La Paz, 8 de octubre. El presidente boliviano, Evo Morales, promulgó hoy una polémica ley contra el racismo que definió como “histórica y democrática”, pese a las protestas de periodistas y dueños de medios de comunicación que no pudieron evitar que la iniciativa fuera aprobada por el Senado esta madrugada, sin ningún cambio en los dos artículos cuestionados por el gremio y que establecen la suspensión de la licencia de medios que divulguen intencionalmente mensajes racistas y anula un antiguo fuero penal a periodistas.
“Son más de 500 años de racismo, 184 de Estado colonial y un año de Estado plurinacional; por fin aprobamos una ley para luchar contra el racismo y la discriminación”, aseveró el mandatario a los medios.
Advirtió Morales que la nueva norma legal “es para descolonizar Bolivia” y evitar la discriminación de los pueblos indígenas, para “acabar con ese odio y esa ofensa que soportamos”.
Tras la promulgación de la ley contra el racismo y toda forma de discriminación, el gobernante convocó a las organizaciones de trabajadores de los medios a participar en la elaboración del respectivo reglamento, frente al rechazo del gremio de la prensa que anunció que interpondrá una queja ante la Organización de Estados Americanos sobre los efectos de esta ley y de un pedido de interpretación a Naciones Unidas.
Durante el acto, al que asistieron dirigentes de organizaciones indígenas, de obreros, cooperativistas mineros, campesinos, de mujeres, vecinales y comerciantes, el mandatario subrayó en relación con dichas protestas: “Libertad de expresión no puede ser sinónimo de racismo. Cuando dicen sin libertad de expresión no hay democracia, pero el racismo es lo más antidemocrático.”.
Morales se mostró sorprendido de que algunos dirigentes de organizaciones sindicales de periodistas “están detrás del patrón, que ni siquiera paga los sueldos, pero hacen huelga de hambre. El sindicalismo es para reivindicar nuestros derechos frente al patrón, frente al dueño, frente al Estado”.
El dirigente de la Confederación Sindical de Trabajadores de la Prensa de Bolivia, Pablo Zenteno, informó de la suspensión de algunos plantones de huelga de hambre que se habían instalado en diferentes ciudades del país –en uno de los cuales él participaba–, aunque el ayuno continúa en Santa Cruz y en Tarija.
Zenteno indicó que su organización no participará en la reglamentación de la norma porque “establecida la restricción a la libertad de expresión en la ley”, el reglamento no estará encima de ésta.
En tanto, la Asociación de Periodistas de La Paz y la Federación Sindical de Trabajadores de Prensa de La Paz informaron que analizarán si participan o no en el proceso de reglamentación.
La Federación de Trabajadores de la Prensa cruceña pidió a los sindicatos que integran la organización sumarse al ayuno y solicitó a la población apoyar la lucha de los periodistas con el fin de recabar un millón 200 mil firmas para exigir un referendo revocatorio de los artículos 16 y 23 de la ley, donde el primero establece la suspensión de la licencia de medios que divulguen intencionalmente mensajes racistas y, el segundo, que anula en esta materia un antiguo fuero penal a periodistas.
“Aunque lo hemos dicho hasta el cansancio, lo repetimos: los periodistas no estamos en contra de la lucha contra el racismo y la discriminación en Bolivia; sólo defendemos la libertad de expresión conculcada por los artículos 16 y 23 del proyecto de ley”, declaró hoy el director del periódico La Prensa, Martín Balcázar.
La víspera, varios diarios, que han llamado la iniciativa como “ley mordaza”, publicaron su primera plana en blanco y un mensaje que decía: “No hay democracia sin libertad de expresión”. Estos sectores, en el ámbito internacional, recibieron el apoyo de la Sociedad Interamericana de Prensa.
La norma quedó sancionada al ratificar el Senado el proyecto que había pasado previamente por la también oficialista Cámara baja.
El jefe de la Cámara de Diputados, Héctor Arce, señaló que “quien no comete racismo ni discriminación, quien busca la igualdad, procura la convivencia pacífica, no tiene nada que temer”.
El Senado emitió un comunicado en el que destacó que la ley fue sancionada “por más de dos tercios, sin el apoyo de la opositora Convergencia Nacional”, que rechazó los artículos 16 y 23.
La diputada Rebeca Delgado, del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), lamentó que algunos medios de comunicación hayan tergiversado el proyecto de ley contra el racismo y toda forma de discriminación, y que desinformen a la población con el argumento de una supuesta violación a la libertad de expresión y un atentado al trabajo de la prensa.
Algunos medios de comunicación locales recordaron que la discriminación racial se reavivó en Bolivia durante la crisis política de 2008, cuando habitantes de la ciudad de Sucre humillaron a un grupo de campesinos en la puerta de la Casa de la Libertad.
Los campesinos e indígenas quechuas, bajo amenazas, arrodillados y con los dorsos desnudos fueron obligados a pedir perdón y quemar los símbolos del MAS, cuya acción nunca fue castigada debido a la lentitud de la justicia.
Morales, el primer mandatario indígena del país, cansado de los insultos a su investidura proferidos por columnistas de prensa y comunicadores de radio y televisión, ordenó acelerar la aprobación de la controvertida ley.
Rosa Rojas
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