Mariela Castro, hija del presidente cubano, encabezó una movilización que reivindicó la igualdad de derechos con independencia de la orientación sexual. Además, se celebraron casamientos simbólicos oficiados por líderes religiosos.
Cuba festejó el sábado la jornada contra la homofobia y la transfobia con la celebración de bodas simbólicas de parejas del mismo sexo oficiadas por líderes religiosos, con la esperanza de que esas uniones se puedan convertir pronto en matrimonios civiles y legales en la isla. Antes, más de mil personas lgtbi (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intrasexuales) participaron en una marcha para reivindicar la igualdad de derechos con independencia de la orientación o la identidad sexual, acto que fue promovido y encabezado por Mariela Castro, diputada e hija del presidente Raúl Castro. “Tenemos la alianza con varios líderes religiosos desde que empezamos a organizar esta jornada y ellos van a organizar un espacio para involucrar en el amor universal entre personas”, explicó sobre esas bodas Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).
El arzobispo de la Iglesia Católica Eucarística en Canadá, Roger LaRade, promotor de esas bodas o “celebraciones de amor” en Toronto, viajó hasta La Habana para oficiar cuatro de estos enlaces, dos de parejas gays, uno de una pareja de lesbianas y otro de una pareja heterosexual. “A medida que pase el tiempo y estas manifestaciones ocurran en Cuba, espero que nuestra Iglesia pueda ser parte de ello y en un momento dado yo pueda oficiar el matrimonio de parejas gays y lesbianas en La Habana. Eso sería maravilloso y Dios quiere que suceda”, dijo el arzobispo canadiense.
Una veintena de parejas homosexuales tomadas de la mano, algunas llorando de emoción, recibieron la bendición de religiosos estadounidenses y canadienses, una ceremonia inusual en la isla, donde el matrimonio gay no está legalizado y persiste una fuerte sensación de homofobia en la sociedad a la que esta comunidad trata de sensibilizar. Entre los primeros que dieron un paso al frente ante los religiosos estuvieron Luis Enrique Mederos y su compañero de los últimos 14 años, Alain Morales. Bajo una enredadera y un toldo que apenas los tapaba del inclemente sol tropical, de pie frente a una mesa en la cual se sentaban varios prelados, incluido el afamado reverendo estadounidense Troy Perry, Mederos y Morales escucharon las palabras que les decían los religiosos.
Morales, de 38 años, y Mederos, de 47, pasaron por el altar el sábado para decirse un simbólico sí quiero, un paso más de consolidación y fortalecimiento en una relación de más de 14 años, afirmaron los recién casados. “Es un paso más porque la fe cristiana, la fe religiosa está reconociendo nuestro amor, el amor de dos personas que se aman libre de cualquier discriminación por identidad de género u orientación sexual”, subrayó Mederos, diseñador gráfico de profesión.
“Deseo que algún día podamos vernos ambos en una unión legalizada, que nuestra familia sea partícipe de esa relación y podamos vernos también con nuestros trajes bellos”, agregó. Para él, aunque la sociedad cubana todavía está dominada por una visión patriarcal, machista y retrógrada, se notan avances en los últimos años y se han abierto espacios de tolerancia y respeto hacia las personas lgtbi, un cambio que deseó pronto se materialice en la aprobación de un nuevo Código de Familia. Precisamente, esa ley es uno de los principales objetivos de Mariela Castro desde hace varias legislaturas, un nuevo Código de Familia más amplio que contemple todas las posibilidades de unión, proyecto que, según ella misma admitió este fin de semana, tal vez fue demasiado ambicioso para la sociedad cubana. “Quizá sí, hemos estado por delante de lo que la población ha sido capaz de comprender. Esto es un proceso lento de educación”, reconoció ante la prensa. Por ello, el objetivo del Cenecex a partir de ahora es trabajar en dos frentes, no sólo en el plano legislativo desde la Asamblea Nacional (parlamento unicameral) de la que ella es diputada, sino trabajar más con las comunidades y en los barrios, para estar en contacto con la gente y poder concientizar desde abajo.
No obstante, Castro aseguró que en los últimos años se han conseguido importantes avances en materia legislativa, como la aprobación de un Código de Trabajo que incluye la no discriminación por orientación sexual, si bien dejó fuera el concepto de identidad sexual al que también aspiraba en Cenecex.
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