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Mensaje íntegro del acto de toma de protesta como presidente legítimo. Andrés Manuel López Obrador

Con el puño en alto, seguidores de Andrés Manuel López Obrador cantan el
Himno Nacional Mexicano, la tarde de ayer en el Zócalo capitalino 


 


 Amigas y amigos:

Les agradezco su presencia y su respaldo. Al ver de nuevo este Zócalo
repleto y lleno de entusiasmo, reafirmo lo que siempre he pensado: con
gente como ustedes nada es imposible. Aquí está la muestra de lo que
somos y de lo que seremos capaces de llevar a cabo.

Hemos resistido ante el embate permanente de nuestros adversarios,
quienes han intentado, una y otra vez, destruirnos políticamente. De poco
les ha servido someter y envilecer a casi todos los medios de
comunicación para atacarnos con saña y vulgaridad.

Y sin embargo, aquí están ustedes, y muchos otros que no pudieron
acompañarnos, que no se rinden ante la adversidad y están decididos a
seguir luchando por nuestro ideal de convertir a México en una patria
justa, libertaria y progresista.

Por eso les expreso toda mi admiración y respeto. Es un honor ser
presidente legítimo de México y, sobre todo, es un honor ser dirigente de
hombres y mujeres libres como ustedes.

También celebro de que nos reunamos en esta fecha tan importante y
significativa, hoy 20 de noviembre, cuando conmemoramos el aniversario de
la Revolución Mexicana, que liberó a nuestro pueblo de la dictadura
porfirista y conquistó derechos sociales para todos.

Con este acto fortalecemos la defensa de la voluntad popular y, al mismo
tiempo, rendimos homenaje a quienes, a lo largo de la historia, han
luchado por la libertad, la democracia, la justicia y la soberanía
nacional.

Estamos aquí congregados porque, ante el fraude electoral del 2 de julio,
decidimos declarar abolido el régimen de corrupción y privilegios y
comenzar la construcción de una nueva República.

A pesar del coraje, la tristeza y los avatares del conflicto
poselectoral, hemos sabido interpretar los acontecimientos y tomar
decisiones de fondo.

Estamos conscientes que una oligarquía neofascista se adueñó por entero
de las instituciones políticas del país y están decididos a mantener y
acrecentar sus privilegios, sin escrúpulos morales de ninguna índole. A
esta minoría rapaz no le importan ni la tranquilidad, ni la estabilidad,
ni el futuro de México, ni mucho menos el destino de millones de
mexicanos que padecen necesidades y carencias, o que sobreviven en la
pobreza y el olvido.

Ante esta realidad, fue acertado no sólo rechazar la imposición, sino
renunciar a seguirles el juego del engaño, la farsa y la simulación,
propios de la política tradicional mexicana.

Esto es lo que más les molesta, el que no entremos al molde; por eso
vociferan que no somos una izquierda moderna, cuando en realidad lo que
quieren es que aceptemos negociar o transar con la voluntad popular.

Aceptar las reglas del actual régimen implica no sólo un acto de traición
al pueblo de México, sino posponer indefinidamente el cambio democrático
y resignarnos, impotentes, ante las tropelías de las élites económicas y
políticas, secuestradoras de las instituciones públicas.

Me han atacado sin tregua porque dije ¡Al diablo con sus instituciones!
Pero no fuimos nosotros quienes las echaron a perder. Fueron “ellos”.
Quizá debí ser más preciso y decir: ¡Al diablo con las ruinas de
instituciones que nos quieren imponer, luego de envilecerlas y
desmantelarlas!

Afortunadamente, hoy somos millones los mexicanos que no estamos
dispuestos a aceptar más atropellos. Por eso ha sido y es muy importante
optar, en primer término, por la conformación del gobierno legítimo y,
paso a paso, sin falsas ilusiones y sin atender burlas despreciables,
seguir construyendo la nueva República y las instituciones democráticas
que le corresponden.

Los poderosos se imponen con el dinero, el prejuicio racista y clasista,
las injusticias, la ilegalidad y la manipulación de muchos medios de
comunicación. Trabajan contra los intereses populares y, para no ir más
lejos, allí están los aumentos de la leche, el diesel y la gasolina.

Nosotros, por el contrario, sólo disponemos de lo mero principal: la
voluntad de cambio de millones de personas libres y conscientes. Tenemos
de nuestro lado, y lo decimos con orgullo, con alegría y entusiasmo, a
ese sector inmenso del pueblo mexicano que tiene hambre y sed de
justicia, como dijo bíblicamente en su tiempo el prócer de la democracia,
don Francisco I. Madero.

El gobierno legítimo, que hoy toma protesta, comienza una transformació n
democrática a fondo.

El propósito fundamental del gobierno legítimo, reitero, será proteger
los derechos del pueblo, defender el patrimonio de todos los mexicanos y
la soberanía nacional.

Este gobierno, cuyas instituciones nacen de la voluntad general, ha de
elaborar iniciativas de ley que promoverán los legisladores del Frente
Amplio Progresista y diseñará estrategias que protejan el patrimonio
nacional y los intereses de las mayorías. También propondremos a los
gobiernos municipales y estatales afines políticas de desarrollo social
en beneficio de los sectores más pobres y excluidos.

Precisamente, ya estamos elaborando una propuesta al nuevo Gobierno del
Distrito Federal, para que implemente un mecanismo y aquí, en el DF, la
leche Liconsa siga costando 3.50 y no 4.50 como quiere la derecha
reaccionaria. Estoy seguro que Marcelo Ebrard, con su sensibilidad social
y política que lo caracteriza, sabrá responder con lealtad a los pobres
de la ciudad de México.

Las primeras 20 medidas del ”gobierno legítimo”

Hemos constituido un gabinete con mujeres y hombres honestos y
comprometidos con las mayorías y las minorías legales y legítimas. Son
seis hombres y seis mujeres los que me acompañarán en el desempeño del
gobierno. Este equipo formulará diagnósticos de los principales problemas
del país y propondrá soluciones o recomendaciones, según sea el caso.

Por ello, desde hoy anunciamos las primeras 20 medidas de este gobierno
del pueblo:

1. Impulsaremos un proceso para la renovación de las instituciones
públicas. Junto con la comisión creada para este fin por la convención
nacional democrática, llamaremos a un debate nacional y promoveremos un
plebiscito para la elaboración de un nuevo marco constitucional.

2. Defenderemos el derecho a la información y demandaremos la apertura de
los medios de comunicación a todas las expresiones de la sociedad.

De manera particular, estaremos atentos a la decisión que tome la Suprema
Corte ante el recurso de inconstitucionalida d presentado por un grupo de
senadores contra la llamada ley Televisa. Pero como no confiamos en el
recto proceder de la mayoría de los ministros, de todas maneras
presentaremos, en su momento, una iniciativa de reforma que garantice la
pluralidad y haga posible la democratizació n de los medios de
comunicación.

3. Atenderemos el grave problema migratorio insistiendo en el cambio de
la política económica para la generación de empleos en nuestro país. Nos
opondremos a la construcción del muro fronterizo y protegeremos del
maltrato, la discriminació n y la violación de los derechos humanos a los
mexicanos que se han visto obligados a ir a trabajar a Estados Unidos.

4. Denunciaremos permanentemente cualquier injusticia y vigilaremos la
actuación de ministerios públicos, jueces, magistrados y ministros, que
sólo se dedican a “legalizar” los despojos que comete el fuerte frente al
débil y a garantizar impunidad para delincuentes de cuello blanco.

Y reafirmamos que sin justicia no es posible que haya seguridad pública,
ni tranquilidad ni paz social. También decimos que no se puede enfrentar
al crimen organizado si no se aplica la ley al parejo y sólo se castiga a
una banda para proteger a otra.

Reiteramos que no permitiremos la utilización del Ejército o de las
policías paramilitares para reprimir la inconformidad del pueblo que
lucha por la justicia y la libertad.

Desde aquí volvemos a expresar nuestra solidaridad con el pueblo humilde
y digno de Oaxaca, que es víctima de la represión, y demandamos la
destitución de Ulises Ruiz, ese gobernador cacique y siniestro, así como
el retiro de la Policía Federal Preventiva y el castigo a los
responsables de los asesinatos.

5. Enviaremos a los legisladores del Frente Amplio Progresista una
iniciativa de ley para elevar a rango constitucional el combate a la
corrupción y hacer valer la austeridad republicana.

Es indispensable considerar como delitos graves el tráfico de
influencias, el conflicto de intereses, el nepotismo y hacer negocios al
amparo del poder público. También debe definirse un límite a los sueldos
y prestaciones de los altos funcionarios públicos de los tres poderes de
la Unión y de todos los niveles de gobierno. Es inaceptable que un
ministro de la Corte esté recibiendo alrededor de 500 mil pesos
mensuales, por sólo poner un ejemplo.

Asimismo, se propondrá la cancelación de las pensiones a los ex
presidentes. Nunca más un gobierno rico con pueblo pobre.

6. No permitiremos que se cobren más impuestos a los pobres y a las
clases medias, y se mantengan los privilegios fiscales a los potentados e
influyentes.

En consecuencia, rechazamos el cobro del IVA en medicinas y alimentos, y
cualquier otra reforma fiscal regresiva.

Por el contrario, promoveremos ante el Congreso de la Unión que se lleve
a cabo una auditoría a la Secretaría de Hacienda, en particular al SAT,
porque los privilegiados de México sencillamente no pagan impuestos, o
cuando los pagan se los devuelven.

7. En los próximos días se enviará a los diputados del Frente Amplio
Progresista un proyecto de presupuesto de egresos para 2007, que
reoriente el gasto público a la educación, la salud, la creación de
empleos y el bienestar de la población.

Recordemos que es facultad exclusiva de la Cámara de Diputados la
aprobación del presupuesto público y que mucho pueden hacer nuestros
legisladores para reducir el dispendio, el gasto corriente, el pago de
intereses por el Fobaproa y garantizar mayores recursos al campo, a las
universidades públicas y a estados y municipios.

8. Pasado mañana, por la importancia que tiene enfrentar a los monopolios
económicos vinculados al poder, que lesionan impunemente la economía
popular y de las clases medias, presentaremos a los senadores del Frente
Amplio Progresista una iniciativa de ley de precios competitivos, que
reglamente el artículo 28 de la Constitución y acabe con los exagerados
cobros de bienes y servicios en nuestro país.

Es inaceptable que los mexicanos paguemos por el cemento gris 223 por
ciento más que los estadunidenses; 260 por ciento más por la Internet
banda ancha; 312 por ciento más por teléfono celular; 65 por ciento mas
por teléfono de línea fija; 230 por ciento más por llamadas de larga
distancia nacional; 116 por ciento más por electricidad residencial de
alto consumo; 131 por ciento más por electricidad comercial; 36 por
ciento más por electricidad de alta tensión; 5 por ciento más por la
gasolina Magna; 18 por ciento más por la gasolina Premium; 178 por ciento
más por la tarjeta Banamex clásica; 115 por ciento más por tarjeta
Bancomer Visa; 116 por ciento más por Cablevisión básico; 150 por ciento
más por crédito a la vivienda, y 26 mil por ciento más por comisiones
bancarias a compras con tarjeta en almacenes.

Y todo ello, a pesar de que el salario mínimo en México es 90 por ciento
menor que en Estados Unidos. No podemos permitir que esto siga
ocurriendo.

De aprobarse esta ley, de precios competitivos, millones de consumidores
mexicanos obtendrían ahorros equivalentes a más del 10 por ciento de sus
ingresos.

9. Crearemos la comisión de la verdad para investigar el fraude en
Fobaproa, los rescates a carreteras, a la banca de desarrollo y a los
ingenios azucareros; asimismo, revisaremos todos los contratos de
créditos y la construcción de obras realizadas mediante los llamados
Pidiregas, en la Comisión Federal de Electricidad y Pemex.

10. Protegeremos a los productores nacionales ante la apertura comercial
indiscriminada y sin límites. Particularmente se impulsará un plan de
acción para impedir que en 2008 se aplique la cláusula del Tratado de
Libre Comercio que permite la libre importación de maíz y frijol, lo cual
significaría un golpe definitivo a 4 millones de familias campesinas.

11. Defenderemos el derecho constitucional a un salario justo. Hoy en
día, de 42 millones de mexicanos en edad de trabajar, 16 millones
obtienen menos de 30 pesos diarios. Actualmente, diversas organizaciones
sociales, sindicales y académicas han iniciado una campaña en defensa del
salario mínimo constitucional, que originalmente fue concebido como un
instrumento para garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de
las familias de los trabajadores.

Anunciamos nuestro apoyo a esta campaña a favor de la remuneración justa
y digna a todos los trabajadores del campo y la ciudad.

12. Lucharemos porque los trabajadores del sector informal de la
economía, los jornaleros agrícolas, las trabajadoras domésticas, los
comerciantes ambulantes, entre otros, gocen de protección legal y tengan
derecho a la seguridad social.

13. Defenderemos la autonomía sindical y promoveremos la democratizació n
de los sindicatos. De manera particular, lucharemos por que se respete el
derecho al voto libre y secreto en la elección de dirigentes sindicales.

14. No permitiremos la privatización de la industria eléctrica ni del
petróleo en ninguna de sus modalidades. El petróleo no es del Estado y
mucho menos del gobierno, es de la nación. Y la patria no se vende, se
defiende.

15. Defenderemos el patrimonio nacional. Es decir, los recursos
naturales, las zonas arqueológicas, los ecosistemas, los bosques, las
aguas y la cultura.

En estos momentos, en la Cámara de Diputados se discute una iniciativa de
reformas a la Constitución que incorpora a los estados y municipios en el
manejo y la administració n del patrimonio histórico de México. Pero lo
cierto es que con ello se pretende eliminar la responsabilidad federal y
facilitar la privatización de las zonas arqueológicas y las reservas
naturales.

El gobierno legítimo no aceptará esta contrarreforma y se sumará a las
acciones emprendidas por ciudadanos y organismos civiles para proteger el
patrimonio de la nación.

16. Promoveremos ante el Congreso de la Unión que se establezca en la
Constitución el Estado de Bienestar, que consiste en dar protección y una
vida digna a todos los mexicanos desde la cuna hasta la tumba.

Insistiremos en que debe otorgarse, como sucede en el Distrito Federal,
una pensión universal alimenticia a todos los adultos mayores del país;
apoyos a todos las personas con alguna discapacidad y becas a madres
solteras para que sus hijos no abandonen la escuela.

17. Se impulsará el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés
Larráinzar, que garantizan los derechos económicos, sociales, políticos y
culturales de los pueblos indígenas.

18. Vamos a luchar para impedir que sean rechazados los jóvenes que
desean ingresar a las universidades públicas. Nunca aceptaremos que la
derecha ponga la educación en el mercado como si fuese una mercancía que
sólo puedan adquirir quienes tienen recursos económicos. La educación no
se puede convertir en un privilegio. La educación y la cultura son
fundamentales para el desarrollo del país. El Estado está obligado a
garantizar el acceso a la cultura y a la educación gratuita y de calidad
en todos los niveles escolares.

19. Haremos valer el derecho de los mexicanos a la salud. Hoy día, más de
la mitad de la población no cuenta con seguridad social. El derecho a la
protección de la salud no está garantizado, sea porque no se tiene el
dinero para pagar la atención médica y los medicamentos o porque no hay
servicios donde vive la gente.

El llamado Seguro Popular es pura demagogia, porque ni es seguro ni es
popular. En los centros de salud no hay medicinas, sólo entregan la
receta y cobran 6 por ciento del ingreso familiar para la afiliación.

El gobierno legítimo luchará por garantizar servicios médicos y
medicamentos gratuitos a todos los mexicanos carentes de seguridad
social.

Pugnaremos por incrementar la inversión para la construcción de
hospitales y centros de salud; para destinar más recursos al abasto de
medicinas e insumos médicos, y contratar los médicos y enfermeras
necesarios para brindar los servicios de salud. De la misma manera,
buscaremos que el IMSS y el ISSSTE dispongan de los recursos suficientes
para revertir su deterioro.

20. Ayudaremos en todo lo que podamos a millones de mexicanos que viven
en colonias populares, barrios, pueblos y comunidades rurales, sin
servicios públicos y en viviendas precarias. Buscaremos alternativas para
la introducción de agua, luz, drenaje, pavimento e insistiremos en el
derecho de la gente humilde a recibir créditos de vivienda con tasas de
interés equivalentes al incremento anual del salario mínimo.

”Que el gobierno legítimo sea el pueblo organizado”

Amigas y amigos:

El gobierno legítimo de México trabajará sin descanso en la defensa de la
población, de la democracia y del patrimonio nacional.

Pero quiero compartir con ustedes una reflexión que he venido expresando:
de poco serviría tener gobierno, presidente, gabinete y programa, si no
se cuenta con el apoyo del pueblo.

Un gobierno divorciado de la sociedad no es más que una fachada, un
cascarón, un aparato burocrático. Por eso propongo que el gobierno
legítimo sea el pueblo organizado.

La democracia implica la participación ciudadana en los asuntos públicos.
La democracia es el poder del pueblo, para el pueblo y con el pueblo.

Concretamente, les invito a formar parte del gobierno legítimo. Para
ello, además de seguir cotidianamente defendiendo nuestros principios y
el programa alternativo de Nación, ustedes podrían actuar como
representantes del gobierno en donde quiera que se encuentren.

Se trata se crear una red y un directorio de millones de representantes
del gobierno en todo el territorio nacional. El procedimiento para ello
consistirá en suscribir una carta compromiso, expresando de manera libre,
consciente y voluntaria el propósito de defender los derechos del pueblo
y el patrimonio de la Nación.

Asimismo, en ese escrito se asumiría el compromiso de estar atentos ante
cualquier llamado o convocatoria que haga el presidente legítimo cuando
se pretenda cometer una injusticia o se quiera consumar un acto
antipopular o entreguista. En esta carta se pondrá la firma y la huella,
y cada representante recibirá una credencial, como símbolo del
compromiso, firmada por el presidente legítimo.

Así, cuando la derecha quiera imponer algo contrario al interés general,
apoyados en el contubernio que mantienen el PRI y el PAN en el Congreso,
como sucedió en el caso del Fobaproa o en el desafuero, entonces, ante
una circunstancia de esa gravedad, convocaríamos a la movilización
nacional, y estoy seguro que se concentrarían millones de representantes
del gobierno legítimo y pondríamos las cosas en su lugar. ¡Así vamos a
gobernar!

Por eso he hablado de que ejerceré una presidencia colectiva e
itinerante. Tres días de la semana, lunes, martes y miércoles, estaré
atendiendo asuntos públicos en la ciudad de México. Y jueves, viernes,
sábado y domingo me dedicaré a recorrer los 2 mil 500 municipios de
nuestro país, para crear la organización ciudadana más importante que se
haya visto en toda nuestra historia y llevar a cabo, desde abajo y con la
gente, la transformació n política, económica, social y cultural que
requiere México.

Por cierto, aquí aprovecho para informarles que el escudo de nuestro
gobierno será el águila republicana, el águila juarista.

¡Abajo el águila _mocha, el águila de los conservadores y de los
reaccionarios de México!

Para mejor difusión de nuestros símbolos, les recomiendo que se fijen en
el billete de 20 pesos, el de menor denominación, porque ahí aparece
nuestra águila y el presidente que admiramos, el presidente Benito Juárez
García, el más grande en la historia de México.

Amigas y amigos:

La solemne protesta que acaba de ligar nuestro destino político al de
nuestro pueblo implica defender una patria para todos, por encima de
cualquier interés personal o de grupo.

En esta tarea histórica empeño mi honor y mi conciencia. Y sé que cada
uno de ustedes hará lo mismo.

Frente a la mafia que nos robó la elección presidencial y hace negocios
privados a la sombra del poder publico, frente a los intereses mezquinos,
proclamamos con orgullo que nuestra autoridad moral deriva de nuestros
principios y de la ética política que profesamos.

Aspiramos a vivir en una sociedad mejor, donde el dinero no triunfe sobre
la moral y la dignidad del pueblo, donde el ser humano valga por su
trabajo, su rectitud y su generosidad, sin importar el color de la piel
ni la condición económica o social.

Regresen a sus barrios, colonias, comunidades y pueblos, enterados una
vez más que estamos haciendo lo correcto, que las cosas van a cambiar
porque trabajamos juntos porque así sea. No le demos sitio al desánimo ni
a la tristeza. La esperanza es la acción colectiva dedicada a crear lo
que hace falta, lo pendiente; es la capacidad que tenemos de hacer
realidad el cambio profundo, verdadero. No esperemos nada de los de
arriba, cumplamos con nuestro deber ciudadano.

Las posibilidades del cambio están en nuestras manos, en nuestros hechos,
en nuestros compromisos. Somos mujeres y hombres libres, el destino de
nuestras vidas depende de nosotros, también el futuro de nuestra patria.
Manos a la obra, seamos todos el gobierno que nuestro país necesita.

¡Viva el gobierno del pueblo!

¡Viva la Revolución mexicana!

¡Viva México!

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