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MICHAEL MOORE HABLA SOBRE SICKO, SU VIAJE A CUBA Y EL SISTEMA DE SALUD

El cineasta galardonado con el Oscar, Michael Moore se reúne con Democracy
Now! antes del estreno de su nueva película “SiCKO.” La cinta es una
ferviente acusación contra el sistema de salud de EE.UU. No se concentra en
los más de 40 millones que no tienen previsión sanitaria, sino en los 250
millones que la tienen – muchos de los cuales son abandonados precisamente por
el servicio de salud por el que han pagado durante décadas. “Los dejan hacer
lo que les da gana,” dijo Moore hablando de las compañías de seguros
sanitarios. “Cobran lo que quieren. No hay control gubernamental, y
francamente no arreglaremos nuestro sistema hasta que eliminemos esas
compañías privadas de seguro.”

TRASCRIPCIÓN NO EDITADA

AMY GOODMAN: Michael Moore entró en acción. El miércoles, el cineasta
ganador del Oscar testificará en el Congreso. Luego va a Nuevo Hampshire para
cuestionar a los candidatos presidenciales – demócratas y republicanos – en
cuanto al sistema de previsión sanitaria de la nación.

¡Oh!, y su último documental, “SiCKO,” va a ser estrenado esta semana en
miles de cines. La película es una ferviente acusación contra el sistema de
salud de EE.UU. No se concentra en los más de 40 millones que no tienen
previsión sanitaria, sino en los 250 millones que la tienen – muchos de los
cuales son abandonados precisamente por el servicio sanitario por el que han
pagado durante décadas.

Ayer me senté junto con Michael Moore en el Tribeca Cinema aquí en Nueva
York, después de una proyección preliminar para los trabajadores del 11-S que
se enfermaron después de trabajar en el entorno tóxico de Campo Cero. Luego
realizó un evento de recolección de fondos para el Centro por la Justicia y
la Democracia, un grupo de reforma de injusticias. Comencé preguntándole lo
que le inspiró a hacer la película.

MICHAEL MOORE: Bueno, en realidad – tuve un programa en la televisión en los
años noventa llamado “TV Nation,” y un día simplemente pensé que sería
interesante realizar una competencia. Así que enviamos camarógrafos a una
sala de primeros auxilios en Fort Lauderdale, otro equipo a una en Toronto, y
otro a una en La Habana. Y cada equipo debía esperar hasta que alguien llegara
con un brazo o una pierna quebrada. Y entonces iban a seguir a esa persona a
través del sistema y ver la calidad del cuidado, con qué rapidez se realizaba
y lo económico que era. Y convencí a Bob Costas y a Ahmad Rashad, locutores de
programas deportivos, para que realizaran la descripción de lo que pasaba en el
instante, lo que llamamos, la Olimpíada de la Salud. Y así, fue una carrera
entre EE.UU., Canadá y Cuba. Y para decirlo con pocas palabras, Cuba ganó.
Tuvieron la atención más rápida, el mejor cuidado, y no costó nada.

Esa semana entregamos el show a NBC, y recibimos un llamado del censor. No lo
llaman “el censor,” lo llaman Estándares y Prácticas. Y así, esa mujer nos
llama. Es la jefa de Estándares y Prácticas – la doctora Algo. No me acuerdo
– realmente decía doctora antes de su nombre, pero no me acuerdo de su
apellido. Pero ella llama, y me dice: “Mike, Cuba no puede ganar.” Yo digo:
“¿Qué?” “Cuba no puede ganar.” “Bueno, ellos ganaron. ¿Qué quiere
decir conque no pueden ganar? Ellos ganaron.” “No, no podemos decir eso en
NBC. No podemos decir que Cuba ganó.” “Bueno, sí ¡pero ellos ganaron!
Aseguraron la atención más rápida. Fueron los más baratos. Y el paciente
quedó contento, y le arreglaron el hueso.” “No, eso va contra nuestras
regulaciones.” Yo le dije: “¡Oh!, bueno, no lo voy a cambiar.”

Bueno, lo cambiaron. Lo cambiaron. Dos días después, cuando lo transmitieron,
lo cambiaron para que Canadá ganara. Y Canadá no ganó. Canadá casi ganó,
pero cobraron al sujeto 15 dólares por unas muletas a la salida. Así que
hasta hoy me fastidia que cualquiera que haya visto ese episodio, sabes, donde
decía: “y Canadá ganó la Olimpíada de la Salud,” y en realidad fue Cuba,
pero eso no se podía decir en NBC, porque sólo Dios sabe lo que podría
ocurrir.

Así, en todo caso, entonces me puse a pensar por primera vez en ese tema, y
luego cuando tuve mi próximo show, “The Awful Truth” [La terrible verdad],
seguimos a un tipo que tenía seguro de salud, pero su compañía de seguro
sanitario no aprobó la operación que necesitaba, que podía salvar su vida.
Así que llevamos al individuo a la central de Humana, la HMO [Organización de
Mantenimiento de la Salud) en Louisville, Kentucky; lo llevé allí a ver a los
ejecutivos. Nos pusieron de patitas en la calle. Así que salimos al césped y
celebramos el funeral del hombre, con él presente. Llevamos a un cura, y un
ataúd y portadores del féretro, con gaitas y, ya sabes, “Sublime Gracia” y
todo el aparato. Y los ejecutivos lo miraban desde el piso superior y se
horrorizaron que fuera a ser transmitido por la televisión nacional. Tres
días después, llamaron y le dijeron al tipo: “Vamos a aprobar la
operación.” Y el hombre sigue vivo.

Y yo pensé en aquel entonces, vaya, sabes, cosa de diez minutos, y salvamos la
vida de un tipo; ¿qué podríamos alcanzar si lo hiciéramos en una película
de dos horas? Y así, fue como la génesis de esto, aunque la película no
terminó por ser una serie de historias sobre, sabes, salvar vidas
individuales, porque a medida que me metía en esto, me di cuenta de que existe
una historia mucho, sabes, mucho más grande que hablar del sistema en sí.

AMY GOODMAN: Bueno, cuéntanos de los trabajadores del 11-S y cómo te
involucraste con toda esa gente que se enfermó. Acabamos de salir de una de
las primeras proyecciones antes del estreno de la película, con trabajadores
del 11-S que están enfermos.

MICHAEL MOORE: Exactamente. Bueno, como sabes, aquellos de nosotros que en
Nueva York, donde desde el 11-S, muchos de esos trabajadores que acudieron
corriendo a ayudar el 11-S que no eran empleados de la ciudad ni del Estado,
que eran simplemente voluntarios – quiero decir, algunos cruzaron desde Nueva
Jersey y vinieron y ayudaron… Eran tal vez bomberos voluntarios de Nueva
Jersey, algunos eran voluntarios de EMT [medicina de emergencia], y fueron a
ayudar. Algunos se quedaron durante meses en el esfuerzo de recuperación. Y
los afectaron todas esas enfermedades, enfermedades respiratorias y cosas
semejantes, de respirar, de todo, sabes – mientras la EPA [Agencia
Estadounidense de Protección Ambiental] decía, Giuliani decía, todo va bien.
Sabes: vayan y respiren tranquilos. En realidad, como sabemos ahora, fue muy
tóxico allí. Y cientos, tal vez incluso miles, han sufrido como resultado de
la toxicidad en el aire de entonces.

Y luego, para descubrir que nuestro propio gobierno y todos esos fondos del
11-S no suministran ninguna ayuda para esos voluntarios, porque no eran
empleados de la ciudad. Así han estado sufriendo todas esas enfermedades – y
algunos de ellos sin ver siquiera a un médico o no pueden permitirse las
operaciones o las cosas que necesitan, las medicinas que necesitan, porque no
tienen seguro médico. Y ahora no pueden trabajar, así que están
discapacitados, y tienen que pasar por toda un papeleo para tratar de conseguir
Medicaid [un programa que brinda atención médica a algunos individuos y
familias con ingresos y recursos escasos]. Es sólo – quiero decir, da pena
ver que los hagan pasar por un trámite tras el otro. Y así, llegamos a
conocer a algunos.

Y al mismo tiempo, vi ese asunto en C-SPAN [cadena de cable que transmite los
eventos del Congreso, la Casa Blanca y otras agencias federales], cuando el
senador Frist fue a Guantánamo, porque querían mostrar cómo, sabes, damos
buen cuidado a los detenidos, sabes, que todos reciben un tratamiento de
prisioneros de la mejor categoría. Y una de las cosas sobre las que quería
decir algo – Mr. Frist – era lo buena que era la atención sanitaria –

AMY GOODMAN: El doctor Frist.

MICHAEL MOORE: Sí, perdóname, el doctor Frist. Un doctor más. Entonces
presentó esa lista, sabes – están todos los colonoscopios que hemos estado
haciendo, sabes. Y, por cierto, lo primero que pensé cuando escuché eso,
pensé: “¿colonoscopios? Mira, la mayor parte de esos detenidos tienen veinte
o treinta años. Sabes, realmente – no necesitas que te hagan un colonoscopio
hasta que tengas cincuenta.” Así que esa debería haber sido una primera
clave de que algo iba mal en Guantánamo. Pero él tiene toda esa lista, Amy,
de cuántas limpiezas de dientes les han hecho a los detenidos, cuántos
empastes de las raíces. Dan consejos de nutrición.

AMY GOODMAN: ¿Hablan de la alimentación forzada de prisioneros en huelga de
hambre?

MICHAEL MOORE: Sí, bueno, por cierto. Es lo que llaman “consejos de
nutrición.” Y así, lo convirtió en parte de esa gran cosa, sabes, sobre el
maravilloso trato que reciben allí, y que no nos debiéramos preocupar para
nada por ellos. Bueno por cierto, una ironía se suma a la otra, sabes. Y
pensé, bueno, aquí tenemos a los trabajadores de rescate del 11-S que no
pueden conseguir ninguna atención sanitaria. Ahí los tenemos pregonando cómo
tienen atención sanitaria universal, atención dental, atención a la vista,
consejos de nutrición, para los detenidos. Y pensé, bueno, ¿por qué no
llevamos a nuestros trabajadores del 11-S a Guantánamo y vemos si podemos
conseguir una parte de esa atención sanitaria gratuita de la que se
vanaglorian tanto? Y así, esencialmente, cuando ves la película – no quiero
revelarlo todo – pero es esencialmente lo que vamos a hacer.

AMY GOODMAN: ¿Cómo llegaron allí?

MICHAEL MOORE: ¡Caramba! Quisiera podértelo decir. Sabes, ahora el gobierno
de Bush me está investigando por ese viaje que hice: dicen que fuimos a Cuba,
pero mi punto es, no, íbamos a la Bahía de Guantánamo, que ustedes pretenden
que es suelo estadounidense, así que en realidad nunca abandonamos EE.UU.
Quiero decir, salimos de Miami en el barco, y terminamos en la Bahía de
Guantánamo, que ustedes reivindican como aguas estadounidenses. Y así –
pero, desde luego, sabes, terminamos entonces, en la verdadera nación de Cuba.
Y verás en la película el maravilloso tratamiento que los trabajadores del
11-S y los otros que llevé recibieron de los doctores cubanos y del sistema de
atención sanitaria cubano. Pero, ahora me están investigando.

Y quiero decir, tú has estado allá. ¿Has recibido alguna vez esa carta que
amenaza con una acción civil y penal en contra tuya? O –

AMY GOODMAN: No la recibí.

MICHAEL MOORE: Sí ¿ves? Tú eres Amy Goodman. Deberías recibir la primera
carta. ¿Por qué me escogen a mí? En todo caso, así es, me encuentro en
medio de esto, así que no debo realmente – no quiero decir públicamente
todavía cómo llegamos realmente allá, pero realmente tenemos un barco en la
película, ves, y estamos realmente en la Bahía de Guantánamo. Y
probablemente nunca has visto a alguien que haya realmente navegado a la Bahía
de Guantánamo. Cuando veas la película, lo verás, sabes, por primera vez. Y,
sabes, yo soy el capitán.

AMY GOODMAN: ¿Temías a las minas o lo que pensabas que podrían ser minas?

MICHAEL MOORE: Sí. En realidad, tenía más miedo de lo que nos apuntaba desde
la torre de vigilancia del lado estadounidense de esa línea de demarcación que
hay en la bahía. Y tengo que decir – quiero decirte – pienso que esto lo
puedo decir – el gobierno cubano no estaba exactamente contento con mi idea de
navegar a la Bahía de Guantánamo, porque no querían un incidente que
provocara a los estadounidenses o les diera una excusa para hacer algo contra
Cuba. Y especialmente porque era yo, sabes, los cubanos perciben que Mr. Bush
no me quiere mucho, y ahí llego, pellizcándoles la nariz en Guantánamo, y
podía pasar cualquier cosa. Así que realmente tuvimos que hablar mucho con
los cubanos para convencerlos de que permitieran que utilizáramos sus aguas
para acercarnos a las aguas estadounidenses allí en la bahía.

AMY GOODMAN: ¿Está minada esa área?

MICHAEL MOORE: Bueno, es lo que dicen, sí. Sí, sí. Bueno, creen que los
estadounidenses la han minado, sabes, para que ningún cubano pueda entrar. No
sé lo que los cubanos –

AMY GOODMAN: ¿Cubanos que tratarían de meterse en Guantánamo a la prisión?

MICHAEL MOORE: Entrar furtivamente, sí. ¡Eh! no me pidas que explique las
acciones de los militares estadounidenses. Yo, sabes – no sé qué los cubanos
– no me gusta decirlo, pero, ya sabes, cuando estuvimos allí, no parece que
haya una inmensa fuerza de defensa cubana, si los estadounidenses decidieran
invadir realmente de nuevo, por lo menos por esa ruta. Pero estoy seguro de que
tienen algo planeado si los estadounidenses llegaran a hacerlo.

AMY GOODMAN: Los trabajadores de emergencia que llevaste a Cuba; habla del
sistema de atención sanitaria en ese país.

MICHAEL MOORE: Bueno, ya sabes, cuando dicen que hay un doctor en cada manzana,
no es un cliché. Quiero decir, están realmente – Cuba, por persona, tiene
tantos doctores más que nosotros. Sabes, ha habido una escasez de doctores en
EE.UU. durante mucho tiempo, y ha sido en gran parte porque la AMA [Asociación
Médica de EE.UU.] no quiere que haya más estudiantes en las escuelas de
medicina, porque creen que si mantienen bajo el número de doctores, esos
doctores reciben más dinero, a diferencia de si tuviéramos un montón de
doctores, tendrían que repartir un poco más el pastel, así que…

Pero los doctores cubanos, el sistema de atención sanitaria cubano, me
impresionaron mucho. Toda la gente que llevamos allá estaba extremadamente
contenta con el tratamiento que recibieron. Pero se concentran mucho en la
prevención y, porque lo hacen, terminan sin tener que gastar un montón de
dinero en su atención sanitaria. No tienen el dinero necesario. Es un país
muy pobre, como sabes. Y me impresionó mucho. Y, sabes, con lo poco que tienen
para utilizarlo en su sistema de atención sanitaria, terminan viviendo más que
nosotros. Tienen una tasa inferior de mortalidad infantil que nosotros. En una
serie de aspectos, están igual o mejor que nosotros.

AMY GOODMAN: Pregunté a Michael sobre el hecho de que EE.UU. esté al nivel
treinta y siete del mundo por la calidad de su atención sanitaria.

MICHAEL MOORE: Sí. Estamos detrás de Costa Rica, pero mejor que Eslovenia. Y
es según la Organización Mundial de la Salud. Es bastante patético que el
país más rico del mundo esté en el lugar treinta y siete.

AMY GOODMAN: Michael Moore, analizas tres – en realidad cuatro – sitios:
Francia, Gran Bretaña, Cuba, en los que has estado, y luego vas a visitar a
tus parientes en Canadá.

MICHAEL MOORE: Sí.

AMY GOODMAN: Hable de esos sitios y lo que tiene cada cual. Uno habla con, por
ejemplo, Tony Benn, el parlamentario, en Gran Bretaña. Hablé de lo que tienen
y cómo se ha originado. Luego hablaremos de cómo obtuvimos lo que tenemos
aquí.

MICHAEL MOORE: Bien. Bueno, los canadienses, tienen un excelente sistema que
cubre a todos, y la gente allá está muy contenta con él. Básicamente, no
pagas por nada. Escoges a tu propio doctor. Si tienes que ir al hospital,
escoges tu propio hospital. Hay libertad de elección. Y, sabes, oyes a los
críticos del sistema canadiense en este país que hablan de que: “¡Oh!, los
canadienses, tienes que hacer cola, sabes, antes de que te cambien una rodilla,
o tienes que esperar una cantidad x de semanas, sabes, cuando en EE.UU. no
tienes que esperar.” Sabes, cuando oigo eso, pienso, bueno, es lo que haces
cuando tienes que compartir el pastel. A veces tienes que esperar. Es como,
supongo que no forma parte de nuestra mentalidad de estadounidenses: esperar.
Sabes: ¡dámelo ahora mismo! Bueno, sabes, a veces, cuando tú – como dije,
cuando estás compartiendo el pastel, obtienes la primera tajada, no tienes que
esperar; a veces te toca la tercera tajada; a veces te toca la última. Pero lo
importante que hay que recordar es que todos reciben una tajada. Las cosas no
son así en este país.

Ahora, el sistema británico es realmente de propiedad del gobierno, en el
sentido de que el gobierno es dueño y dirige los hospitales, el gobierno
emplea a los doctores. Y así, trabajan para el gobierno, así que es un
programa de propiedad, dirigido y controlado por el gobierno en Gran Bretaña.
Y de nuevo, sabes, todo es gratis. Y ves los hospitales en la película. La
gente está contenta con el sistema. Y, sabes, si conoces a alguien que alguna
vez haya viajado a esos países, que han tenido la experiencia de tener que ir
a un hospital canadiense o un hospital británico – quiero decir, como lo dice
una mujer en la película: pensó que iba a ser algo deslucido, horrible – como
salido de una novela de Dickens o de la antigua Unión Soviética o algo. Y fue,
y resultó ser: “¡Guay! ¡Esto es increíble!”

Francia, sin embargo, es probablemente, si no lo mejor, cerca de lo mejor que
vimos.

AMY GOODMAN: Siguiendo con Gran Bretaña, quisiera transmitir un clip.

MICHAEL MOORE: Este señor quebró su tobillo. ¿Cuánto le costaría? Le
pasarán una tremenda factura cuando esté listo ¿verdad?

TRABAJADOR ADMINISTRATIVO DEL HOSPITAL DEL SERVICIO NACIONAL DE SALUD [NHS]:
Aquí no. Todo es simplemente gratuito.

MICHAEL MOORE: Le estoy preguntando por los costos del hospital, y usted se
ríe. Aunque tenga seguro, tiene que haber una factura en algún momento.

¿Cuánto le cobraron por ese bebé?

PADRE RECIENTE: No, no, no. Todo lo paga el NHS.

MADRE RECIENTE: Esto es el NHS.

PADRE RECIENTE: Esto no es EE.UU.

MICHAEL MOORE: Así que aquí viene la gente a pagar su factura cuando termina
su estadía en el hospital.

CAJERO DEL NHS: No, esto es el hospital del NHS, así que no pagas una factura.

MICHAEL MOORE: ¿Por qué dice ‘cajero’ aquí si la gente no tiene que pagar
una factura?

TRABAJADOR ADMINISTRATIVO DEL HOSPITAL DEL NHS: … Sólo significa que aquí
te devuelven tus gastos de transporte.

MICHAEL MOORE: Así que en los hospitales británicos, en lugar de que el
dinero entre por la ventanilla del cajero, el dinero sale.

MICHAEL MOORE: Sí, me miran como si viniera de Marte cuando les pregunto a los
británicos, cuánto pagaron por esto, aquello o cualquier cosa.

AMY GOODMAN: Estamos hablando con Michael Moore. Hablemos sobre cómo llegamos
al sistema que tenemos en este país.

MICHAEL MOORE: Bueno, sabes, mi abuelo realmente fue un médico de campo.
Venía de Canadá. Fue a la escuela de medicina a fines del Siglo XIX. En aquel
entonces duraba un año. Ya sabes, en cierto modo es lo que sabían entonces.
Podían enseñarlo en un año. Y así, la pequeña aldea en la que, sabes,
crecí, porque mi mamá era de allí, también porque él estaba allí, sabes,
le pagaban con huevos y leche y pollos, y cosas así. No lo hacía para ganar
mucho dinero. No ganaban mucho dinero entonces. Vivían bien – era el doctor
local – pero no eran los ricos de la comunidad.

Nos alejamos del concepto de tratar a la gente porque era lo que había que
hacer. Las monjas dirigían el hospital en el que yo nací. Las monjas no lo
hacían para hacer beneficios e invertir en Wall Street. Sabes, quiero decir,
lo hacían porque pensaban que era su deber servir a Dios y servir a la
humanidad abriendo hospitales y asistiendo en los partos. Ahora estamos muy
lejos de eso. En algún momento dejamos que los beneficios y la codicia
entraran en el juego.

Y en la película, fijo una cierta fecha en la que realmente comenzaron las HMO
[prepagas privadas]. Y realmente tuve mucha suerte. Tenía a un investigador de
veintitrés años en mi oficina, que trabajó en la película; que en realidad
era alguien que creo que fue recomendado por Jeremy Scahill, de modo que hay
una conexión con Democracy Now! con ese momento en la película. Pero él
encontró esa cinta de Watergate – no tiene nada que ver con Watergate, es una
de las cintas de Nixon – en los Archivos, los Archivos Nacionales, donde Nixon
y Ehrlichman discuten si apoyar o no este concepto de las HMO, y Ehrlichman le
dice a Nixon: “Vas a adorar esto, porque es empresa privada. No es como algo
gratuito.” Nixon dice: “¡Oh!, me gusta eso. Cuéntame.” Y Ehrlichman
agrega: “Bueno, esto va a funcionar como sigue, esas HMO. Van a ganar más
dinero suministrando menos atención. Mientras menos atención les den, a los
pacientes, más dinero gana la compañía.” Nixon dice: “¡Oh! ¡No está
mal!” Y es todo lo que está en la cinta.

AMY GOODMAN: Y hablan de Kaiser Permanente

MICHAEL MOORE: Sí.

AMY GOODMAN: Y Nixon dice que vio a Kaiser.

MICHAEL MOORE: Sí, sí. Edgar Kaiser.

AMY GOODMAN: Lo hizo venir para que lo explicara.

MICHAEL MOORE: Sí, lo llevó para que explicara todo el asunto y todo – cómo
funcionaría el plan. Y Ehrlichman y Nixon se frotan las manos, y dicen: “¡Oh!
¡Esto es tremendo! Y el día siguiente, Nixon anuncia su nuevo programa de
atención sanitaria que, desde luego, va a incluir esas HMO que Kaiser
Permanente quería que fueran incluidas. Y ahí empieza. Y todo está en la
película. Y así, cuando él – cuando George me lo trajo por primera vez,
pensé: “Muchacho ¿llevan todos los caminos a Nixon?” Quiero decir, le
echamos la culpa a Nixon por muchas cosas ¿pero también por las HMO? Quiero
decir ¿es el culpable en última instancia por nuestro lío actual de
beneficios y codicia de nuestros días? Y la respuesta es positiva.

Y estas compañías de seguros de salud son – son apenas – son los
Halliburtons de la industria sanitaria. Quiero decir, realmente – hacen lo que
les da la gana. Cobran lo que quieren. No hay control gubernamental. Y
francamente, no arreglaremos realmente nuestro sistema hasta que eliminemos a
esas compañías privadas de seguro. Quiero decir literalmente que tienen que
ser eliminadas. No se puede permitir que existan en este país.

AMY GOODMAN: Habla del estadounidense que ‘dio el dedo’ a su compañía de
seguro de salud – Quiero decir, les dio su dedo.

MICHAEL MOORE: ¡Oh!, literalmente el dedo.

MICHAEL MOORE: Este es Rick.

RICK: Estaba aserrando un trozo de madera, y lo sujeté precisamente aquí, y
di en un nudo.

MICHAEL MOORE: Se cortó con el serrucho la parte de arriba de dos de sus
dedos.

RICK: Y simplemente se cayó, y fue tan rápido.

MICHAEL MOORE: ¿Su primera idea?

RICK: No tengo seguro. ¿Cuánto me va a costar?

MICHAEL MOORE: El hospital le dio la alternativo: volver a colocar el dedo
medio por 60.000 dólares o el dedo anular por 12.000. Como es un romántico
incurable, Rick escogió el dedo anular por 12.000 dólares. La parte de arriba
de su dedo medio goza ahora de un nuevo hogar en un vertedero de Oregón.

RICK: Puedo hacer esa cosa en la que, sabes, el viejo solía arrancarse el
dedo.

MICHAEL MOORE: Lo que quiero decir es que si hubiera vivido a unas pocas horas
al norte, en Canadá, nunca le hubieran preguntado eso. Nunca hubiera tenido
que tomar esa decisión. Y, en realidad, más adelante en la película,
mostramos a un canadiense al que le cortaron cinco dedos, y se los volvieron a
colocar de inmediato, y no le cuesta un centavo. Pero es uno de los numerosos
ejemplos de esta clase de situación irónica: que vivimos en el país más
rico de la tierra, y que a pesar de ello la gente tiene que pasar por cosas
semejantes.

AMY GOODMAN: ¿Por qué no comprende la gente en este país lo que ofrecen en
otros sitios y que esta situación no es normal – ya sabes, no es la manera
como deberían ser las cosas, que hay una manera de cambiar? ¿Qué tiene la
forma como trabajan el gobierno y los medios y las compañías de seguros que
logra mantener a la gente tan aislada de las alternativas?

MICHAEL MOORE: Es una ignorancia impuesta. Lo llaman mantener estúpido al
pueblo de EE.UU. Sea nuestro sistema educacional o sean los medios dominantes,
todo tiene que ver con asegurarse de que la gente no sepa lo que pasa en otros
países. No sabemos nada del resto del mundo, quiero decir, hasta hace poco,
cuando decían que si viajas a Canadá o México tenías que tener un
pasaporte, hasta entonces más de un 80% ni siquiera tenía un pasaporte en
este país. Así que la gente no viaja. No sabe gran cosa. Señalo en la
película que nuestros graduados de secundaria, cuando les preguntan dónde
está Gran Bretaña en el globo, un 65% no pueden ubicarla, un 11% no puede
encontrar a EE.UU. en el globo – un 11% de los de dieciocho a veinticinco
años, según National Geographic. Es como, bueno – sabes, tenemos un problema
en este país. No queremos saber del resto del mundo. Y, quiero decir,
pregúntale a la mayoría de los estadounidenses quién es el primer ministro
de Canadá. Quiero decir, en serio. Y no quiero decir – y no lo estoy diciendo
– sabes, que vayamos a preguntarle a un puñado de pajueranos sosos de por
ahí, sabes, de cualquier lugar perdido. Lo que digo es que si yo simplemente
mirara afuera de esta pieza y le preguntara a este equipo, que yo diría es un
equipo informado de personas, que se informan y trabajan contigo. Pero: ¿hay
alguien ahí que pueda decirme – quién es el primer ministro de Canadá?

JOHN HAMILTON: Harper.

MICHAEL MOORE: ¡Vaya! ¡Fantástico!

AMY GOODMAN: Y ni siquiera le preguntaste al canadiense.

MICHAEL MOORE: No. Yo estaba evitando los ojos del canadiense. A propósito,
nunca mires directamente a los ojos de los canadienses. ¿Entendido? No, pero
estoy seguro de que cualquiera que escuche esto ahora en la radio o lo mire en
la televisión sentado por ahí probablemente… ¡Oh!, sabes, no saben
realmente – la mayoría de los estadounidenses no saben quién es su vecino, y
por lo tanto, si no saben cosas simples como esas, no saben de su sistema de
salud. Y lo que sabemos al respecto son todas mentiras que nos han dicho sobre
los canadienses y los británicos y los franceses.

AMY GOODMAN: Hablas de Hillary Clinton y de lo que trató de hacer bajo Bill
Clinton como presidente. Explica lo que intentó.

MICHAEL MOORE: Bueno, pienso que intentó una cosa muy valerosa hace catorce
años. Llegó y dijo que debería haber atención sanitaria para todos; que no
debería haber condiciones preexistentes; todos están cubiertos, no importa lo
que hagas, qué trabajo tengas, o lo que sea. Fue una iniciativa muy valerosa de
su parte. Y fue destruida como resultado. Quiero decir que creo que juntaron
bastante más de 100 millones de dólares para combatirla.

AMY GOODMAN: Y sin embargo, a las grandes compañías de seguros les gustó,
porque ella quería preservar a las cinco grandes. Y otras dijeron que si ella
se hubiera librado por completo de las compañías de seguros: habría un solo
pagador, habría sido posible explicarlo mejor al pueblo estadounidense.

MICHAEL MOORE: Y ése fue su error, pero ella no llegó a las últimas
consecuencias, todo el trecho que era necesario que se recorriera al respecto.
Quiero decir, fue realmente el mismo problema – quiero decir, sólo para darte
otro ejemplo, es donde los demócratas – sabes, es que a veces quieres entrar a
veces con un taladro y agarrar su – porque parecería que su corazón está
como en el buen camino. Es como que yo pienso que el corazón de Hillary está
en el sitio correcto. Sabes, ella quiere que todos los estadounidenses estén
asegurados, pero: ¡eh!, en realidad no podemos librarnos de las compañías de
seguros, así que tratemos de desarrollar un pequeño trato, algo como lo que
Edwards está proponiendo ahora. Es como Al Gore con la elección de 2000:
sabes, en lugar de pedir que toda Florida fuera recontada, donde entonces
habría ganado, sólo quisieron volver a contar los distritos demócratas,
donde pensaron que obtendrían sus votos. Y fue como decir: ¡vamos! Sabes,
porque sólo dan esos pasos a medias, y a todos nos va peor por ello.

Por lo tanto – para pasar rápido a Hillary: ella es ahora – o por lo menos
lo fue el año pasado, en el congreso del año pasado – la segunda receptora
por su cantidad, de dinero de la industria de la salud, después de Rick
Santorum. Él desapareció ahora. Así que, que yo sepa, ella puede ser la
número uno ahora. Es muy triste ver que ella esté muy – ellos están en su
bolsillo y ella en el de ellos. Y no espero mucho de su parte.

AMY GOODMAN: ¿Hay candidatos presidenciales que piensas que presentan una
alternativa?

MICHAEL MOORE: Bueno, sí. Quiero decir – bueno, ante todo, nadie se muestra
muy específico, fuera de Edwards, en cuanto a un plan real, y el suyo no es un
buen plan. Sabes, el plan de Obama no es igual de específico, y ciertamente
está repleto de los mismos defectos que el de Edward y el antiguo plan de
Hillary. Kucinich es el más próximo a la idea correcta y, por cierto, el dice
todo el tiempo “sin fines de lucro,” o lo que sea. Pero en cierto modo ya no
quiero utilizar esa palabra, y quisiera que Dennis no la usara, porque Kaiser
Permanente es una aseguradora sin fines de lucro. Blue Cross es una aseguradora
sin fines de lucro.

AMY GOODMAN: En realidad, el Sacramento Bee que te criticó dijo: “¿No
comprende que Kaiser Permanente no tiene fines de lucro? De modo que ¿por qué
dicen algo semejante de una empresa que sí los tiene?

MICHAEL MOORE: Bueno, no. Bueno, correcto, sí. No son sólo los fines de
lucro. Es por eso que digo que esencialmente no quieres que ninguna compañía
de seguros privada participe, sean privadas o sin fines de lucro, porque –
cuando dicen “beneficios,” tienes todas esas inmensas empresas sin fines de
lucro que se ocultan bajo la capa de no tener fines de lucro, pero todo lo que
les interesa son los beneficios. Todo lo que les interesa es ganar dinero para
sí mismas y para sus ejecutivos, y lo que hacen es obsceno. Y por lo tanto,
estoy a favor de la eliminación de todas las compañías privadas de seguros.
No sé si Kucinich va tan lejos, No sé realmente si parte de las leyes que he
leído van tan lejos, porque todas tienen una componente por la que permitirán
que las compañías privadas de seguros sigan participando.

AMY GOODMAN: Así que hablas de un solo pagador.

MICHAEL MOORE: Sí.

AMY GOODMAN: ¿Ves una distinción entre un solo pagador y la cobertura
universal?

MICHAEL MOORE: Bueno, sí. Por cierto hay una distinción, porque ante todo,
quisiera decirte, todos van a decir cobertura universal. Cuando llegue la
elección – en las primarias, estoy seguro de que todos los demócratas
usarán esa palabra: cobertura universal para todos, cobertura para todos.
Escucha, muchos de sus planes, todo lo que van a hacer es que van a tomar tus
dólares tributarios y colocarlos en los bolsillos de esas compañías de
seguros.

Tenemos que eliminar al intermediario. El gobierno puede dirigir este programa.
Lo hace bastante bien en esos otros países. Sabes, si tomas los principales
veinticinco países, y si somos el único que no hace nada de los veinticinco,
¿estamos tratando de decir que los otros veinticuatro sólo están metiendo la
pata y que somos los inteligentes? No lo creo.

Pienso que es – si tomas un país como Canadá. Sus gastos fijos, su costo
administrativo de dirigir su programa nacional consume cerca de un 1,7% de todo
el presupuesto. La compañía de seguros promedio en este país gastará entre
un 15% y un 30% en gastos fijos, costos administrativos, papeleo, burocracia.
Eso puede ser reducido considerablemente si el gobierno lo hace. Pero, desde
luego, los republicanos e incluso algunos de los demócratas han hecho un buen
trabajo convenciendo al pueblo estadounidense de que el gobierno es malo, el
gobierno sólo va a hacer un lío. Y como Al Franken dijo hace unas pocas
semanas – lo oí decir – se presentan con la plataforma de que el gobierno es
malo, que arruinará las cosas, luego son elegidos y pasan los próximos cuatro
años demostrando que tenían razón.

AMY GOODMAN: Al concluir nuestra entrevista con el cineasta ganador del premio
Oscar, Michael Moore, en este segmento, transmitimos una secuencia de
“SiCKO.” Michael visita a un doctor británico en su oficina en un hospital
del NHS – es decir el Servicio Nacional de Salud, y en su casa.

MICHAEL MOORE: ¿Tiene un consultorio familiar?

DOCTOR DEL NHS: Sí, es un consultorio del NHS. Tenemos a nueve doctores en ese
consultorio.

MICHAEL MOORE: ¿Les paga el gobierno?

NHS DOCTOR: Pagados por el gobierno, sí.

MICHAEL MOORE: Así que usted trabaja para el gobierno.

DOCTOR DEL NHS: ¡Oh!, sí, ´ ¡por supuesto!

MICHAEL MOORE: Usted es un doctor pagado por el gobierno. Así que al trabajar
para el gobierno ¿usted probablemente utiliza el transporte público?

NHS DOCTOR: No, tengo un coche y, sabe, conduzco al trabajo.

MICHAEL MOORE: Un viejo cacharro. Usted vive en una especie parte difícil de
la ciudad, ¿o?

DOCTOR DEL NHS: Quiero decir: vivo en una parte sensacional de la ciudad. Es
llamada Greenwich. Es una casa adorable. Es una casa de tres pisos.

MICHAEL MOORE: ¿Cuánto pagó por ella?

NHS DOCTOR: 550.000, sí, así que –

MICHAEL MOORE: ¿Libras?

NHS DOCTOR: Sí.

MICHAEL MOORE: O sea un millón de dólares.

NHS DOCTOR: Sí, seguro.

MICHAEL MOORE: ¿Así que los doctores en EE.UU. no tienen que temer
necesariamente que haya un sistema de salud universal?

DOCTOR DEL NHS: No. Pienso que alguien quiere tener casas de dos o tres
millones de dólares y cuatro o cinco coches hermosos y seis o siete hermosos
televisores, entonces, tal vez, sí, tendría que tener una consulta en la que
pueda ganar eso.

MICHAEL MOORE: Bueno, la AMA, la AMA en este país, ha convencido a todos los
doctores, de que si vamos hacia una medicina socializada se van a ir al
hospicio. Y simplemente no es verdad. Los doctores que encontramos en Canadá,
los doctores que encontramos en Gran Bretaña, en Francia, viven bastante bien.
E incluso cuando voy a la casa de uno de ellos en Gran Bretaña, como usted
mencionó. Vive en una casa de un millón de dólares. Conduce un Audi. Vive
una vida de yuppy. Espero que los doctores que vayan a ver mi película salgan
del cine diciendo: “¡Oh!, por lo menos nuestra buena vida puede ser protegida
bajo la medicina socializada.” Nadie quiere quitarles sus grandes casas.

AMY GOODMAN: ¿“Barrio de mala vida,” Michael Moore?

MICHAEL MOORE: Sí, lo contrario de las grandes casas en las que viven los
doctores. Bueno, como sabes – quiero decir, pienso que has cubierto el tema –
pacientes en Los Ángeles que no pueden pagar su cuenta en el hospital,
hospitales que han estado deshaciéndose de ellos en los barrios bajos desde
hace cierto tiempo. Simplemente los sacan del hospital, a veces directamente en
su bata de hospital, los ponen en un taxi y le dicen al taxista: “llévelos al
barrio bajo y déjelos ahí. Y a veces los taxistas tienen que echarlos por la
fuerza del auto. Y –

AMY GOODMAN: Tienes un vídeo.

MICHAEL MOORE: Sí. Tenemos una auténtica secuencia de la cámara de seguridad
de una paciente de Kaiser que es descartada al borde de la acera por el taxi que
Kaiser contrató para llevar a esa mujer y echarla sin zapatos en medio de la
calle en su bata del hospital, muy triste. Y estás ahí sentado mirándolo, y
no puedes creer que se trate de Estados Unidos de (US)América. Es lo que
nosotros – es cómo tratamos a la gente. Quiero decir, yo sólo – yo pienso
que cuando la gente ve esta película, va a decir, OK, esto ha ido demasiado
lejos, y que hay que detener a esta gente.

AMY GOODMAN: Michael, en la película, hablas de la AMA, hablas de la industria
farmacéutica, de la industria de los seguros. En tu sitio en la red, presentas
los preparativos para la salida de esta cinta. ¿Cómo reaccionan ante SiCKO?

MICHAEL MOORE: Bueno, primero – quiero decir, han estado – Iré – Voy a
volver a justo antes de que comenzáramos a hacer la película, cuando ninguna
compañía de seguros estaba dispuesta a asegurarme a mí o a la película,
porque sabían que iba a tratar de seguros. Así que incluso fue difícil,
sabes, conseguir seguro para este asunto. Luego iniciaron una serie de cosas
internamente para advertir a sus empleados: no habléis con Michael Moore; si
habláis con Michael Moore, vais a tener serios problemas. Y, en los hechos,
realizaron sesiones de entrenamiento sobre cómo reaccionar ante mi persona, en
caso que me presentara en su compañía. Tenían – Pfizer tenía un teléfono
rojo Michael Moore. Llama este número si lo ves. Quiero decir, es toda esta
locura –

AMY GOODMAN: ¿Has llamado a ese número?

MICHAEL MOORE: ¡Oh!, claro. En realidad, el año pasado lo puse – hace un par
de años lo puse en Internet, así no más – Le dije a la gente, simplemente
llamen ese número, es el teléfono rojo Michael Moore en Pfizer. Simplemente
llámenlos y digan: “Está en el edificio. ¡Está en el edificio!”, sabes,
sólo para que – al final tuvieron que cerrar esa línea, porque tanta gente
estaba haciendo travesuras, pero…

AMY GOODMAN: Así que, ¿qué dicen? ¿Cómo les dicen que hay que portarse
contigo en esos memorandos?

MICHAEL MOORE: No corras, no huyas, no tapes la cámara con la mano.
Contrataron a un especialista psicólogo en una de las compañías para que le
dijera al gerente general cómo funciona mi mente – para que, en otras
palabras, supieran cómo distraerme del tema. De modo que si llego a aparecer
con un micrófono, el psicólogo dijo: hemos determinado que si puedes llevarlo
a hablar de los equipos deportivos de Detroit, dejará de hablarte de las HMO. Y
lo leí, y pensé, es bueno. Es bastante bueno.

Así que, en todo caso – pero, ves, no entendieron de qué se trataba, porque
esta película nunca iba a ser sobre mi persona persiguiendo a una General
Motors o una Pfizer, lo que quería hacer en este caso era algo mucho más
amplio y no sólo – no sólo dar caza a una compañía como si, ¡Oh!,
¡caramba!, si sólo nos concentráramos en una compañía, todo estaría bien.
Hay algo mucho más importante que tenemos que arreglar en este país. Y, en
realidad, es más grande que la situación de la atención sanitaria. Tiene que
ver con cómo nos estructuramos como sociedad, cómo nos tratamos los unos a los
otros, y esta mentalidad estadounidense de cada cual por su cuenta, cómo hay
que detener eso – ese tipo de sociedad “yo” en la que vivimos tiene que
pasar a ser el “nosotros” en el que vive el resto del mundo.

AMY GOODMAN: En la película muestras a un hombre que es contratado por la
industria de la salud para cuestionar a gente que presenta reclamos. Explica
exactamente lo que hace, cómo investiga a la gente.

MICHAEL MOORE: A la industria de los seguros de la salud no le gusta pagar
reclamos, porque no ganan dinero. La única manera de obtener un beneficio es
si no pagan por tu operación. Si pagan por tu operación y la consulta con tu
doctor, y tus medicinas, no ganan ningún dinero. Así que su objetivo es
tratar de pagar lo menos posible, lo que te dice directamente que no puede
haber ningún margen de maniobra en este asunto del cuidado médico para las
compañías de seguro, porque todo – la atención a la salud debiera tener que
ver con ayudar a la gente. Y la decisión nunca debiera basarse en si o no, o
¿cómo podemos ahorrar nuestro dinero aquí, o cómo podemos rechazar esa
operación?

Así que contratan a esos matones, lo que llamamos matones de las compañías
de seguro, quienes, después, digamos – supongamos que tengas que ir, sabes,
por un tobillo roto o cualquier cosa, y reciben la factura y dicen: “Vaya, son
como 5.000 dólares por un tobillo quebrado. Y no debería costar más de 1.000.
No queremos pagar todo eso.” Así que contratan – tienen a esos
investigadores, tienen unidades investigativas en las compañías de seguro, y
dicen: “¿Sabes qué? Anda e investiga el pasado de Amy Goodman. Anda a
investigar si tal vez en su solicitud de seguro de salud no nos dijo algo que
ella haya tenido tal vez hace diez años.” Y literalmente van y obtienen esos
antecedentes, y harán esa increíble investigación sobre la historia de tu
salud para que puedan ir y decir: “¿Sabes qué? No nos dijiste la verdad en
ese caso. Tuviste una condición previa. Sabes, esto no lo sabíamos. No nos
dijiste. Y por lo tanto, queremos que nos devuelvas el dinero de esa
operación, o no vamos a pagar por ella.”

AMY GOODMAN: Una de las partes más fuertes de esta película son la gente que
se presenta, como el tipo que dice que no pudo seguir haciéndolo, y que no ha
estado investigando a gente durante mucho tiempo. Y después tienes a Linda
Penno.

MICHAEL MOORE: Correcto, los denunciantes en la película, especialmente Linda
Penno. Es una doctora de Kentucky. Trabajó para Humana. Era recensora médica.
Y su trabajo como doctora era revisar reclamos y aprobar o negarlas. Y cuenta en
la película y en su testimonio ante el Congreso cómo se esperaba que rechazara
un cierto porcentaje de reclamos que provinieran de pacientes, incluso sin
considerar si eran genuinos o no. Esperaban, digamos, una tasa de rechazos de
un 10%. El doctor en la compañía de seguros, el doctor, el recensor médico,
que rechazaba más recibía una contundente bonificación de Navidad. Quiero
decir, es rematadamente demencial, de nuevo, que –

AMY GOODMAN: Su salario aumentó de un par de cientos de dólares por semana a
millones.

MICHAEL MOORE: A millones, porque rechazaba continuamente. Ya no pudo
aguantarlo. Su conciencia se impuso, y renunció, y luego fue y lo denunció al
Congreso, y ese testimonio está en la película. Es muy fuerte, y ella es una
persona muy valiente por haberlo hecho.

AMY GOODMAN: ¿Cuánta gente reaccionó de esa manera? Dijiste que 25.000
respondieron sobre todos los terribles problemas que han tenido con los seguros
de salud, y luego está esa gente…

MICHAEL MOORE: Correcto. Diría que tuvimos unas doscientas personas dentro de
la industria – industria farmacéutica, corporaciones hospitalarias, industria
de los seguros de salud – que nos escribieron, por el deseo de compartir con
nosotros diferentes cosas. Algunos querían ser filmados, otros no. Algunos nos
enviaron archivos, algunos – quiero decir, fue realmente sorprendente cuántas
personas hubo – cuyas conciencias las fastidiaba, esencialmente. Simplemente
no pudieron seguir así.

AMY GOODMAN: ¿Cómo se relaciona esto con “Fahrenheit 11-S”? ¿Qué vincula
SiCKO con tus previas películas y “Bowling for Columbine”?

MICHAEL MOORE: Bueno, es una buena pregunta. Hay, realmente, un lazo que va
desde “Bowling for Columbine” pasando por “Fahrenheit” a esta cinta. Una
parte es el uso del miedo. El motivo por el que no tenemos un mejor sistema es
porque nos han hecho temer la medicina socializada, el sistema canadiense, lo
que sea, y tratan de atemorizar al pueblo estadounidense, utilizando la
ignorancia como un camino para aumentar el nivel del temor en este país. Son
estas películas – y en realidad lo he estado haciendo desde “Roger & Me” –
son películas sobre – en última instancia sobre nuestro sistema económico.
Tenemos un sistema económico, como he dicho antes, que es injusto, no es
equitativo, no es democrático. Y hasta que, en última instancia, eso cambie,
hasta que construyamos una forma diferente de economía en la manera como nos
relacionamos con el capital, no creo que continuaremos teniendo estos
problemas, en los que no tienen sufren y los que tienen roban como bandidos.

AMY GOODMAN: ¿Así que cómo lo estás organizando? Mientras estrenas esta
película en miles de cines en todo el país en las próximas semanas, también
trabajas con sindicatos, trabajas con YouTube, con Oprah, testificas ante el
Congreso. Cuéntanos.

MICHAEL MOORE: Sí. Es una especie de extraña convergencia. Pero ¿sabes qué?
Es porque este problema afecta a todos los estadounidenses. Y todo tipo de gente
y grupos se están poniendo en contacto conmigo y quieren involucrarse en esto.
Y así, vamos a tener un esfuerzo organizador muy fuerte a través de la
Asociación de Enfermeras de California, a través de Médicos por un Plan
Nacional de Salud. MoveOn va a mostrarse muy activo e involucrado en el asunto.
De esta manera, muchos de los grupos y uniones que están a la izquierda se
están organizando alrededor del tema. Pero también hay, sabes, cosas, como
dijiste, como YouTube, gente como Oprah, que ha decidido convertir esto en un
tema muy importante, porque es algo que a ella la preocupa mucho. Estuve en su
show hace un par de semanas, y ella pidió a sus admiradores que envíen sus
historias de horror de la salud a su sitio en la Red cuando se estrene la
película. Ella hará un acto público sobre este tema en otoño. Así que yo


AMY GOODMAN: ¿YouTube?

MICHAEL MOORE: YouTube, de nuevo, está pidiendo que la gente grabe sus
historias en vídeo y las coloque en YouTube, y va a haber toda una sección en
YouTube de gente que informa sobre lo que la compañía de seguro les hizo a
ellos o a un miembro de su familia o a un amigo, o el hospital o la compañía
farmacéutica, donde tienen que pagar por medicinas, o sobre medicamentos que
no pueden obtener.

Así que pienso que tendremos lo que llaman un efecto viral, en el sentido – y
espero que así sea – de que la gente, que esa gente, pueda expresarse. Y de
otra manera la gente está sentada en su casa en todo el país, sufriendo y sin
preguntarse cómo alguna vez puede ser escuchada. Y espero que a través de mi
sitio en la Red, a través de la Asociación de Enfermeras de California, a
través de YouTube, a través del sitio de Oprah, a través de otros que vayan
a participar, y creo que vamos a conocer lo que realmente están sufriendo los
estadounidenses. Y tengo que creer que algo bueno va a salir de esto. Y vamos a
presionar duro a los candidatos al respecto, especialmente a los demócratas.

AMY GOODMAN: ¿Vas a hacer una segunda película, acosándolos? ¿Vas a tener a
un hombre vestido de pollo siguiéndolos?

MICHAEL MOORE: ¡Oh!, te refieres a nuestro pollo combatiente contra el crimen
corporativo en nuestro antiguo show en la televisión. Gracias por recordarte
de ese pollo. No, en realidad vamos a ir a Nuevo Hampshire a fines de esta
semana. Y vamos a publicar información para el público sobre quién compró y
pagó por los candidatos que se presentan para presidentes y para puestos
públicos.

AMY GOODMAN: ¿Hasta qué punto son comprados y pagados?

MICHAEL MOORE: Bueno, tendrás que esperar hasta el fin de semana para oír la
respuesta. Pero déjame decir sólo que no será bonito. Odio decirlo ¿pero
sabes qué? Y de nuevo, quiero decir, me gusta una buena parte de los
candidatos que se están presentando, por una serie de razones. Pero, sabes, si
todos nos lanzamos a apoyarlos demasiado rápido, sin obligarlos a adoptar
buenas posiciones sobre estos temas, no creo que vayamos a llegar a ninguna
parte. Los demócratas ya han demostrado que desde la elección de noviembre,
que irán lento si les es posible. Y así – ya hemos visto cuál es la
posición de Hillary sobre esto, y, por cierto, con su posición sobre la
guerra, hace que a gente que de otra manera le gustaría votar por ella, que
quisiera ver a nuestra primera mujer presidenta, le sea muy difícil votar por
ella, porque simplemente no puede apoyar a alguien que apoyó durante tanto
tiempo la guerra y que recibe contribuciones tan grandes de la industria de la
salud.

AMY GOODMAN: Michael Moore, ¿le sorprendió algo que descubrió al hacer esta
película?

MICHAEL MOORE: Sí, constantemente – hay que una cosa que realmente me
impresionó. Cuando estaba entrevistando al doctor británico, y le preguntaba
cuánto estaba ganando – sabes, gana algo como un poco menos de 200.000
dólares al año – y me dijo: “Pero mi sueldo se basa en la calidad del
trabajo que hago. Si logro que una mayor cantidad de mis pacientes deje de
fumar este año o si reduzco su colesterol o su presión sanguínea o su
azúcar, gano más. Así que esto se basa realmente en cuán saludables son mis
pacientes. Así que tengo un incentivo para hacer realmente un buen trabajo para
ganar dinero.”

Y pensé, ¡caramba!, aquí es todo lo contrario. Aquí mientras más gente
fume o no coma bien, o lo que sea, que termine con enfermedades o afecciones,
eso significa más dinero para las compañías farmacéuticas, más dinero para
los doctores, más dinero para los hospitales. Todos ganan cuando te enfermas.

Y me llevó a pensar mucho sobre mi propia persona, porque cuando yo estuve
allí y me dije: tal vez una forma de hablar a la gente, una forma de derrotar
al sistema, por lo menos a este sistema, es que todos debiéramos tratar de
cuidarnos un poco mejor, y comenzar por el número uno, yo mismo. Y así,
comencé a comer frutas y vegetales. No sé si has oído hablar de esas cosas,
pero son de diferentes colores y son crujientes, y, sabes, son muy buenas para
ti, si no las has probado. Sabes, tu madre está sentada allá. No sabes si yo
debiera subrayar esto, pero tu mamá está sentada allá, y se ve como si
hubiera hecho un buen trabajo enseñándote la importancia de frutas y
vegetales.

AMY GOODMAN: Hizo un buen trabajo.

MICHAEL MOORE: Sí. Y dijo que tú fuiste una niña excelente, a propósito.
Nos perdimos eso sin filmarlo, pero quiero que nuestros espectadores y
radioescuchas sepan que tu mamá aprueba en mucho que seas como eres.

El otro aspecto, es que comencé a ir a dar un paseo cada día. Así que salgo
de paseo durante algo como media hora por día, y simplemente – me siento 100%
mejor. He perdido 14 kilos. No te preocupes. No voy a – no me vas a ver en un
vídeo de gimnasia como el de Jane Fonda, ni nada. Sólo digo, sin embargo, que
si sólo – cada uno de nosotros – si todos simplemente hiciéramos un par de
cosas para cuidarnos mejor, podemos evitar este demencial sistema de salud. ¿Y
sabes qué? Pienso que también es mejor para el planeta. De nuevo, consumimos
tantas cosas en demasía como estadounidenses, y todo lo que necesitamos es
pensar un poco en la forma cómo nos comportamos. Así que – y lo digo por mi
propia persona, comienza conmigo.


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

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