistas que habló con EL PAÍS. Tanto en la versión de seis horas como en la de tres se descubren conversaciones e imágenes que ponen de manifiesto el ambiente de camadería del grupo, cómo Conrado Hernández organizaba fiestas para sus amigos en la finca que tenía en Matanzas, y también cómo visitaba con asiduidad las oficinas de los ex dirigentes, que le daban información y hacían todo tipo de favores. “Conrado llegó a pedirle al ex canciller Felipe Pérez Roque que lo ayudase a obtener un pasaporte diplomático, y este se lo consiguió en 24 horas; y también logró que Lage le apoyara para desviar un río y que pasara por su finca de Matanzas”.

Entre partidas de dominó, piernas de cerdo y tragos de ron cortesía de Conrado Hernández, los amigos hacían bromas subidas de tono sobre la elevada edad de los dirigentes históricos, y en especial sobre Machado Ventura, calificado de “fósil viviente” y de “dinosaurio” por alguno de los comensales. Según Raúl Castro, Castellanos Lage era el que más comentarios “contrarrevolucionarios” hacía, hasta el punto que él llegó a recibir un anónimo del hospital donde trabajaba.

Este anónimo, que desató las alertas, daba cuenta de que el doctor Castellanos Lage -que llegó a ser segundo del Departamento Ideológico del Comité Central en época de Carlos Aldana, que fue número tres en la jerarquía cubana- estaba constantemente hablando mal de la revolución y de los dirigentes históricos. Fue él quien hizo el comentario de que ayudar a los problemas de corazón de Machado Ventura representaría un “buen servicio” para la patria. Fue arrestado el pasado 1 de marzo.

Conrado Hernández fue detenido el 14 de febrero junto a su esposa en el aeropuerto de La Habana. El 27 de febrero la oficina de la SPRI en La Habana fue sometida a un registro, y la policía se incautó de numerosos documentos. Según se dice en el vídeo, en el momento que se llevaba a España fotos y grabaciones de sus supuestos amigos Carlos Lage, de 57 años, Fernando Remírez (57) y Felipe Pérez Roque (44). Dentro y fuera de Cuba, muchos los consideraban el relevo de la revolución.

 

 

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