No pasaron siquiera dos décadas del derrumbamiento de los regímenes del socialismo real en Europa, que basaban su sistema en los principios marxistas-leninistas, cuando se empieza a notar un creciente interés por las ideas de Carlos Marx, afirma la directora de la casa-museo de este pensador, en Tréveris, la ciudad natal del filósofo alemán.
Beatrix Bouvier, responsable del museo Karl Marx-Haus desde 2005, afirma en una entrevista con la agencia alemana Dpa, que el interés por las ideas de Marx, que vivió entre 1818 y 1883, se nota sobre todo en la juventud.
“Lo habían dado por muerto y sepultado, pero está volviendo a resucitar”, dice Bouvier, explicando que este resurgimiento del interés por el padre del socialismo científico tal vez sea por la creciente aspiración por conocer la propia historia para entender mejor la realidad contemporánea.
Se nota un cambio en el aproximamiento al ideario marxista: “Los jóvenes se acercan de forma abierta, desprejuiciada, con curiosidad”, dice la profesora, basando su información en el creciente flujo de grupos escolares que se acercaron al museo en Tréveris, en los dos años pasados.
El museo está ubicado en la casa natal de Carlos Marx, en la que vivió hasta los 17 años. Desde 1968 está administrada por la Fundación Friedrich Ebert, allegada al partido socialdemócrata. Desde 2005 ofrece una nueva muestra, dedicada a la vigencia del marxismo en el siglo XX y los intentos de plasmar sus ideas de una sociedad comunista a una sociedad moderna.
Es la primera vez que los visitantes pueden confrontarse con lo contemporáneo, ya que hasta ahora todas las muestras abarcaban la vida de Marx, hasta su muerte en 1883.
Para entender la forma de pensar de Marx, dice Bouvier, “es indispensable retrotraerse al ideario original del pensador y a su época”, porque muchas de las interpretaciones posteriores de sus teorías han sido manipuladas. También la definición de determinados términos han ido cambiado con el correr de las décadas.
Marx publicó en 1848, junto al pensador Friedrich Engels, el Manifiesto del Partido Comunista, en el que describía la lucha de clases entre las masas proletarias y la burguesía. Según ellos, esta lucha iba a terminar indefectiblemente con el triunfo del proletariado, desembocando como consecuencia en el comunismo como sistema final de la sociedad mundial.
El presagio, admite Bouvier, no se cumplió, pero la vigencia de las ideas de Carlos Marx, cuya obra fundamental es El Capital, pueden proyectarse aún hasta nuestros días, sobre todo porque “era un analítico de las estructuras de la sociedad”.
“Y, aunque se quiera o no y a pesar de los que en el siglo pasado tomaron su nombre para explicar sus intentos fallidos de crear una sociedad más justa, Marx cambió el mundo con sus análisis”, dice Bouvier.Tréveris, Alemania, 26 de diciembre.
Tréveris, Alemania, 26 de diciembre.
La Jornada
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