En la guerra digital, una de las ramas digitales del Estado Islámico, el Cíber Califato, atacó con un éxito rotundo los canales de televisión, el portal y varias páginas de Twitter y Facebook del grupo de televisión francés TV5 Monde.
La guerra moderna prospera en la red. Las acciones montadas a partir de Internet por los grupos islámicos radicales se han convertido en una nueva dimensión de la confrontación entre las invasoras potencias occidentales y estos movimientos. 2015 es el año de la guerra digital. Nada resume mejor esta nueva configuración que los mensajes escritos por los allegados a los radicales sunnitas del Estado Islámico que prosperan en la red desde principios de año. Uno de ellos difundido a través del dispositivo Pastebin decía a finales de marzo: “Vivimos en una época donde la guerra mediática es más fuerte que el sable”. La frase no es anodina porque ya se tradujo en operativos dañinos. El último de ellos eligió a Francia como objetivo. Los ciberjihadistas del Estado Islámico demostraron una vez más que no sólo el EI está trastornando el orden occidental en Medio Oriente sino que también se sabe servir perfectamente de la tecnología digital para trasladar la guerra al corazón del Oeste. Una de las ramas digitales del Estado Islámico, el Cíber Califato, atacó con un éxito rotundo los canales de televisión, el portal y varias páginas de Twitter y Facebook del grupo de televisión francés TV5 Monde.
A las diez de la noche del pasado 8 de abril, el Cíber Califato consiguió que TV5 Monde interrumpiera su programación en los once canales que posee y que el portal de Internet de grupo quedara fuera de servicio. Nunca hasta ahora los ciberjihadistas habían llegado tan lejos. Yves Bigot, el director de canal, reconoció que el cíber ataque había sido de “una potencia inaudita”. TV5 Monde es una empresa audiovisual importante, sólida y con sistemas de seguridad sofisticados. Sin embargo, los jihadistas digitales se pasearon como en su casa. Durante el ataque, el Cíber Califato ocupó el portal web de TV5 Monde, colocó un afiche con las siglas del Estado Islámico, subió videos de propaganda y difundió amenazas contra los militares franceses. Entre los documentos que los ciberterroristas hicieron circular en las cuentas de Twitter y Facebook de TV5 Monde había incluso las hojas de vida (curriculum vitae) y las cédulas de identidad de personas allegadas a los militares franceses que participan en las operaciones contra el Estado Islámico.
La envergadura del operativo contra la televisión francesa tomó desprevenidos a los especialistas en este tipo de guerra digital, aunque es la primera que el Cíber Califato pasa a la acción. El grupo apareció a principios de enero, cuando, en su paso inaugural, alteró la cuenta de Twitter del Centcom, el Comando Central norteamericano para Medio Oriente y Asia. Un mes más tarde, en febrero, el Cíber Califato tomó el control, durante varios minutos, del portal del semanario Newsweek. En los mensajes colgados en el ataque de enero, el cibercomando decía: “Soldados estadounidenses, vamos por ustedes, vigilen sus espaldas. Sabemos todo sobre ustedes, sobre sus esposas, sus hijos”. Y no es todo, los piratas difundieron también una lista de direcciones, números de teléfonos y nombres de generales y soldados del Comando Central, con sede en Florida. 2015 parece marcar el inicio de una nueva etapa dentro de esta confrontación entre las potencias occidentales y el Estado Islámico. “El Cíber Califato, bajo los auspicios del ISIS (Estado Islámico), continúa su CiberJihad. Mientras Estados Unidos y sus satélites asesinan a nuestros hermanos en Siria, Irak y Afganistán nosotros ingresamos en sus redes y aparatos personales y sabemos todo sobre ustedes”, advertía uno de los mensajes que circularon en enero y febrero.
Los que el Cíber Califato dejó en la red durante el operativo contra TV5 Monde son de la misma naturaleza. “Soldados de Francia, manténganse apartados del Estado Islámico. Tienen la suerte de salvar a sus familias, aprovechen”, decía un mensaje puesto en Facebook. Otro de los textos acusaba al presidente francés, François Hollande, de haber cometido “una falta imperdonable” al haberse metido en una guerra “que no sirve para nada” y que es la causa por la cual “los franceses recibieron los regalos de enero en Charlie Hebdo y en el Hyper Kasher” (los ataques contra el semanario satírico Charlie Hebdo y el supermercado judío del Este de París, en enero pasado, que causaron la muerte de 17 personas).
Internet siempre fue un territorio ideal de difusión de la propaganda Jihadista. Ahora, sin embargo, se ha pasado a otra dimensión: la red se convirtió en un territorio más de la guerra, con sus consiguientes deterioros digitales. Prueba de ello es la visible reorganización de la manera de actuar y las órdenes dadas por la cúpula del Estado Islámico a sus simpatizantes y militantes a través de las redes sociales. A finales de marzo pasado, fueron directamente los responsables de la comunicación del EI quienes, a través de un mensaje video filmado en Siria, llaman a la guerra digital. El mensaje, titulado “Carta a los caballeros de los medios”, daba instrucciones para usar la red como escenario de la guerra. “Nuestra guerra es también una guerra mediática. (…) Estados Unidos y el Reino Unido desplegaron sus armas en el Net para combatir al Estado Islámico. Alá los venció. No pudieron detener al Estado Islámico en la red.” Twitter, Facebook y otros mastodontes cerraron decenas de cuentas usadas por los allegados a estos grupos. Pero vuelvan a prosperar la semana siguiente con otros nombres. Jack Dorsey, cofundador de Twitter, recibió una advertencia directa con un post colgado en otra red muy usada por los ciberjihadistas, Juspaste.it: “La guerra virtual que usted libra contra nosotros le va a valer una de verdad”, decía el texto. Facebook y Twitter juegan al gato y al ratón con los ciberjihadistas. Hay, con todo, un cambio mayor: Internet y sus redes sociales han dejado de ser un mero espacio de rebote o de promoción accidentada para convertirse en un órgano de prensa global. A su vez, Internet es un arma suplementaria y de una eficacia de largo alcance. Jean-Pierre Verines, el responsable informático de TV5 Monde, comentó que el ataque contra el canal fue de “una destrucción fenomenal, metódica, impresionante. Llegaron a encontrar los servidores encriptados entre miles de computadoras de la empresa”.
Pese a la amplitud de este ciberataque, los especialistas mantienen sus dudas sobre la filiación real entre el Cíber Califato y el Estado Islámico. Por ejemplo, un detalle despierta sospechas: los mensajes publicados en árabe por el Cíber Califato están llenos de faltas, lo que conduce inevitablemente a concluir que, tal vez, sus integrantes no sean del todo de idioma árabe. Británicos y norteamericanos creen que quien mueve los hilos del Cíber Califato es un británico. Se trata de Junaid Hussain, un joven de 20 años que en 2012 pirateó la agenda del ex primer ministro Tony Blair antes de partir hacia Siria. En ese país también abundan las estrategias digitales. En enero de este año, un autodenominado Ejército Electrónico Sirio, supuestamente el brazo digital del régimen de Bashar al Assad, pirateó la cuenta Twitter del diario Le Monde y puso un mensaje que decía: “Yo soy Charlie”. “La libertad de expresión no es mejor que la libertad religiosa.” La realidad toma ya el camino de la ficción y muestra de paso los limites de esa otra ficción según la cual todo está bajo control, para lo bueno y para lo peor.
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